Conceptos Clave De La Desigualdad Socioeconómica Caja De Herramientas

Asimismo, podemos hacerlo a través de índices de pobreza, sobre todo si se trata de países desarrollados. Cuando la desigualdad está generada por la existencia de muchas personas en situación de pobreza, como ocurre en los países africanos, normalmente hablamos de un país subdesarrollado. La gran mayoría de las desigualdades tienen su origen en procesos sociales con base histórica que se vuelven estructurales. Un buen ejemplo es la situación de las mujeres con respecto a la de los hombres, una desigualdad que se ha mantenido y reforzado a lo largo de los siglos. Los niños de entornos desfavorecidos encuentran obstáculos en su acceso a una educación de calidad.

La desigualdad social se expresa en las condiciones injustas y dispares en el acceso a recursos económicos, oportunidades y derechos en una sociedad. Por ello, representa un obstáculo que impide el goce de una vida plena a diversos grupos de personas. El problema de la desigualdad social está en gran medida ligado al de la desigualdad económica, producto de una mala distribución de la renta. Otras manifestaciones de la desigualdad social se ven reflejadas en las carencias sufridas por algunas personas, mientras otras clases privilegiadas son favorecidas. Además de la discrepancia en los ingresos, la desigualdad puede estar presente en la falta de oportunidades para acceder a empleos, servicios de salud y educación de calidad. Así como también en las desventajas padecidas por algunos debido a su género, origen étnico, condición física, etc.

información de la desigualdad social

El trabajo esporádico en línea es una fuerza creciente en muchos mercados laborales y representa hasta un 12 % de la población activa de todo el mundo. La demanda de trabajadores esporádicos en línea está aumentando más rápido en los países en desarrollo que en los países industrializados. La flexibilidad y el potencial de generar ingresos adicionales son dos principales motivaciones que impulsan el crecimiento de este tipo de trabajo. En el informe del año pasado se puso de relieve el aumento de los riesgos relacionados con la deuda en todas las economías en desarrollo, tanto de ingreso bajo como mediano, pero la tensión se intensificó para los países más pobres del mundo, que se vieron presionados por pagos del servicio de la deuda más elevados. Si bien la pobreza extrema ha disminuido en los países de ingreso mediano, el problema sigue siendo peor que antes de la pandemia en los países más pobres y afectados por fragilidad, conflictos o violencia.

Las ocupaciones que son clasificadas como trabajos comunes y que todas las personas pueden ejercer con poco entrenamiento o escasa capacidad tienden a pagar menos. Dentro de cada grupo ocupacional hay grandes diferencias en el poder adquisitivo, especialmente en los niveles profesionales y administrativos más altos. Lo que hace la desigualdad económica en sí es estratificar o crear clases o niveles en la sociedad, es decir, ricos/clase media/pobres. Uno de los productos de la estratificación se ve en el sistema capitalista, jefe/empleado. Si bien el Objetivo 10 y sus metas constituyen un marco, la lucha contra las desigualdades debe basarse en el contexto de cada país, sus necesidades económicas más apremiantes y su realidad política. Además de la distribución de la riqueza, otros factores que contribuyen a una mayor desigualdad social, son las diferencias de género y de origen étnico-racial.

Cuando las desigualdades son considerables, desalientan la formación profesional, obstruyen la movilidad económica y social y el desarrollo humano y, en consecuencia, inhiben el crecimiento económico. Asimismo, afianzan la incertidumbre, la vulnerabilidad y la inseguridad, socavan la confianza en las instituciones y el Gobierno, aumentan la discordia y las tensiones sociales, y desencadenan actos violentos y conflictos. Cada vez hay más pruebas de que son las desigualdades de los ingresos y la riqueza las que impulsan el auge del nativismo y de las formas extremas de nacionalismo. Las desigualdades también socavan la capacidad de las personas y las comunidades para adaptarse al cambio climático y mitigarlo. Las últimas reacciones populistas al impuesto sobre el carbono demuestran que será cada vez más difícil emprender iniciativas audaces en relación con el clima si no se resuelven las causas profundas de las desigualdades..

