Se ha logrado en un escenario de estabilidad política y social, preservando equilibrios macroeconómicos a pesar de los shocks internacionales (Sunkel e Infante, 2009). Asimismo, las políticas sociales, enfocadas a la población de menores ingresos han obtenido buenos resultados disminuyendo la pobreza del país y en cada una de sus regiones. Chile fue el primer país Latinoamericano invitado a ser parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Pese a eso, en amplios segmentos de la población existe la percepción de que la brecha no se acorta y este tema ha adquirido creciente relevancia en la política y las encuestas. La principal ventaja de la tipología elaborada consiste en su capacidad de describir la forma como las comunas se relacionan con las ciudades en el sistema urbano, con relativa independencia de los límites administrativos, guardando relativa homogeneidad con métodos aplicados en otros países. El criterio principal consiste en la presencia de mercados laborales compartidos a nivel territorial, utilizando como indicador los viajes diarios con motivo de trabajo, además de criterios relacionados con el tamaño y la densidad poblacional. En el caso specific de Chile, esto permite identificar territorios subregionales, intermedios entre el nivel local y las regiones jurídica y administrativamente establecidas.
“Son decisiones políticas las que han transformado la globalización en desigualdad”, argumentan. Diversos estudios concluyen que la desigualdad educativa está directamente relacionada con la clase socioeconómica y el nivel de acceso a oportunidades (ante condiciones socioeconómicas deprimidas, menores oportunidades y viceversa). Así, la educación perpetúa las desigualdades que surgen con la clase social, el género y el origen étnico. Asimismo, se aplica la misma metodología, pero para estudiar la convergencia de la desigualdad del ingreso regional. Se analiza el índice de Gini al inicio del período frente a la variación promedio anual del Gini. Se observa una pendiente negativa en ambos períodos, demostrando que las regiones que son más desiguales al comienzo, han sido capaces de reducir en mayor cuantía sus niveles de desigualdad (Gráfico thirteen, a y b).
Primero, los percentiles de mayores ingresos concentran una parte sustantiva de los ingresos. Por ejemplo, como detallamos más abajo, en Chile el 10% más rico se apropia de más de la mitad de los ingresos totales. El democracia y pobreza trabajo del PNUD destaca que un punto de partida en esta desigualdad, en cierta forma fue la asignación de tierras realizada en la colonia a españoles y sus descendientes blancos, el inicio de la clase alta chilena.
En otras palabras, el Gini corregido da cuenta de una realidad aún más desigual de la que la simple comparación internacional sugiere. Por otra parte, se produce una ruptura entre las élites conservadoras de aquel entonces con congregaciones católicas históricas del país (Jesuitas y Sagrados Corazones) que apoyaron la reforma agraria y que se ligaron a movimientos más progresistas al interior de la iglesia católica. Hoy en día, estas prácticas no solo son vistas como un elemento de liderazgo y de responsabilidad de este sector, sino que también implican que los colegios de élite determinan qué problemas son dignos de ser abordados.
Luchamos porque el sistema político lo permite y no da cabida a la resolución del conflicto en su inside. Independientemente de las diferencias cuantitativas en ámbitos específicos como los antes expuestos, cabe preguntarse si vivir en diferentes tipos de territorio enmarca los puntos de vista de las personas acerca de la existencia de desigualdades en el territorio. Por ejemplo, comparando a ese respecto la ciudad de Santiago con las otras grandes ciudades, las ciudades intermedias y las comunas vinculadas a las ciudades. Aplicando esto, al controlar homogéneamente ciertas dimensiones o variables dentro de los territorios, como el sexo o la edad, sería posible comprender mejor las particularidades de las desigualdades sociales al inside de un territorio específico. Por otro lado, un análisis comparativo entre territorios puede enriquecer la comprensión de las desigualdades sociales. En segundo lugar, para delimitar los territorios, es posible realizar sucesivas agregaciones de municipios o bien partir de una preselección de las comunas que constituyen los centros urbanos principales.
La tabla del Anexo D resume los resultados de los indicadores evaluados en este trabajo, revelando la susceptible posición de la región de La Araucanía, la peor catalogada en cada uno de los indicadores económicos y algunos sociales. A nivel de desarrollo económico, la Región Metropolitana logra los mejores resultados, mientras las regiones del sur del país, los peores, destacando nuevamente La Araucanía, única región catalogada con un bajo nivel de desarrollo, de acuerdo al IDERE. “En Chile, en el ámbito educacional, las oportunidades que se tienen en la infancia parecen tener profundos efectos, casi determinantes, sobre las oportunidades futuras de una misma persona” (Senado de la Nación, 2012, pp. 74). Esta frase refleja una sensible conclusión a la que llega el estudio Retrato de la desigualdad en Chile y es que, en todo nivel educativo, las desventajas de origen socioeconómico de los chilenos, marcan el acceso, la trayectoria y los resultados de su educación. Es decir, que el éxito o fracaso escolar, está fuertemente determinado por los orígenes de las personas, marcando una desigualdad desde los inicios. Como se mencionó al comienzo de la sección, familias más ricas tienen acceso a mejores colegios, actividades extracurriculares, posibilidad de aprender idiomas con profesores particulares, participar de más actividades deportivas e incluso ampliar redes, todo aquello que le abrirá puertas para un futuro de mayores ingresos.
