República Dominicana: Por Qué Los Dominicanos Siguen Emigrando De Un País Con Estabilidad Política Y Crecimiento Económico Bbc News Mundo

Por el contrario, la desigualdad aumentó de manera sostenida en Costa Rica durante ese período. Hay que abandonar el supuesto fatalista de que toda la región está afectada por la maldición de una desigualdad estructural inmune a las intervenciones políticas. Y la disparidad de ingresos en países como Brasil, México, Colombia o Chile ha opacado avances recientes en el índice de desarrollo humano de la ONU, que incluye variables como la expectativa de vida o calidad de educación y donde el año pasado en la región solo retrocedieron Venezuela, Nicaragua y Argentina, sumidas en crisis. La evidencia muestra que las clases medias latinoamericanas pagan más de lo que reciben por servicios sociales como educación o salud y, como respuesta, acuden a proveedores privados, lo cual tiende a incrementar la segmentación, indicó el informe sobre desarrollo humano del PNUD.

La desigualdad es un problema grave y extendido en América Latina, tanto en términos absolutos como relativos respecto a la economía global. A pesar del relato, los datos sugieren que no parece razonable considerar que nada ha pasado en América Latina en la lucha contra la desigualdad y la pobreza. En el estudio nos basamos en datos generados a partir de encuestas de empleo y hogares de las últimas tres décadas. Para el año 2020 se cuenta ya con información para 10 países -que incluyen a alrededor del seventy five por ciento de la población de la región- la desigualdad económica amartya sen y de ellos se derivan las tendencias más recientes. Aunque las estrategias tradicionales —como ampliar y mejorar la calidad educativa y ofrecer asistencia en efectivo a los hogares con bajos ingresos— pueden resultar eficaces, no son suficientes para reducir la desigualdad en todos los entornos. Para ello, los gobiernos de América Latina y el Caribe deben promover un crecimiento económico que genere empleos más productivos (y formales), y adoptar una nueva generación de políticas fiscales que permitan que todos participen en la toma de decisiones.

la desigualdad en américa latina

Interpretar correctamente los factores que están detrás de esta evolución es muy complejo porque sobre el resultado han influido un gran número de factores. «Chile fue primer país de América Latina que privatizó el sistema de pensiones. Cuarenta años después, los resultados son muy negativos». Pero cuando los países reducen la pobreza en esos núcleos duros, lo que sigue después es más desafiante. «La tendencia es una mejoría en la región porque han aumentado relativamente los ingresos de los sectores más pobres», le dice la desigualdad en américa latina a BBC Mundo Laís Abramo, directora de División Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La violencia limita también el crecimiento a través de su impacto sobre el capital humano (y la productividad) y sobre la inversión pública y privada que se ve distorsionada, así como por el gasto en seguridad y por la incertidumbre acerca de los derechos de propiedad. Los gobiernos necesitan con urgencia información que demuestre mejor la manera de remediar este problema de largo recorrido. Sin embargo, otros países ricos en recursos naturales como Noruega o Australia escapan a los grandes problemas de desigualdad latinoamericanos. La región también es hoy una de las más urbanizadas del mundo, pero el rápido cambio desde sociedades rurales ocurrió en el último medio siglode forma desordenada y en muchas zonas de expansión de las ciudades el Estado brilló por su ausencia a la hora de prestar servicios como educación o salud. Pese a sus avances económicos y sociales de los primeros años de este siglo, América Latina aun es «la región más desigual del planeta», ha advertido en distintas ocasiones la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Entre los retos que enfrenta Uruguay están el mejorar su competitividad y crecimiento a largo plazo, incorporar a las mujeres a las actividades económicas y transformar la educación.

La Figura 4 muestra que, entre las nueve economías más grandes de la región, ocho –la excepción es Colombia– habían conseguido en el año 2020 situarse en el valor más bajo de la brecha frente a la mediana mundial.[2] Particularmente destacables son las trayectorias de Republica Dominicana y Uruguay, dos economías muy cercanas ya a la frontera global. En términos de mayores éxitos, Brasil encabeza el ranking y México se sitúa en segunda posición. Un hecho nada menor ya que se trata de las dos economías más grandes de América Latina que concentran más del 60% del PIB regional.

Tras ello, al menos 70 organizaciones feministas y de derechos humanos de la Argentina y América Latina le enviaron una carta a la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, para denunciar el recorte de las políticas que afectan directamente a mujeres y personas LGBTTIQ+. “Lograr la expansión de los sistemas de la salud basado en la Atención Primaria de Salud, para asegurar el acceso common a la salud y la cobertura universal, puede ser el issue crítico para reducir la mortalidad materna en la Región”. Washington, DC, 18 de junio de 2024 (OPS)- El director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), doctor Jarbas Barbosa, hizo un llamado urgente a la acción para reducir la mortalidad materna en la región de las Américas. En el año 2020, en América Latina y el Caribe, se produjo una muerte materna cada hora, retrocediendo dos décadas en los indicadores de salud materna en la región. En términos agregados, en 9 de los 17 objetivos no se muestran cambios respecto al informe de 2023, mientras en 7 se muestran avances. El objetivo de reducción de desigualdad muestra un retroceso, pero porque se considera el dato de 2020 y no el de 2022, que muestra un mejoramiento.

