Perspectivas Y Estrategias Sobre Pobreza: El Recorrido De Una Diócesis Argentina

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Estos resultados son reforzados por un análisis condicionado del perfil de la pobreza. En la literatura existe una amplia variedad de escalas, construidas bajo distintos métodos y supuestos (Buhmann et al., 1988), abriendo el interrogante de qué escala se debiera usar en los análisis distributivos. Al emplear diferentes escalas se obtienen distintas distribuciones de ingresos por adulto equivalente, afectando no solo las estimaciones de pobreza sino también las características de los hogares que son identificados pobres.

Este crecimiento se refleja en la vida diaria, especialmente en la educación, los comedores, el consumo en pequeños comercios y la compra de medicamentos, impactando principalmente a los jubilados. La baja asistencia escolar es un claro signo de la pobreza, donde los niños son los más afectados, según testimonios de docentes que relatan la difícil situación de sus alumnos. En este trabajo, parte de una investigación más amplia (Aenlle, 2021), nos proponemos comprender y analizar las perspectivas y estrategias sobre los/as pobres y la pobreza que se presentan hoy en la IC. Hacemos un recorrido histórico y nos centramos en la diócesis de Merlo-Moreno (conurbano bonaerense), municipios con altos porcentajes de pobreza1. Consideramos relevante el análisis de esas transformaciones, para comprender las perspectivas y estrategias que hoy prevalecen a nivel territorial y las formas en que se vinculan lo religioso y lo político, la IC y el Estado. Nos proponemos comprender y analizar las perspectivas y estrategias sobre los/as pobres y la pobreza que se presentan hoy en la Iglesia católica (IC).

El 92% de los hogares con 5 niños serán identificados pobres con la escala de Barten, mientras que el 79% con la escala del INDEC, y el 71% con la paramétrica. Mientras que cuando el umbral se modifica, las probabilidades promedio de que el hogar sea identificado como pobre al considerar distintas escalas son más parecidas para tamaños familiares con pocos integrantes, y las diferencias se amplían al aumentar la cantidad de adultos o menores presentes en el hogar. En este caso un hogar integrado por 5 menores tiene 53% de probabilidad, en promedio, de ser identificado como pobre si se emplea la escala de Barten, 50% con la del INDEC y 45% con la paramétrica. El Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) difundió los últimos índices del nivel de pobreza en el país.

El estudio revela que disponer de empleo ya no alcanza para eludir la pobreza en Argentina, cuando tres de cada diez trabajadores no logran cubrir el costo de la canasta básica para su familia. El 20% de quienes tienen empleo registrado caen en esa condición ante las tasas inflacionarias. Sin embargo, aunque la PPP, como observamos, con los desplazamientos acontecidos, es ubicada en “lo religioso”, genera nuevas relaciones entre religión y política, entre la Iglesia y el Estado.

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Los resultados de la literatura varían considerablemente entre los distintos estudios, de acuerdo con las características de las escalas empleadas y a los países elegidos para el análisis. Por ejemplo, Coulter, Cowell y Jenkins (1992) consideran que las variaciones de las medidas de pobreza pueden llegar a ser muy considerables. Sin embargo, Burkhauser, Smeeding y Merz (1996) encuentran que las tasas agregadas de pobreza no se ven alteradas de manera importante pero sí se modifica la composición de la población pobre, al analizar el caso de Estados Unidos y Alemania utilizando tres escalas distintas. Pese a que la mayoría de los aportes de esta literatura son de carácter empírico, en todos subyace la misma premisa; emplear diferentes escalas altera la ubicación relativa de los individuos, afectando la magnitud de la pobreza y las características del colectivo identificado como pobre.

Aún más, los gobiernos de América Latina suelen monitorear la pobreza bajo esta metodología. Un esquema comparable se dispuso para la electricidad, con aumentos mayores para los usuarios no residenciales y residenciales de altos ingresos, también desde abril próximo. Argentina registró su tasa máxima de pobreza en octubre de 2002, cuando el índice trepó al 57,5% tras el estallido de una de las más severas crisis económicas que recuerde el país. Según el informe, las ciudades con mayor índice de pobreza son Resistencia (65,2%), en la provincia de Chaco (centro-norte), y Concordia (56,2%), en la provincia de Entre Ríos (noreste). Al contrario, precisó que “si esto sigue así, habrá un aumento de nuevos pobres por descenso de clases medias bajas, pobreza más estructural y mayor dependencia de los pobres extremos y las clases bajas de la asistencia pública”.

El estudio apuntó que, la pobreza por ingreso pasó de un 10,7% en 2020 a un 6,5%, el menor nivel desde que hay datos comparables (en 1990). En medio de este escenario, hubo un alza tanto de la pobreza como de la indigencia en la primera mitad del año en el país vecino. Los motivos que generan mayor vulnerabilidad económica en el país están relacionados con un contexto de alta inflación, que actualmente alcanza los 254,2% interanual y 20,6% a nivel mensual, y los costos de la canasta básica alimentaria que acarrean un crecimiento interanual del 258,2 %.

Esto parece justificable para la estimación de la pobreza extrema, pues un niño requiere ciertamente menos alimentos que un adulto, aunque podrían no ser igualmente razonables para establecer el costo relativo de los niños al evaluar la pobreza moderada. Si bien la magnitud de las escalas de Barten pareciera contraintuitivo, es posible que el gasto que implican los menores sea más que proporcional al de los adultos en otros rubros. La evidencia para Argentina sugiere que los requerimientos de los niños en categorías como salud, educación y vestimenta son efectivamente superiores.

