Sen ha incorporado una serie de juicios éticos en la teoría económica permitiendo así un concepto más complejo del individuo en economía. Definir y medir la pobreza y calcular el porcentaje de pobres de un país o de una región, no son la desigualdad en la actualidad sólo cuestión de números y promedios. En 1998, la Real Academia de Ciencias de Suecia premió al profesor Amartya Sen con el Nobel de Economía “por haber devuelto una dimensión ética al debate sobre problemas económicos vitales”.
“No se puede trazar una línea de pobreza y aplicarla a rajatabla a todo el mundo por igual, sin tener en cuenta las características y circunstancias personales”. Sen borró de un plumazo el camino regado de sangre, sudor y lágrimas que se le proponía a la masa pobre de los países subdesarrollados para alcanzar el progreso. La vieja teoría del sacrificio, según Sen, ha cedido su lugar a la del éxito individual, que Sen suscribe siempre que exista una trama de apoyo social y una auténtica democracia. Ésta es la explicación que Sen aplica a la grave crisis financiera y social del Sureste Asiático de 1998, una región donde el esfuerzo se había centrado en la producción y el éxito particular person, pero donde faltaba una red de apoyo social y las libertades propias de una democracia.
Disfruta de la sensación de un libro físico, pero con las ventajas de un libro digital. Puedes comprar tu eReader Vivlio Casa del Libro aquí.Empezar a utilizarlo es muy fácil, solo tienes que sincronizar la biblioteca con tu usuario y contraseña y a disfrutar de la lectura. Amartya Sen, Premio Nobel de Economía en 1998, publicó esta obra por primera vez en 1973.
Amartya Sen, Premio Nobel de Economía en 1998, publicó este estudio por primera vez en 1973. El lector encontrará en este libro un argumento inteligente que no sólo mide sino que también explica la desigualdad económica. Este estudio demuestra, por ejemplo, que las hambrunas no surgen de la pérdida de cosechas o la sequía, sino del hecho fundamental de que los sectores más pobres de la población mundial no se benefician del derecho particular person a recibir alimentos.
Su país y China le han servido de laboratorio para estudiar la economía de desarrollo. Hoy es profesor de la Universidad de Harvard y profesor del Trinity College de la Universidad de Cambridge. De su larga experiencia en las áreas de desarrollo y reducción de pobreza ha extraido un amplio repertorio de teorías y enseñanzas que cree aplicables a la región de América Latina y el Caribe.
Más que medir la pobreza por el nivel de ingresos que se perciben, Sen recomienda calcular lo que ese individuo puede lograr hacer con esos ingresos para desarrollarse, teniendo en cuenta que esos logros varían de un individuo a otro, de un lugar a otro. La cultura de la pobreza es una forma de vida que se va transmitiendo de generación en generación.Esta forma de vida no posee una soberanía propia sino que se expande en los centros urbanos, rurales, en las provincias y en las grandes ciudades. Amartya Sen, premio Nobel de Economía, ha dedicado su vida a estudiar cuestiones tan fundamentales para el desarrollo. “El análisis de la pobreza debe estar enfocado en las posibilidades que tiene un individuo de funcionar, más que en los resultados que obtiene de ese funcionamiento,” asegura Sen. Servicio de distribución de libros de crítica social a librerías y puntos de venta alternativos.
Su obra tiene una gran influencia no sólo en el pensamiento moral y económico contemporáneo sino, sobre todo, en cómo se entiende la naturaleza de la pobreza en el mundo. Con su trabajo ha demostrado que las hambrunas no son producto del fracaso de las cosechas o consecuencia de la sequía, sino del hecho primordial de que los sectores más pobres del mundo no tienen el derecho individual de que se les proporcione alimentos. Lo que Sen ha hecho es suministrar a la teoría económica una serie de evaluaciones éticas y proveerla de una visión más compleja de la persona. Por ello, la academia sueca le otorgó el Premio Nobel de Economía en 1998.’La desigualdad económica’ fue publicado por primera vez en 1973. El lector encontrará una serie de reflexiones inteligentes e imaginativas que ayudan no sólo a medir sino a explicar la desigualdad.
