América Latina: El 1% De Súper Ricos Tiene 5 Veces Más Riqueza Que Los Pobres

La secretaria ejecutiva de ese organismo de la ONU explicó que si bien la región crecerá un 5,2% en 2021, no alcanzará a cubrir la contracción de 6,8% sufrida el año pasado como consecuencia de la pandemia de COVID-19. El avance en 2022 llegará sólo a 2,9% y, al final de ese año, 19 de 33 países no habrán recuperado el Producto Interno Bruto de 2019. Para ello, los autores observaron diferentes indicadores durante cerca de una década en diez países de la región, incluidos Chile, Perú, Ecuador, Guatemala y México. Chiara Cazzuffi, directora del Centro de Economía y Políticas Sociales (CEAS) U. Mayor y co-autora de uno de los capítulos, junto al académico de la Universidad de Chile, Cristian Leyton, explica que las investigaciones presentadas en el libro indagan “en cómo las personas viven, sienten e interpretan las desigualdades multidimensionales que padecen”. En conjunto con otras tres ciudades colombianas, Barranquilla (0,57), Calí (0,54) y Medellín 0,51), Bogotá promedia un gini de 0,61.

Mientras la brecha entre ricos y pobres se incrementa en el mundo, América Latina sigue siendo la región donde la riqueza se distribuye de forma más desigual. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), existen marcados desequilibrios entre los distintos niveles socioeconómicos en aspectos como la esperanza de vida, la mortalidad infantil, la tasa de analfabetismo y el acceso a agua al inside de las viviendas. Así, la altísima inequidad que asola al continente influye directamente en el bienestar de sus habitantes, sus posibilidades de desarrollo y en el ejercicio de sus derechos fundamentales. De igual forma en Perú la alta proporción de habitantes rurales e indígenas en la región Sierra no solo se debe a los patrones de poblamiento precolonial, sino a la emergencia de la Costa como centro de dominación tras la independencia. La predominancia de la costa se selló con el increase del guano y la devastación de la sierra en la guerra del pacífico, y después con la promoción de exportaciones de petróleo, pescado, azúcar y algodón, todas centradas en la Costa.

En las últimas décadas el concepto de interseccionalidad ha viajado desde el feminismo negro para aplicarse a otros contextos y literaturas como la salud pública (Bowleg 2012; Evans et al 2018), la psicología (Rosenthal 2016), las relaciones internacionales (Krizsan et al 2012) y el mercado laboral (Browne y Misra 2003). Además del género y la raza se han evidenciado los efectos interactivos de otros marcadores como la clase social, origen nacional y orientación sexual entre otros. La interseccionalidad parte de la idea que la importancia de los marcadores varía con respecto al lugar y el tiempo.

En suma, los debates sobre las formas que adopta la segregación residencial metropolitana deben considerar el mercado de trabajo de las ciudades en su faceta territorial. Y claramente son necesarios mayores esfuerzos de investigación empírica para indagar en los vínculos entre el funcionamiento espacial de los mercados de trabajo, las modalidades emergentes de crecimiento físico y demográfico metropolitano, y los patrones de localización de infraestructura y dependencias públicas y privadas. Una más vinculada a la globalización y los desarrollos tecnológicos y de infraestructura, que apunta al policentrismo y a una forma de funcionamiento y estructura urbana comparable a la de las ciudades de los Estados Unidos. Y otra más relacionada a las desigualdades socioterritoriales y del mercado de trabajo, que junto con el dinamismo de la economía de servicios, favorecen un monocentrismo extendido. Este último presiona una movilidad más intensa de los pobres y favorece el encapsulamiento de los ricos. Es así como procesos históricos, económicos y políticos han privilegiado el desarrollo de unas regiones sobre otras, afectando sus composiciones, y también albergando modos diferenciados de interacción entre género, étnica y clase que se destilan en prácticas culturales, trayectorias educativas, articulaciones políticas e instituciones concretas.

