Desde la disaster financiera mundial de 2008, el número de multimillonarios se ha multiplicado por más de dos. Según el Credit Suisse, el 82 % de toda la riqueza creada en 2018 fue a parar al 1 % más rico, mientras que la mitad más pobre de la humanidad no recibió nada. La CNDH enfatiza que la desigualdad y la discriminación son violaciones de los derechos humanos y deben ser abordadas de manera efectiva por el gobierno y la sociedad en common. Es necesario promover la igualdad de oportunidades y luchar contra todas las formas de discriminación y exclusión social para garantizar que todos los individuos tengan acceso a sus derechos humanos.
Algunos tenían la esperanza de que se pudiera internacionalizar el asistencialismo, para tratar de crear el piso de protección y el techo a la desigualdad a nivel mundial que algunas naciones habían logrado en su interior. Pero sus aspiraciones, como las del posterior “Nuevo orden económico internacional” del sur global de la década de 1970, no sobrevivieron. En su lugar tenemos lo que el historiador Marcos Mazower ha denominado mordazmente “el verdadero nuevo orden económico internacional” del fundamentalismo de mercado international. En el ejemplo más extremo de un voto de compromiso, Myrdal y su opositor ideológico Friedrich Hayek ganaron juntos el premio Nobel de economía de 1974; pero mientras uno de ellos fue olvidado, el otro vio sus deseos más preciados convertirse en realidad. La desigualdad por razón de ingresos, sexo, edad, discapacidad, orientación sexual, raza, clase, etnia, religión, así como la desigualdad de oportunidades, sigue persistiendo en todo el mundo.
Esto puede implicar la implementación de políticas y programas que aborden las desigualdades existentes y trabajen para eliminarlas. También puede requerir cambios culturales y de actitud para garantizar que todas las personas sean valoradas y respetadas por igual. Por ejemplo, algunas personas pueden ser discriminadas en el acceso a la educación, el empleo, la vivienda o la atención médica. Otras pueden ser objeto de violencia o abuso debido a su identidad de género, orientación sexual o raza. Además, las personas con discapacidades pueden enfrentar barreras en su acceso a la información, el transporte o los servicios públicos.
Otro ejemplo se encuentra en un informe publicado el lunes por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el que se indica que los Estados destinan más dinero a la educación de los niños ricos que a la de los pobres. El informe revela que el extraordinario crecimiento económico registrado en las últimas décadas ha fracasado en cerrar las divisiones entre los países y dentro de ellos. Lo que es peor, algunos se ven más retrasados debido al impacto desproporcionado de las tendencias globales adversas, como el cambio climático, la degradación del medio ambiente, los peligros naturales o las políticas de austeridad impuestas como resultado de la disaster financiera y económica. Estas disparidades son aún más marcadas en los países en desarrollo y en las economías emergentes. Finalmente, Bachelet reclamó al Gobierno de Nicolás Maduro la liberación incondicional de todos los presos políticos. Su Oficina ha podido documentar más de a hundred thirty casos de violaciones de los derechos humanos a reos.
La naturaleza regresiva o progresiva de la estructura tributaria de un Estado, y los grupos y fines para los que otorga exenciones o deducciones, dan forma a la distribución de los ingresos y activos entre la población. Inevitablemente, esto afecta los niveles de desigualdad y disfrute de los derechos humanos. La implementación de medidas redistributivas adecuadas mediante las políticas fiscales es indispensable para garantizar un respeto pleno de los derechos humanos. La extrema desigualdad también debe verse como un motivo de vergüenza para el movimiento internacional de derechos humanos.
En 2015, los dirigentes mundiales aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible , que consta de 17 objetivos dirigidos a construir sociedades más pacíficas, justas y sostenibles. Reconociendo que las desigualdades atentan contra el desarrollo socioeconómico a largo plazo y pueden generar violencia, enfermedades y degradación ambiental, uno de los objetivos —el Objetivo 10 tiene por objeto reducir las desigualdades y las disparidades de oportunidades, ingresos y poder. Los derechos económicos y sociales son una parte basic de los derechos humanos, y debemos tener cuidado de no equiparar el esfuerzo determinado que han realizado los Estados Unidos a lo largo de varias décadas para negar y socavar el estatus de estos derechos con las realidades al exterior de los EE. Los órganos de derechos humanos que interpretan la norma de igualdad han destacado desde hace tiempo que la igualdad formal no es un sustituto adecuado para la clase de igualdad sustantiva que requieren los principios de derechos humanos, incluso si no existe un “derecho a la igualdad” independiente, como tal, en el derecho de los derechos humanos. Los problemas y los desafíos, ya se trate de la pobreza, el cambio climático, las migraciones o las crisis derechos humanos y pobreza económicas, no se limitan nunca a un país o a una región.
En todos los países, las mujeres, los grupos étnicos minoritarios, las comunidades desfavorecidas y las personas con discapacidades o enfermedades crónicas tienen más probabilidades de permanecer inactivas. La agencia de la ONU para la salud pide a los líderes encargados de la sanidad que la promoción del ejercicio sea más common clases sociales y desigualdad. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.
