«Un nuevo análisis a partir de los datos de la World Benchmarking Alliance, de más de 1.600 de las empresas más grandes del mundo, revela que solo el 0,four % de estas se comprometen públicamente a pagar a sus trabajadores un salario digno, y a abogar por esta medida justa en sus cadenas de valor», asevera el documento. Oxfam plantea que los salarios de casi 800 millones de trabajadores no siguieron el ritmo de la inflación, lo que produjo una pérdida aproximada de 1,5 billones de dólares durante los últimos dos años, el equivalente a 25 días de sueldo perdido por cada persona empleada. Según Desigualdad S.A, «en términos reales, considerando el aumento de costo de vida, la riqueza de los milmillonarios se ha incrementado en three,three billones de dólares desde 2020, a un ritmo tres veces mayor que la inflación».
Segundo, la CASEN no captura bien la riqueza de los grupos más altos porque mientras más dinero tiene alguien, menos possible es que responda la encuesta y, si lo hace, más probable es que omita partes de su fortuna, destaca el académico. En resumen, con una disaster sanitaria persistente en América Latina y el Caribe se extenderán a su vez a la dimension social y sanitaria con afectaciones en la pobreza y la pobreza extrema, la desigualdad, la desocupación y la falta de acceso a la educación y a cuidados, que aún no muestran señales de recuperación. El estudio que estuvo centrado en analizar la desigualdad económica entre mujeres y niñas, calculó que los 22 hombres más ricos del mundo poseen más riqueza que todas las mujeres de África. En Capitalismo progresista, Joseph Stiglitz se pregunta cuáles son las fuentes de enriquecimiento de las naciones.
Además, pese las señales de recuperación económica en 2021, se evidencia que no está centrada ni en la igualdad ni en la sostenibilidad ambiental, y se manifieta en un contexto de permanencia de los retrocesos en el desarrollo social, opina la Cepal. Dentro de las conclusiones del informe se señala que las mujeres son el sector que más sufre la desigualdad cargando con el trabajo no remunerado en hasta 14 horas diarias, muchas veces trabajo que no se realiza sin ninguna retribución. En términos de propuestas para el futuro, los libros de Piketty, Stiglitz y Collier son generosos, aunque de todos los autores referidos en este artículo, solo Piketty es quien habla de una “superación del capitalismo”.
Por lo tanto, futuros estudios se podrían beneficiar de la inclusión de un número mayor de indicadores referidos a la suerte, que sean equivalentes a los internos y externos, para poder realizar una estimación más precisa de este patrón atribucional. Además, sería deseable contar con un mayor número de indicadores por dimensión para estimar independientemente la calidad de cada factor, así como también contar con un modelo que abarque otras dimensiones de la atribución, además del locus, como son la controlabilidad y la estabilidad en la perspectiva de Weiner (1985). Desde las investigaciones de Feagin, es posible encontrar un número importante de estudios que han abordado el tema de las atribuciones, particularmente hacia la pobreza.
Además, es un término asociado a otros fenómenos negativos, como la desigualdad y la falta de oportunidades, afectando el bienestar de la población (Ministerio de Desarrollo Social, 2011). En la literatura económica, desde hace décadas, existe consenso en que un país o territorio no debe ser evaluado únicamente por sus indicadores económicos de productividad, sino que también por su capacidad para reducir la pobreza y la desigualdad, ambos conceptos entendidos como males para una sociedad (Gasparini et al., 2014). Al ser la pobreza reconocida como mal social, no es de extrañar que sea un concepto ampliamente estudiado y que sea propósito de cada Gobierno reducirla al máximo. Asimismo, el hecho de obtener un ingreso insuficiente es consecuencia de las desigualdades estructurales de un sistema económico (Macías, 2014). Como respuesta a estos indicadores, suele decirse que el problema no es que los ingresos sean muy desiguales, sino que hay demasiadas personas pobres. También se argumenta que la desigualdad era baja en los regímenes comunistas ruso y chino en 1980 y que su posterior aumento contribuyó a estimular la innovación y el crecimiento en beneficio de todos.
Al realizar el mismo ejercicio pero considerando el 20% de los hogares con mayores y menores ingresos, el ratio es claramente menor. Sin embargo, el escenario no cambia demasiado al jerarquizar el territorio, al menos no para las regiones mejor y peor catalogadas anteriormente. El (Gráfico 7) demuestra nuevamente que La Araucanía y Los Ríos son los territorios más desiguales, seguida del Biobío y la Región Metropolitana, la cual sube al puesto número cuatro. Por su lado, con menor desigualdad destacan las regiones de Arica y Parinacota, Atacama y Antofagasta (las misma regiones destacadas en el ratio 10/10, pero en un orden diferente).
Eso implica el acceso a servicios, a bienestar social, a vivienda, a salud, a educación. Incluso las nuevas mediciones de pobreza multidimensional, como la Casen, incorporan dimensiones como redes, entorno, comunidad. Estos son otros factores que permiten medir y evaluar las condiciones de vida de las comunidades», cube. Una de las primeras preguntas a desarrollar consiste sustancialmente en ¿qué entendemos por desigualdad?
Al desafío sanitario de la pandemia se sumó rápida y urgentemente la necesidad de combatir los efectos sociales y económicos de la misma. Las diversas ayudas sociales permitieron una rápida recuperación económica y de los empleos, pero trajo consigo un sobrecalentamiento de la economía, que sumado a la guerra de Rusia en Ucrania y los rebrotes de covid-19 en Beijing, elevó la inflación anual a un máximo de 14,1% en agosto de 2022, lo que presagiaba una dificultad en la recuperación. Con ella los ciudadanos pueden organizarse con más equidad instaurando un país con mayores principios de comunidad nacional, donde el más sano ayude al más enfermo, el más joven al más longevo, restableciendo el valor por el prójimo, por la solidaridad encausada no sólo al vivir mejor sino al vivir mejor juntos. Nuestro país necesita crecimiento económico, pero este debe avanzar hacia el desarrollo económico.