desigualdad en america latina

Respecto de la primera relación, la hipótesis preliminar es que la movilidad diaria para trabajar de los asalariados no depende de ellos sino de las modalidades de funcionamiento y localiza-ción de las firmas, del sector público y de otro tipo de empresas. Por cierto, estos trabajadores pueden actuar para reducir los desplazamientos diarios mediante mudanzas residenciales, pero no tienen la capacidad de decidir autónomamente si conmutan o la distancia que deben recorrer todos los días al trabajo. En contraposición, los empresarios y los cuentapropistas disponen de un mayor margen de maniobra para definir su patrón de desplazamientos diarios y, por ende, debieran ser menos móviles que los asalariados, pues pueden usar su poder de decisión sobre sus desplazamientos diarios para minimizar los desplazamientos diarios en tanto consumen tiempo y dinero. Durante su intervención, Bárcena subrayó que hay un desencanto social que se manifiesta principalmente en los más jóvenes de la región, debido a que se generaron expectativas que no han sido cumplidas. La secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, señaló que las protestas en la región pueden convertirse en una oportunidad para el cambio social.

Esa es la principal interrogante que aborda un nuevo libro que reúne 17 artículos académicos, que discuten el fenómeno desde una perspectiva microsocial, es decir centrada en los individuos. El imaginario de las desigualdades en América Latina ¿Es necesaria otra mirada? Chillán en su crecimiento ha ido absorbiendo sectores de cultivo y los ha cubierto con el cuadriculado de calles; al irle ganando terreno al campo, la ciudad recibe el impacto de los campesinos en busca de trabajo. Aquí se han ido ubicado las industrias,y al noreste se encuentran las zonas más acomodadas, de condominios y parcelas privadas. Los sectores poniente y de Chillán Viejo pasan a ser los más desfavorecidos.

Reconociendo los avances logrados al día de hoy, el informe sobre América Latina de la serie «Mejores Políticas” de la OCDE señala que la desigualdad de ingresos en la región sigue siendo 65% superior respecto a países de ingresos altos; 36% más que en países del Sudeste asiático; y 18% más que en África Subsahariana. Uno de los problemas para el exponencial incremento de las desigualdades en Latinoamérica son las cargas tributarias de los ricos acordes a su nivel de riqueza y los impuestos directos a la propiedad (bienes inmuebles, herencias, transacciones financieras) poco importantes tradicionalmente, resalta la Cepal. Más aún, después del boom económico la tasa de pobreza en Latinoamérica pasó de 28% en 2014 a 31% el año pasado, según datos de la Cepal.

“Esos niveles de endeudamiento reducen el espacio fiscal y ponen en peligro la recuperación y el crecimiento futuro. En el caso de los pequeños Estados insulares del Caribe, la situación es aún más insostenible, ya que en algunos el nivel de deuda pública supera el 100 percent del PIB”, especificó la CEPAL.OPSUna mujer es vacunada contra el COVID-19 en Costa Rica. Según Alicia Bárcena, esta incertidumbre hace imperativo que los gobiernos de la región mantengan los apoyos en forma de transferencias, una medida aplicada en 32 países que permitió sortear el temporal al 49,4% de la población en 2020. Hacia el norte de la zona urbana ha tendido a concentrarse el mayor capital económico y las edificaciones más modernas, los edificios bancarios y las sedes empresariales, constituyéndose en la zona residencial preferida por las nuevas generaciones, los más pudientes y los  hombres de negocios. El sur de la ciudad es la zona donde se agrupa mayormente la población migrante interna, coincidiendo con los barrios más pobres.

Instituciones políticas tales como la exigencia de alfabetismo para votar excluyeron de tajo la participación de los grupos indígenas y la representación de sus intereses, profundizando la marginación de los territorios por ellos habitados. Capas de dinámicas políticas y económicas fueron creando composiciones muy distintas desigualdad en la globalización ejemplos de grupos sociales privilegiados y marginados en cada una de las regiones (Thorp y Paredes 2010). El análisis permite identificar qué parte de la diferencia entre las regiones en las tasas de analfabetismo y escolaridad corresponden a la distribución de jóvenes, campesinos, mujeres y miembros de minorías étnicas.

