Reducir Las Desigualdades Entre Países Y Dentro De Ellos Desarrollo Sostenible

Tanto dentro de los países como entre ellos, siguen observándose desigualdades derivadas de los ingresos, la localización geográfica, el género, la edad, el origen étnico, la discapacidad, la orientación sexual, la clase social y la religión, factores que determinan el acceso, las oportunidades y los resultados. Entretanto, están surgiendo deficiencias en otros ámbitos, como el acceso a las tecnologías móviles y en línea. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe ha identificado ocho frenos que impiden el desarrollo social de la región y que van desde la enquistada pobreza a la desigualdad crónica, pasando por la falta de inversión en el tejido social y los impactos del cambio climático. Para superarlos, propone crear políticas centradas en los derechos y la igualdad, siguiendo los pasos marcados por la Agenda 2030 de desarrollo sostenible. El trabajo esporádico en línea es una fuerza creciente en muchos mercados laborales y representa hasta un 12 % de la población activa de todo el mundo.

Como hoy publicamos, ambas fórmulas perjudicarían claramente a Andalucía, una de las comunidades peor financiadas y con déficits estructurales más acusados. Si Cataluña es una de las comunidades que más impuestos aporta al Estado –es la segunda, tras Madrid– es porque en sus cuatro provincias viven españoles con mayor renta que los que lo hacen, sin ir más lejos, en las ocho andaluzas. La sociedad andaluza en su conjunto debería oponerse con firmeza a un nuevo agravio como éste, que sólo perpetuaría la histórica desigualdad económica norte-sur. La voluntad política de los andaluces fue essential para definir un Estado autonómico igualitario gracias al resultado del 28-F. No defender lo conseguido con un elemento tan esencial en el autogobierno como la financiación sería retroceder en esa histórica conquista del pueblo andaluz.

Retomando una cifra del INEGI, 10 mil mujeres abandonaron su empleo por motivos de acoso laboral en el primer trimestre del 2019. En este sentido, recuerdan que, desde la década de 1980, la carga tributaria sobre los ingresos del capital ha disminuido constantemente en las economías avanzadas, mientras que la carga sobre los ingresos laborales ha aumentado. En cambio, el FMI propuso aumentar los impuestos sobre las ganancias de capital y las ganancias, gravámenes que han disminuido en las últimas décadas, así como los impuestos sobre la renta corporativa, para ayudar a compensar la creciente desigualdad de la riqueza.

En los últimos 15 años ha habido una reducción de la desigualdad de los ingresos, aunque el coeficiente de Gini de 0.48 en la medición más reciente disponible para Chile (2015) está lejos aún del promedio de las economías desarrolladas (figura 2). La  desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. La Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abarcan los derechos humanos, el clima y el crecimiento económico, y trazan un camino claro hacia un futuro sostenible. Esto no se traduce en una situación generalizada de precariedad, porque hay más fuentes de ingresos.

Según el Credit Suisse, el eighty two % de toda la riqueza creada en 2018 fue a parar al 1 % más rico, mientras que la mitad más pobre de la humanidad no recibió nada. Entre sus metas nacionales e internacionales se cuentan eliminar las leyes y políticas discriminatorias, mejorar la reglamentación de los mercados financieros mundiales, facilitar la migración regular segura y ordenada y promover la inclusión en la toma de decisiones. Entre 2010 y 2016, los ingresos del 40 % más pobre de la población crecieron con más rapidez que los de la población complete en 60 de los 94 países sobre los que se dispone de datos, lo que demuestra que las desigualdades no son ni inevitables ni irreversibles. Más allá de las diferencias de ingresos, la desigualdad socioeconómica se manifiesta en otras dimensiones de la vida de las personas.

Reconociendo que las desigualdades atentan contra el desarrollo socioeconómico a largo plazo y pueden generar violencia, enfermedades y degradación ambiental, uno de los objetivos —el Objetivo 10 tiene por objeto reducir las desigualdades y las disparidades de oportunidades, ingresos y poder. Si bien la desigualdad ha aumentado en los últimos treinta años en muchos países, ha disminuido en otros. En América Latina y el Caribe sigue siendo alta, pese a que ha disminuido considerablemente.

Los datos presentados en el índice de pobreza multidimensional de 2019 revelaron una escasa relación entre la pobreza y el grado de desigualdad económica, y que dos tercios de los pobres del mundo viven en países de ingreso mediano. Según Oxfam, si se mantiene el grado actual de desigualdad, la economía mundial tendría que crecer 175 veces para que todos ganaran más de 5 dólares al día. Es evidente la necesidad de lograr un crecimiento inclusivo, equitativo y sostenible, que garantice el equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible. La desigualdad amenaza el desarrollo social y económico a largo plazo, frena la reducción de la pobreza y destruye el sentido de realización y autoestima de las personas. En la mayoría de los países, los ingresos del forty % más pobre de la población aumentaron con mayor rapidez que la media nacional.

