Los Determinantes Sociales De La Desnutrición Infantil En Colombia Vistos Desde La Medicina Acquainted

Cuáles van a ser las medidas políticas, locales, regionales o nacionales que se van a proponer para que esta situación no siga avanzando…y que sabemos que esto, el próximo año, esto puede continuar. Sin lugar a dudas, hay regiones que tienen mayores niveles de pobreza y es ahí donde hay que focalizar mayores acciones preventivas.”, dijo la autoridad académica. A esto, además, habría que sumarle que hubo una baja en la realización del control del niño sano.

No se conocía que la desnutrición crónica de los primeros años de vida, produjese alteraciones de los mecanismos de defensa inmunológicos (5), por lo que fácilmente el desnutrido se contagiaba por enfermedades infecciosas, siendo esta su causa última de su muerte. Del mismo modo, tampoco se conocía que las infecciones gastrointestinales, a diferencia de un niño regular, llevaban fácilmente a desequilibrios metabólicos intracelulares, y que ello era también la causa de la elevada mortalidad (6,7). Más tarde, nuevas investigaciones permitieron ir conociendo el impacto de la subalimentación materna frente a la mayor demanda calórica y de nutrientes del embarazo, y su adversa repercusión en el desarrollo fetal, su menor peso al nacer y sus secuelas posteriores (8). Se dejó de pensar que el feto era un parásito perfecto, que expoliaba a la madre, pero él no se afectaba. La realidad demostraba que la desnutrición materna afectaba el desarrollo fetal, que se evidenciaba en un retardo del desarrollo y un menor peso y talla al nacer. La prevalencia de desnutrición en la primera infancia para el periodo en estudio fue de 1,1%, con mayor frecuencia en el género masculino, del grupo etario de 0 meses a 1 año de edad, de régimen subsidiado, ubicados en la cabecera municipal, pertenecientes a estratos socioeconómicos bajo-bajo y bajo, además ubicados en su mayoría en los departamentos de Guajira y Boyacá.

En 1950 en el sistema de educación básica en Chile, lejos de alcanzar una cobertura total, tenía una deserción que se elevaba a un 70%. Ella era debida fundamentalmente a incapacidad de aprendizaje (3) (hoy hay en el país existen miles de adultos funcionalmente analfabetos, porque en aquellos años no asistieran o desertaron tempranamente durante la educación básica). Las investigaciones de aquel entonces, demostraron una correlación muy estrecha, tanto del retardo del crecimiento físico, como también del menor diámetro del cráneo, con el bajo coeficiente intelectual, y este con la deserción escolar (4,34). En estudios posteriores de evaluación nutricional realizados en una cohorte del 10% de niños menores de 6 años de la provincia de Curicó (1967), se comprobó que un 60% de ellos presentaba un retardo del crecimiento, en relación a niños de la misma edad de USA (Estado de Iowa) (4). En el mismo estudio se volvió a comprobar una disminución del diámetro craneano, que correlacionaba con un menor cociente intelectual (34). Antes de la pandemia, la OMS advertía que la obesidad en el mundo había alcanzado proporciones epidémicas, matando como mínimo a 2,8 millones de personas por año, afectando no sólo a países de altos ingresos, sino también a los de ingresos bajos y medianos.

Tiene factores relacionados con las emociones, lo que menos piensa la gente al comer es que lo hace para nutrirse, se come para calmar la ansiedad, para tranquilizarte, para celebrar…”. Para ella más que una enfermedad, la obesidad es la respuesta que ha tenido el organismo para adaptarse a un ambiente absolutamente inadecuado, con gran cantidad de comida de baja calidad. En el jardín infantil aplican la metodología Montessori y para celebrar los cumpleaños hacían un ritual alrededor de una vela, con un globo terráqueo al medio, simbolizando la vuelta al sol. “Este ritual les encantaba a los niños, pero no sé cómo se fue desvirtuando y los apoderados empezaron a traer dulces y golosinas, cada vez en mayores cantidades, tuvimos que pedirles que no lo hicieran más y nos quedamos solo con el ritual”, relata como anécdota. Además, casi 3 de cada 10 niños y niñas no comió huevos, lácteos, pescado o carne, que son fuentes importantes de proteínas y micronutrientes, esenciales para el crecimiento. Las legumbres, como los frijoles y las lentejas, son ricas en fibra, proteínas, hierro, cobre, magnesio, manganeso y zinc; sin embargo, solo 1 de cada 2 niños y niñas fue alimentado con legumbres.

