Chile Creció En Desigualdad: América Latina Retrocedió 27 Años En Extrema Pobreza

Asimismo, ha inhibido a que la política pública comprenda su potencialidad «destructiva» sobre los activos y posibilidades de desarrollo de los pobres urbanos (por ejemplo, construcción de vivienda social en lugares apartados de fuentes de trabajo y sin redes de transporte adecuadas y accesibles). Asimismo, estudios del Banco Mundial muestran que la productividad de empresas localizadas en áreas urbanas aumenta con el tamaño de ciudad (Vidler, 1999). Para explotar los beneficios de aglomeración, las ciudades pueden (Vidler, 1999) aumentar la inversión en capitales (infraestructura, vivienda, social) a través de un financiamiento tanto público (multi-nivel) como privado. Asimismo, utilizar instrumentos de uso de suelo (zonificación) para racionalizar los usos competitivos de éste, minimizar externalidades negativas y dinamizar procesos de desarrollo.

La superación de la pobreza en la región no exige solamente crecimiento económico; este debe estar acompañado por políticas redistributivas y políticas fiscales activas”, cube la Cepal en el estudio. Ahora vienen años de menor crecimiento económico y, si no se mantienen los esfuerzos, serán mayores los aumentos en pobreza y desigualdad”, concluye. La comisión económica para la región prevé para este año un rebote tras la disaster de 2020, pero advierte que el crecimiento no se sostendrá. En cambio, proyecta un aumento de la desigualdad, la pobreza y la informalidad en los próximos años a menos que se lleven a cabo cambios estructurales. Existen pocas experiencias en la región que logran integrar las metas de mejorar la habitabilidad y las oportunidades productivas de los habitantes de barrios precarios. En general, los acercamientos son parciales, sin la instalación de modelos de desarrollo sostenible local.

Se postula que ciudades dinámicas y «sanas» son una parte integral de un crecimiento económico sostenido. Al desarrollarse un país, las ciudades contribuyen en una mayor proporción, y en forma creciente, al ingreso nacional. De acuerdo al Banco Mundial (Vidler, 1999), las áreas urbanas de los países de bajos ingresos generan un 55% del producto interno bruto; de los países de ingresos medios, un 73% y las áreas urbanas de los países de ingresos altos, un 85%.

desigualdad y pobreza en américa latina

Las políticas del habitat están incorporando, de manera aún incipiente, una preocupación por facilitar el acceso de los pobres urbanos al empleo y a ingresos estables. Inicialmente, esta inquietud ha sido más bien basic, y se ha expresado en reflexiones e iniciativas tendientes a lograr que las ciudades sean más competitivas y que aumente la productividad urbana. A partir de 1990, el empleo en las áreas urbanas mostró una mayor expansión en los sectores de baja productividad. En cambio, se redujo la participación del empleo tanto en las pequeñas, medianas y grandes empresas privadas como en el sector público (CEPAL, 2005). Según cálculos realizados por la CEPAL con datos de 17 países de América Latina alrededor de 2013, los ingresos laborales representan en promedio 80% del ingreso complete de los hogares; 74% del ingreso whole de los hogares en situación de pobreza; y 64% en los hogares en situación de indigencia.

A día de hoy, el 62,3 por ciento de la población de América Latina (408 millones de personas) cuenta con dos dosis, pero la distribución es todavía muy desigual dentro de la región. «También aumentó la proporción de mujeres que no recibe ingresos propios y se mantuvieron las brechas de pobreza en áreas rurales, pueblos indígenas y la niñez», señaló Bárcena. En la región hay 86 millones de personas en pobreza extrama, cinco millones más que el primer año de la pandemia. En un contexto de recuperación económica, amplía, en 2021 cabe esperar que tanto la pobreza extrema como la pobreza disminuyan y se recupere parte del retroceso observado en 2020, pero se sitúe apenas un 1,0 por ciento por debajo, en un 32,1. Diego Portales, miembro de la llamada “Comisión Bravo” que analizó el sistema de AFP, experta en pobreza y que junto a Ricardo Mayer hizo en 2011 una de las primeras estimaciones sobre la concentración de la riqueza y la desigualdad usando datos de la encuesta de empleo de la U.

La temática del capital social refiere a las relaciones de reciprocidad y confianza entre las personas y grupos, la densidad y características del tejido social, y la naturaleza de los lazos que unen con otros. Lo definitorio del capital social es que es relacional, y tiene que ver con las conexiones y redes entre las personas y grupos inmersos en la estructura social. Derivan del fortalecimiento del capital social políticas de fortalecimiento actual de la asociatividad, la participación ciudadana y la colaboración recíproca en iniciativas de interés común (Arriagada, Miranda y Pavez, 2004). La manera en que se entiende la pobreza tiene consecuencias en los modelos de intervención que se proponen e implementan. La pobreza es la condición de privación y ausencia de oportunidades de las familias y comunidades a los bienes y servicios que la sociedad, en un momento dado del tiempo, entiende como adecuados para el desarrollo integral del ser humano. La pobreza es heterogénea, compleja y dinámica, sus causas son múltiples y operan en el nivel micro, meso y macro social.

Las experiencias municipales en este sentido han tenido poco éxito, aunque reflejan una creciente demanda (Llorens, Alburquerque y Castillo, 2002). Asimismo, los pobres urbanos, por vivir en barrios «pobres», son frecuentemente discriminados en el mercado laboral, por provenir de barrios estigmatizados. La pobreza es un fenómeno complejo y multidimensional, que abarca privaciones en muchos aspectos del bienestar individual desigualdad social y pobreza en el mundo y colectivo.

