Es notorio que la cobertura de las ayudas registra un aumento marcado en los deciles con menores ingresos (1-4), con períodos de expansión diferentes para las ciudades. La expansión va de 2005 a 2010, en Cartagena y Pereira; de 2010 a 2016, en Barranquilla; y de 2008 a 2011, en Bucaramanga. En este período de expansión, el porcentaje de hogares en los deciles más pobres que empiezan a percibir ayudas pasa de alrededor del 20 %, en todas las ciudades, a más del 40 % en Cartagena y Bucaramanga, y a cerca del 50 % en Barranquilla y Pereira. En Cartagena y Pereira no se da una reducción de la cobertura de ayudas en los deciles más pobres en años posteriores, mientras que, en Bucaramanga y Barranquilla, el porcentaje de hogares que reciben ayudas en los deciles 1 al four cae desde hace varios años.
La tecnología continúa remodelando las economías y las sociedades en medio de la cuarta revolución industrial, o la disrupción a un ritmo exponencial causada por las posibilidades de miles de millones de personas conectadas por dispositivos móviles, con un poder de procesamiento, capacidad de almacenamiento y acceso al conocimiento sin precedentes. Cuando se aprovecha adecuadamente, el valor social de la urbanización sostenible, se obtienen vías para mejorar la inclusión social, reducir la desigualdad y acabar con la pobreza, sin dejar a nadie ni a ningún lugar atrás. Los debates internacionales actuales se caracterizan por su optimismo urbano, ya que la urbanización sostenible se reconoce como una fuerza transformadora para aprovechar el valor ambiental. La implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la Nueva Agenda Urbana, el Acuerdo de París y el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres están integrados en este optimismo urbano. Las densas redes de interacción de personas, que son el issue detrás del potencial de las ciudades como aceleradores del crecimiento económico, también conllevan riesgos implícitos, como lo demuestra la pandemia de COVID-19. La urbanización sostenible es un generador de prosperidad inclusiva; permite oportunidades económicas para todos, incluidos los grupos marginados.
Cada vez más son centros financieros, polos turísticos, culturales, de producción de beneficios. Las metrópolis que más riquezas son capaces de producir albergan también las peores situaciones de pobreza. Como resultado del desempleo estructural, de la discriminación o la injusticia, las ciudades concentran las mayores fortunas junto a familias que viven con carencias en necesidades básicas. Como señala Bryan R. Roberts (2011), los mecanismos de cohesión social han cambiado y hoy se advierte la erosión de los lazos de solidaridad, con su expresión en la desconfianza en el Estado y en las instituciones básicas de la sociedad. A ello se agrega que en algunos países de la región la presencia del crimen organizado, vinculado al tráfico y consumo de drogas, ha producido situaciones inéditas de inseguridad y violencia urbanas. Los rangos del valor de la mesada pensional, medidos en términos de Salario Mínimo Mensual Legal Vigente (SMMLV) (Figura 6), demuestran que la mayoría de los pensionados en todas las ciudades de análisis reciben entre 1 y 2 SMMLV.
Frente a estos cambios, las estrategias económicas y los programas sociales se han quedado pasmados, paralizados ante la utopía de una economía formal de mercado generadora de empleos asalariados, y no han sabido adecuarse a las nuevas realidades y a las transformaciones sociales, culturales y económicas. Los salarios de la zona sur del país son más bajos que los que se perciben en el norte o en las grandes ciudades. Del mismo modo, los salarios de los trabajadores rurales son inferiores a los de los trabajadores urbanos. Esta disparidad incluso adquirió carácter oficial, ya que durante años los salarios mínimos legales se fijaron según regiones y según si el trabajo era urbano o rural. En las tablas destacan ciudades como Acapulco o Porto Seguro (Brasil), con porcentajes similares a los que se pueden dar en Irak, mientras que en el otro extremo aparecen urbes como Lima (Perú) o Valparaíso (Chile) con porcentajes bajísimos y niveles de esperanza de vida comparables a los de países ricos. “Lo que aquí hacemos es mostrar que dependiendo de la ciudad en la que vivas, tu esperanza de vida va a variar un montón”, afirma uno de los autores del estudio, Usama Bilal, de la Universidad Drexel (EE UU).
