América Latina: 70 Millones De Personas En Situación De Pobreza Extrema

Agrega que la pobreza extrema aumentaría 2,6 puntos hasta afectar a eighty three,4 millones de personas, en tanto que se incrementarán las desigualdades en un región caracterizada por la inequidad, y que los peores resultados se prevén en las economías más grandes de la región. El sector informal en la actualidad contiene en su inside un conjunto heterogéneo de actividades con distintos grados de funcionalidad y con resultados diversos sobre los ingresos y la productividad. Esta diversidad de situaciones es importante de considerar para el diseño de políticas; pero para el conjunto del sector prevalece el desequilibrio estructural entre excedente de mano de obra y disponibilidad de empleos, como issue desigualdad socioeconómica en el mundo determinante de homogeneización relativa a bajos niveles de ingreso (Tokman, 2004). Es una tendencia reciente en América Latina y es un problema crítico para el grupo de países de Argentina, Colombia, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Venezuela donde, en 2002, las tasas son mayores al 15%. Un segundo grupo de países lo constituyen Brasil y Chile, donde el desempleo, a principios de la década de 2000, alcanza a más de un 10% (CEPAL, 2005).

Según Alicia Bárcena, esta incertidumbre hace imperativo que los gobiernos de la región mantengan los apoyos en forma de transferencias, una medida aplicada en 32 países que permitió sortear el temporal al 49,4% de la población en 2020. La secretaria ejecutiva de ese organismo de la ONU explicó que si bien la región crecerá un 5,2% en 2021, no alcanzará a cubrir la contracción de 6,8% sufrida el año pasado como consecuencia de la pandemia de COVID-19. El avance en 2022 llegará sólo a 2,9% y, al last de ese año, 19 de 33 países no habrán recuperado el Producto Interno Bruto de 2019.

Según comunicaron desde el organismo internacional, en el reporte “Panorama Social de América Latina”, se estableció que la tasa de pobreza extrema creció de thirteen,1% a un 13,8%, mientras que la pobreza bajó del 33% al 32,1%, alcanzando a 201 millones de ciudadanos latinoamericanos. Además llama a ir más allá de las personas más pobres y llegar a amplios estratos de la población muy vulnerables, lo que permitiría avanzar hacia un ingreso básico common, para asegurar el derecho a la sobrevivencia. Este acceso desigual a las inmunizaciones debe cesar, apuntó Bárcena sumándose a las voces que instan a los países que han acaparado la producción y compra de las vacunas a compartirlas con las naciones que las precisan y no tienen acceso a ellas. Bárcena argumentó que esas asimetrías se trasladan a la vacunación contra el COVID-19 e hizo referencia a la media de eleven,3% de vacunación completa mundial, frente al 46,3% en Estados Unidos y Canadá y al thirteen,6% de la región latinoamericana y caribeña, donde México y Centroamérica alcanzan un 14% y el Caribe apenas pasa del 7% y Haití no tiene población vacunada.

En favelas, provisión de viviendas de dos plantas, una dedicada a generación de ingresos. Provisión relacionada a sistema de governance; Estado de derecho; and so forth., que deben estar disponibles a todos los ciudadanos independiente de su nivel de ingresos. •    el acceso deficiente a bienes y servicios en las dimensiones de calidad y seguridad. Son 26 de los 33 países los que no han podido vacunar al 70% de la población, dijo Bárcena, siendo el caso más grave el de Haití, que no llega al 1%. Las mayores alzas de la desigualdad tuvieron lugar en Perú, Chile, El Salvador, Bolivia y Colombia.

desigualdad y pobreza en américa latina

En ese sentido, a la fragmentación social de cada país se agrega la fragmentación regional, apuntó De Riz. «Cada vez hay menos conciencia de una región compartida. Se rompió completamente el multilateralismo. El Mercosur fracasó. Hay países mirándose hacia adentro y un déficit de integración política, cultural y económica muy fuerte. Se ve un creciente nacionalismo y proteccionismo». Santibañes sugirió que la región pierde importancia por motivos económicos y tecnológicos.

Por su parte, República Dominicana, Brasil, Paraguay, México y Costa Rica mejoraron en la distribución de la riqueza. Al margen de Venezuela, cuya crisis es mucho más profunda y tiene causas que van más allá del efecto de la pandemia, las economías centroamericanas han reducido sus exportaciones por encima de la media, así como Paraguay, Uruguay, Perú y Argentina. La caída en las importaciones ha sido más pronunciada en Panamá, Paraguay, El Salvador, Ecuador, México y Colombia.

