Propuestas De La Pesca Artesanal Al Congreso Y Al Gobierno, Para Un País Sin Hambre Le Monde Diplomatique Edición Chilena, Junio 2020

Este nivel es un techo que no podrán superar los salarios durante los primeros treinta años; una etapa en que tanto la economía chilena como el modelo de crecimiento implantado, es decir, el proceso industrializador, logró poco en términos de incrementos en los ingresos individuales. Esta fase de estancamiento se mantiene hasta inicios de los sesenta, en estos años los jornales sufren dos crisis; la primera, producto de la vulnerabilidad de la economía chilena a los vaivenes externos, la segunda, como resultado de las malas decisiones de política económica interna. Por otra parte, los salarios también permiten tener un acercamiento a la desigualdad ya que, en la comparación con la productividad, entregan una visión de la distribución de las ganancias del crecimiento económico. La evidencia muestra una tendencia clara a una mayor distribución hacia el capital, tanto en el largo plazo como en los años marcados por la crisis inflacionaria.

El resultado es un patrón de emisiones que todavía está caracterizado por enormes disparidades; sin embargo, estas disparidades ya no corresponden nítidamente con los límites nacionales o con la división Norte-Sur. Dentro de un país gigante como India, una clase alta de dimensiones considerables disfruta de los estándares de consumo y movilidad global de la élite occidental, mientras cientos de millones luchan por arreglárselas con un acceso limitado a electricidad y a formas limpias de cocinar. No existe información acerca de si los montos promediados de los siete meses son reajustados por el Índice de Precios al Consumidor, dado esto, asumimos que el cálculo del promedio se realiza con INCAPAZ. En principio esto no debería afectar a quienes reciben salarios bajo contrato ya que los reajustes se realizaban por año, no obstante, podría ser una limitación para quienes obtenían ingresos esporádicos o estacionales. “para toda persona menor de sixty desigualdad social 2022 five años que ordinariamente no tenga otra renta o medio de subsistencia que su sueldo o salario. Quedan también obligados los aprendices aunque no tengan sueldos, los obreros, artesanos y artistas que trabajan independientemente, los pequeños industriales y los pequeños comerciantes ambulantes o establecidos” 31 .

La falta de series salariales de largo plazo ha impedido, por ejemplo, analizar con evidencia las remuneraciones de los trabajadores y trabajadoras tanto en el corto como en el largo plazo, observar la relación de los ingresos salariales con la economía chilena o compararlos con el comportamiento de los ingresos del resto de las economías de Latinoamérica. En los años siguientes los salarios se recuperarán de manera leve, pero aún se mantendrán en niveles cercanos a los peores años de la disaster de los años treinta. Así, la serie termina con cuatro años de malos salarios para la población obrera que devuelven los ingresos a los niveles que vimos cuarenta años atrás producto de la vulnerabilidad de la economía chilena a los eventos externos. En este caso, pese a que la economía chilena continuaba siendo dependiente de las exportaciones mineras, no serán eventos internacionales los que tendrán la mayor importancia en las crisis desigualdad social pobreza que afectarán los ingresos de la población. Ahora será el financiamiento mediante emisión y endeudamiento y los desequilibrios de la economía chilena, los que promueven una acumulación inflacionaria que hará caer los salarios a niveles no vistos durante el período 67 . Las características de las estimaciones antes mencionadas ya nos dan algunos indicios de las limitaciones de estas.

32Alfonso Campos, Hacia una política preventiva de los seguros sociales , Memoria de prueba para optar al grado de licenciado en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile, Santiago, Editorial Ercilla, 1941. Además, aquellas personas que tuvieran menos de cuarenta y cinco años y quisieran incorporarse al sistema de seguro, podían acogerse a él de manera voluntaria. Decir que el análisis de clase es más concreto que el análisis del capital no quiere decir que sea sencillo. Uno duda en usar el término en inglés “clase gobernante” [“ruling class”], porque sus connotaciones son demasiado restrictivas para incluir a un grupo tan amplio como el aquí considerado.

