«La evidencia indica que las diferencias étnicas territoriales en pobreza son las dos más fuertes y son las principales condiciones que condenan a los niños, niñas y adolescentes a experimentar cotidianamente diversos tipos de carencias materiales», agrega. Los niños y niñas, entonces, son más vulnerables a los efectos de la pandemia, pero dentro de ellos hay un grupo que sufre con mayor intensidad los efectos y, además, éstos son más permanentes. Se trata de la primera infancia, los niños en edad parvularia que se han visto absolutamente privados de asistir a jardines infantiles debido a los riesgos que ello conlleva en materia sanitaria.
«La infancia en Chile sigue siendo la población más vulnerada y empobrecida y esta situación no está cambiando a medida que pasan los años», enfatiza Francis Valverde, directora ejecutiva de la Asociación Chilena Pro Naciones Unidas (Achnu), entidad certificada por la ONU que desde 1991 busca promover iniciativas que garanticen derechos a los niños y adolescentes en el país. La organización es una de las cuatro instituciones patrocinantes del Informe Infancia Cuenta 2016, elaborado por el Observatorio de la Niñez y la Adolescencia, que analizó los datos de la reciente encuesta Casen 2015 y otras estadísticas sectoriales para generar una radiografía de la situación de la niñez en el país. Hubo que esperar hasta el año 1928 para el Estado estableciera un servicio médico escolar para las escuelas públicas59 que atendió a la infancia pobre fijándose en veinticinco visitas mensuales por escuela60, aplicó las vacunaciones establecidas para combatir las epidemias y se percató de la alarmante presencia de sarna en la población escolar, como una manifestación concreta de los problemas de salubridad que afectaba sus hogares61. La escuela fue un elemento central dentro del discurso del progreso y civilización adoptadas por las elites latinoamericanas durante el siglo XIX5, no solo porque reproducía los conceptos de nación y patria, sino porque también “chilenizaba”6 y posibilitaba la modernización del país7. Durante el siglo XIX a pesar de los esfuerzos del Estado por abrir escuelas, uno de los principales problemas que caracterizó al sistema de educación pública fue el escaso número de matrícula y asistencia8, además de las paupérrimas condiciones de edificios e instalaciones.
Según el Reporte Infancia Cuenta 2019, estos alcanzan al seventy four,3% de los menores de edad de la zona, mientras que el 17,2% vive en hogares con hacinamiento (ver infografía). “La pobreza tiene rostro de niño” nos dice el representante de Unicef en Chile y el Estado entrega la menor inversión precisamente a la primera infancia, muestra de ello es la falta de políticas enfocadas en la primera edad lo que, según señalan los expertos, afecta a futuro en los niveles de participación, repercutiendo en la calidad de la democracia y el tipo de sociedad chilena en los años que vienen. El que el Estado no considere a los niños, niñas y adolescentes, de acuerdo a sus distintos niveles de desarrollo y de autonomía progresiva, como sujetos de derecho afecta a la larga a la sociedad completa. Así lo han demostrado los estudios del Observatorio de Niñez y Adolescencia a través de sus distintos informes Infancia Cuenta.
Para el académico, el problema que se tiene de la infancia en las sociedades contemporáneas no está anclado en deficientes políticas públicas ni en sistemas educativos escolares mal diseñados o en sistemas de salud más enfocados en la enfermedad que en el bienestar de las personas, ni siquiera en la falta de recursos. En vista de las grandes brechas que existen actualmente en materia de pobreza e infancia, la carrera de Psicopedagogía tiene el agrado de invitar a la comunidad a participar en la charla «Historia de la Pobreza y la Infancia en Chile», una jornada que contará con el apoyo de ProInfancia Chile, ONG dedicada a mejorar las condiciones de los niños, niñas y adolescentes que viven en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad. Históricamente, los niños han sido el grupo más vulnerable del país y el más afectado por los distintos tipos de pobreza. De hecho, según cifras oficiales, la cantidad de niñas, niños y adolescentes en esta situación prácticamente dobla a la población adulta.