Para quien guste de seguir los finos razonamientos de una mente aguda, este libro es sin duda una invitación al placer intelectual. Sabedor de que las concepts cambian y que cualquier pensador honesto necesita revisar sus ideas, el profesor Sen y su colega James E. Foster han agregado a esta edición un anexo que aclara, matiza y amplía muchos de sus puntos de vista. Este trabajo explora en la relación entre el enfoque de la capacidad vertido en el pensamiento sobre desarrollo y derechos humanos de Amartya Sen con el pensamiento crítico latinoamericano sobre desarrollo y derechos humanos. Para poder ilustrar esta relación en este trabajo vamos a referirnos especial-mente al enfoque intercultural de los derechos humanos, al giro decolonial y al buen vivir o sumak kwasai. Desde el pensamiento crítico latinoamericano, postcolonial y decolo-nial encontramos lecturas críticas sobre determinadas concepciones de los derechos humanos y del desarrollo.
El enfoque de los derechos ayudaría a establecer prioridades en las metas públicas a favor de las personas y grupos más vulnerables. No tendría explicación, de otra manera, la existencia de bolsas de pobreza en los países ricos entre gente de ingresos medios. La manera en que un individuo debe presentarse y es aceptado en la sociedad —el vestido, la apariencia— limita y condiciona sus opciones económicas, un fenómeno que Sen califica como “vergüenza social”.
Este artículo presenta el índice de pobreza y desigualdad de Amartya Sen, la familia de indicadores de Foster-Greer-Thorbecke y la forma en que se puede utilizar uno y otra para determinar la magnitud de la pobreza y la desigualdad en Colombia. Propone, además, que estos indicadores se utilicen para evaluar el impacto de las políticas económicas y sociales sobre la población pobre, para medir el incremento o la disminución de la desigualdad y la pobreza y para ajustar permanentemente las poíticas económicas y sociales. En el presente artículo de investigación surge del resultado de un primer acercamiento a la temática del desarrollo integral desde Amatya Sen como estrategia para la superación de la pobreza extrema en Colombia y en consecuencia la desigualdad hoy la construcción de una paz estable y duradera, fundada en oportunidades y equidad para los y las colombianas. Es importante destacar que la pobreza no solo implica bajos niveles de ingreso, usualmente también está acompañada por altas tasas de mortalidad infantil, vulneración del acceso de los derechos fundamentales y reducidas capacidades y libertades para conectarse con todo el territorio. En consecuencia, reducir la pobreza y lograr una mayor equidad requiere mejorar la conexión de las poblaciones con los circuitos del crecimiento económico, y su acceso a bienes y servicios que mejoran sus condiciones de vida pero a su vez incentivar la generación de oportunidades para la consecución de un desarrollo económico y social.
El ensayo tiene como objetivo analizar los principales aportes del enfoque de capacidades (desde la perspectiva de Amartya Sen) al concepto y la medición de la pobreza, así como también sus implicaciones en materia de políticas públicas para su superación. Cada enfoque teórico y metodológico ha aportado luces sobre qué tipo de privación lleva a un individuo o grupo a estar en situación de pobreza. Las perspectivas tradicionales han hecho énfasis en dimensiones materiales y fisiológicas, de las que se han derivado los más conocidos y empleados métodos de medición de pobreza, así como políticas que enfrentan con mayor interés las consecuencias, antes que las causas. Sin embargo, desde hace un par de décadas han surgido iniciativas que indican que la pobreza no sólo hace referencia a elementos monetarios, sino y más importante aún, a la privación de capacidades básicas. La aspiración a formar sociedades justas se choca con alarmantes niveles de pobreza y desigualdad, un problema al cual toda reflexión sobre la justa sociedad debe ofrecer una respuesta convincente. Esta ponencia afirma (1ª parte) que la experiencia que tenemos de las injusticias – como la pobreza – puede dar origen a una reflexión sobre la justicia.
Existen factores geográficos, biológicos y sociales que multiplican o disminuyen el impacto de los ingresos en cada individuo. Entre los más desfavorecidos hay elementos generalmente ausentes, como educación, acceso a la tierra, salud y longevidad, justicia, apoyo familiar y comunitario, créditos y otros recursos productivos, voz en las instituciones y acceso a las oportunidades. Para buscar ejemplos, Sen visita una y otra vez al mundo de la mujer que, junto con las hambrunas y las libertades, ha sido su trabajo pionero dentro de la economía del desarrollo de los más pobres.