Bourguignon y Chakravarty muestran que mejoras en indicadores de bienestar no monetario (como salud y educación) requieren de una mejora en la provisión de bienes y servicios públicos6 . Así, desde el punto de vista de la oferta de salud, carencias o limitaciones de los servicios de salud (que predominantemente afectan con mayor intensidad a los sectores rurales) disminuyen los niveles de salud de la población, aun cuando esta tenga los recursos monetarios suficientes para demandar los servicios de salud que requiere13 . El progreso en salud ha tenido lugar en países como México que coincide con Chile en aspectos como la liberalización comercial y el progreso tecnológico, pero no necesariamente en sus políticas públicas en salud26 .
Esta evidencia es prueba del vínculo que se ha asumido entre la condición de pobreza monetaria y las carencias en salud. Por una parte, la falta de acceso a la salud, y también carencias en educación, entorpecen la acumulación de capital humano contribuyendo al establecimiento de círculos de pobreza crónica5 . Al respecto el Intendente Andrés Jouannet, quien encabezó la entrega de estos resultados, valoró la disminución en las cifras, asumiendo el desafío a seguir mejorando el clima de la región para aumentar la inversión de privados. “Hay que estar contentos, pero no satisfechos, contentos porque bajamos 4,3% en la última Casen y por tanto eso nos ubica de un 27,9 que teníamos a un 23,6 en términos de ingreso, y en multidimensionalidad pasamos de un 28,5 a 26,three. La evidencia presentada en este trabajo es concluyente en afirmar que hoy, la medida de pobreza monetaria no captura adecuadamente el estado de carencias en salud de la población (habiéndolas capturado en mayor grado durante la década de los noventa).
La redundancia entre los indicadores de malnutrición y la pobreza multidimensional también es decreciente. Mientras el R 0 alcanzó casi 84% en 1992, en 2017 su valor fue de 62,2% que es mucho mayor al valor personas ricas que ayudan a los pobres obtenido para la redundancia contra la pobreza monetaria que en 2017 llegaba a 18,2%. El R 0 de los indicadores de obesidad y desnutrición disminuyen en el tiempo hasta 2009, año en que estos indicadores convergen.
Considerando que el levantamiento de datos de la Casen se realizó entre noviembre del año pasado y enero de 2016, cabe destacar que pese al menor crecimiento de 2015 (2,3%), comparado con una expansión de 4% en 2013, durante el año pasado los indicadores de empleo y salarios se mostraron resilientes al menor dinamismo de la economía. Así, la tasa de desempleo incluso retrocedió el año pasado, cerrando en 5,8%, en tanto hoy alcanza el 7,1%. Desde Nueva York, donde participa de las actividades de la Asamblea de la ONU, la Presidenta Michelle Bachelet valoró los resultados. Significa que avanzamos en la dirección correcta, así que son muy buenas noticias”, sostuvo la Mandataria. En términos multidimensionales -que incluye aspectos más allá de los ingresos-, la pobreza se redujo de 20,4% a 19,1%, mientras que con los cambios incluidos en la medición 2015 se situó en 20,9% (ver nota relacionada).
En este contexto, el Ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza; junto a la Subsecretaria de Evaluación Social, Heidi Berner; el Director de Senama, Rubén Valenzuela; y el alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, compartieron las cifras de la principal encuesta de hogares que se realiza en el país cada 2 años. Con la presencia de Jefes de Estado y de Gobierno de Costa Rica, Honduras, Afganistán, Nepal, Pakistán y Ecuador (VP), el Presidente Sebastián Piñera resaltó las ventajas del IPM en el país, al permitir una mejor identificación de los más vulnerables y una elaboración de políticas públicas más focalizadas, efectivas y oportunas. El reporte señaló que si se incorporan los indicadores de entorno y redes, la pobreza de personas pertenecientes a pueblos indígenas llega a 30,8%. Entre niños y niñas de 0 a 6 años un 13,6% reporta sobrepeso y otro 2,2% reporta obesidad. Hoy las niñas, niños y jóvenes están viviendo en un Chile más justo y con mejores oportunidades.
Al observar los factores asociados, no todos coinciden con los observados respecto de la medición por ingresos. –Entonces no se podría asegurar, según usted, que sea un fracaso de Bachelet el estancamiento de la desigualdad. Lo que justifica la rebaja del three,1% es el salto del valor de los arriendos y la menor inflación de alimentos. Mientras que la población indígena se encontraba ocupada en 52,5%, en el segmento no indígena la cifra es de fifty four,1%.
