Con ello acotamos la pobreza, concebida como un nivel de vida tan bajo que resulta incompatible con la dignidad humana, tal como se le acota en el lenguaje de la vida cotidiana, para que no incluya todos los sufrimientos humanos. La niña hija de millonarios que está muy sola no es una niña pobre, sino una niña sin afecto, sin amor. Una vez se reconoce que las necesidades son determinadas socialmente, dependientes de las condiciones sociales y relativas a las normas de la sociedad en basic, entonces el papel de la distribución del ingreso como un factor determinante de la pobreza entra en escena. La pobreza existe, como todos parecen aceptar, cuando la gente tiene necesidades no satisfechas. En dos sociedades en las que el ingreso absoluto del segmento inferior (por ejemplo el quintil inferior) es la misma, la pobreza será mayor en la sociedad donde la distribución del ingreso es más desigual, ya que el segmento inferior se alejará más de la norma y por lo tanto habrá más carencia de necesidades socialmente determinadas.
Continuando con la perspectiva europea de la pobreza, Nussbaum y Sen adhieren la perspectiva de la libertad al concepto de pobreza, indicando que estos dos conceptos mantienen lazos firmes con el punto de vista de las capacidades. Uno de los múltiples ejemplos del ejercicio de la libertad se da en el momento en que los individuos emprenden actos y actividades (realizaciones) tendientes a maximizar la capacidad de sobrevivir y no sucumbir a una muerte prematura, una capacidad de elección frente a las condiciones que imperan en su ambiente cotidiano, por decirlo de alguna manera. El nivel de vida, a su vez, es un subconjunto del eje conceptual más amplio del florecimiento, bienestar o desarrollo humano. Para que nivel de vida y pobreza sean conceptos con su propia especificidad, deben recortar su campo de interés (reducir su objeto de estudio) para que se refiera solamente a la dimensión económica del florecimiento o bienestar humanos. Por ello, la búsqueda de fundamentos para la definición del umbral de la pobreza remite inevitablemente a la reflexión sobre las necesidades y las capacidades humanas, y ésta, a su vez, por lo menos para algunos autores entre los que me incluyo, a la pregunta aún más básica sobre la esencia humana, lo que nos sitúa en el terreno de la antropología filosófica. En la gráfica 1 se representan los dos ejes conceptuales y sus relaciones, así como las operaciones de recorte y de corte, operación ésta última que outline el umbral que separa a los pobres de los no pobres.
No obstante, en las ciencias como la antropología y la sociología han hecho aportes sustanciales al concepto, sobre todo, poniendo especial atención en enfoques de tipo subjetivo adjudicando avances en la conceptualización y análisis de la pobreza relativa. Desde entonces, se consolidaron los primeros estudios en que podía medirse la pobreza, los cuales dieron pauta para establecer políticas públicas y leyes para el management o erradicación de la pobreza. Sus perspectivas en cuanto a la reducción de la pobreza son particularmente relevantes dado que 2/3 de la población en países que reportan bajos ingresos tiene menos de 25 años. Su inclusión en los procesos de desarrollo debe sustentarse en el entendido que los jóvenes no son meramente grupos meta sino también toman decisiones, son iniciadores, participantes, y líderes. Incluir la perspectiva de los jóvenes permite que sean reconocidos como un recurso vital para el cambio en la sociedad, por ello el rol que tienen las instituciones de educación superior en el alcance hacia este grupo es crítico y de suma importancia. Razones hay muchas, pero, en definitiva, porque como seres humanos, nuestro bienestar está ligado al de los demás.
partir de entonces se han desarrollado nuevos conceptos sobre la medición del bienestar y nuevas metodologías para medir la pobreza. En base a las definiciones anteriores, podemos suponer, que si bien la
sobre el tema de la pobreza, así como de los diferentes enfoques y metodologías para su medición. En la declaración, los 15 miembros del Consejo reiteraron su enérgica condena del aumento de la violencia, las actividades delictivas, el desplazamiento masivo de civiles y los abusos contra los derechos humanos que socavan la paz, la estabilidad y la seguridad de Haití y de la región. Philippe Branchat aseguró que los habitantes de la capital están encerrados, no tienen adónde ir.
