Los seres humanos pueden crear estructuras sociales para organizar más eficazmente la sociedad, lograr la eficiencia en la esfera económica y trabajar por el bien común. A lo largo de la historia, las identidades raciales se han utilizado como estructuras sociales para estratificar sociedades (lo que a menudo conduce a resultados discriminatorios). Hoy en día, muchos sociólogos estudian las estructuras sociales en las sociedades y usan datos para comprender cómo funcionan las diferentes sociedades. Las clases más bajas, que resultan desfavorecidas en la posibilidad de finalizar sus estudios o de hacerlos en condiciones adecuadas, acaban por incorporarse al mercado de trabajo a edades más tempranas, y quedan excluidas de la educación superior.
Sin embargo, estandarizado y socializado por la tecnología de la información, transformado en mera técnica, se fue depreciando. Un ejemplo es la caída en la remuneración real de varias categorías profesionales, como los operadores de computadoras y los telemarketers. Precisó que a 2017, más de la mitad de la población adulta (52%) de los estratos medios no había completado 12 años de escolaridad, mientras que el 36,6% tenía ocupaciones con un alto riesgo de informalidad y precariedad.
Por ejemplo, indica que las transformaciones más importantes que han acontecido en las sociedades modernas contemporáneas se han producido gracias al decisivo papel de los medios. En el tránsito de la piedra al papiro se produce el comienzo de los grandes imperios de la época clásica y el germen de la burocracia. Del papiro a la imprenta tenemos la difusión de la cultura y de las ideas y, con ella, la Ilustración y la revolución burguesa, y el fin del monopolio desigualdad historica de la cultura y el saber. El paso de la imprenta a la radio y la televisión representa la sociedad posindustrial, el capital monopolista y las formas corporativas del poder político (Estado del Bienestar, fascismo, comunismo). Y con ellos el «fin de las ideologías» del que hablaba Bell, porque estos medios fueron capaces de unificar y vertebrar «definitivamente» las sociedades y generar grandes consensos respecto a las formas básicas de organización política.
Esta habilidad es presentada por la sociología tradicional como una consecuencia inmediata del proceso de socialización (por ejemplo, una disposición dada por el origen de clase) y no como una competencia del actor, por lo que la pragmática del juicio busca entender la construcción de categorías sociales en la interacción, y no a partir de una interpretación de la socialización. Esta aproximación permite entender cómo las personas negocian, confrontan o modifican criterios clasificatorios hasta lograr un consenso en una práctica interactiva que se acerca a la forma como tomamos decisiones y formulamos opiniones en la vida cotidiana. Por un lado, se basa en la línea de pobreza, mientras que, por otro lado, utiliza el enfoque de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Hablamos de un tipo de masculinidad dominante representada por un varón (blanco, proveedor, exitoso y heterosexual), que supone una “forma de ser hombre” generalmente inalcanzable para la mayoría, pero a la cual se subordina.
Las nuevas tecnologías pueden crear una brecha profesional y salarial porque benefician las habilidades personales y contribuyen a la producción. El resultado es la eliminación de puestos de trabajo y la creación de otros con condiciones y sueldos deficientes. En las últimas cuatro décadas, la participación laboral de las mujeres se ha incrementado de manera importante; pero esto no se ha traducido en una reducción del tiempo que dedican las mujeres al trabajo dentro de casa que no se paga. 9Si bien los datos basados en fuentes secundarias son más favorables a la prueba de confiabilidad, no se desconoce que existe un riesgo de la confiabilidad de las fuentes secundarias que escapa del control del investigador. Cualquier ejercicio de medición e indización es en el fondo uno de pensamiento, análisis y juicio, y no solo de observación, registro o crónica. Agradezco especialmente a Jairnilson Silva Paim y Ligia Vieira da Silva, mis colegas del Instituto de Saúde Coletiva de la Universidade Federal da Bahia (ISC-UFBA), por el diálogo crítico, generoso y riguroso que permitió la consistencia de la argumentación.
