Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura precise, pero no son imposibles de reducir y de desarticular. Diversos estudios concluyen que la desigualdad educativa está directamente relacionada con la clase socioeconómica y al nivel de acceso a oportunidades (ante condiciones socioeconómicas deprimidas, menores oportunidades y viceversa). Así, la educación perpetúa las desigualdades que surgen con la clase social, el género, y el origen étnico. Desde esta creencia y discurso acerca de la carencia ethical es que entregar beneficios directos (como dinero o bienes materiales) a los pobres sea visto como una manera errónea de solucionar la pobreza.
Entregar bienes materiales se visualiza como una forma cómoda de intentar sobrellevar una situación dificultosa, tanto para el que entrega como para el que recibe. Desde esta mirada, la mejor retribución social de los recursos es entregando herramientas, ante todo morales, a aquellos que las necesitan. Entregar dinero, sin el complemento con otro tipo de medidas, sólo aporta a fomentar la ‘flojera’. No hay que olvidar que en la historia de la humanidad grandes hombres como filósofos, artistas, políticos y sobre todo santos, se han revelado contra sistemas que, buscando el bienestar puramente materials y económico del ser humano, terminan por asfixiarlo y destruirlo.
El aumento carcelario hace que la cárcel vaya poco a poco transformándose en una situación regular para quienes habitan los sectores marginales y segregados de nuestras ciudades. La primera declaración sobre los derechos del niño knowledge de 1920 aprobada por la Liga de las Naciones, la cual se disolvió en 1946. Ese mismo año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue creada, organismo que hoy vela por el cumplimiento del derecho internacional, el mantenimiento de la paz internacional, la promoción y protección de los derechos humanos, entre otros.
El análisis aquí propuesto se basa en mi propia trayectoria de investigación acerca de distinciones de tipo morales entre grupos sociales, y su rol en los conflictos y fricciones políticas actuales. Mas específicamente, me baso en una investigación que realicé hace casi diez años para mi memoria de pregrado en antropología social en la Universidad de Chile acerca de los discursos de la pobreza por parte de la elite económica (ver Bowen 2013, 2015). Sorprendentemente, los hallazgos de dicho estudio siguen vigentes para comprender el precise y difundido discurso de la flojera en la sociedad y en el debate público chileno. Hace unas semanas, en medio de la pandemia por el Covid-19 y una de las mayores disaster sociales y económicas del país en décadas, distintos representantes de asociaciones de empresarios chilenos se opusieron al tercer retiro de fondos de las AFP. Los representes gremiales sugirieron que, si la población disponía de dinero o recibían un bono related a su sueldo, entonces estos ya no iban a querer ir a trabajar.
CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica. Licenciado en Teología y Doctor Canónico en Filosofía por el Instituto Católico de París y Doctor en Filosofía por la Universidad de Paris IV, La Sorbona. La llamada y la respuesta en la filosofía de Emmanuel Levinas (2006); La vérité et la justice, dans la philosophie d’Emmanuel Levinas, L’Harmattan (2009); La justicia. Introducción a la hermenéutica de Paul Ricoeur (2017); y Caminos de justicia en y desde América Latina (2018). Adquiera CARCELES Y POBREZA en nuestros locales y en nuestra tienda virtual.No olvide aprovechar nuestras grandes promociones en este enlace de OfertasSíguenos en nuestras redes sociales Instagram, Facebook y Twitter. Encarcelar a un semejante es un acto violentísimo, que supone dejar un cuerpo en un espacio diminuto, deshumanizando a quien debe sufrirlo, y deshumanizar a un semejante significa también deshumanizarnos a nosotros mismos, y la deshumanización masiva supone necesariamente la deshumanización de la sociedad.
Y así podríamos citar muchos nombres, con rostros concretos, cuyas historias escapan, la mayoría de las veces, a los números oficiales, que buscan maquillar cifras. Consideramos por lo tanto que la lucha contra la pobreza es el mayor reto que tenemos que enfrentar las sociedades en la actualidad. Un desafío para la humanidad que debe encontrar en la ética la semilla que haga surgir tanto en políticos, religiosos, economistas, y sociedad en basic, una nueva manera no tanto para ver sino para escuchar el clamor y el hambre del pobre (Cortina, 2017). Estos datos optimistas del Banco Mundial, de que se ha logrado reducir a la mitad la pobreza extrema en el mundo en los últimos años, parecen contradecir lo que nosotros vemos y constatamos en la realidad. Cada vez es más presente y cruda la presencia de los pobres en nuestras sociedades, en nuestros países de América Latina, en el mundo.