Primero, los percentiles de mayores ingresos concentran una parte sustantiva de los ingresos. Por ejemplo, como detallamos más abajo, en Chile el 10% más rico se apropia de más de la mitad de los ingresos totales. El motivo es que el Gini reportado periódicamente por los organismos internacionales no captura correctamente los ingresos de los individuos de más altos ingresos. Estos indicadores se basan exclusivamente en datos provenientes de encuestas de hogares (en el caso chileno, la encuesta CASEN), que no son representativas para los percentiles de más altos ingresos (es decir, muy rara vez una persona de altos ingresos aparece encuestada en la CASEN).
El estudio de Alvaredo y otros puntualiza que esa tendencia se habría revertido justamente desde 2011. Al contrario, países donde el prime 1% obtiene proporcionalmente menos riqueza -como Suecia, Dinamarca, Finlandia o Francia-, el nivel de pobreza está bajo la media del grupo. De entre los más prósperos, solo Suiza parece haber conseguido que sus más ricos tengan mucho del PIB y, a la vez, la pobreza sea reducida. También combatió la actitud de la izquierda inglesa, la de la “Tercera Vía” de Tony Blair, que asumió que la desigualdad era instituciones sociales y organizaciones sociales el costo inevitable del crecimiento. Para Atkinson, en cambio, “hay pasos que pueden dar los gobiernos, las firmas, los sindicatos y las organizaciones de consumidores para reducir los presentes niveles de desigualdad.
En documentos recientes (particularmente en Redistribución, desigualdad y crecimiento, 2014 y en ¿Neoliberalismo Sobrevendido?, 2016) sus investigadores no solo han dicho que la desigualdad extrema cut back la fuerza y la duración del crecimiento, sino que sostienen que impuestos pagados por los más ricos en actividades con externalidades negativas, pueden ayudar a los países a crecer. Esas propuestas no se limitan a la estrategia clásica de aumentar los impuestos. Atkinson argumenta en su libro que atacar la desigualdad con impuestos implica actuar al ultimate del proceso de creación de riqueza, cuando los contratos se han hecho, los salarios ya se han pagado y la riqueza ya se repartió. En ese sentido, los impuestos tratan de corregir ingresos que se distribuyen cada vez peor.
Una larga historia de segregación racial, desigualdades educativas y tasas de encarcelamiento desproporcionadamente altas han jugado un papel en estas diferencias geográficas, sugiere la investigación. Esto contrasta marcadamente con períodos anteriores de la historia de Estados Unidos, cuando los lugares con más dificultades tendían a alcanzar a los lugares más exitosos y las brechas de ingresos se acortaban. Desde la década de 1980, el noreste de EE.UU., la región que se extiende desde Maryland hasta Maine y que incluye ciudades como Nueva York y Boston, mantiene su liderazgo sobre el resto del país. Pero la aceleración de la pobreza se produce en momentos de inusual expansión económica. «Significa 56% más rápido que el crecimiento de la población pobre en su conjunto para ese mismo periodo», enfatizó. «Eso puede sonar como poco pero si eres una persona de bajos ingresos que gana, digamos, US$1.500 al mes, eso quiere decir que puedes terminar pagando US$75 cada mes solo para cobrar tu sueldo», apunta Vallas.
El PIB per cápita sigue siendo un buen indicador del desarrollo que nos indica con un alto grado de precisión los países que avanzan en su desarrollo y aquéllos otros que se retrasan o se estancan, toca a los investigadores indagar las causas de las diferencias en los ritmos de desarrollo usando otros elementos. Como vimos en la primera sección, la causa general del estancamiento económico es la pobreza entendida ésta, no sólo como la falta de alimentos y demás satisfactores para cubrir las necesidades básicas y lograr la supervivencia, sino como la falta de libertad y derechos para desplegar las capacidades de las personas y vivir en forma digna. Es imposible que el PIB per cápita crezca rápidamente cuando la mayor parte de la población vive en la pobreza y es explotada a niveles tales que aún la supervivencia y la reproducción de la población no queda plenamente garantizada. Como nos ha mostrado la historia y la existencia de sociedades esclavistas y de colonias por prolongados períodos de tiempos, los pobres no poseen capacidades políticas, militares y económicas para financiar las luchas para su liberación, pero participan cuando se les orienta y se les dota de estas capacidades. En México, los pobres participaron activamente a lo largo del siglo XIX, tanto en la lucha por la independencia y soberanía política del país, como en contra de las invasiones extranjeras y en las guerras civiles, pero sin obtener un cambio radical en su condición de pobreza.
Y reclamaba que la “Tercera Vía” y sus seguidores en el mundo no se hayan atrevido a actuar frente a los mercados, en defensa de las familias. Observamos un país en disaster, con un nivel de desigualdad que se ha estancado en niveles altísimos. Transitar hacia una sociedad distinta es posible; es, a fin de cuentas, una decisión política. Además, la riqueza tiene la característica que suele transmitirse intergeneracionalmente, por lo que esta alta concentración de riqueza contradice principios de igualdad de oportunidades dentro de cada generación.[16] Coherente con el análisis de la primera columna, es evidente el riesgo que estos niveles de concentración suponen para el ejercicio democrático. Es por eso que algunos países han implementado impuestos a la herencia como un tipo de impuesto al patrimonio (ver aquí para una discusión al respecto). La literatura académica sugiere que las tasas óptimas a la herencia podrían ser bastante altas (del orden del 50%-60%).
