Paralelamente, la desigualdad de la riqueza –incluyendo activos tales como bienes inmuebles– está alcanzando nuevos niveles. En 2013, la riqueza promedio de familias de altos ingresos era casi siete veces la de las familias de ingresos medios y casi 70 veces la de las familias de bajos ingresos. Estos son los mayores niveles de desigualdad de riqueza registrados por la Reserva Federal desde que comenzaran a recopilar datos treinta años atrás (Fry y Kochhar, 2014)(1). A escala mundial, según un estudio de 2014, el patrimonio de las ochenta y cinco personas más ricas del mundo es equivalente al de los three.500 millones más pobres(2). La soledad es un mal de la época, que afecta a muchas personas mayores y aumenta el riesgo de múltiples problemas sociales y de salud.
Esta medición se realizó a través de DIALECT, una evaluación digital adaptativa que permite enfocarse en los distintos subprocesos lectores según el nivel de comprensión lectora de cada estudiante. “Al finalizar el primer semestre de segundo básico, 3 de cada 5 niños y niñas de 2° básico en la Región Metropolitana están bajo el nivel de comprensión lectora esperado a fines de 1° básico. Algunos ejemplos son el Ingreso Familiar de Emergencia en Argentina, el Bono COVID-19 de Chile, el Ingreso Solidario de Colombia, el Bono Proteger en Costa Rica o el Bono de Emergencia en Brasil. Las primeras tienen una fuerte presencia en el turismo y restauración y los segundos tienen trabajos más precarios. Además, las mujeres han tenido que redoblar el tiempo de trabajo en el cuidado del hogar y de la familia, con nuevas obligaciones durante el confinamiento domiciliario.
En todo caso, la indiferencia radical de la primera ha demostrado ser socialmente más devastadora que el «asimilacionismo» que ha practicado la segunda. En los últimos cien años, las ciudades de los Estados Unidos han sido más segregadas y con niveles de criminalidad y violencia más altas que las latinoamericanas y las europeas. Como los chilenos somos «clasistas», nuestras ciudades las percibimos como altamente segregadas y sus residentes como refractarios a mayores grados de aproximación espacial entre grupos sociales.
Finalmente, en lo económico argumentamos, de la mano de Schelling, que la segregación resultante en una ciudad suele exceder las preferencias de los que se auto-segregan, y agregamos que también excede las de quienes no tienen capacidad de pago para acceder a los expansivos mercados actuales de suelo y vivienda. En lo sociológico, afirmamos que en sociedades tan desiguales y estratificadas como las de América Latina, los grupos sociales rara vez recurren al «comodín» de segregarse en barrios socialmente homogéneos para construir o afirmar identidades sociales. La «adolescencia urbana» suele ser un fenómeno ocasional y transitorio que irrumpe en algunas fronteras entre grupos sociales, a diferencia de la importancia y persistencia que exhibe en los Estados Unidos. La gentrificación latinoamericana es, por otra parte, generalizada en la escala social (también los grupos medios invaden las áreas populares) y engloba más actividades que las residenciales. Los shoppings y los modernos complejos de oficinas tienen asimismo como alternativa de localización a la periferia popular, ahora accesible con la proliferación de obras públicas, especialmente carreteras.
El reconocimiento que este año obtuvo la doctora Colombo fue creado en 2001 por la Academia Chilena de Medicina, la Asociación de Facultades de Medicina de Chile, la Asociación de Sociedades Científicas Médicas de Chile y el Colegio Médico de Chile. A través del Premio Nacional de Medicina se busca reconocer la obra de las y los profesionales que han sobresalido entre sus pares en el área de la clínica o de la salud pública y que, además, hayan tenido un rol destacado en docencia, administración académica o investigación. El galardón consiste en un diploma, una medalla recordatoria y un monto de dinero que es aportado por la comunidad médica.
Una primera opción son los impuestos a los bienes de consumo, como por ejemplo el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Este es un impuesto donde todos los individuos, independiente de sus ingresos, pagan el mismo porcentaje por cada compra que realizan. En Chile la tasa es 19% del monto consumido y aplica a (casi) todos los bienes y algunos servicios. Sin entrar en los detalles de su cálculo, hay que saber que éste toma valores entre 0 y 1, y que un mayor Gini implica una distribución de ingresos más desigual. En los casos extremos, 0 implica que todos los individuos tienen los mismos ingresos, y 1 que sólo una persona recibe todos los ingresos.
