De lo anterior se desprende también la menor participación de mujeres en cargos de decisión o directivos, aun cuando alcanzan de forma equivalente el grado de cualificaciones necesarias para su participación y se las despoja de facto de esta posibilidad. La dimensión temporal está determinada por el punto de vista de las reformas institucionales más recientes en España y Chile en torno al proceso político que conduce a las realidades actuales en términos de indicadores de igualdad de género. De esta forma, surge del análisis estructural un análisis interpretativo que da espacio a la revisión y reelaboración de las políticas públicas de igualdad de género desde una perspectiva crítica que contribuye a la disminución y deconstrucción de las desigualdades existentes en el ámbito abordado por el estudio. Con esta primera lectura, es posible afirmar que tanto en España como en Chile existe una necesidad y preocupación evidentes por mejorar planteamientos políticos desde una perspectiva de género.
En 1990 un 14,2% de la población rural period analfabeta y un three,4% de la población urbana; asimismo, el 5,4% de las mujeres lo period, seguidas de cerca por un 4,9% de los hombres. Para 2015 se observa un buen progreso en las personas del área rural, ya que un menor 7,8% no sabe leer ni escribir, así como un 3% de las personas de la ciudad; este año, hay un 3,3% de mujeres analfabetas, seguidas muy de cerca por un 3% de los hombres. Mientras en regiones como Tarapacá y Magallanes, el analfabetismo no alcanzó al 1% de la población, en Los Ríos, La Araucanía y el Maule, superó el 4%, develando una tarea pendiente en estas regiones, principalmente con su población rural. Para la mayoría de las regiones, hay un mayor porcentaje de mujeres analfabetas que de hombres, a excepción de las regiones de Tarapacá y O’Higgins. En los informes del Ministerio de Desarrollo Social se suele calcular este ratio utilizando el promedio del ingreso autónomo complete origenes de la desigualdad del hogar; otros estudios utilizan el ingreso autónomo de las personas, con el objeto de medir la desigualdad proveniente del mercado. Sin embargo, en este estudio se ha optado por utilizar el ingreso autónomo de los hogares, por ser la metodología que seguirá utilizando la CASEN, al considerarse más realista respecto de la situación social de las familias chilenas y por ser de gran utilidad para la aplicación de la política pública.
En este se señala que a las mujeres se les otorgan tres cuartas partes de los derechos legales que gozan los hombres. Además, sólo seis países de un total de 187 considerados en el estudio, ofrecen los mismos derechos a ambos sexos (Bélgica, Dinamarca, Francia, Letonia, Suecia y Luxemburgo). No obstante, la entidad demostró su preocupación ante la baja de los índices de equidad en los países estudiados, declarando que, “el progreso hacia un trato igualitario para las mujeres ha caído al ritmo más bajo en los últimos 20 años“.
Dado que las cifras iniciales de desigualdad en Chile son muy altas, los avances han sido lentos y se necesitaría de un mayor esfuerzo por parte del Gobierno para someter todas aquellas fuerzas que amplifican las desigualdades. Ciertamente hay muchos otros aspectos a considerar, si se tiene en cuenta la devaluación de la institucionalidad política, el empoderamiento de las comunidades y los cambios que trae consigo la automatización del empleo y la revolución digital. Es tarea de todos contribuir a superar los obstáculos y aspirar a un país más justo, próspero y solidario. Una condición necesaria para que se produzcan efectos duraderos en el tiempo es el tránsito a una cultura de respeto por la persona, por la igualdad de dignidad y respeto, y por los valores de justicia y solidaridad social.
Aunque un número cada vez más creciente de mujeres se ha incorporado al mundo público del empleo remunerado, sus condiciones en el espacio privado no se han visto mayormente alteradas. Ello solo ratifica la continuidad de un modelo patriarcal basado en la división sexual del trabajo en la familia y en la división sexual de las labores en el ámbito profesional. Muchas investigaciones han probado que las mujeres trabajadoras se concentran en unas pocas áreas ocupacionales (trabajos para mujeres) que son peor remunerados, despreciados, y de baja calificación. Todo lo anterior requiere de docentes y directivos con formación en perspectiva de género, para producir un cambio de mentalidad tendiente a la igualdad entre alumnas y alumnos.