Por otro lado, el déficit de empleabilidad formal que enfrentan las personas trans, sumado a las dimensiones de discriminación, se refleja en su exclusión de la seguridad social y los sistemas de salud. Esto es especialmente grave si consideramos que las personas trans enfrentan problemas específicos de salud como la falta de tratamientos hormonales, el uso de sustancias modelantes para suplir la falta de tratamientos de reafirmación de género, el déficit de servicios de atención sensibilizados, así como una mayor vulneración sistemática a su salud mental. Finalmente, hasta hace poco existían brechas legales en el acceso a la seguridad en condiciones de igualdad para toda la diversidad de familias. Las mujeres y niños sin acceso a asistencia sanitaria mueren cada día de enfermedades prevenibles como el sarampión y la tuberculosis o durante el parto. Las personas mayores, los migrantes y los refugiados se enfrentan a la falta de oportunidades y la discriminación, un problema que afecta a todos los países del mundo.
La desigualdad en el ingreso, el salario y la riqueza está plagando a los países desarrollados y en desarrollo por igual. Bachelet informó que el año pasado su Oficina documentó un aumento de las protestas sociales y llamó al Gobierno a adaptar la legislación y los protocolos sobre el uso de la fuerza de acuerdo con las normas internacionales y a aprobar un plan de desmilitarización de la seguridad pública. Advirtió que la defensa de las garantías fundamentales sigue siendo una labor de alto riesgo en Colombia. “En 2019, documentamos 108 asesinatos de personas defensoras de derechos humanos; al 19 de febrero de este año, mi Oficina confirmó 4 casos y 31 más están siendo verificados. ¿Podría corregir este error una versión de derechos humanos distinta de los movimientos y regímenes jurídicos que han surgido hasta ahora? Para ser absolutamente claro, esto no pretende contradecir la importancia moral y posiblemente incluso el éxito histórico de los derechos humanos con respecto a sus usos fundamentales para combatir la represión política y frenar la violencia excesiva.
Tras alentar al Estado colombiano a implementar todos los puntos del Acuerdo de Paz, la Alta Comisionada dijo que en 2019 persistieron los altos niveles de violencia en el país, generando violaciones graves de los derechos humanos, entre ellas 36 masacres. Bachelet instó a las autoridades a liberar a las personas detenidas arbitrariamente y a garantizar la integridad de los activistas de derechos humanos, así como a respetar el derecho a la libertad de opinión y expresión. En el discurso sobre los países con mandato de la Oficina de Derechos Humanos, Bachelet aseguró que desde su informe de septiembre pasado han continuado las violaciones de las garantías fundamentales en un marco político y social “extremadamente complejo”. Las políticas migratorias restrictivas estadounidenses son motivo de alarma en materia de derechos humanos. La extrema desigualdad socava directamente los derechos humanos, y es un motivo de vergüenza para la comunidad de derechos humanos. Y cuando se trata del complemento de movilización necesario para cualquier programa, las herramientas principales que ha utilizado el movimiento de derechos humanos en sus campañas más reconocidas y posiblemente exitosas, la crítica de la represión estatal y el alivio de los desastres de guerra, simplemente no son aptas para su uso en el ámbito socioeconómico.
La seguridad social surge de la concept de que toda persona trabajadora debe tener, como derecho derivado de su actividad laboral, acceso a la salud y otros derechos y cuidados que incluyen la recreación, la educación y el bienestar social. En México y buena parte de América Latina, la formación y construcción de los sistemas de seguridad social fue uno de los pilares fundamentales de la construcción de estados de bienestar, una aspiración que marcó buena parte del desarrollo social, político e institucional en nuestra región. En México, la seguridad social es resultado de la lucha revolucionaria, pero también una conquista de las personas trabajadoras, ampliando la salud y otros derechos clave a aquellos sectores y gremios históricamente excluidos del desarrollo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe ha identificado ocho frenos que impiden el desarrollo social de la región y que van desde la enquistada pobreza a la desigualdad crónica, pasando por la falta de inversión en el tejido social y los impactos del cambio climático. Para superarlos, propone crear políticas centradas en los derechos y la igualdad, siguiendo los pasos marcados por la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.
Los derechos humanos son un conjunto de principios universales que reconocen la dignidad y los derechos inherentes a todos los seres humanos, independientemente de su raza, género, religión, orientación sexual o cualquier otra característica. Sin embargo, la desigualdad y la discriminación pueden limitar el acceso a estos derechos. La encuesta también revela que un 55,7% afirma que ha experimentado una movilidad social ascendente a lo largo de su vida, un 26,5% cree que ha sido descendente y un 15,3% que no ha tenido movilidad de ningún tipo.
Los organismos internacionales de derechos humanos, incluidos varios relatores especiales de la ONU, también comienzan a cuestionar la compatibilidad de la desigualdad extrema con los derechos humanos, y a exigir una respuesta más eficaz de parte del régimen de derechos humanos. Los activistas de derechos humanos tienen un papel fundamental que desempeñar al impulsar a estas instituciones a que cumplan sus funciones de rendición de cuentas y gobernanza de manera más eficaz. Es preciso redoblar los esfuerzos para erradicar la pobreza extrema y el hambre, e invertir más en salud, educación, protección social y trabajo decente, especialmente en favor de los jóvenes, los migrantes y otras comunidades vulnerables. Dentro de los mismos países, es importante potenciar y promover el crecimiento económico y social inclusivo. Podemos garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de los ingresos si eliminamos las leyes, políticas y prácticas discriminatorias. Entre países, debemos garantizar que los países en desarrollo estén mejor representados en el proceso de toma de decisiones sobre los problemas mundiales, a fin de que las soluciones sean más eficaces, más dignas de crédito y más responsables.
Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la ethical, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, particular person y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.