En un contexto en donde más de la mitad de la población mundial aún carece de servicios esenciales de salud, cerca de 800 millones de personas gastan más de 10% de su ingreso acquainted en salud, y casi one hundred millones caen en condición de pobreza monetaria a causa del gasto de bolsillo en salud2 – four , las DSS además han sido reconocidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El Banco Mundial se ha comprometido a ayudar a los países en desarrollo a lograr la cobertura sanitaria universal a través de sistemas de salud más sólidos y más resilientes y proporcionar servicios sanitarios de calidad y asequibles para todos, especialmente las personas más vulnerables durante épocas de crisis. La institución apoya los esfuerzos de los países para prevenir pandemias mediante el fortalecimiento de los sistemas de salud humana y veterinaria, así como las conexiones entre ellos en el enfoque denominado “Una Salud”. Entre 2010 y 2022, la AIF, el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, ha financiado intervenciones de salud esenciales dirigidas a más de one thousand millones de personas y vacunas para casi 440 millones de niños. Esto es el resultado del fuerte énfasis del Banco Mundial en la conservación y el fortalecimiento de los sistemas de atención primaria de la salud para que puedan enfrentar las emergencias sanitarias y proporcionar servicios a las poblaciones más vulnerables, afectadas por crisis y difíciles de alcanzar. La pandemia de COVID-19 ha generado costos sanitarios y económicos devastadores, pero también creó una oportunidad única en una generación de introducir cambios estructurales en el sistema sanitario.
Las aspiraciones normativas pueden ser loables, pero habitualmente se observa una variación appreciable en lo que respecta a concretarlas plenamente y en los grupos que se benefician con ellas. Por ejemplo, a nivel native, los grupos que tienen menos influencia en una comunidad podrían no llegar a tener acceso a servicios básicos. Es clave plantear estrategias de implementación que puedan responder de forma rápida y versatile para cerrar estas brechas. Los encargados de formular políticas deben redoblar sus esfuerzos para hacer crecer las economías [de sus países], protegiendo al mismo tiempo a los más vulnerables. Si se empodera con determinación a las mujeres, las niñas y los jóvenes, el impacto se multiplica aún más en las comunidades y entre generaciones.
Las diferencias en salud, en la expectativa de tener una vida saludable, varían mucho entre los diferentes países y dentro de cada de uno de ellos, sean pobres o ricos. Esas desigualdades no son tan visibles como medir la pobreza en valor absoluto o relativo, sin embargo, dañan profundamente la salud de las personas. Casi 700 millones de personas en todo el mundo viven en situación de pobreza extrema y subsisten con menos de USD 2,15 al día, esto es la línea de pobreza extrema. Con sede en el Banco Mundial, el fondo proporcionará un flujo específico de financiamiento a largo plazo adicional para fortalecer las capacidades de prevención, preparación y respuesta en relación con pandemias en los países de ingreso bajo y mediano y abordar deficiencias críticas a través de inversiones y apoyo técnico a nivel nacional, regional y mundial. “No hemos visto la escala de transformaciones que necesitamos para asegurar que podamos brindar atención a todas las personas, ni la escala en la capacidad para mejorar la preparación y la respuesta durante las emergencias de salud pública,” dijo.
La prioridad sigue siendo controlar la crisis sanitaria con un enfoque integral y acelerar los procesos de vacunación contra el COVID-19, dicen dos agencias regionales de la ONU, recordando que la pandemia ha costado más de 1,5 millones de vidas en esa zona del mundo. «Como resultado, los grupos más pobres y los que viven en zonas rurales son los que menos pueden obtener servicios sanitarios, y los que tienen menos probabilidades de poder hacer frente a las consecuencias de pagarlos». Son las conclusiones de dos informes presentados en el Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal, que ponen de manifiesto el devastador impacto del COVID-19 en la capacidad de las personas para obtener atención sanitaria y pagarla.
El HMPI considera cuatro dimensiones y 12 indicadores, teniendo cada uno de ellos un peso equivalente ( Tabla 1 ). La sección 2 presenta brevemente las metodologías empleadas en la medición de la pobreza monetaria y multidimensional, y luego se describe la medida de asociación que se emplea para medir el grado en que los distintos índices e indicadores identifican simultáneamente a los individuos en su condición de pobreza y carencias en salud. De la misma forma, resulta elementary llamar la atención sobre el fenómeno de las violencias por razones de sexo y género. En consonancia con todo lo dicho, se puede vincular la condición de pobreza con la falta de oportunidades y capacidades, que se presentan en los individuos de una determinada población. Es dicha carencia, lo que ocasiona el deterioro en las condiciones de salud, trabajo y calidad de vida de los individuos, que en gran medida, afecta a los grupos sociales más desposeídos.
