Pero no todos tienen un hogar o una “familia”, y un número creciente de la población en los Estados Unidos no tiene hogar o es transitorio. De manera que “el hogar” figura como un espacio de protección, pero eso difícilmente es cierto para muchas personas. En los Estados Unidos una estrategia nacional es formulada, rescindida desigualdad entre paises desarrollados y subdesarrollados y aparece en confusas formas públicas. Y la pregunta sobre quién vivirá y quién morirá le parece a nuestro presidente como un problema de costo-beneficio que los mercados decidirán. Los movimientos de mujeres en Chile han surgido en el marco de estas condiciones, disolviéndose luego de la consecución del propósito unificador.
La estructura de la morbilidad (enfermedades) y la estructura de la mortalidad, especialmente la infantil, tuvieron mejores índices que todos los países latinoamericanos y a la par con Cuba. El SNS era un organismo de Estado y no de Gobierno, que atendía el 95% de todas las acciones médicas del país. Todo lo que hace la Teletón lo hacía el SNS (conservando la diferencia en el tiempo).
El capitalismo ha permitido un innegable progreso materials y tecnológico, asimismo, el mercado ha sido una pieza clave como una forma de organización social para lograrlo. Sin embargo, su desarrollo se ha fundado en favorecer el individualismo, dejando atrás a far de millones de seres humanos sin las mismas oportunidades. La desigualdad producto de la concentración de la riqueza en el sistema capitalista está ligada a que el acceso al conocimiento, en especial el conocimiento científico y las tecnologías derivadas de aquel, sigue siendo un activo particular person y no colectivo.
Pero en un sentido social, no está más integrada a la sociedad, se ha generado una nueva forma de desigualdad. Su leve mejora materials se transforma así simplemente en una “coartada moral” para justificar una sociedad que sigue siendo desigual, e injusta. En segundo lugar, existió una corriente liberal y laica vinculada al Partido Radical y donde también se incluyeron intelectuales independientes de clase media.
«Debido a que las familias de medios y bajos ingresos no reciben la clase de ingresos a los que estaban acostumbrados, ellos piden prestado para compensar esa diferencia, y eso provoca esas grandes burbujas que, cuando explotan, dañan el crecimiento de la economía». CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica. Por un lado, puede agravar la amenaza al capitalismo, si los efectos negativos de los que hemos hablado antes (destrucción de trabajos) son dominantes, puede agravar la desigualdad; y lo que es peor, puede agravar la pobreza. Creo que la IA va a ayudar a mejorar los estándares de vida, reducir la pobreza, trabajar menos.
Rescata desde múltiples bases de datos información clave que permite construir patrones de conductas reproducibles y clonar e incluso superar capacidades humanas a través de la Inteligencia Artificial. La inversión en datos, información y conocimiento conduce al desarrollo de sistemas y artefactos con inteligencia y autonomía cuyos algoritmos de funcionamiento están en muchos casos, por sobre las reglas que el mundo se ha dado – a duras penas – para mantener la actual civilización. Esas megaempresas hoy funcionan como cualquier entidad privada y contratan mano de obra super calificada con los más altos salarios. Desde que son estudiantes destacados son observados y estimulados para llegar a integrar el employees de expertos en esas megaempresas. La evidencia muestra que la inteligencia humana está aumentando cada década en three o four por ciento.
Esos recursos, plantea el economista, podrían usarse para financiar una dotación common de capital. El economista británico Paul Collier, en El futuro del capitalismo, señala que el deterioro de las identidades nacionales también contribuyó al crecimiento de la desigualdad. Para el autor, el éxito de la socialdemocracia de posguerra —que estima como un modelo best de Estado ético e igualitarista— se debió a un extraordinario alcance en las obligaciones mutuas asumidas por los ciudadanos. La Segunda Guerra Mundial consiguió que, en Europa occidental y Estados Unidos, por un lado, izquierda y derecha confluyeran en un punto intermedio y, por otro, que dichas sociedades, alentadas por el orgullo del papel desempeñado en la guerra o por la necesidad de levantarse de las ruinas, abrazaran un relato común de pertenencia y responsabilidades recíprocas. Durante las primeras décadas de la posguerra, por ejemplo, los ricos cumplieron con unas tasas impositivas superiores al 80%.
