Condenados A La Pobreza: Estudio Revela Que La Inversión Pública Es Tres Veces Menor En El Mundo Indígena

Este componente  se orienta a la generación de mecanismos para el aumento en la dotación de activos y habilitación productiva para la gestión de los predios adquiridos a través del artwork. 20 Letra a y  b de la Ley Indígena o  por medio de procesos de transferencia de predios fiscales. Lo anterior a través del financiamiento  de mecanismos de capacitación, asistencia técnica,  fondos de apoyo al emprendimiento y  habilitación de predios. En relación con la reducción de pobreza multidimensional en la población indígena, el estudio señala que “urge la creación de un Ministerio de Pueblos que aborde justamente estas debilidades y que permita asumir una política indígena participativa y con fuerte énfasis en la articulación interinstitucional”. El estudio revela que el Estado gasta tres veces menos en las zonas con alta población indígena versus los territorios con baja población indígena, y señala que, por consecuencia de «las acciones y omisiones del Estado, Municipios y privados», se gestó un «desarrollo rural dispar» de los territorios con alta concentración de población indígena en comparación con los territorios con mayoría no indígena. Refleja el consenso de los mandantes tripartitos (representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores), de la OIT sobre los derechos de los pueblos indígenas y tribales dentro de los Estados-nación en los que viven y las responsabilidades de los gobiernos de proteger estos derechos.

El programa se encuentra, formalmente, con la ventanilla de postulación cerrada, ya que está rediseñando algunos procesos, para alcanzar, de mejor forma, su objetivo. Ganadora del Nobel de la Paz, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, 28 Doctorados Honoris Causa en Ciencias Sociales, Letras y Humanidades, por diversas universidades, crea la fundación Rigoberta Menchú Tum, con los recursos financieros  recibidos. A mediados del siglo XX se inició la creación de políticas específicas para asimilar e integrar a estas poblaciones a una ciudadanía «universal», que les impuso renunciar a su condición étnica para asumir un modelo hegemónico cultural (Verdad histórica y nuevo trato, 2002).

pobreza indigena

Estos primeros documentales no abordaron la temática indígena del norte (aymara, quechua, atacameña) ni del sur (kaweskar, selk’nam y yagán), fijaron su atención en lo inmediato, lo mapuche. Según explican los investigadores a cargo del proyecto, al estar lo indígena invisibilizado no hay medidas culturalmente pertinentes, lo cual va desde los mensajes que se entregan, tales medidas de cuarentenas, y que no tienen llegada o sentido en los territorios. «Mensajes como el lavado de manos en zonas con escasez hídrica o la imposibilidad de movilidad en lugares donde los pequeños agricultores o comerciantes deben acercarse a las zonas urbanas a vender sus productos.

Eso es polémico porque entre la Región del Biobío y la Región de Los Lagos se ha generado todo un movimiento especulador para la compra de tierras que ha subido los precios de manera artificial”. En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la Especialista en Políticas Sociales de UNICEF, Paula Pacheco, explicó que “la pobreza y la vulnerabilidad no son solo una privación de recursos materiales, sino también sociales, culturales y emocionales, afectando de forma significativa el bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes. Impide que puedan ejercer sus derechos, alcanzar su potencial y participar de forma plena y en igualdad de la sociedad”. Para Ancalao, este diagnóstico demuestra que Chile “no tiene una estrategia de desarrollo económico para los pueblos indígenas. El Estado no ha mejorado la capacidad productiva de las personas mapuches, y solo se concentra en los no indígenas o colonos”.

A mediados de 1980 se constituyó un segundo hito representacional, caracterizado por la masiva producción de documentales tanto mapuche como aymara y atacameño. En esta época, apareció el indígena ataviado de elementos culturales, cargado de ritualidad y en una estrecha vinculación con la naturaleza. Para este período destacaron las producciones como Nube de lluvia (1989) (54 minutos), Sueños del cultrún (1990) (30 minutos) y Machi Eugenia (1994) (30 minutos).