El Grupo Banco Mundial concentra sus inversiones e investigaciones en el sector de la salud en esferas que son especialmente importantes para ayudar a los países a lograr la cobertura sanitaria common antes de 2030, fortalecer sus sistemas sanitarios y dar prioridad a la atención primaria de salud. El progreso en salud ha tenido lugar en países como México que coincide con Chile en aspectos como la liberalización comercial y el progreso tecnológico, pero no necesariamente en sus políticas públicas en salud26 . Por otra parte, el desarrollo del sistema mixto de seguros de salud ha contribuido, por una parte, a promover la cobertura common de salud, pero por otra, ha traído como consecuencia un creciente gasto de bolsillo de familias en salud, aumentando así el riesgo de padecer pobreza monetaria entre los hogares con menores ingresos. El vivir en condiciones de pobreza puede resultar en una vida de desnutrición, insalubridad, viviendas en malas condiciones y enfermedades prevenibles sin tratar. Las enfermedades empeoran la situación económica de las personas y causan atrasos o hasta deserción escolar en los niños. Su apadrinamiento o donación tiene un impacto positivo y duradero en la vida de nuestros niños al brindarles acceso a atención médica, medicamentos y educación sobre la higiene, nutrición y más.
El año 2020 fue un punto de inflexión, cuando la desigualdad mundial aumentó por primera vez en décadas, ya que las personas más pobres soportaron los costos más altos de la pandemia. Los más pobres también sufrieron grandes retrocesos en materia de salud y educación que, si no se abordan con medidas de política, tendrán consecuencias duraderas en sus perspectivas de ingresos en el futuro. En 2019, antes de la pandemia, el 68% de la población mundial estaba cubierta por servicios sanitarios esenciales, como los servicios de salud reproductiva; de inmunización; el tratamiento del VIH, la tuberculosis y la malaria; y los servicios para diagnosticar y tratar enfermedades no transmisibles como el cáncer, las afecciones cardíacas y la diabetes. Aunque antes de la pandemia se logró que el 68% de la población mundial estuviera cubierta por servicios sanitarios esenciales, no se ha conseguido que la atención sea más asequible.
Por ejemplo, ha permitido el acceso al agua potable, ha reducido las muertes causadas por enfermedades transmitidas por el agua y ha mejorado la higiene para reducir los riesgos para la salud relacionados con el consumo de agua no potable y la falta de saneamiento. La directora de la escuela de psicología, que tiene a su cargo 1.100 estudiantes, profundiza, por su parte, sobre el trauma social causado por la migración masiva, que ya tiene carácter de éxodo, por la que cerca de eight millones de personas han abandonado el país en los últimos años, según la ONU, una quinta parte de la población del país. “Cada familia en Venezuela cuenta con alguien que se ha visto obligado a migrar y esto genera un trauma, tristeza, angustia y un estado de extrema soledad en el caso de personas mayores, que han visto como sus hijos han tenido que dejar el país”, subraya la doctora.
En la Agenda 2030, el Objetivo 1 reconoce que acabar con la pobreza en todas sus formas y en todas partes es el mayor desafío international al que se enfrenta el mundo en la actualidad y es un requisito indispensable para el desarrollo sostenible. En 2020, la crisis de la COVID-19 provocó el retroceso más significativo en la reducción de la pobreza mundial en décadas, ya que 71 millones de personas más cayeron en la pobreza extrema ese año en comparación con 2019. En abril de 2020, las Naciones Unidas emitieron un Marco de la ONU para la respuesta socioeconómica inmediata ante el COVID-19 y crearon el Fondo del Secretario General de las Naciones Unidas para la Respuesta y Recuperación en relación con el COVID-19.
Pero se desconocen datos precisos de la magnitud del problema, ya que el Gobierno de Venezuela no ofrece estadísticas. La doctora Mariemma Antor Troconis, psicóloga clínica y directora da la Escuela de Psicología de la Universidad Central de Venezuela cube que la crisis “afecta a todos los hospitales públicos y en especial modo a aquellos pocos centros psiquiátricos que siguen funcionando”. Sin duda, continúa Antor, “los hospitales psiquiátricos son los grandes olvidados del sistema de salud venezolano”.