En Chile, estos mismos impuestos representaron el fifty four,6%, por lejos la proporción mayor entre los más de 30 países que componen el grupo (en segundo lugar aparece Turquía con forty three,6%). Estos datos también son útiles decathlon fundación para estudiar cómo la desigualdad ha evolucionado en el tiempo. Esto es importante para nuestro país, porque muchos analistas han argumentado, equivocadamente, que la desigualdad ha disminuido significativamente en los últimos 30 años.
La extensión y popularización de la educación escolar gatilló, por una parte, la migración de la élite liberal desde los liceos emblemáticos hacia colegios privados con proyectos liberales (laico o católicos progresistas). También se observan diferencias en relación con el tipo de administración del establecimiento educativo. Por ejemplo, en los establecimientos públicos (SLEPS y municipales) un 72% de los estudiantes tiene desempeño menor a primero básico, y en los colegios particulares subvencionados esta cifra alcanza el 64%. En términos más específicos, y según los grupos socioeconómicos asignados por la Agencia de la Calidad de la Educación, el nivel socioeconómico parece ser un determinante importante del desempeño lector de las y los estudiantes.
Mientras tanto, la menor variación se observó en el norte, en la región de Antofagasta, cuyo PIB disminuyó un 2,9% respecto al año anterior, sin embargo, sigue siendo una de las regiones que más aporta al PIB nacional (9,7%), gracias al producto minero de esta zona. La Región Metropolitana es por excelencia la región que más produce en el país, por sí sola aporta el 42% al PIB nacional, sus principales ingresos provienen del sector de servicios financieros y empresariales y del comercio (Ver Anexo B). Las principales conclusiones de este trabajo, revelan la gran heterogeneidad que existe entre las regiones de Chile, siendo consistente con los trabajos de Agostini y Brown (2007; 2010), Ramírez et al. (2009) y Mac Clure y Calvo (2013), quienes avalan la importancia de trabajar a distintas escalas territoriales2.
Sin embargo, éste indicador se basa exclusivamente en datos de la CASEN, que, como discutimos más arriba, no capturan los ingresos de los tramos de altos ingresos. La única serie de tiempo basada en datos tributarios (y que es una estimación conservadora porque no corrige por elusión ni evasión) muestra que la concentración del ingreso del 1% y del 10% más rico no ha caído.[5] Tanto en 1990 como en 2015, el 1% recibía cerca de un cuarto de los ingresos del país. Por su parte, el 10% más rico concentraba el 54% de los ingresos tanto en 2004 (primera fecha para la que se tiene registro) como en 2015. Si bien estos indicadores aún no alcanzan la relevancia que tiene el coeficiente de Gini en el debate público, en parte porque su disponibilidad es más reciente, hoy son el estándar en el debate académico sobre desigualdad.
Esto, entendiendo la escuela como un espacio clave a la hora de querer cambiar esta realidad. Hoy, algunos sectores que se oponen a las clases presenciales argumentan que esto podría ocasionar un alza peligrosa de los contagios. Sin embargo, ya sabemos que la exitosa vacunación en Chile ha disminuido los riesgos para la salud, y está probado que el riesgo de desarrollar una versión grave de la enfermedad es muy bajo en niños y jóvenes. La menor presencialidad ha tenido efectos severos, especialmente anivel escolar, con menores aprendizajes, daño psicológico y socioemocional, y un aumento en ladeserción escolar. Una aproximación de derechos fundamentales con una comprensión interseccional de los distintos tipos de exclusiones que las tecnologías promueven y clausuran es la única manera de hacer frente a la desigualdad a la que millones de personas están siendo sometidas en el continente.
Si bien el rezago lector está presente en todos los niveles, los resultados evidencian una amplia brecha educativa. De acuerdo con las investigaciones recientes sobre la educación mundial, Chile tiene uno de los porcentajes más bajos de educación universitaria y tasas de graduación en los países de la OCDE. Esto puede ser en parte por las pobres condiciones de educabilidad y los altos costos de acceder y obtener una educación universitaria. «Llevamos décadas diciendo que Chile en términos de distribución de ingresos, tenemos una alta desigualdad y no mejora incluso después de algunas medidas redistributivas. Del punto de vista de la desigualdad materials, está claro que no la hemos logrado podido revertir eso», detalla Méndez.