Tendíªncias Da Segregaí§í£o Social Em Metrópoles Globais E Dasiguais: Paris E Rio De Janeiro Nos Anos Eighty Revista Eure Revista De Estudios Urbano Regionales

Esto es importante para nuestro país, porque muchos analistas han argumentado, equivocadamente, que la desigualdad ha disminuido significativamente en los últimos 30 años. En dos publicaciones, el académico FEN-UAH revela consecuencias preocupantes derivadas de la creciente importación de robots en economías emergentes. Arlie Russell Hochschild, de la Universidad de California en Berkeley, ha escrito sobre la rabia que sienten ciertos grupos de personas ante el avance de otros. Esta rabia no tiene justificación cuando, por ejemplo, es la reacción de estadounidenses blancos acostumbrados al privilegio racial que ahora tienen que adaptarse a un mundo más igualitario; pero sí la tiene cuando apunta a un gobierno que enriquece a grupos de intereses especiales a costa de todos. En una economía con poco o nulo crecimiento, donde lo que gana uno sólo puede salir de lo que pierde el otro, semejante robo legalizado es inaceptable.

En Chile, si consideramos las contribuciones para la seguridad social como parte de los impuestos al ingreso, este grupo de impuestos representa un 36,9% de la recaudación whole del año 2016. El promedio de la OCDE para el mismo periodo fue de un 59%.[13] Por lo tanto, el sistema tributario chileno no solo recauda poco en términos comparados, sino que además le da mucha importancia a los impuestos al consumo y una menor importancia relativa a los impuestos al ingreso. Además, existen razones para pensar que la progresividad nominal del impuesto al ingreso está mermada por una masiva práctica de elusión tributaria por parte de los grupos más ricos (ver aquí y aquí). En la primera parte de esta reveladora serie sobre nuestro sistema tributario, los autores argumentaron que la forma en que recaudamos es resultado de un contrato social impuesto “que no le da un rol importante al Estado ni a la equidad”. En esta columna, sostienen que ese Estado mínimo es una decisión política para que los sectores de más altos ingresos tengan un sistema tributario que los beneficie.

Por el contrario, es el diseño institucional y las políticas públicas los que han permitido que eso ocurra. En otras palabras, son decisiones políticas las que han transformado la globalización en desigualdad. El primer efecto consiste en que un incremento de los impuestos al ingreso puede inducir a las personas a trabajar menos, lo que sería económicamente ineficiente y además reduciría la recaudación. Sin embargo, la evidencia empírica concluye que estos desincentivos son bajos.[12] El segundo efecto se refiere al incremento en el bienestar complete la desigualdad global que proviene de transferir recursos de una familia rica a una pobre. Por ejemplo, 100 mil pesos adicionales para un hogar que se sostiene con el salario mínimo son significativos, mientras que para un hogar de altos ingresos son poco relevantes.

El Dr. Akram señaló que la actual pandemia ha mostrado la bancarrota de las teorías individualistas, porque ahora preocupa la salud de los demás, no por caridad, sino por pragmatismo, debido al mayor contacto entre pobres y ricos a través de las cadenas globales de valor. “Así se generan las grandes inestabilidades del sistema, y si no tenemos un sistema de protección social, como es la salud, si mantenemos esas desigualdades, seguiremos teniendo más problemas en el futuro. Tenemos una disaster neoliberal con varios síntomas y uno de ellos es el Covid-19”, ilustró.

Uno de los correlatos potencialmente más serios de lo anterior es que los habitantes de Santiago que tienen una percepción de inseguridad en la ciudad tienden a apoyar la resolución de conflictos nacionales por medios no-pacíficos, a diferencia de aquellos que consideran la ciudad o su barrio como un espacio seguro. Más aún, en ambos grupos -seguros e inseguros-, sorprende ver el alto porcentaje que apoya medios no-pacíficos, considerando el bajo índice de violencia en el país. Aunque se la considera una ciudad segura entre las grandes urbes latinoamericanas, sus habitantes perciben Santiago como un lugar amenazante, una ciudad de miedo. En la actualidad es relativamente generalizada una sensación de inseguridad vinculada a la violencia delictiva y al sistema económico y político-institucional. No obstante, la percepción de inseguridad no se basa, ni tiene su correlato, en las tasas de victimización. Las áreas periféricas de la ciudad, que concentran a la población de más bajos ingresos, son las más afectadas por esta situación.