Y esto no parece cambiar pese a los avances que lo desmarcan de muchos de sus vecinos de América Latina y el Caribe inmersos en crisis económicas, turbulencias políticas o ambas. [2] No se ha podido incluir Venezuela porque desde 2006 no publica ninguna medición oficial del Índice de Gini. Ni del desinterés por los problemas de distribución, ni en modo alguno, que lo que se haya intentado ha fracasado. La Figura 5, tomado del referido documento de la CEPAL, cuantifica por países el importe de la inversión en PTC. Para el conjunto de América Latina esa inversión equivalía hacia 2015 al 0,33% del PIB, pero en Ecuador, Argentina y Brasil está por encima del 0,5% del PIB. Dentro de ellas, por su naturaleza y capacidad de innovación destacan las nuevas generaciones de políticas públicas de “transferencias condicionadas” (PTC).

Por medio de nuestro trabajo con una extensa purple de expertos y aliados en a hundred and seventy países, ayudamos a las naciones a construir soluciones integradas y duraderas para las personas y el planeta. A pesar de los avances de las últimas décadas, los países de América Latina y el Caribe son más desiguales que los de otras regiones con niveles similares de desarrollo, y sus indicadores sociales aún se encuentran por debajo de los esperados para su nivel de ingreso promedio. Más aún, después del increase económico la tasa de pobreza en Latinoamérica pasó de 28% en 2014 a 31% el año pasado, según datos de la Cepal.

Por supuesto, una mejor evolución macroeconómica y un menor número de crisis sistémicas, la apertura al exterior y el consiguiente debilitamiento del poder de los grupos captadores de rentas, pero también políticas públicas específicas como los efectos acumulados del aumento del gasto público en educación, salud y otras políticas sociales. LACIR investiga por qué la desigualdad en América Latina y el Caribe sigue alcanzando niveles excepcionalmente elevados, a pesar de los importantes cambios estructurales de carácter económico y social. El análisis se centra en la desigualdad en varias dimensiones, como ingresos, riqueza, educación, salud y poder político. En conclusión, se observa un aumento promedio en la desigualdad, aunque hay diferencias por país, y resultados mixtos según el género o edad del o la jefe/a de hogar, la ubicación urbana o rural y el sector de actividad económica. Hasta el momento, el proyecto confirmó que la desigualdad en América Latina y el Caribe es inaceptablemente elevada, y demostró además su fluidez y respuesta a los factores que pueden afectar el grado en que resulta hereditaria. Con ese nuevo conocimiento, los responsables de las políticas debieran abandonar algunos de los enfoques aplicados al problema, refinar otros y probar estrategias completamente nuevas, más ajustadas a las necesidades específicas de sus países.

Este weblog resalta ideas efectivas en la lucha contra la pobreza y la exclusión, y analiza el impacto de los proyectos de desarrollo en América Latina y el Caribe. Maria José Cota Salgado es economista en el Centro de Estudios Educativos y Sociales y su área de interés es economía del desarrollo. Se ha desempeñado como asistente de investigación y analista en otras organizaciones nacionales e internacionales. Al explorar el aumento de la desigualdad por género, edad, sector de ocupación u otras características, encontramos un panorama mixto.

El dato más importante de la figura es la desaparición en América Latina de la pobreza extrema, es decir, del porcentaje de personas que viven con menos de un dólar diario. En el mundo, en 2019, pese a los compromisos 2030, todavía quedaban one hundred fifteen millones de personas condenadas a la miseria, pero América Latina había conseguido sacar de ella a los 24 millones de personas que tenía en 1990. Puede observarse que los máximos en los Gini se registraron entre los años 80 y ninety del siglo pasado y que, hasta la pandemia, a lo largo de las dos décadas del siglo XXI ha habido un intenso y sostenido proceso de reducción de los valores de esos indicadores. El mínimo se alcanzó en 2011, momento en el que nuevamente el indicador agregado comenzó a aumentar. El promedio del periodo es un Gini global de zero,36 y una reducción entre 2001 y 2019 del 7%. «En Chile la desigualdad ha sido estructuralmente alta para el nivel de ingresos que tiene ese país».

Los datos confirman que, en términos de distribución de la renta, América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo. En el Banco Mundial han estudiado el tema de la desigualdad de ingresos en la región centrándose en los últimos 10 años. 2019 es el año en el cual la región experimentó el menor nivel de desigualdad en los últimos 30 años. Pese a todo eso, unos 100 millones de latinoamericanos salieron de la pobreza entre las décadas de 1990 y 2000 en base a programas sociales y políticas salariales en medio del auge de las materias primas.

El proyecto reveló además que la desigualdad en la región parece estar más profundamente arraigada en términos de riqueza que de ingreso. Aunque los datos aún son muy limitados, un estudio halló que en Chile, Colombia y Uruguay cerca del 1% de la población controla entre el 37 y el 40% de la riqueza total, mientras que la mitad más pobre solo controla una décima parte. Además, el patrimonio neto de muchos hogares con bajos ingresos es negativo, debido a que sus deudas superan al valor combinado de sus viviendas, vehículos y demás activos. La pandemia de COVID-19 evidenció las vulnerabilidades de las infraestructuras sanitarias de América Latina y el Caribe, exacerbando las desigualdades en el acceso a los servicios de salud, con un profundo impacto sobre las mujeres. La Figura 1 toma los datos que Our World in Data obtiene del Banco Mundial y muestra que entre los 25 países con peor distribución de la renta –sobre un total de 89 economías– figuran 16 países latinoamericanos.