Casen 2022 Sorprende Y Revela Una Marcada Baja De La Pobreza En Chile De La Mano De Las Ayudas Estatales Diario Financiero

Y hablamos de equidad como un tema interesante más bien teórico, académico o político, pero nos detenemos poco a reflexionar acerca del significado de estos términos y su estrecha relación. Este comentario se propone plantear el vínculo que existe entre ellos y su proyección en el sentido de las profesiones de la salud. Dirigentes sociales, alcaldes, académicos y expertos de todo el país reflexionarán desde sus territorios sobre los problemas y soluciones posibles a los temas que nos afectan. El proyecto se implementará de manera gradual, para alcanzar hacia finales de 2027 a 187 de las 346 comunas del país. Ciertamente hay muchos otros aspectos a considerar, si se tiene en cuenta la devaluación de la institucionalidad política, el empoderamiento de las comunidades y los cambios que trae

Esta es una característica relativamente constante de los mercados laborales urbanos de la región durante los últimos 15 años. Asimismo, los índices nacionales de desigualdad continúan siendo elevados o han sufrido un deterioro absoluto. Los análisis de la CEPAL demuestran que los factores vinculados al bienestar económico tienen efecto tanto sobre la inequidad como sobre la pobreza.

Durante las últimas décadas, las políticas del habitat han ido incorporando una marcada orientación hacia la economía de mercado en sus programas. Desde el punto de vista de la oferta se exigen a los sectores de pobreza ahorros, pagos para servicios, entre otros. Esta estrategia de política sin lugar a duda, ha ayudado a ampliar la cobertura de estos programas, diversificando las formas de financiar la inversión pública, como también ha ayudado a facilitar la asimilación de una cultura relacionada a esta economía. Sin embargo, la comprensión de esta realidad de economía de mercado, desde el punto de vista del hogar (e individuo), ha sido ajena a la política habitacional y a la intervención urbano-territorial. Esta falla en el marco de las políticas del habitat en la región no ha permitido potenciar a los sectores de pobreza en aspectos críticos de su desarrollo. Asimismo, ha inhibido a que la política pública comprenda su potencialidad «destructiva» sobre los activos y posibilidades de desarrollo de los pobres urbanos (por ejemplo, construcción de vivienda social en lugares apartados de fuentes de trabajo y sin redes de transporte adecuadas y accesibles).

Los refugiados y los migrantes, así como los pueblos indígenas, los ancianos, las personas con discapacidad y los niños se encuentran especialmente en riesgo de ser excluidos. La COVID-19 ha intensificado las desigualdades existentes y ha afectado más que nadie a los pobres y las comunidades más vulnerables. Ha sacado a la luz las desigualdades económicas y las frágiles redes de seguridad social que hacen que las comunidades vulnerables tengan que sufrir las consecuencias de la disaster. Al mismo tiempo, las desigualdades sociales, políticas y económicas han amplificado los efectos de la pandemia. Asegurar el derecho a una salud de calidad y mejorar la eficiencia del gasto público son algunos de los desafíos para el sistema de salud nacional. En este escenario, creemos y trabajamos en un modelo que fomente un adecuado complemento a la salud pública.

El desarrollo de un apoyo hacia la oferta (a los recursos y capacidades de trabajo con que cuentan personas y hogares pobres) ha sido más esporádico, y sin articulación con los esfuerzos sobre la demanda. Los programas públicos de intervención en la precariedad del habitat en basic no han incorporado la temática del empleo, aunque sí se detectan algunos casos, por ejemplo en Chile y Argentina. Por otra parte, la mayoría de las regiones del país presentaron bajas estadísticamente significativas respecto a la encuesta CASEN 2017, destacando La Araucanía (-5,2 pp), Los Ríos (-5,9 pp), Biobío (-4,7 pp), Los Lagos (-4,6 pp) y Metropolitana (-1 pp).

pobreza en paises bajos

Distancia, falta de transporte, enfermedades frecuentes, vestimenta inadecuada, falta de útiles escolares, inadecuadas en las poblaciones vulnerables. Como referencia, se indica que el nivel de comunas elite alcanzaba sólo a 1.1 % de pobreza, mientras el Decil 10 de comunas registraba 4.0%, y el Decil 9 tenía 9.1% de pobreza. En contraste, el nivel de pobreza en el Decil 1 de comunas period equivalente a1existente en el país en 1996, mientras que el Decil 2 tenía un nivel de pobreza equivalente a la que tenía el país en 2007. En el frente económico, la pandemia de la COVID-19 ha aumentado significativamente el desempleo mundial y ha recortado drásticamente los ingresos de los trabajadores.

De tal manera que la seguridad alimentaria se puede vulnerar debido a la desarticulación en los sistemas nacionales e internacionales de producción de alimentos, así como por la baja en los ingresos de las personas o encarecimiento de los productos alimentarios, lo cual afecta la accesibilidad por parte del consumidor. En este escenario, la seguridad alimentaria se transforma en inseguridad alimentaria, es decir, las personas sufren de una carencia sistémica y prolongada de falta de alimentos en cantidad y calidad. Es evidente que la metodología multidimensional otorga una visión más amplia de la pobreza y de sus determinantes, así como de otros aspectos relacionados con el bienestar y los derechos sociales. Sin embargo, en el futuro el reto se circunscribe a la utilización de dicha amplitud de datos en la canalización de mejores programas y políticas públicas que coadyuven a maximizar el combate a la pobreza y de las dimensiones integradas en la metodología multidimensional. De lo contrario, de nada serviría contar con mejores herramientas de medición, si estas a la par no se ven acompañadas de mejores prácticas dentro de la administración pública. Así, recientemente se publicaron los datos correspondientes a la medición de 2010, con lo cual se tienen ya dos cortes de comparación con la nueva medición.