El informe de Alston provocó una airada descarga de la embajadora de los Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, quien afirmó que “es evidentemente ridículo que Naciones Unidas study la pobreza en Estados Unidos”; en tanto, la respuesta oficial del gobierno estadounidense calificó de erróneas las cifras de Alston. Pero Alston sólo usó cifras tomadas de la Oficina del Censo de los Estados Unidos; el documento las describe como “la cifra exagerada citada por el relator especial” y luego cita con aprobación los cálculos de la Heritage, que se basan en mi línea de pobreza de cuatro dólares por día. El 10% de la población más rico que recibía la mitad del ingreso, en 1963, redujo su participación hasta un 38%, en 1984 y posteriormente, volvió a incrementarla hasta alcanzar entre el 45% y el 50% del ingreso.
Otra encuesta del Pew encontró que el 76% de los estadounidenses está de acuerdo con la frase «hoy es realmente cierto que los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres». No obstante, «las tasas de graduación de la universidad se han incrementado considerablemente para los estudiantes adinerados, pero se han estancado para los estudiantes de bajos ingresos». El argumento se refiere al sistema colegial en el país y el informe resalta las disparidades educativas que existen entre los distintos grupos sociales. El análisis explicó que las diferencias se deben al repunte en los mercados de valores -donde concentran sus riquezas los más ricos- en comparación con el rendimiento del mercado inmobiliario, donde las familias menos adineradas tienen puestas las suyas.
En mi argumento, usé un valor de cuatro dólares por persona por día en los países ricos como aproximadamente equivalente a la línea mundial de pobreza de dos dólares usada para los países pobres. En Estados Unidos hay más “pobres globales” que en Sierra Leona o Nepal; y las tasas de pobreza en Estados Unidos y China son similares, pese a que los ingresos per cápita del primer país son más del triple de los del segundo. Entre 1996 y el año 2000, el nivel de pobreza extrema y de capacidades, de los individuos, disminuyó en un 13% de la población y el de pobreza patrimonial en 16%; también, el nivel de pobreza de los hogares disminuyó, pero sin alcanzar el nivel de pobreza de 1992, que ya period muy elevado.
Cuando las familias pobres se enfrentan a estas urgencias y no tienen otras opciones suelen recurrir a empresas de préstamos rápidos, lo que puede empeorar su situación. «La mayor concentración de pobreza está en el sur del país», le explica a BBC Mundo, Rakesh Kochhar, investigador del centro de estudios Pew Research Center en Washington. En el corazón de la «América profunda», Escobares City, Texas, es la ciudad más pobre en el país más rico del mundo. Tenía la mayor mortalidad infantil en el mundo desarrollado, que la expectativa de vida de sus ciudadanos period menor y menos saludable que en otras democracias ricas.
En Nueva Orleans, los residentes tienen un ingreso medio familiar anual de US$37.500, una tasa de pobreza del 26% y una expectativa de vida por debajo de los 76 años. Los residentes del condado de Orange, una zona próspera de California, cuentan con un ingreso acquainted promedio anual de US$78.150, una tasa de pobreza del 8% y una esperanza de vida de más de 83 años. El porcentaje de estadounidenses pobres en pobreza profunda ha crecido lenta pero constantemente en las últimas tres décadas», concluyó el informe. «Los incrementos de los índices de pobreza han sido especialmente agudos para los negros y los hispanos, así como para los niños», explica el informe, que muestra cómo la rápida bajada de los niveles de pobreza en marzo, cuando comenzaron las ayudas por la pandemia, ha ido desapareciendo progresivamente.
«Los gobiernos miran adentro de sus fronteras. Brasil no está interesado en liderar la región. El Mercosur está paralizado hace tiempo. La Unasur también, y la OEA, desprestigiada por su actuación en Bolivia. Hay un abandono y una desatención de los canales institucionales. Hoy son cáscaras vacías», sostuvo. En medio de las múltiples crisis superpuestas, la región no apela a mecanismos de integración y cooperación que la fortalezcan. Permanece dividida, fragmentada, con una política exterior descoordinada y desarticulada, guiada por la ideología, que se traduce en una pérdida de relevancia en medio de las crecientes tensiones entre China y Estados Unidos a nivel internacional. «Hay un fenómeno mundial que ahora llegó a América Latina, que es el descontento de las sociedades con sus élites. Esto se refleja con Trump, con Modhi en India o con el Brexit inglés. La desconfianza en las instituciones es muy grande y eso fomenta las protestas. Es un fenómeno que naturalmente se puede agravar dada la mayor pobreza que está causando la pandemia», explicó Santibañes.
En ese sentido, de acuerdo a los analistas, es posible que el ciclo de protestas y estallidos sociales iniciado el año pasado retome su fuerza y que el descontento ciudadano se extienda por buena parte del continente. Lejos de resolverse y de disiparse, las causas de las protestas siguen vigentes, acentuadas por la crisis económica. «No creo que los episodios del 2019 vayan a ser hechos aislados. Vamos a ver nuevos estallidos y disaster globalizacion desigualdad economica políticas en América Latina, sobre todo porque estamos recién al principio de la profunda crisis económica y social que trajo la pandemia», apuntó Garzón. Dos de los autores de este estudio (López y Figueroa) ya habían calculado en 2011 que los cinco hombres más ricos de Chile en ese momento (Luksic, Angelini, Matte, Paulmann y Piñera) ganaban lo mismo que un millón de personas.