“Esto ya da una pauta de dónde tenemos que buscar las causas, porque si 2/3 se explican por lo que pasó con el ingreso laboral, ése es el camino para entender los determinantes de ese periodo”, dijo. Pese a que Latinoamérica continúa siendo la región más desigual del mundo, la brecha ha disminuido y la caída entre 2002 y 2013 fue enorme y única, solamente comparable a la que tuvieron los países desarrollados en la posguerra. “Es fascinante esto porque quiere decir que la desigualdad cayó en países con tasa de crecimiento alta y con tasa de crecimiento baja; en países que tenían el auge de materias primas y aquellos que eran importadores netos de materias primas, en países gobernados por la izquierda y países gobernados por la derecha. Hay una generalización que deberíamos poder explicar más allá de características típicas del período”, destacó. Respecto al empleo, el casual es un problema que afecta a la mitad de los 292 millones de trabajadores de América Latina y el Caribe.

“Vemos ahora mismo las cifras de pobreza más altas de los últimos 27 años,” cuenta Christof Wünsch, director del departamento para América Latina de la organización de ayuda alemana “Brot für die Welt” (Pan para el mundo). En un contexto particular, donde la desigualdad es el tema de fondo en medio de la crisis social que vive el país, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), presentó este jueves el informe «Panorama Social de América Latina 2019». Además, pese las señales de recuperación económica en 2021, se evidencia que no está centrada ni en la igualdad ni en la sostenibilidad ambiental, y se manifieta en un contexto de permanencia de los retrocesos en el desarrollo social, opina la Cepal. Por otra parte, Chile, Costa Rica, Paraguay y Ecuador, sufrieron aumentos de pobreza entre tres y cinco puntos porcentuales.

Estos derechos comprenden, además de los civiles y políticos, los derechos sociales que constituyen la ciudadanía social. Deriva de esta perspectiva la preocupación por establecer mínimos sociales que son irrenunciables desde el punto de vista de la política pública. Estos mínimos se determinan en función de disminuir las brechas de determinados grupos de población en relación al conjunto de la sociedad.

Al respecto, la representante de la comisión organizadora y académica de la Escuela de Trabajo Social PUCV, Yesika Herrera, señaló que “las situaciones de desigualdad del país y cómo estas se agudizan en periodos de pandemia, definimos un gran eje que se relaciona con la resistencia y la emergencia que se generan en contexto de disaster. Resistencia porque se relacionan con las acciones de los movimientos sociales y también organizacionales para hacer frente a esta disaster y emergentes en el sentido de que en este contexto de disaster surgen iniciativas que apuntan a cambios desigualdad sociocultural que afecten los elementos más estructurales que sostienen la desigualdad. Hemos evidenciado cómo el aumento de la pobreza y violencia apuntan a factores estructurales, sociales y económicos. Estamos trabajando para apuntar a una sociedad más justa, donde la garantía de derechos fundamentales pueda ser una realidad”. El segundo año de la pandemia del Covid-19 disparó la pobreza extrema en Latinoamérica hasta alcanzar a 86 millones de personas, cinco millones más que en 2020 y la mayor cifra en 27 años, apuntó este jueves un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

En este marco, resulta crucial redoblar los esfuerzos para fortalecer y mejorar las políticas sociales, en particular, las estrategias de reducción de la pobreza y la extrema pobreza, asegurando su sostenibilidad financiera y dotándolas de herramientas que garanticen su eficacia y efectividad, indica la CEPAL. En ese sentido, de acuerdo a los analistas, es posible que el ciclo de protestas y estallidos sociales iniciado el año pasado retome su fuerza y que el descontento ciudadano se extienda por buena parte del continente. Lejos de resolverse y de disiparse, las causas de las protestas siguen vigentes, acentuadas por la disaster económica.

Las primeras tienen una fuerte presencia en el turismo y restauración y los segundos tienen trabajos más precarios. Además, las mujeres han tenido que redoblar el tiempo de trabajo en el cuidado del hogar y de la familia, con nuevas obligaciones durante el confinamiento domiciliario. «Los gobiernos miran adentro de sus fronteras. Brasil no está interesado en liderar la región. El Mercosur está paralizado hace tiempo. La Unasur también, y la OEA, desprestigiada por su actuación en Bolivia. Hay un abandono y una desatención de los canales institucionales. Hoy son cáscaras vacías», sostuvo. Ejemplos de estos liderazgos son el mandatario mexicano López Obrador o el brasileño Jair Bolsonaro.

En 2021, con el fin de mitigar los efectos de la pandemia en el mercado laboral, los gobiernos implementaron una serie de medidas de apoyo a trabajadores que, junto al avance de los procesos de vacunación, permitieron una «lenta recuperación» y un alza del PIB del 6,2 %, según cifras de la institución. El reporte «Panorama Social de América Latina» estimó que la tasa de pobreza extrema creció del thirteen,1% al 13,8% en 2021, mientras que la pobreza disminuyó del 33% al 32,1%, alcanzando a 201 millones de latinoamericanos. En el siguiente artículo, el medio The Conversation da a conocer cómo la pandemia ha afectado el desempleo y la pérdida de empleos en el continente, y el efecto que estas cifras tendrán a largo plazo en países que ya eran muy desiguales en la región. En medio de las múltiples crisis superpuestas, la región no apela a mecanismos de integración y cooperación que la fortalezcan.