Más Crecimiento Económico Y Educación Implican Más Desigualdad, Por Carlos Valenzuela Opinión En Cooperativa

Por esa razón, ni de ellos ni de sus representantes políticos (como Chile Vamos y Nueva Mayoría) vendrá ni un solo cambio que les obligue a entregar una parte de esa torta a las y los trabajadores. Dicho sistema corporativo está compuesto por inversores, financieros y propietarios de empresas transnacionales. Eso sí, la desigualdad no actúa tan solo en la esfera económica, sino que el poder económico de dichas empresas as empoderan, además, de una inconmensurable potestad política, legal y social. Pero, para comprender la naturaleza de esta vinculación y el tipo de responsabilidad a que debe dar lugar, es conveniente tener a la vista otra reflexión de Marx que suele ser desatendida. La explotación tiene, por lo menos, dos elementos que la distinguen de otras formas de interacción. En primer lugar, la existencia de una ventaja o provecho para una de las partes (el explotador) y, en segundo, la falta de libertad o la situación de opresión que afecta a la otra parte de la relación (el explotado).

En efecto, este conjunto de instituciones dictan las políticas públicas de los países Europeos en crisis con evidente menoscabo de su soberanía y autonomía nacional y del derecho a decidir sus propias políticas económicas y sociales. En el presente artículo se pretende hacer un análisis crítico de la disaster del capitalismo contemporáneo que supere la visión dominante, que la caracteriza como una disaster financiera, a fin de vislumbrar sus causalidades históricas, estructurales y estratégicas, y tomar conocimiento de su carácter multidimensional y de largo plazo. En esa perspectiva, ensayamos una caracterización de la disaster en varios planos y niveles, al tiempo en que identificamos sus principales nudos críticos o paradojas y la serie de respuestas teóricas y políticas que están en la palestra.

porque el capitalismo genera desigualdad

Sus derechos y obligaciones son patrimoniales y están reglados por las normas que regulan los contratos (públicos y privados) propios de la justicia conmutativa. Incluso aquellas instituciones dedicadas a satisfacer derechos humanos elementales (organismos de seguridad social, escuelas, hospitales, and so on.) deben adquirir personería jurídica y quedan sujetas a normas patrimoniales que son fijadas mirando a las cosas que allí se administran y no a las personas que se benefician de esos servicios. La reacción europea ante dichos riesgos, liderada en medida importante por visiones socialcristianas neotomistas (como las inspiradas en las concepts de Jacques Maritain), fue la de avanzar por los caminos de la democratización y la integración.

Por su parte, la filósofa Nancy Fraser habla de la paridad participativa y postula que la justicia exige unos acuerdos que permitan que todos los miembros de la sociedad interactúen en pie de igualdad, tanto a nivel de redistribución como de reconocimiento. Y afirma la necesidad de una distribución que garantice la independencia y la voz de todos. Bajo su alero surgieron grandes fortunas, cuyo origen se centra en la minería, las finanzas y el comercio. Hacia fines de esa centuria se inició un periodo de inestabilidad en el marco de la “cuestión social”, que culminó con la elección de Arturo Alessandri en 1920 y el inicio del Estado benefactor.

El primer efecto consiste en que un incremento de los impuestos al ingreso puede inducir a las personas a trabajar menos, lo que sería económicamente ineficiente y además reduciría la recaudación. Sin embargo, la evidencia empírica concluye que estos desincentivos son bajos.[12] El segundo efecto se refiere al incremento en el bienestar whole que proviene de transferir recursos de una familia rica a una pobre. Por ejemplo, 100 mil pesos adicionales para un hogar que se sostiene con el salario mínimo son significativos, mientras que para un hogar de altos ingresos son poco relevantes. El impuesto óptimo balancea estos dos efectos y, para sorpresa de muchos, aun considerando sus potenciales efectos distorsionadores, la literatura ha concluido que debe ser bastante altos.