De acuerdo con el estudio, estas cifras demuestran que un alto porcentaje de personas en situación de pobreza e indigencia en la región está inserto en el mercado de trabajo; no obstante, los ingresos que obtienen de esta fuente son insuficientes para satisfacer sus necesidades. De ahí la importancia del acceso a un empleo productivo y de calidad y al trabajo decente. En los años previos a la pandemia América Latina había conseguido reducir estos índices. Ahora, con la covid-19, el número de pobres aumentará en 28,7 millones de personas, hasta alcanzar la cifra de 214,four millones de pobres en la región. A su vez, la pobreza extrema afectará a 15,9 millones más, sumando en total eighty three,4 millones de personas.

Este incremento de la desigualdad ha reavivado las protestas sociales en la región, generalizando las ya manifestadas durante la segunda mitad de 2019 en Chile, Ecuador y Colombia. Si bien el comercio internacional se ha contraído en 2020 a nivel mundial, lo ha hecho de forma más severa en América Latina. El resultado de la disminución de los ingresos públicos y el incremento de los gastos ha sido un incremento del déficit público y de la deuda pública. Brasil y Argentina son los países con mayor nivel de deuda (en torno al one hundred pc del PIB) y de déficit público (superando el 10% del PIB) en 2020.

Las pequeñas empresas y los trabajadores poco cualificados tienen mayores dificultades y, por lo tanto, también se han visto más perjudicados por las restricciones de la pandemia. El turismo, la cultura, el comercio, el transporte y la moda han sido los sectores más afectados. Por el contrario, las actividades que se han visto menos afectadas han sido la agricultura, la ganadería y la pesca, la producción de alimentos, los productos médicos y las telecomunicaciones. Se observa también que los programas de ayuda desplegados están beneficiando más a la parte baja de la distribución, pero quienes están por encima de la línea de la pobreza están perdiendo mucho.

Sin embargo, carecen de orientaciones claras5 y tienen un marcado énfasis social, que no toma en consideración la enorme heterogeneidad que caracteriza el sector. La microempresa, bajo este esquema, se consolida como amortiguador laboral-productivo en tiempos de ajuste y crisis, sin necesariamente lograr insertarse y competir dentro de la economía formal. Cabe destacar una condición específica de los hogares pobres urbanos que hace que su vida difiera a la de sus contrapartes rurales, y que marca fuertemente la dinámica de reproducción y producción de estos sectores en el área urbana. El enfoque de desarrollo humano del PNUD (1997) contribuye a distinguir desarrollo económico y desarrollo social, señalando que, aun cuando hay crecimiento económico, ello en nada garantiza que se vea también comprometido el desarrollo humano. Este enfoque pone énfasis en crear un entorno propicio en el cual las personas pueden realizar sus posibilidades, y vivir plenamente2.

En basic, el enfoque nacional sobre los tugurios ha variado, pasando de políticas negativas (desalojo, erradicaciones, negligencia benévola) a políticas más positivas como el mejoramiento de los asentamientos, la movilización de recursos locales para las mejoras y políticas basadas en el derecho. Se han aplicado distintas estrategias programáticas, desde las que se limitan a regularizar la propiedad de las viviendas irregularmente ocupadas, a programas integrados de mejoramiento de los barrios. Estas estrategias se fundamentan en un consenso regional generalmente aceptado de que las estrategias basadas en el asentamiento de poblaciones en las zonas que ya ocupan, proporcionan la solución más deseable desde el punto de vista social y económico al problema de los asentamientos informales. En este sentido, los asentamientos irregulares se aceptan como una realidad urbana que no puede erradicarse y se aceptan como parte del proceso de crecimiento de las ciudades.

Se trata de programas de urbanización in situ que aprovechan las inversiones ya realizadas por los residentes en sus soluciones habitacionales y ponen énfasis en la participación comunitaria en la ejecución de las obras. Un aspecto económico y social crítico que no se ha incorporado plenamente en estos programas es la creación efectiva de oportunidades de generación de ingresos. A fin de lograr el crecimiento económico urbano a favor de los pobres, es necesario reconocer la contribución del sector casual desigualdad un análisis de la in felicidad colectiva al desarrollo económico y al empleo. Pese a que las empresas informales tienen un estatus no reconocido y no están sujetas a regulaciones adecuadas en materia de producción y empleo, producen y distribuyen bienes en los mercados y tienen numerosas interdependencias con la economía formal. Bajo esta comprensión de la problemática, la ciudad es entendida en su potencialidad productiva, y no solamente vista en términos de consumo.

Y finalmente, se debiera preservar y mejorar la dotación de los capitales naturales a través de la conservación del medio ambiente urbano y reducción de la vulnerabilidad urbana. Esta agenda es consistente con los principios del desarrollo sostenible, y en este sentido, abarca las dimensiones ambientales, económicas y sociales del desarrollo. El proceso de urbanización ha permitido resolver algunas de las necesidades básicas de la población pero no ha podido facilitar la eliminación o substancial reducción de la pobreza. La informalización del mercado laboral debida a la incapacidad de las economías de generar suficiente empleo formal4, se considera entre las principales causas de la pobreza urbana. El sector informal ha llegado a representar el 73% del mercado laboral urbano, especialmente en lo que se refiere a actividades de las prestaciones de servicios, que es el sector adonde se registra el mayor incremento. El desafío principal consiste en incorporar esta fuerza de trabajo en la economía formal, donde los niveles de salarios, protección social y productividad son más elevados.