Casen 2022: Pobreza Por Ingresos Y Multidimensional Registra Índices Más Bajos En La Historia Universidad De Chile

El término opuesto de pobreza no siempre es la riqueza, es más bien la integración social, y esa integración está asociada a factores tan importantes como las condiciones que envuelven a las personas en su vida laboral y social. Hoy existen las 5 dimensiones antes descritas para hablar de pobreza multidimensional y lo cierto es que esta medida, si bien no es perfecta, porque es una medida (entre muchas otras posibles), permite darle mayor profundidad a una situación que transitan millones de personas en el mundo. La disminución de la pobreza por ingresos y la percepción de que otras vulnerabilidades no se solucionan lleva, además, al surgimiento de tensiones dentro de los grupos sociales. El elemento objetivo de la pobreza (en cuanto a indicadores como el dinero) no está alineado con el subjetivo (cómo cada persona vive su situación) ni el relacional (cómo las personas se relacionan con el resto de la sociedad). Ese último factor va de la mano con el fenómeno de la exclusión social, que Moreno describe como «el rompimiento de los vínculos que unen a las personas en la sociedad». A diferencia de la metodología tradicional, en la nueva metodología la línea de pobreza no es per cápita, sino que se identifica la situación de pobreza del hogar comparando los ingresos totales del hogar con la correspondiente línea de pobreza o extrema pobreza según el tamaño del hogar.

Las encuestas Casen que han medido la pobreza es provocada por la sobrepoblación han encontrado que la pobreza multidimensional es significativamente mayor que la pobreza por ingresos. Por ejemplo, la Casen 2017 encontró que la tasa de pobreza por ingresos era de un eight,7% mientras que la pobreza multidimensional llegó a un 20,7%. La pobreza multidimensional se puede considerar un indicador más exigente de bienestar. La pobreza por ingresos clasifica a los hogares como pobres cuando tienen un ingreso por debajo de un nivel mínimo que permite satisfacer sólo las necesidades básicas. En este curso examinaremos los métodos más utilizados para medir la desigualdad de ingresos y riqueza. En la primera parte analizaremos los principios redistributivos y enfoques de justicia social detrás de las mediciones y, en la segunda, los estudiantes aprenderán a utilizar los indicadores de desigualdad, sus propiedades, limitaciones y la utilidad que brindan para el análisis de la desigualdad de ingresos y políticas públicas asociadas.

En Chile hay más de three,5 millones de personas en pobreza multidimensional, un número bastante más abultado que el de vulnerabilidad por ingresos. Un hogar se califica en esa situación si presenta un 22,5% o más de carencias en las áreas descritas. La última encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen 2017) concluye que en Chile viven un poco más de 400 mil personas en pobreza extrema y un poco más de un millón en pobreza no extrema por ingresos. A pesar de continuar siendo un problema, el porcentaje de personas en dicha condición (extrema o no) disminuyó desde el 29,1% en 2006 a 8,6% en 2017. “Si sumamos la dimensión social de género a las dimensiones de ruralidad y de mujeres adultas mayores –dos grupos objetivos de trabajo para la fundación-, el índice de pobreza multidimensional aumenta significativamente, alcanzando un forty four,4% en mujeres rurales con 60 años o más”, explica Paola Diez. Los mayores de 60 años están entre los más favorecidos por bonos y subsidios y cuentan hoy con la Pensión Garantizada Universal (PGU).

Bajo este marco y a través de su plataforma Sistema de Información Territorial de Antofagasta – SIT, busca desarrollar una mirada regional sobre los últimos datos proporcionados por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) 2022, principalmente en la medición sobre pobreza de ingresos y pobreza multidimensional. Primero, independientemente de la forma en cómo la pobreza sea medida, los niveles de asociación de estas medidas con los indicadores disponibles de la dimensión salud han decrecido sostenidamente en el tiempo. Segundo, tal y como es esperado, se comprueba que la medida de pobreza multidimensional tiene un nivel de asociación significativamente mayor (aunque igualmente decreciente) con los indicadores de salud, que el que estos mismos indicadores tienen con la medida de pobreza monetaria.

Por otro lado, la determinación de los pesos que tiene los indicadores (hoy todos pesan igual, un eight,33% c/u) así como el número de dimensiones (hoy 4) y la cantidad de carencias requeridas para ser considerado en situación de pobreza (hoy, desde 3), son decisiones normativas. Por lo basic, la literatura apela a la elección por consenso público y métodos participativos. Así por ejemplo, en “Voces de la Pobreza” de México, la valoración que realizaron las personas en situación de pobreza era muy distinta la línea base que estipulaba pesos iguales [2]. En particular, la importancia asignada a la dimensión de ingresos era 4 veces mayor en relación a la tenencia de un grifo de agua y casi eight veces más importante que el indicador referido a tener una vivienda con materiales no precarios. La evidencia presentada en este trabajo es concluyente en afirmar que hoy, la medida de pobreza monetaria no captura adecuadamente el estado de carencias en salud de la población (habiéndolas capturado en mayor grado durante la década de los noventa).

la pobreza multidimensional

Los resultados de pobreza multidimensional son una buena herramienta de focalización de los recursos y políticas públicas para atacar la pobreza desde sus dimensiones de origen. Las cinco dimensiones incluidas en la medición 2015 nos entregan una radiografía de la pobreza regional, que nos permite saber dónde están las mayores falencias y rezagos, para así direccionar mejor las estrategias, recursos y acciones; con lo cual debiera lograrse mejor focalización y eficiencia en el uso de los recursos. Otro fenómeno característico de la región, y que agudiza los problemas de pobreza y vivienda, es la alta presencia de población migrante, colocando a la Región de Antofagasta dentro de las cinco del país con mayor pobreza multidimensional migrante, más que todas las del norte de Chile, pasando de 17,5% en 2017 a 34,6% en 2022. Y en relación a vivienda, el 73% de las familias que viven en campamentos son migrantes extranjeros (TECHO, 2023), lo que está muy por encima del promedio nacional, cercano a un 35%. A pesar de la evidencia presentada anteriormente, en el caso de Chile la evidencia es mixta.