Tanto agentes y procesos dentro y fuera de la región, actuales e históricos, confluyen en crear la desigualdad regional. Esta conceptualización de la desigualdad subnacional evidencia que para explicarla es necesario acudir a teorías multinivel que tengan en cuenta agentes y procesos en distintas escalas (Giraudy et al. 2019). La descomposición Oaxaca-Blinder nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la desigualdad subnacional. ¿Existe una fuerza causal específica de la región que produce privilegios y opresiones, y que -aunque interactúe consea independiente del racismo, el sexismo y el sesgo urbano?

En mi conocimiento éste es el primer estudio que aterriza el enfoque interseccional utilizando las últimas rondas censales para describir evolución en las diferencias entre grupos compuestos por la intersección de varios atributos, y constituye una contribución novedosa a la conceptualización de la desigualdad subnacional. Por último, el cierre de las escuelas introdujo una enorme desigualdad en términos de acceso a escolaridad. Históricamente existen diferencias en la posibilidad de completar la secundaria con padres con alto y bajo nivel educacional, pero “esas diferencias se están incrementando brutalmente con el efecto de las cuarentenas sobre el acceso a educación. Esto tiene que ser el centro de atención si queremos evitar que volvamos a tener una desigualdad persistente en el futuro”, finalizó. Existen tres herramientas principales para mejorar la pre-distribución del ingreso. Primero, una reforma educacional -con fuerte énfasis en la educación técnica- dotaría a las personas de bajos ingresos de nuevos conocimientos que ellas podrían aportar al mercado de trabajo.

De este modo, deberían repensarse los diseños educativos y que la universidad fortalezca la institucionalidad y el rol social. Adoptando una perspectiva microsocial, este libro se pregunta cómo los individuos experimentan esta desigualdad en el mundo 2022 desigualdad en sus vidas. Aún hoy, con las posibilidades ofrecidas por las tecnologías para optimizar la entrega de servicios de toda clase, vemos que esas tecnologías son usadas para mantener esa estructura social desigual.

Esta obra recopila una serie de ensayos destinados a comprender dichos términos en relación a las diversas sociedades latinoamericanas que conviven en el territorio, con el objetivo de discutir, a través de esas miradas, el panorama pasado, actual y futuro que presentan. El lector podrá conocer las principales trayectorias de estos conceptos, su complejidad teórica, las relaciones entre ellos, su presencia en diferentes países de la región, entre otros puntos de suma importancia para comprender y situar la problemática. Además de tocar temas como la desigualdad, etnicidad o justicia social en casos específicos alrededor de las distintas culturas existentes en Latinoamérica. “Creemos que la educación es desarrollo, por lo tanto, la formación de nuestros docentes debe ser pertinente y contextualizada”, sentenció.Recordemos que de acuerdo al último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Chile es un país menos pobre que hace 30 años, pero más desigual. “Debemos cambiar un mundo que no siempre reflexiona y educar para transformar vidas”, aseguró Barbieri.

«La plena participación de las mujeres y la transversalización de la perspectiva de género en la política exterior y en la política global es basic para promover sociedades pacíficas e inclusivas, la gobernabilidad efectiva basada en el Estado de derecho, el desarrollo sostenible y la garantía de los derechos humanos. La secretaria ejecutiva de la Cepal advirtió sobre el crecimiento de los estratos de ingresos medios en la región, que continúan experimentando diversas carencias y vulnerabilidades, tanto en relación con sus ingresos como en el ejercicio de sus derechos. “Nuestro campo laboral es bastante reducido, la mayor parte de las y los antropólogos quedan como en un limbo de precarización laboral donde hay mucho trabajo casual, por cuenta propia, sumado al auge de las consultoras vuelve necesarias las postulaciones a fondos culturales y hace estar en una constante autogestión laboral que sin duda no es lo best. Como señaló él mismo en un webinar de Ibero-American Economic History, el texto está dirigido a quienes estén interesados en la región, pero no están tan al día en los datos sobre el tema. Según indicó en el prólogo del texto, “poco a poco he ido comprendiendo que gran parte del mundo, desde Estados Unidos hasta la India, se parecen cada vez más a la región del mundo que llevo estudiando desde hace años y por la que siento cada vez más pasión”. “No cabe duda que durante el último siglo, (o al menos) 125 años, América Latina ha sido una región tan desigual, ¿qué se puede aprender de esa experiencia?