Por el contrario, Ixtlán, Loma Bonita y Matías Romero que, en los años de 1990 y 2000, presentaron los valores más bajos de IDS tuvieron una mejoría considerable para el año 2010, colocándose Loma Bonita y Matías Romero en una mejor condición dentro de este grupo para el último año evaluado. De igual manera que Cuicatlán, Puerto Escondido no mostró una evolución positiva y se mantuvo cerca de la misma posición en el período evaluado. Por su parte, Crucecita tuvo una evolución constante y positiva de su desarrollo sustentable, caso contrario el de Tlaxiaco cuyo nivel de desarrollo disminuyó, al igual que Tuxtepec y Miahuatlán. Se consideran dos variables de investigación, el desarrollo sustentable como variable dependiente, por una parte, ( Tabla 2 ) y la desigualdad urbana como variable independiente, por la otra ( Tabla 3 ). Los datos para la construcción de los indicadores y variables fueron recopilados de fuentes primarias de información, tomando en cuenta las bases de datos de diversos proyectos del Instituto Nacional de Geografía e Informática, INEGI, como los Censos de Población y Vivienda (INEGI, 1990; 2000; 2010) y anuarios estadísticos, y bases de datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2005, 2014).
En muchos casos, tales políticas se desarrollan a través de la implementación de un modelo de gobernanza en estrecha cooperación con las oficinas de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Una de las principales consecuencias de estos procesos se refiere a la expulsión de los vendedores ambulantes, y así preparar los paisajes urbanos centrales para su posterior gentrificación. Ese desplazamiento de los comerciantes —muchos de ellos de una composición racial y étnica diferente de las clases medias y altas— presenta una serie de poderosos símbolos que escenifican la gentrificación, teniendo en cuenta que desigualdad en general son las clases bajas, los comerciantes, los que se ven desplazados de las calles del centro de la ciudad en favor de un sector turístico en crecimiento. A diferencia de los documentos políticos oficiales, diferentes investigaciones demuestran que los programas de «rescate» (como en la ciudad de México) preparan simultáneamente la exclusión y la expulsión de las clases más pobres que se habían apropiado del centro de la ciudad. El rico patrimonio arquitectónico se toma como un pretexto para atraer a las elites locales y de clase media de vuelta al centro histórico de la ciudad (Hiernaux, 2006).
Debe existir un sentido de urgencia y un compromiso a largo plazo para implementar la Nueva Agenda Urbana como base para lograr una urbanización sostenible. Deben fortalecerse las instituciones para la gestión de la inversión pública para lograr los resultados deseados mientras se mantiene la calidad y eficiencia en el gasto en los activos físicos de la ciudad. Persisten los problemas de exclusión digital en el acceso a los beneficios de las nuevas tecnologías, lo que potencialmente profundiza las desigualdades. La pandemia del COVID-19 está acelerando el despliegue de innovación y tecnología en áreas urbanas. La diversidad cultural contribuye a la vitalidad, prosperidad, inclusión, competitividad y percepción positiva de las ciudades.
Estos procesos ponen en tensión el derecho al trabajo y el derecho a la ciudad, los cuales confrontan permanentemente el ejercicio de la autoridad native con los liderazgos populares legitimados por garantizar no sólo el desarrollo de una actividad remunerada sino el acceso a bienes como la salud y la satisfacción de las necesidades sociales básicas. Esto se ha constatado en nuestros estudios sobre el papel de las mujeres lideresas del comercio popular de las calles en el Centro Histórico de la Ciudad de México (Ziccardi, coord., 2010). La investigación sobre las condiciones de vida en las aglomeraciones urbanas destaca las ventajas de las grandes ciudades a la hora de obtener salarios más altos y oportunidades de empleo. Al mismo tiempo, la evidencia empírica también ha advertido de los procesos de polarización en las grandes urbes, pudiendo acentuar la desigualdad entre trabajadores. Sobre este trasfondo, en este artículo se ha comparado la probabilidad que tienen los inmigrantes y los autóctonos residentes en España de acceder a los dos extremos de la estructura social –la clase de servicio y la clase trabajadora manual semi/no cualificada– analizando, asimismo, en qué medida las diferencias encontradas entre ambos grupos varían dependiendo del tamaño del municipio.
Eran obligados a pagar tributo al gobierno y su trabajo en las haciendas era el más duro y sin ningún derecho laboral. Apenas podían obtener lo suficiente para sobrevivir y algunos acabaron emigrando a la ciudad, donde su situación tampoco mejoró. Parte de estos grupos de criollos recibieron la influencia de las concepts de la Ilustración, y por ello no fue extraño que fueran los líderes del movimiento independentista pocos años después. Sin embargo, su situación económica mejoró sustancialmente durante los siglos XVII y XVIII, dado que comenzaron a ser dueños de muchas haciendas o concesiones mineras.