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La serie ha sido calculada a partir de los Anuarios de la Caja de Seguro Obrero Obligatorio y el Servicio de Seguro Social, y ajustada por un índice de precios corregido dada la fijación de precios y el mercado negro. Esta nueva serie nos muestra unos salarios con poca capacidad de crecimiento, que se mantienen estancados durante gran parte del período y a merced de los incrementos de precios que se acumulan en estos años. La comparación del producto por trabajador con la serie de salarios ajustada por IPC y por el deflactor del producto muestra una gran brecha en las tasas de crecimiento, dando cuenta de una desigual distribución tanto de las ganancias del crecimiento como de los efectos de los desequilibrios económicos, expresados en la inflación. Una primera mirada a la serie de salarios en el largo plazo nos presenta una visión de las oscilaciones que tuvo la economía durante un período marcado por fuertes alzas de precios. Pero, para quienes entendemos la economía como la capacidad de entregar los elementos necesarios para la vida de la población, esta serie de salarios reales es esclarecedora.

Esto no quiere decir que debamos descartar el papel que cumple la inflación, ya que como la evidencia muestra, esta también tendrá un gran efecto distribuidor y afectará de manera más directa la capacidad de compra de la población. La pregunta que nos plantea este análisis es por qué los ahorros en los precios de bienes intermedios y materias primas no fueron traspasados a los/as trabajadores/as. En definitiva, vemos que la historia que nos entregan los salarios es una de bajo crecimiento y gran inestabilidad, marcada por crisis de ingresos que no hacían más que volver al punto cero los incrementos logrados. También observamos como el modelo de industrialización fue insuficiente para la promesa de desarrollo y mejoras en el bienestar para el sector obrero, y que estas vinieron no por el lado de la distribución de las ganancias del crecimiento sino a través de políticas sociales. La mayor parte de los períodos de alzas que observamos se dan en el contexto de la recuperación producto de las disaster, con la excepción de los incrementos salariales que vemos a partir de los años sesenta.

Esta serie de salarios plantea una historia de la economía chilena asociada a las fuerzas transformadoras de los cambios económicos desde la perspectiva de los ingresos de quienes navegaron el siglo XX sujetos a un salario. Es para aportar al debate sobre la historia de Chile en el último siglo, que surge la intención de construir una nueva serie de salarios para el sector obrero entre 1930 y 1975. El foco está en conocer los niveles de ingreso de la población dependiente del salario en los años en que el desarrollo del capitalismo se profundiza en Chile de la mano de políticas dirigidas por el Estado. Este es el período del esfuerzo industrializador, del sueño de concretar el desarrollo, de la familia obrera, de mejores condiciones de vida para trabajadores y trabajadoras. En suma, es una etapa en la que la promesa del desarrollo se siembra en la historia, y de la cosecha de este ideario nos pueden dar cuenta, en alguna medida, los salarios. En este artículo se presenta la estimación de una serie de salarios medios reales para obreros y obreras en el período de industrialización dirigida por el Estado.

Cualesquiera que sean los términos elegidos, difícilmente podemos evitar la conclusión de que, si una transición energética ha de ocurrir bajo las actuales condiciones (un supuesto que algunos querrán discutir), es esta clase social la que debe realizarla, simultáneamente como tomadores de decisiones, consumidores, e inversores. Es un desafío que pone en cuestión la cohesión y la inteligencia colectiva de este grupo —lo que, como la historia ha mostrado, es algo que difícilmente puede darse por sentado, incluso en el mejor de los tiempos. Entre 1990 y 2015 hubo un crecimiento de las emisiones en toda la curva de ingresos global, con un aumento notorio en la clase media global. Pero lo realmente impresionante del gráfico es la enorme subida en las emisiones del 10% de mayores ingresos globales y, dentro de este grupo privilegiado, la subida en emisiones del 1% superior.