En las raíces de la desigualdad está el legado colonial, que hace que América Latina tenga la concentración más alta de propiedad de la tierra. En opinión de Peters, «junto con la desigualdad en la tenencia de la tierra, otro issue es el gran aumento de la informalidad en el trabajo y la pérdida de mano de obra industrial y, en tercer lugar, el sistema tributario”. Alicia Bárcena cree que la Agenda 2030 es la herramienta que permitirá a la región a salir de donde está -una tasa mediocre de crecimiento y una elevada desigualdad- y llegar a un nuevo paradigma tecnológico donde se pueda confrontar el deterioro ambiental. Los Objetivos de Desarrollo, adaptados en 2015 por todos los países, están cosidos con el hilo de un principio, el de no dejar a nadie atrás.

la desigualdad hoy

Además, algunos grupos, como los pueblos indígenas, los migrantes y refugiados y las minorías étnicas y de otro tipo, siguen siendo víctimas de discriminación y marginación. El documento advierte que si no se toman medidas de inmediato, millones la desigualdad social y la concentración de la riqueza de personas pueden acabar en la pobreza tan pronto como en diez años. El informe da pruebas de cómo la innovación tecnológica, el cambio climático, la urbanización y la migración internacional están afectando la tendencia de la desigualdad.

Tanto es así, que un estudio del Banco Mundial indica que un tercio del ingreso generado por la economía chilena en 2013 fue captado por el 1% más rico. Por ello, es relevante considerar este aspecto como una verdadera traba al desarrollo, cuando se bloquean las oportunidades y se traduce en un acceso poco equitativo al poder político y económico. También en la región de África, Angola promulgó una ley que penaliza el acoso sexual en el trabajo. Benín eliminó las restricciones al empleo de las mujeres en la construcción, de modo que ahora ellas pueden trabajar en todos los mismos puestos de trabajo de igual manera que los hombres. Sierra Leona facilitó el acceso de las mujeres al crédito al prohibir la discriminación por razones de género en los servicios financieros. Togo introdujo una nueva ley que ya no prohíbe el despido de trabajadoras embarazadas, lo que reducía las oportunidades económicas de las mujeres.

El Banco Mundial está trabajando para promover la prosperidad compartida en los más de a hundred and forty países clientes a los que servimos, para aumentar los ingresos y el bienestar de los menos favorecidos dondequiera que se encuentren, ya sea en las naciones más pobres o en países prósperos de ingresos medios. Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas. Entre 1930 y 1970, hubo una moderación del fenómeno en el contexto de una creciente democratización del país, revertida durante la dictadura militar, cuando grandes transformaciones domésticas y de la economía mundial generaron innovaciones tecnológicas y de otro tipo que impactaron sobre la desigualdad de ingresos.

Los independentistas quieren un modelo que les equipare al fuero que la Constitución respeta para el País Vasco y Navarra, territorios donde se recauda el whole de impuestos y posteriormente se liquida con el Estado. El PSOE y el PSC parecen dispuestos a un modelo que permita compaginar un trato singular para Cataluña y la financiación del resto de autonomías del régimen basic la desigualdad social y la concentración de la riqueza. Reiteramos que la concesión de un trato financiero y fiscal de privilegio para Cataluña supondría un nuevo agravio.

La desigualdad no se trata solo de la riqueza, el patrimonio neto, o de los ingresos, el sueldo bruto. También puede abarcar la expectativa de vida, la facilidad que tienen las personas para acceder a los servicios de salud, la educación de calidad o los servicios públicos. Aunque no existe una sola forma de reducir la desigualdad y promover la prosperidad compartida, algunas enseñanzas comunes extraídas de países exitosos y diversas intervenciones han demostrado ser útiles. Países con circunstancias muy diferentes han mostrado que la combinación de políticas acertadas (sólidas bases macroeconómicas, crecimiento sostenido y mercados laborales robustos) y factores externos favorables ha contribuido a los avances en la reducción de la desigualdad. El informe La Mujer, la Empresa y el Derecho 2022 mide las leyes y regulaciones en ocho áreas que afectan la participación económica de las mujeres en 190 países. Las ocho áreas son Movilidad, Trabajo, Remuneración, Matrimonio, Parentalidad, Empresariado, Activos y Jubilación.