Desde hace varias décadas las ciencias sociales han tratado de estudiar las implicaciones que tiene el espacio urbano en las condiciones de vida de las personas. En las últimas cinco décadas España ha experimentado un proceso de concentración urbana de su población, particularmente en las ciudades más habitadas. Este fenómeno ha venido acompañado por la intensa llegada de población procedente del extranjero desde finales del siglo XX.
El proceso de hacer de nuestras ciudades lugares en que todas las personas tengan acceso comparable a los equipamientos y espacios públicos es largo y requiere acciones en muchos frentes. Pero el mejor punto de partida es crear las instituciones que puedan liderar estos procesos en cada ciudad. En las ciudades más pequeñas, una solución posible podría ser darles atribuciones, presupuesto y personal calificado a los municipios, reduciendo las dotaciones del gobierno central o de los organismos públicos que verían algunas de sus funciones traspasadas a los municipios. En el caso de las metrópolis, necesitamos establecer gobiernos metropolitanos en forma, que coordinen las funciones que deben ser planificadas y gestionadas al nivel metropolitano. Cómo complementar o coordinar ese desafío con la instalación de las nuevas gobernaciones regionales, será materia de discusión.
De igual forma, nunca en la historia se ha reducido tanto la pobreza extrema (un 35 % desde 1990, que representa más de 750 millones de personas) ni tanta gente ha ascendido a ser parte de la clase media. Según el último informe de ONU Hábitat sobre ciudades, la desigualdad es mayor ahora que hace 25 años y se estima que más de dos tercios de la población mundial viven en ciudades donde las desigualdades en el ingreso se incrementaron desde 1980. Si bien no hay recetas generales para abordar esta problema global, la planificación urbana impulsada por los gobiernos locales resulta ser la base elementary de cualquier política pública de largo plazo asociada al verde urbano.
Los proyectos regionales del nuevo gobierno en México, tal como el Tren Maya, el desarrollo del Istmo de Tehuantepec, como el programa Zona Libre de la Frontera Norte, no se traducirán en polos de crecimiento. En el caso del Tren Maya, se favorecerán sobre todo los hoteles internacionales que predominan en dicha zona, los cuales la mayoría de sus insumos son importados, y no reinviertes sus ganancias. En el caso del Istmo de Tehuantepec y la Zona Libre de la Frontera Norte, están encaminados a seguir promoviendo entrada de inversión extranjera para la exportación. Esta desigualdad en la globalización ejemplos historia ya la conocemos, pues los diferentes gobiernos han promovido dichas inversiones y ello no se ha traducido en mayor crecimiento regional y del país, dado el alto componente importado de las exportaciones. Además, hay desaceleración del comercio internacional, y nuestro principal mercado de exportación que es Estados Unidos está instrumentando aranceles a sus importaciones. No se puede seguir apostando al crecimiento hacia fuera, cuando esta estrategia no nos ha sido benéfica, hemos sido perdedores, y menos cuando está desacelerándose el comercio internacional.
Se puede afirmar que existen personas atrapadas en una trampa de desigualdad que se relaciona con el sexo, el origen étnico, la clase social y el lugar de nacimiento, cuestiones que determinan las oportunidades para mejorar las capacidades y acceder a recursos e ingresos en el curso de la vida. La concept de que «origen es destino» parece cumplirse en un país que sigue profesando un racismo disfrazado, un machismo reforzado por posiciones conservadoras, un clasismo decimonónico y una corrupción endémica. Estos procesos económicos, sociales y urbanos actúan en interdependencia pero no son necesariamente irreversibles, sino que la inversión pública, las normas urbanísticas, las decisiones del gobierno local pueden contribuir a lograr sociedades y territorios urbanos que favorezcan que la ciudad actúe como un mecanismo de integración social (Germani, 1967). En este sentido, para contrarrestar las grandes desigualdades territoriales, así como la segregación y la fragmentación urbana, David Harvey (2013) señala la necesidad de que se transfieran las plusvalías generadas en los cambios de uso del suelo hacia aquellas zonas degradadas o más pobres de la ciudad. Lo importante es que se pueden identificar territorios segregados residencialmente donde sus habitantes logran una inserción económica, en contrapartida en una zona central pueden vivir trabajadores y trabajadoras que no logran insertarse plenamente en una actividad económica, social y cultural. Es decir, analíticamente se trata de dos lógicas diferentes, una económica y otra espacial o territorial y ambas con dinámicas diferentes.