Debido a que la tecnología a la vez mejora el rendimiento de la tierra como plantea la necesidad de crédito para los pequeños agricultores, puede exacerbar la falta de tierras. El enunciado de Adam Smith, citado anteriormente, en relación con la vergüenza de una persona por aparecer en público sin una camisa de lino, reconoce el aspecto relativo del concepto de pobreza. La norma camisa de lino refleja las condiciones de bienestar materials en Europa durante la época de Smith, pero en otras ocasiones y otros lugares la norma sería diferente. El surgimiento del IDH como una medida del bienestar de los países —o de la falta de éste— fue un acontecimiento importante y favorable.
3En el presente artículo el análisis se centra en la crítica a la economía utilitarista, en la medida en que la conceptualización de Sen se desarrolla a partir de la discusión con ella. En la presente ecuación, se agregan los vectores h y u, siendo h la función de felicidad relacionada con los funcionamientos logrados por las personas i, mientras que la función u es la evaluación del bienestar (utilidad) de las personas con base en el producto de funcionamientos y felicidad de las personas i. Las propuestas teóricas y analíticas de décadas anteriores, ya no poseían la fuerza suficiente para detectar las transformaciones en la sociedad en toda su amplitud; los fenómenos sociales, al igual que la comunidad rectora del conocimiento científico, planteaban desafíos de escala global no vistas ni experimentadas con anterioridad.
Sin embargo, aunque a veces haya una fijación en el dinero, por lo common se reconoce que el dinero no es en sí el que determina el bienestar de uno. El dinero es la medida de las cosas que puede comprar, los productos que vemos como los determinantes de nuestro bienestar. En la medida en que es verdad que el bienestar de la gente está determinado —o casi determinado— por los productos básicos, bienes y servicios disponibles en el mercado, esto no es insensato. Según este enfoque, la pobreza se outline como la falta de ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas de una persona o familia.
Además, los pequeños agricultores pueden beneficiarse tanto como productores como consumidores. Por otra parte, la tecnología de la revolución verde tiende a estar sesgada hacia el incremento de los rendimientos de la tierra, y por lo tanto no puede haber una fuerte correlación entre el tamaño de las parcelas y la magnitud de los beneficios que obtienen los agricultores. Además, la eficacia de las semillas de alto rendimiento depende, en basic, del acceso al agua y la compra de insumos —no sólo de las semillas mismas, sino también de los fertilizantes y plaguicidas—. El acceso a la compra de insumos y acceso al agua por lo common exige el acceso al crédito (para financiar sistemas de riego en el caso del agua), y los pequeños agricultores están en clara desventaja para obtener crédito.
Sin embargo, el hecho de que las MDM incluyen un conjunto de metas que no se refieren simplemente a los ingresos, es un paso importante y positivo para alejarse del foco tenaz en los ingresos. Esto, en su concepción debe complementarse con el estudio y medición, de la pobreza y la riqueza humanas, ubicadas en el eje de florecimiento humano. Mucho se ha hablado del concepto de ‘empoderamiento’ —en el Reporte Sachs, en diversos documentos del Banco Mundial, y en muchas otras discusiones de la pobreza y el desarrollo económico—. Sin embargo, el empoderamiento se presenta generalmente en los términos económicos más estrechos como un proceso o producto de aumento de los ingresos de los pobres y la educación de los pobres (es decir, dar escolarización). En la medida en que el ingreso es una base para el poder, el ingreso relativo es lo que importa. Si, por ejemplo, los ingresos del quintil inferior de la sociedad suben un diez por ciento mientras que los del resto de la sociedad también se incrementan en un diez por ciento, es difícil argumentar que el primero tiene más poder.