No queremos volver a la ‘normalidad’ de antes, porque esa normalidad era la desigualdad. Lo que queremos es que esto no sea en vano y sirva para reflexionar y reconocer que el sistema chileno no protege los derechos humanos de todas las personas por igual. La primera declaración sobre los derechos del niño data de 1920 aprobada por la Liga de las Naciones, la cual se disolvió en 1946.
De esta forma, la presente investigación busca responder a las preguntas de (i) si se mencionan las realidades identitarias y culturales diversas en los programas de curso, y (ii) con qué finalidad son mencionadas. Consideramos que esta indagación podría contribuir a reconocerlas y a pensar en cómo avanzar hacia una educación con perspectiva de justicia social que asuma que la “desigualdad no es inevitable” (Therborn, 2016, p. 11). Este marco cultural-discursivo ha orientado una de las principales líneas investigativas del Centro de Investigación Economía, Cultura y Sociedad (CISEC) durante los últimos años, desde la Universidad de Santiago. El objetivo de esta línea ha sido indagar las transformaciones registradas en los imaginarios culturales de la sociedad chilena, tomando como eje discursivo de referencia el tema de la desigualdad, cuestión que también colinda con la construcción simbólica de las clases sociales en Chile.
Distancia, falta de transporte, enfermedades frecuentes, vestimenta inadecuada, falta de útiles escolares, inadecuadas en las poblaciones vulnerables. En el escenario de la revolución capitalista impulsada por la junta militar, varios años antes del viraje neoliberal de la dictadura hacia un Estado subsidiario, surge la política cultural del gobierno militar, bajo la necesidad de eliminar los resabios del gobierno de la Unidad Popular y la instrumentación política del “marxismo” sobre la creación cultural. Se propone presentar esta cápsula durante el desarrollo de la clase con el fin de proponer un argumento distinto a los que se dan generalmente para estar a favor de la igualdad de derechos y los… En este video Francois Dubet describe cómo los sistemas escolares reproducen la desigualdad en la sociedad, mostrando la desigualdad cultural, la desigualdad de la oferta escolar y las… El 1% más rico de Chile, durante los últimos 50 años, ha recibido entre el 17 y 26% de los ingresos del país.
El emprendimiento se ha entendido como un aprendizaje de una nueva forma de relacionarse con la dimensión productiva. El empresario es modelo de conducta gracias a su emprendimiento y, en tanto tal, toda persona puede convertirse en emprendedor si sigue las reglas de esta conducta, independiente de su posición objetiva en la sociedad. Una condición necesaria para que se produzcan efectos duraderos en el tiempo es el tránsito a una cultura de respeto por la persona, por la igualdad de dignidad y respeto, y por los valores de justicia y solidaridad social. Al hacer uso de la palabra, la máxima autoridad del país indicó que “como médico y pediatra, este es un ámbito que ha sido de especial preocupación personal, profesional y en mi calidad de Presidenta por dos períodos. Esa convicción -que compartimos todos los presentes- es que cada niño, niña y adolescente puede desarrollar todas sus potencialidades para apostar no sólo por un futuro mejor para ellos y ellas, sino para la sociedad en su conjunto”. En el contexto de los cursos de historia, refiriéndose a las migraciones que ocurrieron en el pasado (In1).
Pero si la disaster resulta ser más prolongada, si conduce a una depresión global o si las vacunas se retrasan mucho, la miseria in style y el descontento podrían llegar a niveles tales que las decisiones políticas más radicales se vuelvan más atractivas o incluso inevitables. Esto podría incluir intervenciones tales como nacionalizaciones de industrias privadas, esquemas de ingresos básicos universales y una tributación más alta y progresiva de los ricos. En consecuencia, el desprestigio institucional ha corrido en paralelo al debilitamiento del pacto elitario que ha predominado en el país. No por nada, el año 2015 fue denominado por variados analistas y la opinión pública en basic desigualdad y pobreza en el mundo como “el año de la desconfianza”. Tal como sintetiza la nueva entrega del PNUD, “en Chile, decir que el país es desigual es una obviedad. La desigualdad es parte de su fisonomía histórica, un rasgo estructural del orden social desde sus inicios hasta nuestros días.
Hoy un tercio de los controles prenatales se realizan con la presencia de la pareja, familiar u otro acompañante y el 77% de los bebes nacidos tuvieron contacto piel a piel por lo menos durante los primeros 30 minutos de vida. Por otra parte, la lactancia materna exclusiva al sexto mes ha subido en casi 10 puntos porcentuales desde el año 2012. Por último, se menciona que los “contextos de alta vulnerabilidad” (In2) pueden afectar a los docentes, quienes requieren de autocuidado. En este caso, este contexto se evalúa como un problema que afecta la salud de los docentes. El miércoles se dio a conocer el listado de propuestas adjudicadas del Concurso para la Asignación Rápida de Recursos para Proyectos de Investigación sobre Covid-19 de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). Sin lugar a dudas, una de las alteraciones más significativas ha sido el debilitamiento de las expectativas respecto a nuestro desarrollo.