Según el 41% de los encuestados, las diferencias entre comunidades han aumentado, el 29,8% cree que han permanecido “más o menos iguales” y un 20,6% han tendido a disminuir. En cuanto a los próximos años, 38,8% cree que tenderán a aumentar, el forty,2% que estarán más o menos iguales y un 15,3% que tenderán a disminuir. La Agencia de la ONU para las personas refugiadas señalaba, hace unos años, que existe una relación directa entre causas ambientales, originadas por cuestiones como el cambio climático y el desplazamiento forzoso de población. Durante el Cuarto Seminario Regional de Desarrollo Social se realizaron tres charlas magistrales que dieron un marco inspirador a los debates de los distintos paneles temáticos sobre protección social y desigualdad. En sus tres días, el encuentro contó con la participación presencial y/o digital de representantes de la academia, de la sociedad civil y de los gobiernos de la región, así como con la asistencia virtual y/o presencial de público basic, provenientes de más de 19 países. Hoy concluyó el Cuarto Seminario Regional de Desarrollo Social organizado por la CEPAL, en el que autoridades y especialistas analizaron los vínculos entre protección social y desigualdad.

A inicios del siglo XX, la diferencia en cuanto al nivel de ingreso medio entre los países “pobres” y los países “ricos”, tenía una proporción de 1 a 4 mientras que a inicios del siglo XXI, está proporción ha aumentado considerablemente de 1 a 30. Según estudios arqueológicos, ya en el período Neolítico, existía la desigualdad entre los diferentes individuos de la sociedad en cuanto a la forma de trabajar la tierra. La desigualdad, del tipo que sea, supone graves consecuencias, tanto en el ámbito personal hambre y pobreza en el mundo como en el ámbito social.

Nuestros compañeros del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo nos explican todas las caras de la desigualdad. Cada faceta de la desigualdad entorpece enormemente nuestra capacidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por ello debemos tener en cuenta cada aspecto de la desigualdad si queremos promover la Agenda 2030. Este problema es complejo y está relacionado con la dificultad para asistir a la escuela, y con la facilidad o los obstáculos para tener conexión a web. Las limitantes educativas tienen una incidencia importante en el futuro desarrollo de las personas, en su vocación, y en sus perspectivas laborales.

La desigualdad nos habla de una falta de equilibrio que tiene muchas facetas, al igual que muchas causas y consecuencias. Y sobre la educación, el experto afirma que los adultos que viven en la pobreza a menudo no pueden asegurar los medios para que sus hijos crezcan con mejores oportunidades que las que ellos tuvieron, a pesar de sus esfuerzos por hacerlo. “Muchos padres expresan la esperanza de que sus hijos vayan a la escuela e incluso completen la educación universitaria”. De acuerdo con los datos que ha recopilado para su informe, los adultos con una experiencia temprana de pobreza durante la infancia tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión o inflamación crónica. Desde entonces, la concentración de los ingresos en la parte superior de la distribución de la renta ha aumentado en todo el mundo, limitando la cuota de ingresos de la parte inferior.

Según esta publicación, las poblaciones de todo el mundo están envejeciendo a un ritmo sin precedentes, lo que hace que muchos países dependan cada vez más de la migración para hacer realidad su potencial de crecimiento a largo plazo. Esto se puede usar como una oportunidad para encontrar mejores formas de lograr que la migración beneficie a las personas y las sociedades. La desigualdad entre países llevará inevitablemente a la migración pero, si está se gestiona de forma adecuada, no solo beneficiará a los migrantes sino que también ayudará a reducir la pobreza y las diferencias sociales y económicas. La desigualdad social es un problema de las sociedades contemporáneas, producto del desarrollo desigual de las diversas regiones del globo y de la imposición de ciertas ideologías o valoraciones de unos seres humanos por encima de otros. De hecho, la desigualdad social es el origen de la discriminación, ya que esta última consiste en tratar de manera distinta a quienes se vean desfavorecidos económica, social o moralmente.