de la pobreza, tanto a nivel de ingresos, como a través de la nueva forma multidimensional (Trabajo y Seguridad Social, Salud, Educación, Vivienda). Sin embargo, la desigualdad sigue siendo el principal obstáculo en el
Efectivamente, tenemos altos porcentajes de obesidad infantil en sectores más vulnerables y es una situación que pone en riesgo la calidad de vida presente y futura de las personas. Según los datos de Unicef, en términos netamente monetarios la pobreza en América Latina y el Caribe tiene un claro sesgo intergeneracional. “La incidencia de pobreza para el grupo de niños, niñas y adolescentes de hasta 14 años es mayor en 19 puntos porcentuales que la del grupo de personas entre 35 y forty four años, y 31 puntos porcentuales más con respecto a personas de sixty five años o más. De no tomarse en cuenta esta condición de privación de la población infantil en el diseño de políticas sociales, se corre el riesgo de repetir los ciclos intergeneracionales de la pobreza en la región”, se lee en una de sus publicaciones relativas a los efectos del COVID-19 en la infancia. En sus primeros años, los niños, niñas y adolescentes son dependientes de sus padres o cuidadores y altamente permeables a la realidad de su entorno más cercano. Numerosos estudios de Unicef y otras organizaciones dedicadas a la protección de la infancia han demostrado que, incluso en breves periodos de privación y pobreza, las consecuencias y efectos en el desarrollo cognitivo, nutricional, físico, social y emocional de la población infantil son permanentes.
“[…]tanto ser desgraciado que a las puertas de la miseria, acelera la muerte y la ignorancia, beneficiando a niños para que asistan a la escuela […]67; “Se repartió a las agraciadas 53 delantales, 23 vestidos, 54 piezas de ropa interior, una docena de medias, una docena de calzado hecho sobre medida y de buen material”68. “El rol que juega el lenguaje y las actividades compartidas, a través de las cuales se reconoce al niño como un sujeto, es fundamental. Surge así la idea de crear un copensamiento, que siendo diferente puede ir en una dirección común”, dijo Cabrejo. El también vicepresidente de Acciones Culturales contra las Exclusiones y Segregaciones y fundador del Observatorio Iberoamericano de Cultura y Educación para la Primera Infancia dio cuenta de cómo la cultura puede ayudar a los niños a resistir contra ciertas dificultades que todo ser humano encuentra en el trayecto de su vida. En definitiva, Alberto Moreno propuso replantear el concepto y la finalidad de la escuela como institución, en la que acciones como el jugar, relatar e incluso comer o compartir se orienten más a enseñar a vivir y no a sobrevivir, bajo principios civilizatorios que estén dirigidos a las niñas y niños y donde se considere realmente su participación.
Mucha gente que podría ser un gran aporte a la sociedad se queda atrás porque no logra avanzar, por más que quiera. Un llamado de este estudio es a que cada individuo puede disfrutar al máximo su potencial, para sí mismo y la sociedad, pero para ello tenemos que tener soluciones más creativas para los problemas que se presentan”. Considerando la disposición de obligatoriedad y la pobreza del estudiantado, en Concepción surgieron iniciativas de auxilio desde los propios docentes y vecinos de los barrios donde se emplazaron las escuelas, para poder dar cumplimiento a la ley y promover la ayuda material como mecanismo que promoviera la permanencia de la infancia en los establecimientos municipales. “Los niños que asisten a las escuelas apenas tienen, en muchos casos, una alimentación que merezca el nombre de tal; van a sus clases en condiciones de debilidad que no les permiten globalización y desigualdad económica estudiar y se desarrollan en un ambiente de miseria, presas del hambre, para llegar a ser más tarde hombres raquíticos y víctimas de un sin número de enfermedades”34. La presencia de niños enfermos en las escuelas fue una constante en la vida escolar ya que tres años antes de la visitación médica, una directora solicitaba la desinfección del establecimiento educacional a fin de evitar los efectos de enfermedades infectocontagiosas, “[…] no es raro ver alumnos que asisten a las escuelas con ostensibles signos externos de padecer enfermedades contajiosas”32. «Históricamente ha existido una baja adecuación de las políticas públicas, programas e iniciativas a las particularidades culturales y de cosmovisión específicas para esta población. Finalmente, entonces, la oferta termina siendo insuficiente o poco pertinente, lo que agrava la situación de vulnerabilidad de estas personas», agrega.
En promedio, la presencia de pobreza se mantiene en el 5,5% de sus niños, la condición de ruralidad se da en el 7,6%, registran 7% de hacinamiento y 3% no está inscrito en el sistema de salud. La investigación “Nacer y Crecer en Pobreza en Chile” consideró diversos instrumentos de investigación (literatura comparada, entrevistas a jóvenes que durante su niñez y/o adolescencia vivieron en pobreza y talleres con adolescentes, representantes de la sociedad civil, de medios de comunicación, del mundo empresarial, de la academia y tomadores de decisión) para enriquecer el estudio con diferentes enfoques. Investigación (literatura comparada, entrevistas a jóvenes que durante su niñez y/o adolescencia vivieron en pobreza y talleres con adolescentes, representantes de la sociedad civil, de medios de comunicación, del mundo empresarial, de la academia y tomadores/as de decisión) para enriquecer el estudio con diferentes enfoques.El resumen ejecutivo del estudio se puede descargar en este link.