En tanto, estos programas no deben erosionar la cartera de activos que ya han adquirido estos sectores. Al contrario, los programas deben buscar maneras para potenciar y ampliar los activos de los pobres urbanos, como también buscar sinergias entre fortalecer distintos tipos de activos. Con respecto a los programas de regularización de la tenencia, las complejas manifestaciones de la informalidad urbana del suelo, la multiplicidad de actores que intervienen, la falta de transparencia en lo que concierne a la propiedad del suelo y el enorme volumen de títulos que deben procesarse, constituyen serias dificultades para la implementación de estas iniciativas.

El aumento de esos barrios contrastó con la imagen de una ciudad próspera y pujante, donde la ologarquía nacional, enriquecida con la especulación financiera y la implementación del modelo industria, el libre mercado y la la inserción de Chile en la economía capitalista, construyó elegantes mansiones y palacios y construyó importantes obras públicas. El objetivo de reducir la pobreza extrema por debajo del 3% de la población mundial en 2030 “puede lograrse” en esta generación, asegura Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial, “nos estamos acercando”. La población atrapada en esa situación de penuria rondaba los 902 millones en 2012, lo que representaba el 12,8% de los habitantes del planeta. La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza). También hay un agravante de género a considerar, por cuanto más de un 70% de las mujeres asalariadas con educación media completa y que trabajan más de 30 horas semanales, obtiene una remuneración por debajo del umbral citado.

La posibilidad de vender su trabajo y el nivel de remuneración son factores importantes en sus estrategias de generar sustento. La integración a la economía del mercado significa que los pobres urbanos son mucho más vulnerables a shocks económicos que sus contrapartes rurales, situación que realza la importancia de los mecanismos de sobrevivencia y de adaptación de los hogares, y la comprensión de estos para el desarrollo de estrategias de intervención. En resumen, el experimento chileno no está dando el ancho y sólo está permitiendo que las personas en extrema pobreza pasen a ser pobres. No basta con la entrega de bonos y subsidios (que sólo deben corresponder a medidas paliativas y transitorias) que tanto los gobiernos anteriores como la precise pobreza estructural y coyuntural administración han hecho sus políticas favoritas.

Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio. Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor. A este ciclo se le asigna cierto bienestar de la emergente clase media y de los trabajadores asalariados. Incluso los países más equitativos exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un considerable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Al analizar los indicadores de la pobreza multidimensional, es posible identificar que la mayoría de las carencias han disminuido en relación con CASEN 2017 y 2020. 6 Se utiliza la clasificación elaborada por la División de Estadísticas de CEPAL, de «empleo formal» y «empleo casual», aplicada en este caso a los jefes de hogar.

Mientras que entre las que superan el promedio nacional encontramos a Tarapacá (23,8%), Atacama (20,3%), La Araucanía (19,8%) y Los Lagos (19,7%). Muchos trabajos de investigación han tratado de identificar cuán importante es la relación entre desigualdad y desarrollo, y los mecanismos para explicar dicha relación. Así, Daron Acemoglu y James Robinson argumentan que las brechas socioeconómicas afectan negativamente el desarrollo de los países cuando se traduce en un acceso, también desigual, al poder político; este mecanismo se relaciona con la potencial captura de rentas por parte de la élite y el bloqueo de oportunidades de desarrollo para el resto de la población.

El PNUD estima que fifty one,6 millones de personas cayeron en la pobreza en los primeros tres meses de la guerra y vivían con US$ 1,ninety al mes. Como la crisis climática, hay otras disaster que hoy estamos viviendo y que requieren de soluciones en el corto y largo plazo. En esta columna, queremos enfocarnos específicamente en la crisis pobreza e de salarios para reflexionar sobre las limitaciones de las soluciones que se han dado, pues como veremos, estas propuestas han hecho bien poco en transformar las condiciones sociales que han creado una sociedad que necesita de trabajadores pobres para funcionar.

2.-  La segunda relación que bien podríamos mencionar se desprende de la primera, y se orienta a categorizar la pobreza y la seguridad alimentaria. Aunque se encuentran estrechamente relacionadas entre sí, también pueden ser fenómenos excluyentes e independientes, ya que una persona puede ser pobre e inseguro en un nivel alimentario, pero, por el contrario, una persona u hogar puede ser inseguro alimentariamente, pero no necesariamente ser pobre. A nivel de sistema, un país, una región o una ciudad pueden poseer un altísimo grado de seguridad alimentaria o sufrir de inseguridad alimentaria moderada, y al mismo tiempo albergar una gran cantidad de personas pobres o viceversa. Esto plantea una serie de aspectos interrelacionados que hay que atender, como la existencia de una oferta alimentaria suficiente y sostenible y la generación de recursos e ingresos para que las personas puedan emplearlos en la compra de alimentos.