Luego a partir de 1990, después de un plebiscito que rechazó la continuidad, se fueron sucediendo diversos gobiernos democráticos, proceso que perdura hasta ahora. Durante los mismos períodos (dictadura y democracia), a nivel internacional, se fueron sucediendo diversas disaster económicas, que también repercutieron negativamente en Chile; la última de las cuales aún persiste. A pesar de ello, fue posible controlar la desnutrición de los primeros años de vida, previniendo los consecutivos daños en las personas y la sociedad. Después que se pudo prevenir la desnutrición, fue cuando comenzó a evidenciarse un sostenido avance en la calidad de vida de la población, manteniéndose hasta ahora, según lo demuestra el sostenido crecimiento del ingreso per cápita durante los siguientes años (figura 2). “La pobreza infantil es diferente de la adulta, dado que niños y niñas tienen necesidades específicas de nutrición, salud, educación y otras. Por ejemplo, el impacto de una malnutrición en infantes está asociado a su desarrollo psicomotriz, cognitivo, y físico, por lo cual pueden quedar secuelas permanentes”.

“Los apoderados han reconocido que las cajas han sido un gran aporte, no solo para la alimentación de uno de los niños, sino que para la familia completa. Por supuesto que es insuficiente porque están pensadas solo para los estudiantes y no un grupo de personas. Se pudo comprobar que frente a una restricción crónica del aporte calórico y de nutrientes (desnutrición), que ocurra durante la etapa de crecimiento rápido, el hipotálamo procede a restringir el gasto calórico de los tejidos (15,16). En esta etapa del desarrollo, frente a la restricción calórica y de nutrientes, el programa genético no se detiene, y por necesidades de sobrevivencia, se ve obligado a seguir vías metabólicas erróneas, acortadas, que en definitiva se traducen en restricciones de la expresión del potencial genético. Ello deja secuelas permanentes, que más tarde, en edades posteriores, terminan en enfermedades degenerativas del adulto (9).

La descripción anterior, se relaciona con la alta frecuencia de desnutrición infantil reportada en la población indígena (19,0%), lo que sugiere una importante relación con los datos evidenciados en este departamento23. En este sentido, la ruralidad siempre ha representado un desafío para alcanzar la cobertura de políticas, servicios y programas, especialmente en América Latinoamérica, y dicha situación se agrava durante la pandemia de COVID-1924. En este orden de ideas, en los tiempos de pandemia fue más complejo para los gobiernos, garantizar en la primera infancia la condición nutricional, los hábitos de alimentación y la actividad física, debido a que los eslabones de la cadena de suministro de alimentos fueron afectados, además del aislamiento físico y especialmente las restricciones de libre movilidad25. Por lo tanto, es posible evidenciar una significativa correlación entre la desnutrición y la calidad de vida de los individuos, además de las condiciones de vulnerabilidad, la falta de saneamiento ambiental y alcantarillado, situaciones que aumentan la probabilidad de que se presenten enfermedades en los niños menores de cinco años8,9. En Colombia, uno de cada 10 niños sufre desnutrición, cifra tomada de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional.

pobreza y desnutrición infantil

Este instrumento se aplica cada cinco años, su objetivo es establecer la situación nutricional del país y sus últimos resultados fueron publicados en 2010. En ellos se evidencia una tasa de desnutrición international de three,4% en niños menores de cinco años y de desnutrición crónica del thirteen,2% (uno de cada ocho niños); en la población indígena 7,5 y 29,5% respectivamente. La Guajira es el departamento en donde hay más casos de desnutrición y su mortalidad está asociada a enfermedades relacionadas con la misma[22].

En un contexto sociocultural y ambiental que limita las posibilidades de elecciones más saludables, por lo que no se ha conseguido el resultado esperado. El cambio de paradigma que debemos adoptar y hoy comprometemos es incorporar políticas públicas que modifican los entornos para facilitar los cambios de conducta. Un cambio necesario que debemos incentivar es disminuir significativamente el contenido de energía, azúcares, sodio, grasas saturadas y trans en los alimentos procesados¨. A nivel global, la restricción en el crecimiento debido a malnutrición por déficit decreció desde 39.7% en 1990 hasta un 26.7% en 2010, sin embargo esta realidad varía ampliamente según la región analizada. En términos absolutos, 178 millones de niños  menores de 5 años sufren de retardo en el crecimiento.

Mediante mensajeros químicos recibe la información periférica y de allí, por vía sanguínea (hormonas), controla la actividad metabólica de los diversos tejidos (eje hipotálamo-hipófisis-órganos endocrinos). A nivel celular existen proteínas receptoras de membranas, que reciben el mensaje hipotalámico y lo transfieren interiormente, al genoma (DNA) ubicado en el núcleo celular. Los genes respectivos, siguiendo las instrucciones, estimulan, bloquean o restringen su actividad, según vayan siendo las circunstancias (14). Además del issue económico, el informe presenta una primera radiografía a los niños, niñas y adolescentes viviendo en condiciones de pobreza con un enfoque multidimensional.