En contrapartida, y tal como es esperado, la pobreza multidimensional HMPI empleada en este estudio se asocia en mucho mayor grado con las carencias en salud de la población aproximada por los indicadores de salud disponibles. Hoy en día, más de la mitad de los individuos identificados con carencias en salud son pobres multidimensionales. No obstante, preocupante es el hecho de que el nivel de asociación también ha decrecido significativamente durante las últimas décadas. En la Encuesta Casen se recoge y procesa la información en conjunto con otras instituciones.

Olavarría utilizando la encuesta CASEN entre 1987 y 2000 encuentra que los pobres monetarios tienen serias dificultades para acceder a la atención de salud cuando la necesitan, y cuando la obtienen, acceden a ella de manera tardía14 . Bedregal et al. encuentra que las personas en condición de extrema pobreza desconfían del sistema de salud y perciben obstáculos para acceder a el15 . Vega et al. muestra que, durante los 90s, las mujeres tenían serias desventajas de acceso a salud en comparación con los hombres, ya que a pesar de que los salarios de ellas eran en promedio 30% inferiores al de los hombres, las mujeres usan los servicios de salud con mayor intensidad (1,5 veces más)16 . Tras la entrega de datos, la subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete destacó las cifras, puntualizando que “estamos contentos porque Chile logró una reducción histórica de la pobreza y recuperó la senda previa a la pandemia. Ha sido un periodo difícil para el país y como Gobierno hemos respondido a los desafíos que nos impuso la recuperación post la pobreza es pandemia y el alza de la inflación. No somos complacientes y tenemos un compromiso con el bienestar de las familias y el desarrollo del país, por lo que seguiremos trabajando con fuerza, implementando medidas y acciones, tal como lo hemos hecho hasta ahora, que permitan avanzar en derechos y garantías sociales, mejorando la calidad de vida de las personas”.

En un paper publicado en una de las revistas más prestigiosas de economía de este año, se estudia por qué las personas permanecen pobres. Una visión, es que existen trampas de pobreza, esto es situaciones en las cuales las personas no pueden salir de ella sin una ayuda externa. La visión alternativa es que las personas no pueden salir de la pobreza porque tienen fundamentales distintos, tales como habilidad, talento y motivación.

En la Tabla three se presentan las estimaciones de pobreza multidimensional y sus carencias constituyentes, incluidas las de salud, las estimaciones de pobreza monetaria y las medidas de redundancia asociadas. Todos los indicadores de bienestar han mejorado de manera sustancial entre 1992 y 2017. Primero, un enfoque multidimensional permite caracterizar de manera más precisa la población en situación de carencia y sus necesidades específicas. Segundo, la posibilidad de evaluar las transiciones facilita la identificación de factores relevantes para que un individuo entre o salga de la pobreza. Aquellos que no solo no alcanzan un nivel de vida razonable pero dicha situación se transforma en permanente. Por eso, debiésemos hablar mucho más de pobreza multidimensional que de pobreza por ingresos para conducir las políticas públicas.

A pesar de los esfuerzos en la materia, esos son los datos de Casen 2015, que siguen presentando un desafío. En el caso de Biobío, la disminución ha sido sostenida, dado que en 2015 la incidencia de la pobreza multidimensional era de 19%, mientras que en 2017 era de 17,2%. El instrumento de caracterización socioeconómica nacional incorporó una serie de innovaciones metodológicas respecto de sus versiones anteriores, dentro de las que destacan el incremento de la muestra a 335 comunas, la actualización del módulo de identidad de género y orientación sexual, y la actualización de los factores de expansión de la encuesta. En la dimensión del acceso al trabajo, existe una brecha profunda de género debido a múltiples factores que dejan a las mujeres en posición de desigualdad. En Chile, ellas siguen siendo las principales responsables de las tareas domésticas y de cuidado.

La Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen) del año 2017 reflejó un estancamiento en la pobreza multidimensional de los hogares chilenos, registrando un 20,7%, mientras que en 2015 se cifró en 20,9%. Sobre estos datos se refirió el Secretario Regional Ministerial (SEREMI) de Desarrollo Social, Roberto Giubergia, quien comentó que “en la incidencia de la pobreza tenemos una tasa en el año 2020 del 12 por ciento y el año 2017 era del eleven,eight por ciento, por lo tanto, la disminución observada es significativa en la región”. Claramente, la pobreza multidimensional no muestra el mismo patrón de la pobreza de ingresos. En este contexto, y sin quedar fuera del análisis de las contingencias sobre los resultados que arrojó esta encuesta, los investigadores del IPP UCN, Mg. Paulina Ponce-Philimon desarrollaron un análisis, regionalización e interpretación de los resultados arrojados recientemente por este instrumento.