Actuales Desafíos Empresariales Frente A La Diversidad, Equidad E Inclusión: ¿cómo Hacerles Frente? El Portal De Minería En Chile

Al abordar la desigualdad de ingresos, las disparidades educativas, los desequilibrios de género y los derechos de los indígenas, Chile está reduciendo gradualmente la brecha y fomentando un entorno en el que todas las personas tengan las mismas oportunidades de prosperar. La primera conclusión de este estudio es el minimalismo con el que se aborda la diversidad en los programas de curso de Pedagogía en Educación Básica. La poca presencia de la palabra diversidad y los grupos asociados a ella sobresale en un momento en que discursivamente se asumen, tanto en el contexto internacional como nacional, las demandas de reconocimiento de los movimientos sociales y la importancia de considerar las diferencias para enfrentar las desigualdades educativas y avanzar hacia la justicia social. En la In1 se identifica que las condiciones socio-económico-culturales influyen en las trayectorias escolares, donde existirían “barreras” y “facilitadores” para el aprendizaje y participación de los estudiantes. En la In2 se reconoce que las condiciones culturales y socioeconómicas afectan las trayectorias de vida de los estudiantes, pertinente a la realidad nacional y a la movilidad intergeneracional limitada y con pocas oportunidades que muestran las investigaciones (Carvacho, et al., 2021; PNUD, 2017). Esta desigualdad se aborda solo en una institución y en un curso, que puede explicarse por lo normalizada que está la concept de meritocracia en Chile, la creencia de que el esfuerzo y el talento son suficiente para la movilidad social y que explicarían el fracaso o éxito particular person en la escala social (Carvacho et al., 2021; Peña & Toledo, 2017).

Esto opera como un cierre social lateral o intraclase, y no interclase (Carrasco et al., 2016, en Barrera et al., 2021). Su preparación es para desarrollarse de manera integral y moverse cómodamente en espacios de poder y privilegio (socializando en una ética del trabajo, con un currículum gerencial), y a su vez que sostener configuraciones de género tradicionales. La educación debe tener como sustento, la no discriminación, el acceso igualitario y la inclusión, considerando las diferencias como soporte de sociedades más equitativas y democráticas. Por tanto, existe un discurso más bien ambiguo y escasamente comprometido con la Educación Superior. Se constata que las Universidades siguen concibiendo al estudiante universitario “heredero” de un patrimonio cultural, que conoce y está apropiado de los códigos hegemónicos, cuestión absolutamente irreal.

Incluso, factores como el espacio en la casa, condiciones adecuadas de espacio y silencio, afectan las tareas propias de los estudiantes universitarios (Linne, 2018). Para diferenciarse, las universidades, han inventado ciertas taxonomías en que se autoproclaman de excelencia, y no selectivas, por lo tanto, estos jóvenes siguen relegados a instituciones de educación superior que se autodenominan inclusivas y que operan desde la lógica de mercado y por consiguiente el estudiante responde como cliente sobre-endeudado. Se puede aludir también, a las asimetrías profundas en la formación escolar, lo que redunda en que los estudiantes deban elegir universidades que tengan bajas barreras de ingreso y muchas veces escasos soportes y mecanismos para su permanencia, por tanto, el estudiante sufre una doble exclusión. Para aportar en este empeño, orealc/unesco (2007) articula asesorías técnicas, realiza promoción de políticas, articula prácticas inclusivas, desarrolla difusiones de publicación, investigaciones, evaluaciones y capacitaciones con el propósito de reunir datos e información pertinente respecto de la educación inclusiva de la región.