Al analizar el aumento de personas inactivas durante la pandemia respecto a 2019 (prepandemia), por razones distintas a las familiares se observa que no hay diferencia entre mujeres y hombres. Toda la brecha de género en la salida laboral se explica porque las mujeres asumieron mayores responsabilidades familiares [figura 3]. En gran parte de los países del mundo, la desigualdad y la brecha de género son temas apremiantes, cuyo combate se extiende por décadas. Sin embargo, hay naciones que han logrado suprimir gran parte las inequidades entre hombres y mujeres, a través de medidas y políticas pioneras. ComunidadMujer y educarchile se unieron para dar vida al curso online “Transformemos las escuelas desde el enfoque de género”. El Índice de Desigualdad de Género (IDG) elaborado por el PNUD, un indicador que considera salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral, ha mostrado una reducción constante en los últimos diez años, pasando de un índice de 0,33 en 2011 a 0,19 durante 2021 (en el que 0 indica igualdad total y 1 una desigualdad whole de género).
¿Puede existir alguna relación entre los niveles de conflicto que se observan en el territorio, la desigualdad y el porcentaje de la desigualdad que explica el 1% más rico? Si es que el 1% más rico no solo ostenta el poder económico, sino que también utiliza dicho poder para influir en la política (en desmedro de quienes se encuentran más abajo en la distribución de ingresos), entonces es probable que dichos territorios experimenten un mayor número de conflictos sociales. El país con mayor cantidad de mujeres en las áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) es Suecia con un 35%, mientras que Japón tiene un 15% y Chile, 22%. La head of promoting de Laborum, Carolina Molinaro, asegura que estas cifras son consistentes “con lo que registra nuestro Informe del mercado laboral sobre la pretensión salarial, donde mes a mes los resultados dan cuenta de que el requerimiento de sueldo de las mujeres es entre un 14% y un 15% más bajo que el de los hombres.
“La niña que no tiene el pelo que se usa ahora, la ropa que se usa ahora, o sea, es víctima de bullying, la molestan.
parte, si bien en Lenguaje la diferencia es a favor de las mujeres, Chile vuelve a destacar por ser uno de los países con la brecha más baja a favor de ellas. A pesar de los buenos resultados expuestos y la pequeña diferencia promedio en la esperanza de vida, existen otras inequidades en el ámbito de la salud, como son el acceso al sistema de salud, los tiempos de espera hospitalarios y la cantidad de centros médicos o de profesionales de la salud disponibles por habitante, en cada una de las regiones. Agostini y Brown (2007; 2010) realizaron un estudio a nivel desagregado de las desigualdades chilenas, logrando obtener un índice de Gini comunal11.
Entre los años 2011 y 2020 el private con grado de doctor se ha incrementado de manera sostenida en el tiempo. “Sabemos, y esto está medido por la ciencia, que los equipos de investigación que son diversos en género, pero también en el área científica, son más productivos y generan mejores conocimientos. Por eso, nos hemos comprometido a impulsar medidas para reducir la brecha existente en el sector, ya que es parte importante de la agenda del Gobierno, del ministerio y de la subsecretaría.
Estas brechas de género tienden a ser menores en las zonas urbanas que en las rurales en toda América Latina. La Alianza del Pacífico, en su compromiso político por promover la igualdad de género, invitó a la OCDE a revisar la igualdad de género en la vida económica de estos países. El reporte OCDE 2016 concluye que las niñas y las mujeres en estos países avanzan en el camino hacia la igualdad de género y el crecimiento incluyente, pero aún enfrentan grandes obstáculos.
La nueva metodología, a diferencia de la anterior utiliza el hogar como unidad de análisis (no las personas) y se dejan de considerar los individuos que no reportan ingreso alguno. Este apartado concluye que, para los períodos estudiados, los territorios en peores condiciones iniciales (ya sea por ingreso o por desigualdad del ingreso), tienden a mejorar su condición respecto de los territorios más aventajados inicialmente. Aunque era de esperar que las regiones más pobres sean las que más rápido crezcan, no es obvio el comportamiento de la desigualdad. Se debe, por un lado, alcanzar el mejor nivel posible, es decir un sistema de calidad, y por el otro lado, este sistema debe ser equitativo, “en este sentido, un sistema de salud es bueno si responde bien a lo que la gente espera de él; y es equitativo si responde igualmente bien a todos, sin discriminación”(OMS, 2000. Citado en INDH, 2016, pp. 194).
En adición, es igualmente importante responsabilizar a las escuelas por sus resultados académicos. Los siguientes datos se componen de información extraída del GBARD de MinCiencia, Innova Chile de Corfo, ANID y Subsecretaria de MinCiencia. De acuerdo a las cifras disponibles paises con desigualdad de genero en el último GBARD, entre los años 2020 y 2021, más del 50% del financiamiento público en I+D presentó enfoque de género. Esta tendencia se ha mantenido relativamente estable en los años analizados, con un 53% y 52% para el año 2020 y 2021, respectivamente.