La literatura académica sugiere que los impuestos óptimos al ingreso de los individuos en la parte más alta de la distribución deberían ser altos (estimaciones sugieren que podrían llegar a 73%, e incluso sobre el 80% si existe apropiación de rentas no productivas). Hasta este momento nos hemos referido a la progresividad o regresividad de los sistemas tributarios, pero no hemos hablado con mayor detalle de sus componentes. Lo cierto es que los sistemas tributarios se componen de múltiples tipos de impuestos, todos ellos con diferentes ventajas y limitaciones. Si bien estos indicadores aún no alcanzan la relevancia que tiene el coeficiente de Gini en el debate público, en parte porque su disponibilidad es más reciente, hoy son el estándar en el debate académico sobre desigualdad. En un esfuerzo inédito por acercar la evidencia científica al debate público, un grupo de investigadores crearon una base de datos de acceso abierto que permite un análisis más sistemático de la desigualdad a nivel global.
El documento indica que la pobreza en 2012 fue más pronunciada entre negros (27,2% o 10,9 millones de personas), hispanos (25,6% o 13,6 millones) y asiáticos (11,7% o 1,9 millones) que en los blancos no hispanos desigualdad rural (9,7%). Las diferencias también se hacen evidentes cuando se comparan los ingresos de otros sectores de la población. El centro Pew resalta que la brecha de ingresos entre hispanos y blancos también ha crecido desde 1970.
Observamos un país en crisis, con un nivel de desigualdad que se ha estancado en niveles altísimos. Transitar hacia una sociedad distinta es posible; es, a fin de cuentas, una decisión política. Existen múltiples razones que explican el aumento sostenido de la desigualdad en Estados Unidos, todas ellas decisiones de política. En estos textos hemos extensamente discutido el rol de los impuestos en esta tendencia, pero el problema es más complejo. La caída en la progresividad de los impuestos a los más ricos es sin duda una de las explicaciones. Otras causas son el estancamiento del salario mínimo, el debilitamiento de los sindicatos, la falta de competencia, y la falta de regulación financiera, entre otros.
Hace setenta años, un soldado raso del ejército estadounidense que se entrenaba en Fort Dix, en Nueva Jersey, envió una carta a Dwight D. Eisenhower, que entonces ejercía como primer comandante supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa. En su carta, el soldado raso le preguntaba a Eisenhower si había algo más en su servicio que, y cito, “matar o morir”. Trataremos los esfuerzos de nuestros aliados por desarrollar una mayor capacidad estratégica como una ventaja, no como una amenaza. Y a medida que Estados Unidos desarrolle sus capacidades estratégicas para hacer frente a las amenazas que he descrito hoy, nos aseguraremos de que sigan siendo compatibles con nuestras alianzas, y de que contribuyan a fortalecer la seguridad de nuestros aliados.
La violencia de género suele conceptualizarse desde una perspectiva de poder y management del hombre respecto de la mujer. La evidencia científica y también la experiencia humana nos han llevado a conocer y enfrentar el machismo como la expresión más evidente de la construcción social que, durante generaciones, ha situado a la mujer en una posición de inferioridad respecto del hombre. Una desventaja permanente en los ámbitos social, económico, laboral, jurídico e incluso en lo familiar. Del total de afiliados hombres activos, el fifty four,8% registró cotizaciones durante el mes y en el caso de las mujeres, el 46%. Es así como en octubre de 2017, cuando se dieron a conocer en Estados Unidos las denuncias por acoso sexual en contra el productor de cine Harvey Weinstein, la actriz Alyssa Milano (¿Quién manda a quién?) publicó su propia historia en twitter e invitó a las mujeres a hablar del tema, utilizando el hashtag MeToo (#MeToo).
Parte del debate público, sin embargo, argumenta que la desigualdad es un producto inevitable del libre mercado, el desarrollo tecnológico, y de la globalización. Se cube (o al menos se asume) que no hay nada que los países puedan hacer para domar las fuerzas del mercado y que cualquier intento de regular el grado de desigualdad tendrá efectos negativos ineludibles sobre el crecimiento económico. Así, lo que hoy se observa en los datos sería una consecuencia inevitable de los tiempos modernos. Cada año, el HUD publica el tope de ingresos familiares que se utiliza para determinar la elegibilidad en subsidios de vivienda administrados por los distintos niveles de gobierno. Estos límites se basan en estimaciones, ajustadas por tamaño de familia, de la media del ingreso acquainted desigualdad mundial 2022 para las áreas metropolitanas y no metropolitanas designadas. Las estimaciones resultantes de Area Median Income (AMI) permiten que los ingresos familiares se expresen como un porcentaje de la media para la zona.