Así, se puede decir que, en términos generales, los impuestos patrimoniales no son relevantes en Chile, tanto en términos de recaudación, como en progresividad o cuidado de la democracia. El más exhaustivo de estos impuestos es el impuesto a la riqueza, el cual se paga sobre el total del valor del patrimonio de un individuo. El foco del impuesto a la riqueza son solo los mayores patrimonios, por lo que en common su diseño exime a la mayor parte de la población de este impuesto. Estos datos también son útiles para estudiar cómo la desigualdad ha evolucionado en el tiempo.

la desigualdad en la globalizacion

Si bien los efectos de la crisis asiática han modificado estas cifras, es previsible que el país y la ciudad retomarán su camino exitoso. En easy, éste consiste en que las personas paguen todos los años una proporción determinada de sus ingresos. Considerando que los ingresos totales provienen de distintas fuentes con distintas particularidades (trabajo, empresas, mercado financiero, etc.), su diseño es complejo y varía mucho entre países. Usando esta información podemos evaluar cómo se sitúa Chile en el panorama internacional. El escenario más optimista de acuerdo a las estimaciones para Chile, nos deja como el país más desigual entre países ricos y como el sexto más desigual a nivel global.

SUR, Centro de Estudios Sociales y Educación llevó a cabo el estudio en Chile, con el apoyo de la Dirección de Organizaciones Sociales del Ministerio Secretaría General de Gobierno. La violencia en las ciudades chilenas es un nuevo tema en los estudios y en la agenda política y social, y sobre él la información es todavía obviamente escasa. Por lo common, los análisis comparativos de índices de violencia han considerado Santiago como una ciudad segura en el contexto latinoamericano. Uno de los estudios precursores en este ámbito (Duff & Mac Cammant) sitúan a Chile entre los tres países con más bajos índices en América Latina.

Por eso la producción fabril estadounidense sigue creciendo aunque el nivel de empleo del sector disminuye. “Mi pronóstico es que la globalización, o se deshace del modelo neoliberal y así podríamos tener una globalización más regulada que no aumenta tanto la desigualdad, la desigualdad social en el mundo o se mantiene bajo la modalidad neoliberal, y en este caso veremos más respuestas conservadoras, populistas que ofrecen respuestas nacionalistas”, argumentó. «Santiago, una ciudad con temor. Inseguridad ciudadana y pérdida del espacio público», Boletín Temas Sociales, 25.

Hemos visto que, en términos de recaudación de impuestos, el tamaño del Estado en Chile es pequeño y que los ingresos fiscales que recauda provienen mayoritariamente de impuestos al consumo. A lo anterior se suma que los impuestos al ingreso, además de tener una relevancia secundaria, abren espacios para elusión y evasión, haciendo que la progresividad nominal se vea seriamente mermada.[18] Además, los impuestos al patrimonio prácticamente no existen. Por cierto, estos cálculos se basan en premisas normativas que exigen definir cuánto se pondera el bienestar de cada individuo de acuerdo a su nivel de ingresos. Los esquemas óptimos se caracterizan por tasas más altas cuando los contratos sociales favorecen en mayor medida la redistribución. La última conferencia de 2015 dictada por la Cátedra Norbert Lechner, presentó el trabajo del cientista político estadounidense, Larry Bartels, quien ha sido reconocido a nivel mundial por sus estudios que vinculan a la desigualdad económica con la representación política en Estados Unidos.

En la primera, se produjo una dispersión de las actividades productivas y un fuerte retroceso en las actividades económicas de Santiago. En la segunda fase, durante la mitad de los años ochenta, una vez que el período reestructurador de mayor intensidad hubo pasado, volvieron las tendencias de concentración económica y demográfica en torno a la Región Metropolitana. Es fruto de un desarrollo global que distribuye mal los recursos entre personas, ciudades y regiones. La estrategia de desarrollar las regiones a costa de Santiago es un contrasentido. Debemos ocuparnos de Santiago y de las regiones, con acciones complementarias en beneficio del país en su conjunto.

“Son decisiones políticas las que han transformado la globalización en desigualdad”, argumentan. El académico del Departamento de Economía de la Facultad de Economía y Negocios UAH, Carlos J. García realizó dos nuevas publicaciones en importantes revistas internacionales. Se trata de Applied Economics Letters y de Labour Economics, donde publicó dos artículos de investigación que avizoran los efectos de la robotización en los países en desarrollo. Sus estudios revelan consecuencias preocupantes derivadas de la creciente importación de robots en economías emergentes. El hecho de que Santiago tenga buena cobertura de servicios públicos implica un cambio desde la preocupación por el déficit en ellos, a una que se centra en su calidad. Todas las municipalidades del país administran un sistema educacional gratuito, utilizado por los sectores de menores ingresos.

Una de las medidas más utilizadas en la discusión pública es el coeficiente de Gini. Sin entrar en los detalles de su cálculo, hay que saber que éste toma valores entre 0 y 1, y que un mayor Gini implica una distribución de ingresos más desigual. En los casos extremos, 0 implica que todos los individuos tienen los mismos ingresos, y 1 que sólo una persona recibe todos los ingresos.