Observamos que la pobreza disminuyó en 2021, lo que permitió cierta recuperación, pero el ritmo de reducción de la pobreza fue comparable al de las tendencias anteriores a la pandemia y estuvo muy lejos de revertir el aumento registrado en 2020. Desde la Casa Central de la Universidad de Chile, el ministro de Desarrollo Social y Familia, Giorgio Jackson y la subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete, presentaron los primeros resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica, Casen 2022. Los datos reflejan un escenario positivo para el país, dado que se retoma la senda decreciente de la pobreza en Chile.
En nuestras proyecciones anteriores (por ejemplo, consultar esta página) solo se utilizó el aumento del ingreso nacional promedio para proyectar los ingresos de cada hogar. En este weblog presentamos estimaciones de la pobreza mundial que permiten el crecimiento diferencial entre los hogares dentro de un país, según figura en el informe La pobreza y la prosperidad compartida de 2022 (i). Según las nuevas proyecciones de la CEPAL, como consecuencia de la fuerte recesión económica en la región, que registrará una caída del PIB de -7,7%, se estima que en 2020 la tasa de pobreza extrema se situó en 12,5% y la tasa de pobreza alcanzó el 33,7% de la población. Ello supone que el whole pobreza cero de personas pobres ascendió a 209 millones a finales de 2020, 22 millones de personas más que el año anterior.
De ese total, seventy eight millones de personas se encontraron en situación de pobreza extrema, 8 millones más que en 2019. En 2022, si todos los hogares de un país experimentaron un aumento de los ingresos congruente con el aumento de las cuentas nacionales, se espera que haya 667 millones de personas viviendo en la pobreza extrema. No obstante, si el aumento de los precios de los alimentos afecta al estrato inferior de la distribución del ingreso en mayor medida que al superior, es posible que haya hasta 685 millones de personas viviendo en la pobreza, lo que equivale a 89 millones más de personas pobres que lo previsto antes de la pandemia. Esto es casi lo mismo que los 90 millones de personas que cayeron en la pobreza en 2020, lo que significa que, según las previsiones, la desaceleración del crecimiento y el aumento de los precios de los alimentos habrán echado por tierra los avances logrados en 2021.
Para estos efectos, se consideraron dos variables sociales (percepción de inseguridad y situación de pobreza) y dos variables económicas (actividad de construcción y dinamismo del comercio). Las personas que vieron disminuir mayormente su bienestar urbano serían, en tanto, los vecinos de aquellas comunas donde tras el estallido social y la pandemia se vieron afectados conjuntamente estas cuatro variables. Un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción revela que más de 1,5 millones de personas en la Región Metropolitana de Santiago sufrieron impactos en su bienestar urbano debido al estallido social de 2019 (18-O) y la pandemia de COVID-19. El análisis presentado en la 13ª Conferencia Internacional de Ciudad señala que la inseguridad, la pobreza, la actividad de construcción y el comercio se vieron afectados en comunas como Independencia, Santiago, Estación Central, Maipú y Macul. Las estimaciones de la pobreza mundial para los años que van hasta 2019 se encuentran disponibles en la Plataforma de Pobreza y Desigualdad (i) del Banco Mundial.
Esa cifra comienza a descender conforme la edad, a 15% entre las personas de 15 a 39 años; a 13% entre 40 a 64 años y a 6% entre los de 65 y más años. El informe de 247 páginas también da cuenta del impacto de la pandemia en desigualdad, la que medida por el coeficiente Gini experimentó un incremento a nivel nacional de 4,5%, al pasar de un índice de 0,45 a uno de 0,47, cifra que comparte con Ecuador, que es superior a la Argentina, México y Perú e inferior a la de Brasil, Costa Rica y Panamá. En el agregado, sixteen comunas, del centro y sur de la ciudad, concentraron los impactos negativos de una menor actividad de construcción y de comercio submit estallido social y pandemia. Este análisis profundo del bienestar urbano en el Gran Santiago subraya la necesidad de políticas integrales y colaboración multisectorial para enfrentar los desafíos post-estallido social y pandemia. En un nuevo informe anual, la CEPAL estima que el complete de personas pobres ascendió a 209 millones a finales de 2020, 22 millones de personas más que el año anterior.
Desde el año 2011, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia actualiza y publica informes mensuales sobre la evolución del valor de la CBA. Asimismo, thirteen comunas del Gran Santiago fueron afectadas por tres de las cuatro variables y todas, las 34 comunas, por al menos una de estas, lo que da cuenta de la amplitud de los fenómenos analizados. Por ello, la CEPAL insta a avanzar hacia una sociedad del cuidado que permita garantizar una recuperación igualitaria y sostenible en América Latina y el Caribe. Desde el Palacio de La Moneda y sus balcones hemos logrado reconstruir nuestra democracia, y desde ellos miramos a nuestro país y trabajamos por lograr un mejor futuro para sus personas.