La presente columna le pone números a esa relación “desigualdad-conflicto”. Según el cálculo exploratorio propuesto por los autores, y considerando el carácter multidimensional de los orígenes del conflicto social, “reducir la desigualdad de Chile de 0,forty nine a 0,43 (GINI) podría significar una reducción de cerca de 18% en los conflictos a nivel nacional”. Pero luego condujo a una mejora enorme de las condiciones de vida, y por ende del empleo. Para comenzar entendemos mejor las cosas, tenemos una actitud (desde las políticas públicas) distinta al siglo XIX.
Y él también tiene claro que el modelo chino puede ser difícil de exportar, porque su éxito depende en parte de las condiciones y tradiciones únicas de China. La burocracia también “a todas luces” es “la beneficiaria primordial” del sistema. Es legítima solo si logra producir crecimiento económico, por lo que sus reclutas deben ser competentes. En ausencia de una norma jurídica vinculante, disfrutan de una considerable discreción, como deben hacerlo al actuar con decisión cuando sea necesario para cumplir la promesa de un crecimiento ininterrumpido. Las “zonas de ilegalidad” son, por lo tanto, una parte integral del sistema, a pesar de que la esencia de la burocracia consiste en vincular el comportamiento individual mediante reglas.
Como resultado, regresar a los “quehaceres de siempre”, incluso si eso significa arriesgarse a aumentar las tasas de mortalidad por el virus, está, en su opinión, justificado. La implicación clara es que está bien que mueran las personas más vulnerables –los ancianos, los sin hogar, aquellos con condiciones preexistentes–, siempre que se pueda reanimar desigualdad en la sociedad la economía. Por ende, aquellos que salen a marchar y que hoy vemos copando las calles del mundo, son lxs pobres y lxs que sienten que no cuentan con las mismas oportunidades. Por eso han marchado las mujeres, marchan lxs campesinxs, las minorÃas raciales, los pueblos originarios, las minorÃas sexuales, la clase media, lxs rezagadxs, lxs apartadxs.
Pero, ¿por qué no entender la atención médica como una obligación social, una que se deriva de vivir en sociedad unos con otros? Para lograr el consenso popular sobre tal noción, tanto Sanders como Warren habrían tenido que convencer al pueblo estadounidense de que queremos vivir en un mundo en el que ninguno de nosotros niegue la atención médica al resto. En otras palabras, tendríamos que aceptar un mundo social y económico en el que es radicalmente inaceptable que algunos tengan acceso a una vacuna que puede salvarles la vida cuando a otros se les debe negar el acceso, porque no pueden pagar o no pueden tener el seguro que pagaría o porque carecían de visa o de estatus legal. Todos tenemos la sensación de que el sistema económico se inclina a favor de las grandes empresas.
Un análisis de la fragmentación de los movimientos de mujeres post-dictadura indica la necesidad de atender al problema que plantea para los movimientos sociales el forjamiento de una identidad que represente al grupo. Afirman que una política de representación debe dar paso a una política de coalición, no sólo por sus posibilidades democráticas, sino que también porque en el nuevo marco socio-cultural, la conformación de coaliciones en torno a demandas de género es la vía más efectiva hacia la transformación del orden de género. Las relaciones sociales de producción contienen relaciones sociales del trabajo que transforman a los trabajadores en cesantes, en precarios, o en trabajadores clandestinos e ilegales cada vez más disponibles como fuerza de trabajo migrante global. A estas situaciones se agrega la permanente desigualdad entre hombres y mujeres, que deja a éstas en un lugar subordinado a causa de la constante reproducción del trabajo doméstico. Durante la mayor parte de su vida académica, Atkinson se dedicó a tratar de sacar la desigualdad del rincón en que la dejaron tanto la economía ortodoxa como la izquierda renovada desde la década de los ‘80. Frente a los economistas que sostienen que la desigualdad no debe importar ni a la política ni a las personas (pues es un tema irrelevante, al lado del problema de la pobreza y el crecimiento económico), Atkinson argumentaba que la distribución debía estar en el corazón de la investigación económica.