Paula Narváez Presenta Política De Infancia Centrada En Promoción De Derechos, Prevención De Vulneraciones Y Pobreza Cero

Estas colaboraciones son parte  de nuestro programa Cities Changing Diabetes (Ciudades Cambiando la Diabetes). Desde 2015, las ciudades que cambian la diabetes se han convertido en un movimiento por derecho propio, movilizando a múltiples partes interesadas en el

Este indicador outline que un hogar está en pobreza energética si ha de dedicar más del 10% de sus ingresos a pagar unos servicios energéticos adecuados (tales como calefacción, refrigeración, iluminación o cocina) (Boardman, 2010). Definido por Boardman, es un indicador easy, fácil de comunicar y relativamente versátil, lo que permite establecer una clara meta política. Las críticas son fundamentalmente debidas, por un lado, a su excesiva sensibilidad a los precios de la energía, infraestimando la escala del problema cuando los precios son bajos y sobreestimándola cuando son altos, y, por otro, al carácter arbitrario en la fijación del umbral en el 10%, un umbral que se justificó en la coyuntura socioeconómica del Reino Unido a comienzo de los ninety. La experiencia de años de aplicación ha mostrado que este umbral del 10% incluyó un número significativo de hogares que no eran pobres energéticos, como hogares de renta alta con casas ineficientes. Buen ejemplo de EP es el estudio llevado a cabo en Hungría (Tirado Herrero y Ürge-Vorsatz, 2012)this paper introduces a new variant of fuel poverty that may not be correctly captured by existing gas poverty indicators. Más allá de las nociones de FP y EP, la realidad es que ambas definen una situación en la que un hogar no puede satisfacer sus necesidades energéticas básicas (tales como calefacción, refrigeración, iluminación o cocina) (Gatto y Busato, 2020), ya sea por una cuestión materials o social.

ellos terminan en vertederos. Mientras que la pobreza afecta al 29,7 % de la población, salta 18 puntos cuando se mide cómo afecta a los chicos, demostrando la vulnerabilidad de este sector de la población. De todos ellos, 1,three millones, el 10,eight % de la población de menores de edad, crecen en la pobreza extrema, es decir que en sus casas no llegan a garantizarle los insumos necesarios para subsistir.

De ahí la precise tendencia de identificar, más que una situación de EP o FP, al consumidor vulnerable, el cual convoca los conceptos “resiliencia” -capacidad de adaptación frente a un estado o situación adversa- (Bouzarovski et al., 2014; O’Brien y Hope, 2010; Welsh, 2014) y “precariedad” -carencia de los medios o recursos suficientes- (Paugan, 1995). El análisis de debilidades y amenazas de los indicadores se realiza a partir de los factores de vulnerabilidad energética definidos por Bouzarovski et al. (2014). Actualmente, existen diferentes definiciones oficiales de FP desarrolladas en países como Reino Unido, Francia, Irlanda, Eslovaquia (Thomson et al., 2016), así como diversidad de indicadores para su análisis, ninguno reconocido de manera oficial por la CE. El objetivo inicial de este trabajo fue observar la relación del estado nutricional con el desarrollo psicológico de niños pobres de nuestra zona. Si bien encontramos que la desnutrición infantil se asoció con alteraciones en el desarrollo psicológico, también encontramos que la mayoría de los niños pobres de la población urbana estudiados, desnutridos y no desnutridos, en la preadolescencia presentaron severas injurias en su desarrollo.

En esa línea, Narváez detalló que “nos planteamos una infancia con pobreza cero y para eso vamos a apoyar, a través de una Renta Básica Universal a mujeres, niños y niñas -en una primera etapa- lo que permite entregar una base de apoyo, en el marco de la protección social, a las mujeres y a sus hijos como elemento principal de nuestra política social”. Otro compromiso detallado por la socialista se relaciona con la ampliación del programa Chile Crece Contigo, iniciativa que “extenderemos hasta los 18 años de edad de los niños y niñas”. La mayoría de las pruebas que se utilizan para la evaluación del desarrollo psicológico no están estandarizadas para nuestro país. En algunos casos, se cuenta con tipificaciones parciales, que presentan algunos inconvenientes, como sucede con el WPPSI28 que ofrece resultados obtenidos en poblaciones de estratos sociales medios altos, circunstancia que hace problemático su uso en la población general. El objetivo de ese seguimiento estuvo centrado en conocer la relación entre la desnutrición infantil temprana, el desarrollo psicológico y las condiciones de pobreza en las cuales viven los niños de las zonas urbanas marginales del Gran La Plata. La discusión presentada en este documento expone las debilidades de los indicadores de PE existentes en la identificación de hogares en riesgo y conduce a la definición de un enfoque de indicadores múltiples que reúna tantos factores como sea posible.