En términos agregados, 12 comunas fueron las más afectadas por el aumento conjunto de la inseguridad y la pobreza, las que se ubican principalmente en la zona centro y norte del Gran Santiago. Con esto queremos contribuir a identificar los logros y desafíos que enfrenta el país en términos de su desarrollo y bienestar social. También llama a avanzar hacia nuevos pactos sociales y fiscales para la igualdad en tiempos de pandemia, y a garantizar la salud, la educación y la inclusión digital, para que nadie se quede atrás. La encuesta Casen tiene representatividad a nivel nacional, por zonas geográficas urbana y rural, y también regional, y no está diseñada para tener representatividad a nivel comunal. Cabe destacar que por diferencias metodológicas ambos datos son superiores a los consignados por la encuesta Casen, que el año pasada indicó que la pobreza subió 8,6% a ten,8%, mientras que la pobreza extrema lo hizo de 2,3% a 4,3%.
En enero del año 2015, el Ministerio introdujo un conjunto de modificaciones en la metodología tradicionalmente utilizada para la medición de la pobreza por ingresos, y, además, inició una medición complementaria de pobreza multidimensional. Asimismo, la encuesta Casen 2020 reveló que, producto de la pandemia, la desigualdad de ingresos presentó un aumento extremo. El decil más rico de la población obtuvo ingresos del trabajo 416 veces mayores que el decil más pobre (39 veces en 2017), siendo los grupos de los deciles más pobres los más afectados en personas en pobreza la pérdida de ingresos laborales y un importante foco en mujeres. En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la Especialista en Políticas Sociales de UNICEF, Paula Pacheco, explicó que “la pobreza y la vulnerabilidad no son solo una privación de recursos materiales, sino también sociales, culturales y emocionales, afectando de forma significativa el bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes. Impide que puedan ejercer sus derechos, alcanzar su potencial y participar de forma plena y en igualdad de la sociedad”.
En materia de la desigualdad económica, la Casen 2022 destaca que el 20% de los hogares con mayores ingresos monetarios obtiene ingresos 8,2 veces superiores a los del 20% de hogares con menores ingresos. Ambos indicadores muestran mejoras en comparación con mediciones anteriores y son los mejores resultados de su serie. La mayoría de las regiones del país presentaron bajas estadísticamente significativas en la pobreza multidimensional en comparación a la encuesta Casen 2017, destacando Ñuble (-9,2 pp), La Araucanía (-7,2 pp), Coquimbo (-6 pp), Aysén (-5,6 pp), Los Lagos (-4,9 pp) y Magallanes (-3,6 pp). De todas maneras, Bárcena ve espacios para ser optimista, al plantear que “la pandemia es una oportunidad histórica para construir un nuevo pacto social que brinde protección, certidumbre y confianza. Un nuevo contrato social debe avanzar y fortalecer la institucionalidad de los sistemas de protección social y promover que estos sean universales, integrales, sostenibles y resilientes”.
El aumento de la pobreza extrema provocado por la COVID-19 podría ser el mayor registrado desde la Segunda Guerra Mundial. La Encuesta Casen permitió contar con una nueva medición de la pobreza multidimensional, que no había sido calculada desde 2017, debido a las restricciones sanitarias que no permitieron aplicar la versión completa del cuestionario en 2020. Los resultados de la encuesta muestran también una importante reducción en la pobreza multidimensional a lo largo de los años.
Además, un Panel externo de expertos y expertas supervisó todo el proceso para asegurar altos estándares de calidad en toda la encuesta. Tras la entrega de datos, la subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete destacó las cifras, puntualizando que “estamos contentos porque Chile logró una reducción histórica de la pobreza y recuperó la senda previa a la pandemia. Ha sido un periodo difícil para el país y como Gobierno hemos respondido a los desafíos que nos impuso la recuperación post pandemia y el alza de la inflación. No somos complacientes y tenemos un compromiso con el bienestar de las familias y el desarrollo del país, por lo que seguiremos trabajando con fuerza, implementando medidas y acciones, tal como lo hemos hecho hasta ahora, que permitan avanzar en derechos y garantías sociales, mejorando la calidad de vida de las personas”. La utilización del ingreso equivalente, como indicador del bienestar de un hogar, implica la existencia de distintas líneas de pobreza y de pobreza extrema, cuyos valores dependen del tamaño del hogar. Estas líneas reemplazan las anteriormente únicas líneas de pobreza y de pobreza extrema, expresadas en valores per cápita.
Como resultado, el impacto neto de la pandemia es que ese año otros 90 millones de personas cayeron en la pobreza extrema. Dicho de otra manera, el impacto neto de la pandemia fue que se sumaron más personas a la pobreza extrema que toda la población de Alemania, Turquía o la República Democrática del Congo. Estas proyecciones nos indican que dos años después del comienzo de la pandemia hemos tenido poco éxito en eliminar el aumento histórico de la pobreza causado por dicho fenómeno.