Con una política pública focalizada en los sectores más críticos podríamos contribuir más fuertemente al desafío de superar la pobreza en el país. De hecho, el 8% de los trabajadores de todo el mundo, y sus familias, vivían en situación de extrema pobreza en 2018. Garantizar la protección social de todos los niños y otros grupos vulnerables resulta crucial para reducir la pobreza.
Focalizar, por ejemplo, en territorios postergados que tienen tasas de disminución de la pobreza inferior al promedio país como es el caso de la Araucanía, que tiene la tasa más alta tasa tanto por ingresos como multidimensional. Si la comparamos con Maule y los Ríos entre 2006 y 2015, las tres tenían las tasas de pobreza más altas de Chile, pero la que ha logrado la menor reducción relativa es la Araucanía. Si miramos su tasa de desempleo, es comparable a la del promedio país, así se hace evidente que es necesaria una intervención más compleja. Por su parte, la Ministra de Desarrollo Social y Familia, Karla Rubilar, hizo alusión al uso del IPM en Chile desde el año 2015, gracias a la colaboración de distintos actores como academia y sociedad civil. La Secretaria de Estado destacó el IPM como una herramienta elementary a la hora de construir perfiles de hogares en pobreza, tomando en cuenta las múltiples dimensiones y ámbitos en los que la calidad de vida de las personas y sus hogares se ven comprometidas.
La medición reveló que la pobreza mantuvo la tendencia a la baja observada en los años anteriores a pesar del período de desaceleración económica que experimenta el país desde fines de 2013; pero el alcance de este descenso en la población fue menor que el registrado en la Casen 2013. La encuesta del año 2015 revela que la pobreza por ingreso en el país disminuyó de 14,4% a eleven,7%. En ámbito educacional, un eight,5% de las personas mayores es analfabeta (no saben leer ni escribir), mientras que en la población menor de 60 años sólo se observa un 1,6%. Por otro lado, los datos de la Encuesta Casen 2015 muestran que la escolaridad promedio de la población de 60 años y más alcanzó los 8 años de estudio, en comparación a los 12 años de estudio promedio que tiene la población de 19 a 59 años. Respecto del acceso a la salud, hay que destacar que el ninety three,4% de los adultos mayores que requieren atención médica en los últimos tres meses la han tenido, lo que significa que la población de 60 y más años registra una alta cobertura de atención médica. Además, el porcentaje de población adulta mayor que, habiendo estado en tratamiento médico en los últimos 12 meses por alguna patología o condición de salud garantizada y que fue cubierta por el sistema AUGE-GES, se elevó a un eighty three,5% en el año 2015.
La hipótesis de desacople entre los ingresos y la salud cuenta con cierta evidencia empírica que la soporta. Dreze y Sen muestran que a pesar de que India tiene un mayor Producto Interno Bruto que los países del África Sub-Sahariana, estos últimos países logran mejores indicadores en mortalidad infantil, inmunización y expectativa de vida10 . Por su parte, Bourguignon et al. no encuentra asociación entre la reducción de la pobreza monetaria y un descenso pobres estructurales en carencias no monetarias, incluidas las de la salud, exceptuando la desnutrición11 , 12 . Klasen muestra que las carencias en salud no están estrechamente vinculadas con la pobreza en Sudáfrica13 . En el caso de los hogares rurales en China, Wang et al. muestra que la correlación existente entre la falta de acceso a un seguro de salud es prácticamente indistinguible entre hogares que sufren pobreza monetaria de aquellos que no la sufren5 .
De lo contrario, se podría dar el sinsentido de que, en un futuro no muy lejano, los pobres multidimensionales sean en baja proporción carentes en salud y viceversa. La misma dinámica ocurre con la asociación entre la pobreza multidimensional y los indicadores de carencia de seguro y acceso a salud. En 1992 el R
Pero es evidente que la reducción de la pobreza por ingresos ocurrió en forma totalmente fuera del management del Estado. Lo que justifica la rebaja del 3,1% es el salto del valor de los arriendos y la menor inflación de alimentos y no una acción específica del Estado. Ahora bien, la nueva medición confirmó que los niños, niñas y adolescentes aún permanecen como el grupo más pobre y excluido de nuestra población.