El mismo organismo estipula que la tasa de pobreza urbana registrada entre enero y junio estuvo 5,four puntos porcentuales por encima de la del segundo semestre de 2019 y fue otros 5,5 puntos superior a la de la primera mitad del año pasado. Uno de los datos más preocupantes pasa por la pobreza infantil, dado que alcanza al fifty six,3% de los menores de 14 años son pobres. De acuerdo con el relevamiento del Indec que analiza la situación de pobreza por grupos de edad, un 50,9% de los niños entre 0 y 14 años son pobres. La pobreza en Argentina alcanzó al 36,5% al término del primer semestre del año, registrando una baja de 0,eight hambre y pobreza en el mundo puntos porcentuales respecto al cierre del 2021, informó hoy miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El gobierno de Javier Milei confirmó este miércoles que elevará las tarifas del gas en abril, de acuerdo al ingreso de cada hogar. Tras conocer el dato, el candidato de la Libertad Avanza y que lidera las encuestas, Javier Milei, usó su cuenta de X y dijo que “sigan combatiendo (destruyendo) al capital, por lo que no habrá ni puestos de trabajo nuevos y mucho menos una mayor productividad que permita una mejora de los salarios reales… “Es cartonear (juntar residuos para reciclar) desde la mañana hasta las 7 u eight de la noche para ganar three.000 pesos (4 dólares al tipo de cambio casual o casi 9 al oficial) o 4.000 pesos. “Hay una situación de pérdida de poder adquisitivo de todos los grupos de la población”, dijo a diario Clarín Leopoldo Tornarolli, investigador del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata.

Estrategias de vida y representaciones sociales de la población infantil en situación de calle. Según el documento «Estimación de los efectos del Impacto Inflacionario posdevaluación. Escenario a diciembre 2023 y enero 2024», la población indigente también ascendió, del 14,2% en diciembre al 15% en enero de este año. El último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) arrojó que la pobreza en en el país trasandino ascendió en enero pasado al fifty seven,4% de la población. Se trata del porcentaje más alto desde que se inició la serie en 2004, cuando el país alcanzó un 54% de pobres. 2Si bien la pobreza constituye un fenómeno multidimensional, el enfoque de ingresos continúa siendo el paradigma más extendido por su simplicidad analítica e interpretación práctica.

El mayor crecimiento con relación al semestre anterior se observó en los grupos de personas de 15 a 29 años, con un aumento de 7,1 puntos porcentuales, y dejaron el índice en 49,6%. En tanto, el segmento que aglomera a los que tienen de 30 a 64 alcanzó 36,2%, tras una suba de más de 5 unidades. 7La asociación entre las collection de ingresos ajustados para cada año así como la relación entre las tasas de pobreza estimadas, es altamente estrecha; los coeficientes de correlación lineal son todos mayores a 0,97 y estadísticamente significativos al 1%. En relación con el segundo objetivo, referido a la potencial modificación en el perfil de la pobreza cuando se emplean distintas escalas, los resultados se presentan para el último año de la serie empleada, aunque los resultados pueden ser generalizados. En relación con el primer objetivo referido a los niveles y evolución de la pobreza, se estima para cada año, a nivel particular person, la tasa de pobreza de acuerdo con el indicador FGT (Foster, Greer y Thorbecke, 1984), empleando cada una de las tres medidas de ingreso por adulto equivalente construidas. El desarrollo empírico de esta investigación se basa en los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina.

La persistencia y la multidimensionalidad de la pobreza hacen que sea ambicioso suponer su reversión solo por la recomposición del ingreso básico o por la obtención de ayuda social de diferentes tipos, ayuda que suele ser temporal (Clemente, 2014). Ante esto, Clemente (2014) plantea como necesarias, entre otras políticas, una mayor presencia del Estado en el territorio y el incremento ahí de la accesibilidad a sus instituciones. Este desplazamiento se constituye así en una forma explicit de analizar y de intervenir sobre la pobreza y posibilita hay pobreza nuevas, y no tan nuevas, relaciones entre la Iglesia y el Estado. Desde la PPP los agentes eclesiales “atienden” las demandas, dan respuestas a las necesidades y acompañan a quienes viven en situación de pobreza. Cuando hablamos del fortalecimiento de la PPP no decimos que alguna vez haya dejado de ser la perspectiva hegemónica, pero sí que, principalmente en los años setenta, la OP cobró relevancia, tensionó el campo y modificó relaciones con otros campos. Hoy observamos el debilitamiento de la “opción” y el fortalecimiento de la hegemonía de la “preocupación”.

Este resultado es consistente con el hecho de que las escalas difieren más para los individuos menores, pero son más similares en magnitud para los adultos. Cuando el umbral es el mismo, la proporción de individuos que son identificados como pobres en cualquier tipo o tamaño de hogar es siempre mayor al ajustar los ingresos con la escala de Barten, y las diferencias respecto de emplear los otros ajustes son crecientes en el tamaño del hogar. Consecuentemente, esta escala empobrece relativamente más a todos los individuos respecto de los otros ajustes, pero empobrece aún más a aquellos que viven en hogares más numerosos. Debido a que la principal fuente de diferencias en el tamaño familiar de los hogares más pobres es el mayor número de niños, y ya que es para los menores que las escalas difieren en mayor cuantía, las tasas estimadas son sustancialmente mayores en los hogares con presencia de varios niños. Esto sugiere que el impacto de emplear una escala más alta para ajustar los ingresos totales (disminución de los ingresos equivalentes) es parcialmente contrarrestado por el efecto que genera la caída del umbral.