La diversidad es enseñada de manera conceptual y/o teórica, identificando que tiene distintas definiciones, enfoques teóricos y epistémicos. La In3 plantea el objetivo de evaluar las distintas concepciones de diversidad y diferencia que influyen en la práctica docente; la In5 señala enfoques que van desde el control a la comprensión del otro, y propone la diversidad como una construcción social, pero sin especificar grupos dentro del concepto de diversidad. En algunos casos, se presentan las distinciones conceptuales de diversidad, integración e inclusión (In1e In5). La categoría diversidad se considera en las seis instituciones, lo que supone explicitar la heterogeneidad de la sociedad y desplazar una forma de entender el mundo reducido a la cultura dominante, sin embargo, su mención es totalmente aislada y reducida a muy pocos cursos.

equidad e inclusión social superando desigualdades hacia sociedades más inclusivas

De esta forma, el arribo a la educación superior de jóvenes “otros”, requiere cambiar las claves de discusión y situar e imaginar una educación que considere las diversidades sociales que hoy ingresan a la educación superior universitaria. Lo anterior, necesita del reconocimiento que en esos espacios educativos se han experimentado transformaciones a nivel de cartografía, es decir, la emergencia de nuevos actores sociales, lo que implica un renovado arquetipo de gestión, y por tanto de instalación de propósitos con otros cánones. Por tanto, se demandan sistemas educativos que se ajusten en pertinencia a los contextos y requerimientos culturales, ideando ensayo de como afecta la pobreza en la educación una nueva entidad, que además de la preocupación por el saber/hacer, vuelque la preocupación por los sujetos que ingresan, los cuales necesitan apropiarse de los discursos y prácticas propias de la universidad. Lo descrito muestra cómo la institucionalidad educativa, por omisión, contribuye a continuar las relaciones sociales que privilegian y legitiman a ciertos grupos sobre otros. Recapitulando, si bien la categoría diversidad es parte de los aprendizajes pedagógicos, evidenciando que en la cultura chilena existe, no se abordan las históricas desigualdades educativas ni tampoco las tensiones y conflictos que sufren estos sectores de la población.

La igualdad pensionaria no solo es un objetivo ético, sino también una inversión para un futuro más sostenible. En última instancia, una reforma de pensiones verdaderamente inclusiva no solo transformará la realidad financiera de las mujeres, sino que también sentará las bases para una sociedad más justa y equitativa. La visión de un futuro previsional, donde la jubilación se garantice como un derecho igualitario para todas las personas debe guiar las acciones hacia una reforma de pensiones que refleje valores de equidad y justicia social. Facilitar la inclusión laboral constituye una estrategia basic para fomentar la participación activa de todos en la sociedad y el desarrollo comunitario. Implementar programas que aseguren la igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo es esencial para combatir la exclusión social.

De esta manera, se sigue reproduciendo prácticas, estilos de enseñanza como si fueran los herederos, más aun, existe a priori una discriminación hacía estos jóvenes, al compararlos con jóvenes estudiantes de entidades públicas o con su propia formación. Resultado de ello, es la desesperanza de jóvenes que ingresan a la educación superior en busca de nuevos horizontes, pero muchas veces abandonan los estudios por bajos rendimientos y terminan arrastrando una alta deuda. Por tanto, además de perpetuar la situación de desigualdad, se suman deudas eternas y sueños incumplidos. Así lo demuestra el estudio realizado por Ramírez y Maturana (2018), al señalar que la deserción en primer año de los estudiantes más vulnerables alcanza un 32%, cifra que está ligada con un bajo rendimiento en las notas de enseñanza media y bajo puntaje en la psu. Es así como se cataloga al joven desde la carencia, porque no es portador de las claves que el académico ha perpetuado en su imaginario, se le exige como una especie de “cultura académico-universitaria”, que “invisibiliza las desiguales trayectorias socioeducativas con las que cuenta cada estudiante al momento de ingresar al ciclo superior” (Linne, 2018, p. 139). Según Ramírez y Maturana (2018), los estudiantes necesitan hacer un proceso de aculturación donde debe “desaprender prácticas adquiridas durante su experiencia escolar para desarrollar nuevas estrategias de pensamiento, planificación y prácticas sociales que le permitan insertarse en el sistema de educación superior” (p. 156).

