Fomentar las políticas de creación de empleo y desarrollo económico, pero al mismo tiempo cuidar que las brechas de bienestar no atenten contra nuestra convivencia en común. Esa tarea exige diálogo y acuerdos políticos para que esta red de apoyos pueda ser sostenible, por lo que nuestro Gobierno ha planteado la necesidad de llegar a un pacto fiscal que haga de este anhelo, una realidad posible. Esa es la tarea que nos ha encomendado el presidente Gabriel Boric, y estamos seguros que es la que nos permitirá seguir el rumbo hacia un país más próspero, justo y sostenible. La tolerancia a las brechas salariales es también mayor, cube desigualdad social actual el reporte, y precisa que en esto influye en parte el «muy alto nivel de disparidades». El documento distingue entre las desigualdades percibidas y las preferidas, y dice que en Chile la diferencia entre estas dos es una de las más altas de la OCDE.
Los quintiles de ingreso monetario corresponden a grupos de igual tamaño conformados por la quinta parte (20%) de los hogares ordenados en forma ascendente (del I al V) de acuerdo al ingreso autónomo per cápita del hogar, donde el primer quintil (quintil I) representa al 20% de menor ingreso y el quinto quintil (quintil V) representa al 20% de mayor ingreso. Los deciles de ingreso autónomo corresponden a grupos de igual tamaño conformados por la décima parte (10%) de los hogares ordenados en forma ascendente (del I al X) de acuerdo al ingreso autónomo per cápita del hogar, donde el primer decil (decil I) representa al 10% de menor ingreso y el décimo decil (decil X) representa al 20% de mayor ingreso. Los quintiles de ingreso autónomo corresponden a grupos de igual tamaño conformados por la quinta parte (20%) de los hogares ordenados en forma ascendente (del I al V) de acuerdo al ingreso autónomo per cápita del hogar, donde el primer quintil (quintil I) representa al 20% de menor ingreso y el quinto quintil (quintil V) representa al 20% de mayor ingreso. Por tratarse de una imputación, este dato no está asociado a un intervalo de confianza y su error muestral no es conocido. Para que un hogar se identifique en situación de pobreza multidimensional debe presentar un número igual o superior a 3 indicadores en carencia correspondientes a cualquiera de las primeras cuatro dimensiones (equivalente al peso completo de una de estas dimensiones). También se encuentran en situación de pobreza multidimensional los hogares que presenten carencias en los 3 indicadores de la dimensión de Redes y Cohesión Social y que presenten carencias en al menos 2 indicadores de las restantes dimensiones.
Es muy probable que la causalidad opere en ambas direcciones, puesto que una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional, por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen. Una realidad que no se condice con la del 10% más afluente, cuyo nivel de vida es propio de un país desarrollado. Hay desigualdad de trato, entre grupos sociales y ante la ley, así como menoscabo de la dignidad ante situaciones de abuso. Muchas veces los tomadores de decisiones en el Ejecutivo y en el Parlamento viven muy alejados de los problemas de las mayorías. También ha habido oposición de quienes ven en las medidas redistributivas un riesgo para el crecimiento económico. Si se ordenaran las regiones del mundo, cube Contreras, Lationamérica aparece como una región de alta desigualdad.
Todo lo anterior refleja a un sistema psicopolítico y económico que, falazmente revestido de paladín de la libertad, no logra desdibujar su verdadera esencia… Individualismo, propiedad, orden y consumo; la sociedad, como una vez dijo Margaret Thatcher, no existe. El informe, asimismo, demanda un cambio basic en el modelo económico de manera que beneficie a todas las personas y no solo a una élite selecta. Esta frase deja en evidencia que la pandemia por Covid-19 nos impactó y nos sigue impactando de diferentes maneras. Sin embargo, los esfuerzos por lograr una reactivación económica no han logrado revertir las dramáticas cifras de desempleo, endeudamiento e inseguridad, a lo que se suman las dificultades para acceder a la salud, a una vivienda y el creciente deterioro de la salud mental de la población.
Además, la información de la Encuesta Casen es utilizada como fuente oficial para la medición de la pobreza. Los hogares encuestados corresponden a una muestra seleccionada de manera aleatoria y la información recogida es completamente anónima y confidencial. Según un análisis de Oxfam, de acuerdo con datos de la UNESCO, en los países en desarrollo, niñas y niños de familias pobres tienen siete veces menos probabilidades de terminar la escuela secundaria (media) que niños de familias ricas.