Lo que esperamos son medidas que afecten a la vida cotidiana de la gente, como en el sistema de pensiones, en los impuestos, en el sistema de salud, en la educación, (…) Una crisis compleja hay que abordarla de forma compleja. Sobre este punto, enfatizó que “todos estos son elementos que tienen repercusiones directas en la salud de los niños como un factor acumulativo que va afectando progresivamente su desarrollo, su nivel educativo y su capacidad de crecer integralmente. El desafío, entonces, es asegurar a todos los niños, niñas y adolescentes, sin distinción, las condiciones que permitan el máximo desarrollo de sus potencialidades y capacidades en un marco de respecto y garantía de sus derechos fundamentales”. En la In1 se menciona “clase” como parte de una perspectiva de análisis para fenómenos históricos contemporáneos, asociados a la economía de manera estructural y sin relación con las desigualdades.
“La necesidad de que el Estado intervenga es evidencia de que el sistema en sí mismo no funciona como garante de derechos de todas las personas”, dice. Si la gente salió a la calle en octubre, sostiene, fue “para exigir dignidad, igualdad y protección de sus derechos” y la emergencia del coronavirus “mostró hasta qué punto estas exigencias no exageraban ni un ápice”. Las capacidades de las familias para llevar a cabo su cometido educativo no están equitativamente distribuidas, puesto que la pobreza, el nivel educacional de madres, padres o cuidadores, y su capital social influyen en el desarrollo y el desempeño escolar de niñas, niños y adolescentes. Desde el estallido social, la desigualdad ha sido un tema de discusión muy presente en el mundo político y académico. Sin embargo, pocas veces se ha reflexionado sobre cómo la inequidad afecta la cultura.
Tres expertos ayudan a dibujar el mapa que habitamos en Chile y a detectar las posibles causas de esta condición.
La desigualdad, sobre todo aquella que hiere la convivencia humana, no es un problema que inquieta solo a la sociedad chilena. Preocupa en el mundo entero y ha sido objeto de atención tanto desde el ámbito político, el académico y el eclesial. Obviamente, dada la complejidad de la cuestión aquí abordada, de las distintas aproximaciones disciplinares e ideológicas en juego, el esfuerzo aquí realizado no puede ser sino limitado. Por otra parte, dado el contexto en el que se ha agudizado la discusión sobre las desigualdades, el vínculo con la violencia no puede ser soslayado.
Empleadores pueden despedir a sus trabajadores/as, incluso sin indemnización aduciendo fuerza mayor. Sin una cuarentena total en todas las comunas, trabajadores/as deberán optar entre cuidar su salud y la de los suyos quedándose en casa, o asistir al trabajo, al que siguen obligados a presentarse, y cuidar su sustento. Muchas personas deben viajar largas distancias dentro de Santiago, en transporte público aglomerado, para poder llegar a sus trabajos, corriendo mayor riesgo de contagiar y ser contagiadas. Si no interviniera el Estado de manera excepcional, y se dejara operar al sistema tal como hoy está establecido, el resultado sería desastroso.
Hemos visto cómo en otros países latinoamericanos se ha resuelto muchas veces por el lado del populismo, ya sea de izquierda o de derecha. Por ese motivo, es necesario hacer un diagnóstico claro desigualdad social y la pobreza sobre lo que está pasando en la sociedad, y tomar medidas de forma rápida y eficaz. Si las decisiones son las apropiadas, el sistema capitalista se puede recomponer, en un sentido institucional.
En el primer caso, la “etnia” se diferencia de la palabra nacionalidad, con la conjunción “y”, explicitando cosas distintas, de lo que se infiere que son grupos que no tienen o no se sienten parte de una nación. A este grupo se le asocia con “discriminación, exclusión y fracaso escolar”, además de mencionar “programas compensatorios para estudiantes con otras culturas”. El concepto “fracaso escolar” asume que la responsabilidad es del estudiante o de la familia y no del sistema escolar que no es capaz de retener y acompañar a ese estudiante. Lo mismo sucede con la compensación, que refiere a la carencia o déficit de algo, es decir, el problema que porta el estudiante es el que debe ser reparado. En el caso de “raza”, esta se usa como categoría analítica para abordar distintos momentos históricos, pero no queda claro su uso.
La diversidad es una característica inherente al ser humano que puede ser abordada desde distintas perspectivas. En este artículo se asume como una construcción cultural y política situada en un contexto histórico y social, mediada por relaciones de poder (Hall, 2010). Los grupos clasificados como diversos suelen ser aquellos que la cultura dominante (Cuche, 2002) ha clasificado como diferentes. Esta construcción se sostiene en un discurso que asume que existe una normalidad y que todo aquel que se aleje de ella, es diverso, posición que se construye desde la jerarquía desigual que refuerza las relaciones de dominación y perpetúa las desigualdades (Hall, 2010), que se expresan en racismo, etnocentrismo, sexismo, heterosexismo, clasismo, entre otras. En este apartado, nos proponemos realizar una aproximación teológica al concepto o valor de la igualdad y, sobre todo, al drama humano que puede significar su antónimo, la desigualdad.