Su estrategia en América Latina es “crecimientista” (desarrollista en el más estrecho y economicista sentido de la palabra) y suitable con un recalcitrante “libertarismo” en el plano de la ética. Es “crecimientista”, si se acepta este barbarismo terminológico, a nivel de la economía en su conjunto, pero su libertarismo hace total abstracción de cualquier concepción igualitaria o solidaria, en el plano distributivo o social. Si bien, ésta ética adquiere plena inteligibilidad respecto de las personas humanas su mayor utilización y significación económica se ha volcado sobre las personas jurídicas, las organizaciones, y sobre todo, sobre las grandes corporaciones económicas. En ellas, la propiedad se despersonaliza bajo formas de grandes sociedades de responsabilidad limitada, o sociedades anónimas cuyo capital accionario se cotiza en bolsa y es fácilmente transferible.

Las empresas de acúmulos de dinero como las AFP, tiendas, Isapres negocian con esos dineros, sin el consentimiento de los contribuyentes (lo que es un robo ético aunque no legal). La extensión de la educación sin cambiar las matrices ideológicas que la sustentan lleva inexorablemente a aumentar las desigualdades. En Chile el método científico hipotético-deductivo no se aplica en la vida diaria y menos en política. Que un gran sector de la economía funciona de manera casual y no puede hacer teletrabajo ni vivir en burbujas, tiene que salir día a día a buscarse el pan”. Hemos visto manifestaciones positivas, como las ollas comunes en barrios populares o la recolección de víveres para personas con necesidad. Al no poder salir o desplazarse fuera de la zona donde se habita, se fortaleció una economía más local, con esta concept de poder contribuir con el negocio de mi vecino.

En consecuencia, la justicia conmutativa aplicada a la lógica del capitalismo global predomina sobre la justicia distributiva aplicable a los sistemas políticos democráticos. El neoliberalismo, versión radical del liberalismo económico, delimita la grandeza del ser humano a la capacidad de generar ingresos monetarios, exacerba el individualismo y la carrera por ganar y poseer, por ende, coadyuva grandemente a la agudización de la desigualdad. Desata la codicia, la corrupción y la violencia y, al generalizarse en los grupos sociales, destruye socialmente la comunidad. Se impone así un orden de valores y virtudes, donde la libertad particular person es entendida únicamente como libertad para producir y consumir. En el caso del capitalismo, la explotación consiste, básicamente, en que la menor libertad o poder de negociación que tiene el trabajador le permite al dueño del capital pagarle un sueldo que no representa la contribución marginal que el trabajador hace al valor last del producto, sino que tiende a igualar el costo de la reproducción biológica del trabajador. El intercambio es desigual porque el salario que el trabajador recibe no iguala el valor que el trabajador aporta.

Hay anomia psicológica y a pesar de ello hay movimientos sociales que siguen combatiendo. Si se le pregunta al común de la gente, hay gran desesperanza con la disaster de la pandemia. Pero aun así hay personas en toda América Latina que siguen luchando por otro mundo y lo vamos a conseguir. Cuando algunos Psicólogos Sociales hablamos de burbujas sociales, no criticamos su efectividad sanitaria ni la del distanciamiento social, para reducir el efecto de la pandemia. Sin embargo, debemos tener en cuenta que estas medidas tienen consecuencias psicosociales.

Otro punto esencial es la enorme importancia que, en el marco de una visión fuertemente influida por el keynesianismo, otorga Rawls a la noción de bienes públicos o bienes sociales en la configuración de una sociedad justa. El keynesianismo impulsó la emergencia de una ética consumista, pues la dinámica del sistema capitalista, sufría decaimientos cíclicos de la demanda efectiva (poder adquisitivo aplicado al consumo), y ésta debía ser estimulada tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo la política fiscal y monetaria podía ayudar a paliar situaciones recesivas y, a largo plazo, la publicidad exacerbada, la manipulación del consumidor, y la obsolescencia acelerada de los bienes se convirtieron en mecanismos de estímulos a la demanda efectiva que mantenía en funcionamiento la máquina capitalista. Los resultados de estas estrategias no sólo han promovido el consumismo, sino también el despilfarro, “cargado a la cuenta” del medio ambiente humano y de la estabilidad de la biosfera. Bajo condiciones de competencia perfecta y posiciones de equilibrio basic (o equilibrio parcial bajo la cláusula ceteris paribus) de los mercados, los agentes del proceso son meros optimizadores de magnitudes, calculadas con base en la racionalidad instrumental de un hombre económico. De esa manera aparentemente son los individuos libres (soberanía del consumidor) los que con sus comportamientos determinan la lógica de los mercados y de los precios.