No obstante, la tasa de pobreza por ingresos entre los niños/as y adolescentes continúa siendo mayor al promedio nacional de 11,7%. La investigación “Nacer y Crecer en Pobreza en Chile” consideró diversos instrumentos de investigación (literatura comparada, entrevistas a jóvenes que durante su niñez y/o adolescencia vivieron en pobreza y talleres con adolescentes, representantes de la sociedad civil, de medios de comunicación, del mundo empresarial, de la academia y tomadores/as de decisión) para enriquecer el estudio con diferentes enfoques. Cada repartición de ropas iba acompañada de un discurso, en el que encontramos tanto los elementos característicos de la filantropía laica, como los discursivos que nos indican que la educación fue concebida como un mecanismo fundamental para la progresión intelectual e higiénica, de la raza en definitiva, de la infancia pobre, especialmente en el caso de las escuelas de niñas77. A pesar del aumento de la matrícula como una realidad common, no es posible afirmar la permanencia de los inscritos en los distintos establecimientos de la zona, situación que no fue mencionada en el periódico.
La principal es el programa Chile Crece Contigo, que abarca distintos ámbitos en las áreas de educación, salud, salas cunas y subsidio familiar, entre otras. El ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, reconoce que «si bien los resultados son agobiantes respecto de los niños, vemos que la Región de La Araucanía es un territorio con el cual el país tiene una deuda respecto de la población en basic justo en la pobreza«. Chile es el único país de la región en Latinoamérica que no tiene una ley de protección integral para la niñez y nosotros estamos abogando para que pueda tenerla lo más pronto posible.
En el ámbito médico54, los facultativos, expresaron su apoyo a instituciones como esta, pues a través de una mejora en la alimentación, advirtieron los positivos efectos en la población escolar, “[…] desenvolvimiento físico e intelectual sorprendente […]55, comprobándose las ideas que se difundieron en el Congreso científico de 1909 y la circulación del pensamiento eugenésico en Chile. Un día guardó en el armario el maletín con fuelle, echó a la cartera el delantal casero y la cacerola grande y la cuchara de palo. Sus ‘sentimientos caritativos’ y su compromiso profesional la habían inducido a ensayar por su cuenta el régimen de la cantina escolar. Al poco tiempo se notó en el populoso barrio y pobre de Dolores cómo mejoraba la asistencia a la escuela. Con un costo de diez centavos por ración, Eloísa y sus ayudantes repartían por término medio 600 raciones mensuales”40.
Los niños que asisten a las escuelas apénas tienen, en muchos casos una alimentación que merezca el nombre de tal […]”42. “El oficial de la tercera circunscripción del Rejistro civil informa que el año pasado inscribió 6.717 nacimientos de los cuales 3.861 eran ilejìtimos. Para el año pasado se inscribieron 2.177 defunciones de niños menores de 7 años sobre un whole de 4.676 fallecimientos”26.
«En conclusión, vemos que existe una vulneración de derechos en muchos ámbitos de la niñez y no encontramos las políticas públicas que se hagan cargo de esto», apunta el sociólogo. Informe Infancia Cuenta analizó los datos de la encuesta Casen 2015 y otras cifras sectoriales, que muestran altas tasas de carencias en distintas dimensiones. Expertos señalan que iniciativas del Estado han sido «insuficientes» y que se debe avanzar en leyes que generen mayor protección de los derechos de los menores. Si bien la tasa de asistencia a este nivel alcanza a 50,3% en el grupo de 0 a 5 años, en el grupo de four a 5 años se observa una tasa de asistencia es de ninety,1%.
desarrollo de nuestros niños, y la pobreza sigue teniendo el sesgo de estar en el rostro de la infancia”. «Chile es un país muy desigual, y el objetivo de las políticas públicas de equiparar la cancha debe enfocarse en los primeros años de vida. Si se hace después, la evidencia muestra que igualar las oportunidades es casi imposible. Entonces, estos niños heredan por completo la misma posición de pobreza que tienen sus padres», señala el coordinador del Observatorio Niñez y Adolescencia, Nicolás Contreras. Lonquimay está entre las diez comunas del país con mayor proporción de niños, niñas y adolescentes viviendo algún tipo de pobreza.