En América Latina y el Caribe sigue siendo alta, pese a que ha disminuido considerablemente. En muchas economías industriales avanzadas, la desigualdad aumentó ligeramente si bien ya se encontraba en valores bastante bajos. Varios países de Europa Oriental registraron un drástico aumento de la desigualdad durante su transición política. Las diferencias han disminuido en algunas partes de Oriente Medio, pero han aumentado en determinados grupos. Alrededor de 184 millones de personas —el 2,three información de la desigualdad social % de la población mundial— viven fuera de su país de nacionalidad, y casi la mitad de ellas se encuentran en países de ingreso bajo y mediano. La manera en que se aborda la migración y se protege a los migrantes cuando se trasladan desde su lugar de origen a las comunidades receptoras es clave para garantizar su crecimiento económico y éxito.

Entretanto, están surgiendo deficiencias en otros ámbitos, como el acceso a las tecnologías móviles y en línea. La desigualdad económica comúnmente se refiere a la desigualdad entre individuos o grupos dentro de una sociedad, sin embargo también se puede referir a la desigualdad entre países. En este último caso, el motivo principal de esta divergencia, es por el crecimiento económico de un país, la forma de medirlo es utilizando datos del producto interno bruto (PIB), siendo este un indicador indispensable para poder comparar a los países. El estudio antropológico y arqueológico de las sociedades ha revelado que las sociedades paleolíticas eran bastante igualitarias, y salvo las diferencias de sexo y edad en las tareas, existía poca o ninguna diferenciación adicional. En common hombres y mujeres de la misma edad tienen habilidades y conocimientos similares, y parece existe muy poca especialización en las sociedades de cazadores-recolectores.

Según el sociólogo Eduardo López Aranguren,[8]​ la desigualdad social es el resultado de un problema social, y no puede observarse meramente como un fenómeno pure. Es también un fenómeno histórico y cultural que ha existido en todas las naciones, hasta convertirse en un problema social para cada una de ellas. La desigualdad social es la condición por la cual las personas tienen un acceso desigual a los recursos de todo tipo, a los servicios y a las posiciones que valora la sociedad. Todo tipo de desigualdad social está fuertemente asociada a las clases sociales, al género, a la etnia, la religión, etcétera. Así que de forma más sencilla podemos definir la desigualdad como el trato desigual o diferente que indica diferencia o discriminación de un individuo hacia otro debido a su posición social, económica, religiosa, a su sexo, raza, colour de piel, personalidad, cultura, entre otros. Las desigualdades repercuten en la esperanza de vida y el acceso a servicios básicos, como la atención sanitaria, la educación, el agua y el saneamiento, y pueden coartar los derechos humanos, por ejemplo, debido a la discriminación, el abuso y la falta de acceso a la justicia.

Este es, por definición, el más justo de los impuestos, ya que, a diferencia de los impuestos sobre el trabajo, nadie se merece la herencia que recibe, fruto de la lotería social que es nacer en un hogar más rico o más pobre. A través de un sistema fiscal más justo podemos garantizar que para que unos vivan mejor no tengamos que dar la espalda a otros. Desde la disaster financiera mundial de 2008, el número de multimillonarios se ha multiplicado por más de dos.

Según Oxfam, si se mantiene el grado actual de desigualdad, la economía mundial tendría que crecer a hundred seventy five veces para que todos ganaran más de 5 dólares al día. Es evidente la necesidad de lograr un crecimiento inclusivo, equitativo y sostenible, que garantice el equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible. La desigualdad social se encuentra en el corazón de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Para América Latina —la región más desigual del mundo— la desigualdad social representa, además, un rasgo estructural y por tanto un desafío elementary. El análisis se centra en algunos de los principales ejes que estructuran la desigualdad social (el género, la pertenencia étnico-racial, la edad o etapa del ciclo de vida y el territorio), con el fin de ilustrar su peso en la magnitud de las brechas de desigualdad, en su permanencia y en su reproducción. Con frecuencia, las múltiples dimensiones de la desigualdad se encadenan, entrecruzan y potencian entre sí, afectando particularmente a determinados grupos de población.