Superar estas barreras y promover la equidad de género es esencial para crear una sociedad en la que todas las personas, independientemente de su sexo, tengan las mismas oportunidades de prosperar y contribuir al progreso de la nación. Tampoco se reconocen las luchas y demandas históricas de las mujeres, las brechas existentes y las historias de ausencias (Criado, 2020). Las investigaciones, las demandas históricas y los movimientos sociales no logran, aún, permear las propuestas pedagógicas formativas de los futuros docentes. En cuanto a la valoración que se hace de la diversidad, mayoritariamente se hace desde una declaración “positiva”, en el sentido que debe ser considerada, atendida, aceptada y respetada. Por ejemplo, la In2 busca que los estudiantes cultiven el respeto, empatía y valoración de la diversidad.

Es decir, la discapacidad se entiende como una realidad bio-psico-social en la que influyen tanto los déficits de las personas como los obstáculos de su contexto. Más de la mitad de las personas con discapacidad no cuenta con enseñanza media completa (50,1%), casi 22 puntos más que la población sin discapacidad (28,4%). Por eso, hay altas probabilidades de que tú o alguien cercano a ti experimente discapacidad al menos durante un período de la vida. La diversidad e inclusión son elementos clave para crear una cultura empresarial sólida y equitativa, que favorece el desempeño, la innovación y la satisfacción de los empleados.

Y la inclusión, que está muy relacionada, se refiere al grado en que las personas se sienten aceptadas, respetadas y valoradas en un grupo o una organización. En la In4 se describe a las “culturas originarias” no solo en el presente, sino también situadas en el contexto geográfico en el que se ubica la institución. Este nombramiento no solo reconoce la presencia viva de estas culturas, sino también la pertinencia de considerar la territorialidad y la comunidad en la que se estudia la carrera, incorporando sus “saberes multiculturales”. Se usa el concepto de manera abstracta, sin explicitar enfoques que explican las relaciones de género, ya sean epistémicos, conceptuales o teóricos, como tampoco se incluyen perspectivas feministas (In ), o propuestas explícitas en el ámbito pedagógico, como es la educación no sexista. Se menciona predominantemente el concepto de “atención a la diversidad” reducida al espacio del aula, sin considerar el contexto, acción que suele ser asociada a la inclusión (In ).

Ahora bien, estos indicadores están en estrecha relación con el concepto de inclusión que manejan estas instituciones. El artículo tiene como propósito problematizar la inclusión social y educativa, en clave de educación superior. Se parte del presupuesto que la educación es un quehacer esencial e irrenunciable del progreso de la humanidad que posibilita el desarrollo de las personas y potencia sus capacidades en aspectos morales, sociales y culturales. Se aborda el tema de la inclusión desde el desarrollo del binomio social y educativo, como una forma de exclusión por pobreza enfrentar la educación desde una arista social, donde ella es considerada como un derecho humano, por tanto, intrínsecamente inclusiva. De esta manera, el artículo propone una definición tipológica de inclusión que comprende los conceptos de pertenencia, igualdad, equidad y justicia social, dimensiones que debieran estar presentes en las políticas educativas de lo contrario, la inclusión continuará, paradojalmente, siendo excluyente. La diversidad sexual solo se menciona aludiendo al concepto LGTBI+ en un curso (In2) y derivada de la categoría de género.

Los jefes de carrera firmaron una carta de consentimiento para participar de la investigación a través de la entrega del materials solicitado, asegurando la privacidad y el anonimato. Para resguardar la identidad de las instituciones, en este artículo se presenta una caracterización general de ellas, una asignación numérica aleatoria, y los contenidos de los programas han sido parafraseados, no citados textualmente. Hay empresas que resaltan sus avances de DE&I en la comunicación externa mientras descuidan el trabajo interno. Este desequilibrio resulta en brechas notables en áreas como Integración de Talento e Integración de Operaciones. Para un cambio genuino se debe incorporar la diversidad en todos los aspectos de la empresa, desde la gestión hasta el desarrollo del talento. Junto a estos organismos, existen diversos investigadores, tales como, Booth y Ainscow, (2002), Díaz y van Grinkel (2006), Blanco (2009), Pedroza y Villalobos (2009), Rodríguez (1998), Rawls (2004), Díaz-Romero (2006), por nombrar algunos, que están preocupados por visibilizar y proponer metodologías con alcances éticos, económicos y sociales de la inclusión.