Asimismo, la legislación permitió a los bancos comerciales prestar a la CORFO hasta un 30 % de sus activos líquidos 57 . En este caso, lo que se plantea es el papel del producto por trabajador en la construcción del salario, en tanto que es un elemento que determina en mayor o menor grado los límites del modelo de producción y, con esto, las posibilidades de crecimiento de las remuneraciones. Otra fuente muy utilizada a nivel nacional es la que entrega la Encuesta de Ocupación y Desocupación en el Gran Santiago 23 realizada por la Universidad de Chile. Esta, se inicia en octubre de 1956 y lo que ofrece es una base de datos de salarios para hombres y mujeres. Primero, que se realiza solo para el área metropolitana de Chile o lo que se conoce como el Gran Santiago, es decir, deja fuera regiones fundamentales para la economía nacional como son las provincias mineras del norte y las agrícolas del centro y sur. Además, en los años que estudiamos, no recoge datos para la provincia industrial de Concepción y la comercial de Valparaíso.

No son las aspiraciones de desarrollo de los pobres del mundo lo que está impulsando la disaster climática, sino el incesante aumento del ya excesivo consumo de la mitad más rica de la población mundial, particularmente el del 10% y 1% superior. Los arraigados intereses de la industria de los combustibles fósiles han sido el némesis del movimiento por el clima. Las jerarquías sociales, la desigualdad y la estructura de clase definen como usamos los combustibles fósiles. Los salarios son un indicador controvertido dada la dificultad de su estimación, a la escasez de fuentes se suma la complejidad de establecer el costo de la vida en cada período, en especial cuando no existen fuentes oficiales.

Junto a esto, es necesario dar cuenta que las diferencias entre salarios y productividad, como herramienta para analizar la desigual distribución de los beneficios del producto, tiene ciertos críticos. Aunque en una primera mirada ese planteamiento podría parecer correcto, el argumento omite que para casi la totalidad de los análisis de salarios reales se defiende el ajuste por el IPC, y lo mismo sucede respecto a la productividad y el deflactor del PIB 79 , entonces, cabe preguntarse por qué en este caso no sería atingente el uso de esos deflactores. En el período que analizamos, la historia económica provee de escasos datos sobre horas trabajadas, y la fuente que utilizamos para los salarios no publica información sobre horas, lo mismo sucede en los Anuarios Estadísticos de Chile revisados para el período, en los cuales tampoco existen datos que establezcan de forma clara las jornadas u horas laborales. Debido a esto, hemos optado por utilizar la serie de productividad del trabajo calculada por José Díaz, Rolf Lüders y Gert Wagner, que no incorpora las horas trabajadas, y se calcula a partir de las estimaciones realizadas por los autores para el Producto Interno Bruto y la Fuerza Laboral 73 .

Pese a que las remuneraciones no alcanzan para dibujar un panorama completo de las condiciones de vida de la población, sí nos dan una buena guía de los parámetros en que se movían quienes accedían a ellas. De la misma forma, aportan una perspectiva del comportamiento de la economía y de la capacidad de esta de entregar condiciones de bienestar y supervivencia a la población en la época estudiada. Si analizamos en primera instancia la tendencia, vemos que el período que estudiamos se caracteriza por una gran oscilación de los ingresos, ya que gran parte del siglo se ve dominado por ajustes y recuperaciones. Esta serie comienza en el momento en que la Gran Depresión aún no se hacía sentir de manera profunda en Chile, con el jornal diario situado en más de nueve pesos diarios.

Por último, es necesario destacar el trabajo de Markos Mamalakis 24 , quien realiza una de las mayores compilaciones de salarios que tenemos disponibles. Volumen II, Demography and Labor Force , el autor expone varios cuadros con información sobre ingresos. Los datos son presentados por fuente, es decir, el autor no estima una serie salarial, sino más bien publica los cuadros provenientes de diversas fuentes estadísticas nacionales. Dado esto, la información publicada se encuentra en el mismo formato que tenía; los cuadros se exhiben con diversos períodos, y en una misma tabla pueden coexistir datos en escudos para unos años y en pesos para otros. La principal crítica que se le podría hacer a esta obra es que no presenta una serie homogénea de remuneraciones, sino que se limita a entregar la información encontrada, pese a esto, es importante reconocer la amplia labor de recopilación estadística realizada.