Incluso cuando se dispone de nuevas vacunas contra la COVID-19, existe una gran desigualdad en el acceso a las mismas. Por otro lado, durante esta pandemia ha quedado en evidencia la exclusión de las mujeres al acceso a la justicia. La falta de empatía, los titulares sensacionalistas y revictimización por parte de medios de comunicación y el sistema judicial para con los femicidios, muestra que las mujeres somos actoras excluidas desigualdad en paises del sistema judicial. El abordaje del OIJ, a través de su director Walter Espinoza, colocó la responsabilidad por el asesinato del lado de la víctima. Por otro lado, existe una violencia que tiene actores no visibles, a la que llamaremos violencia estructural. La violencia estructural es aquella violencia ligada a la injusticia, la inequidad, la marginación, la exclusión, la pobreza, la explotación y su reproducción.[2]
La desigualdad estructural es como una telaraña invisible que atrapa a las comunidades vulnerables, limitando sus oportunidades y perpetuando injusticias. Es essential entender cómo este fenómeno impacta en todos los aspectos de la vida diaria, desde el acceso a la educación hasta la calidad de vida en general. Seguramente habrás oído hablar más de una vez de la desigualdad social, término que en los últimos años ha cobrado especial protagonismo cuando se trata de analizar las relaciones geopolíticas internacionales o la inclusión de sectores sociales que, por diversas razones, han estado históricamente marginados. En resumen, la desigualdad social se refiere a las disparidades significativas en el acceso a recursos, oportunidades y derechos entre diferentes individuos o grupos dentro de una sociedad.
De manera similar, la discriminación histórica contra las mujeres ha llevado a una brecha salarial persistente y la limitación de oportunidades en campos como la política y los negocios. La discriminación estructural es un concepto que se refiere a las barreras y desventajas que enfrentan ciertos grupos de la sociedad debido a la forma en que están organizadas las instituciones y estructuras sociales. Otro ejemplo que, además, pone en cuestión los límites de la teoría del capital humano, refiere a la falta de correlación entre los niveles educativos de las mujeres y la reducción de algunas de las brechas de género en los mercados laborales. Cabe destacar que las brechas salariales entre hombres y mujeres se han ido reduciendo en los últimos años.
La teoría de la interseccionalidad postula la importancia de analizar la relación entre desigualdades para configurar estrategias de justicia social. Considerando que lo que se mide influye en lo que se busca colectivamente (y viceversa), esto es, que el posicionamiento de ciertos indicadores puede incidir en el modo en que las sociedades se perciben y en las políticas públicas, es necesario el diseño de un índice de justicia social (IJS) que seize interseccionalidad. La propuesta de este se sustenta en los debates de filosofía política y en la revisión de ejercicios de innovación en la medición estadística. Es importante agregar, así como se ha observado, que esta situación de sistemática discriminación estructural, vulnera todos y cada uno de los derechos ambientales, civiles, culturales, económicos, políticos y sociales en el contexto de la interdependencia de los derechos humanos, lo que generan índices alarmantes de exclusión social, así como pobreza y extrema pobreza material. En ese contexto, el material estudia, por un lado, los índices, estadísticas e información en cuanto a la población indígena en Paraguay, así como las visiones y la infraestructura del Estado paraguayo a través de las instituciones que deben garantizar los derechos humanos de estos pueblos y la no-discriminación.
Sirve para unificar a los que tienen preferencias similares y para diferenciarlos de los que tienen otros gustos. Los cambios en los bienes culturales conducen a alteraciones en los gustos, pero los cambios en éstos también producen transformaciones culturales. Así sirven como indicadores de lucha de clases, pero esta lucha no se reduce a cuestiones económicas.
La desigualdad entre sexos o desigualdad de género es una de las principales causas de la desigualdad en nuestras sociedades. El sexo biológico puede resultar un factor condicionante a la hora de tener acceso a la educación, al mundo laboral o a ocupar espacios de poder. Basta realizar un recorrido por la historia republicana del Peru para visualizar que no han sido pocos y diversos los intentos de establecer demarcaciones territoriales que hicieran posible configurar nuevas formas de relaciones de poder, no solo de caracter politico, sino tambien, y principalmente, economico entre Lima y el resto del pais. En resumen, la desigualdad en la sociedad actual es una problemática que abarca diferentes ámbitos y afecta a diversos grupos de la población.
No solo se manifiesta en aspectos como el poder adquisitivo, que es sin duda la causa principal de la exclusión y la falta de oportunidades en muchos lugares del mundo. Si retomamos las preguntas planteadas en el apartado anterior, podemos decir que los jóvenes de los sectores populares en México y el Estado de México parecen tener menos posibilidades de constituirse como ciudadanos que los de otros sectores, en razón de las siguientes cuestiones. Aunque los que tengan más riqueza no sean los primeros en ayudar ante una catástrofe, no debemos quedarnos impasibles.