La necesidad de acoger a familias que retornaban en busca de sobrevivencia, más los brotes relacionados con el tránsito afín a actividades económicas -salmoneras, agrícolas y mineras-, generó focos explosivos de contagio. Este proyecto considera por cierto las importantes diferencias existentes entre sectores rurales y urbanos. «Es muy diferente pertenecer a un pueblo aymara con una movilidad específica o a una comunidad colla que puede funcionar de modo autosuficiente, frente a sectores urbanos donde hay una desigualdad marcada por la pertenencia étnica, donde la gente debe trasladarse para sobrevivir ya que se encuentran muy desatendidos», explica Francisca de la Maza. Es esta diversidad la que permanece invisibilizada y si las políticas públicas no la consideran, aplicando políticas con pertinencia en las realidades locales, los efectos pueden ser devastadores. El segundo “Informe Cuenta en Chile 2014”, realizado por el Observatorio Niñez y Adolescencia, develó una cifra alarmante, el 22,89 por ciento de la población infantil de la zona austral vive por debajo de la línea de pobreza, en especial niños y niñas de comunidades indígenas y campesinas.

La última encuesta Casen arrojó que en Chile hay cerca de 2,1 millones de personas en situación de pobreza, indicador que en términos porcentuales subió hasta un 10,8% de la población, dos puntos más que en el 2017, cifra preocupante que ha sido impulsada por la pandemia del Covid-19 y sus consecuencias. El análisis sobre las condiciones productivas de la población indígena rural muestra que esta se encuentra en una situación bastante más desmejorada respecto a la población no rural indígena. Su historia se volvió un símbolo para la lucha indígena, a través del libro “Me llamo Rigoberta Menchú y así nació mi conciencia” escrito por Elizabeth Burgos, su compromiso fue celebrado trasversalmente, si las comunidades indígenas fueron aplastadas por la conquista  y colonización española, en el siglo XXI, siguen siendo tratadas injustamente. Finalmente, frente a los diversos tipos de representación indígena que han surgido históricamente en el cine chileno, la antropología visual ha desarrollado una serie de análisis respecto de la imagen en movimiento.

La pobreza, en tanto violencia estructural, genera necesariamente una vulneración en todos los ámbitos de los derechos de las personas, afirma la directora ejecutiva de la Asociación Chilena Pro Naciones Unidas (ACHNU), Francis Valverde. Intercambio de experiencias,  y promoción de emprendimientos urbanos y rurales, vía la participación en ferias, pasantías y giras especializadas. Inversión en activos productivos a personas y comunidades que se encuentren en las categorías de emprendedores, productores y microempresarios. Por último, en  el caso de las Áreas de Desarrollo Indígenas decretadas, se espera que el programa ayude a generar en el sector  público y privado, un alto grado de coordinación  para atender de manera eficaz y eficiente  a la población que en estos territorios habitan.

Todo proyecto, debe considerar un “aporte propio” con un porcentaje asignado en las bases de cada concurso público a implementar en relación al costo whole del Proyecto. Generación de Fondos concursables o instrumentos de fomento, prioritariamente en las áreas de turismo, alianzas productivas, emprendimiento y artesanía. Proyectos individuales o asociativos que reciben apoyo directo para la comercialización de sus bienes y/o servicios. Apoyo a la participación indígena en Áreas de Desarrollo Indígena y con sus  respectivos  consejos y mesas de trabajos. El promedio de los ingresos por trabajo per cápita disminuyeron en 9 de 10 deciles en 2020 respecto al levantamiento de 2017 y el promedio de ingresos del trabajo per cápita del primer decil (grupo de menores ingresos) llegó a $7.024 en 2020, habiéndose reducido en $71.147 con respecto a 2017. Además, remarcó, “sí es muy relevante que tengamos empleos de calidad, ojalá formales y que sean el principal sustento que nos permita tener tranquilidad hacia adelante”.

El equipo investigador hace hincapié en los llamados factores protectores como un modo de paliar los efectos de la pandemia en las comunidades indígenas. Hablamos de comunicación en línea, cuando hay web, a través de celulares, lo que ha permitido mantener vínculos a través de la tecnología. Han surgido también espacios de solidaridad ante la falta de apoyo público y el uso de formas tradicionales de medicina indígena como forma de prevención y cuidado de la salud mental. Cuando el Covid-19 ha llegado a una comunidad, y sabiéndose desvalidos, se ha generado una articulación y autogestión local, activándose redes de solidaridad entre diversos actores. «También se ha evidenciado que en varias comunidades ha aumentado su productividad agrícola, fortaleciendo la producción y consumo alimentario autosustentable», agrega Francisca de la Maza. El Programa Fomento Desarrollo Indígena (FDI), es ejecutado por CONADI y su fin es fomentar y fortalecer el desarrollo de las actividades económicas de la población indígena urbana y rural, para la generación de ingresos.