En otros trabajos afirmamos que pobreza, desnutrición y retraso del desarrollo psicológico conforman un fenómeno complejo que se presenta de manera sincrónica con trágica frecuencia40-42. Asimismo, se constató que niños pequeños pertenecientes a familias extremadamente pobres que no han padecido desnutrición presentan mejores puntuaciones en su desarrollo que sus pares desnutridos, pero aun por debajo de estándar. Para el T3 los puntajes de ambos grupos no solo no alcanzan los valores estándar sino que son CI muy bajos, hallándonos frente a una situación mucho más crítica que la esperada, presentando en el período preadolescente un nivel de competencia intelectual alarmantemente deficitario. En el T3, el valor medio de cociente intelectual obtenido por el GE es categorizado por la prueba como «límite con la deficiencia mental», no conteniendo necesariamente implicación diagnóstica, ya que es una observación puntual. Sin embargo, desde la práctica asistencial, ya a estas edades los niños que se ubican en categorías tan cercanas al nivel, «límite con la deficiencia» o «fronterizos», como se los denomina comúnmente, presentan muy pocas probabilidades de revertir estas puntuaciones hasta llegar a valores de normalidad.

pobreza zero

» Por un plan de obras públicas, que en primer lugar contemple la construcción o refacción, según el caso, de viviendas dignas, escuelas, hospitales y salas de atención primaria en todas las localidades y poblados alejados de los centros urbanos, tendido de redes de fuel y agua potable para toda la población carente de ellos. Este plan de obras públicas tiene que ser controlado por los trabajadores, los profesionales que intervengan en cada obra y los sectores de la población que harán uso de esas obras públicas. Todas medidas que hasta ahora lo único que han generado es profundizar la vulnerabilidad de los sectores más pobres, que ya vivían con salarios muy por debajo de una canasta familiar, sobre todo quienes tenían algún trabajo precarizado o directamente con changas mínimas durante los 12 años de gestión de Néstor y Cristina Kirchner. A partir de este avance, debemos mantener el rumbo para eliminar la pobreza de nuestro país definitivamente. No es informal que sea un Gobierno progresista que ha trabajado consistentemente para que todos los chilenos tengan las mismas oportunidades, el que obtiene estos resultados.

La totalidad del grupo experimental había salido del riesgo nutricional, según el indicador peso/talla y el sixty seven,4% presentaba peso/edad encima del P10. En el T2 y T3 se utilizó la prueba para la Medida de la inteligencia de Terman-Merril (Forma L-M)21. La posición relativa de una persona en su mismo grupo de edad, posición media, superior o inferior a la media, se obtiene calculando la razón entre la valoración de su edad psychological y su edad cronológica, obteniendo así la razón convencional cociente intelectual (CI). El desarrollo psicológico fue investigado con referencia al desarrollo psicomotriz durante los dos primeros años y a través de manifestaciones en las áreas de psicomotricidad, coordinación y lenguaje en los años siguientes.

Además, debido a la complejidad de extrapolar los indicadores definidos a otros países, o zonas climáticas, con diferente contexto social y económico, se argumenta la necesidad de que cada país defina la PE acorde a las circunstancias del contexto para desarrollar políticas concretas y eficaces. Por último, en el caso particular de la Unión Europea, la falta de definiciones e indicadores adecuados en la mayoría de los estados miembros lleva a esta investigación a proporcionar un punto de partida. Estos análisis tienen como objetivo explicar una variable a partir de otras, así como de las posibles perturbaciones a las que se pueda ver sometida, analizando su comportamiento. A través de ellos se pretende identificar los colectivos que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad para padecer una situación de PE, por lo que no identifican una situación de PE en sí. Los estudios de Legendre y Ricci (2014) para Francia y de Miniaci, Scarpa y Valbonesi (2014) para Italia constituyen buenos ejemplos de este tipo de análisis, a través de los cuales se pretende cuantificar la influencia que determinados condicionantes demográficos, socioeconómicos y físicos ejercen en la probabilidad de que un hogar, que a priori no esté en pobreza energética, caiga por debajo del umbral de la misma.

Con el objeto de asegurar que en cada nivel de edad se aplicara a un número verdaderamente representativo de sujetos provenientes de hogares con distinto grado de educación y estimulación. Comparar la evolución del desarrollo psicológico de niños pobres que presentaron desnutrición primaria a edad temprana, con niños de igual procedencia que no hubieran padecido desnutrición. Durante décadas, en numerosas investigaciones se atribuyó a la desnutrición durante la infancia ser causa de los retrasos del desarrollo psicológico; la mayoría de dichas investigaciones provenían de zonas donde la desnutrición infantil adquiere características severas. Posteriormente se comenzaron a correlacionar otras variables, considerándose desde los micronutrientes hasta factores del medio ambiente, que intervendrían en el proceso del crecimiento y desarrolla infantil.