De estas incertidumbres sólo se salva un grupo que –dependiendo de la dimensión que se considere– oscila entre el 20% y el 5% de más altos ingresos. Dicho lo anterior, no creo que la de ingreso sea la desigualdad más relevante para explicar el estallido social. En cambio, en este texto sostengo –como hipótesis– que hay dos tipos de desigualdades que están relacionadas con la desigualdad de ingreso y que tienen una relación más directa con el estallido social, a saber, la desigualdad de exposición a la incertidumbre y la desigualdad de poder.
Y eso requiere, probablemente, que el Estado reciba más fondos de los sectores de mayores ingresos. Este patrón caracteriza a Chile y probablemente a otras sociedades latinoamericanas y es más pronunciado que en otros países del mundo. Probablemente, Chile no es el único, pero en el contexto chileno tenemos una forma de inmovilidad en que la persistencia de la riqueza es mucho más fuerte que la persistencia de la pobreza, y eso difiere de lo que encontramos en otros contextos. Hoy, queremos enfatizar el poder de la solidaridad para generar oportunidades equitativas desigualdad social tipos para todos. No podemos permitir que el lugar de nacimiento, la residencia, el género o el grupo étnico de una persona determinen su acceso a educación de calidad, atención médica básica, empleo digno, protección social adecuada, vivienda decente, agua potable, participación política o el derecho a vivir sin miedo a la violencia. Reflexionando sobre la justicia social hoy, evoco la marcha masiva del 25 de octubre de 2019, un momento en el que la ciudadanía expresó las profundas preocupaciones derivadas de las persistentes deudas sociales en nuestra población.
Este grupo incluye a General Lagos, Colchane, Ollagüe, Juan Fernández, Isla de Pascua, Cochamó, Chaitén, Futaleufú, Hualaihué, Palena, Lago Verde, Guaitecas, O’Higgins, Tortel, Laguna Blanca, Río Verde, San Gregorio, Cabo de Hornos (Ex Navarino), Antártica, Primavera, Timaukel, Torres del Paine. Y, en cuanto a la persistencia intergeneracional, los países nórdicos se repiten al obtener una puntuación baja en ambas áreas, y Austria, Alemania y Chile destacan por las relativamente altas. El Grupo del Banco Mundial (World Bank Group) es una organización que se concentra en analizar las financias de los países, para luego ofrecer planes e concepts para mejorar estas economías. Sin llegar a ese extremo, Bélgica, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Luxemburgo y Nueva Zelanda son los que menos avances han tenido en términos de bienestar, aunque todos ellos partían en common de una situación comparativamente buena. Los países en los que se han constatado progresos en un mayor número de indicadores son Alemania, Canadá, Corea del Sur, Estonia, Hungría, Polonia, República Checa y Reino Unido. Por su parte, Mayarí Catillo de Lateinamerika Institut – Freie Universität Berlin, sostiene que el Estado tiene una gran responsabilidad en cómo va cambiando los poderes de la desigualdad, y por consiguiente la explotación y acaparamiento de oportunidades.
En todo el cambio en el sistema de la subvención escolar, que se ha movido a una subvención escolar diferenciada, donde los alumnos que provienen de hogares más desaventajados reciben una subvención mayor y los establecimientos que atienden una proporción alta de alumnos más desaventajados, también. Aunque conceptualmente la igualdad y la movilidad (o igualdad de oportunidades) son distintos -una se da en un momento del tiempo, la otra conecta padres e hijos, o sea, la persistencia intergeneracional de la desigualdad-, lo que se observa es que están muy correlacionados. Sin embargo, más de cuatro años después de aquella protesta, es legítimo cuestionarnos cuánto hemos progresado en la resolución de estas deudas sociales y en la realización de la justicia social prometida. Un caso especial es del colegio San Ignacio El Bosque, el cual posee un sistema de colegiatura diferenciada, donde el valor mensual varía en base al ingreso acquainted y la cantidad de hijos. “Los empresarios chilenos vienen de los mismos 3 o four colegios, de dos universidades, de los mismos apellidos y tienen dificultades para relacionarse con los que no pertenecen a su mundo.
En el caso de comunas que no son cubiertas en la muestra de la Encuesta Casen no es posible contar con estimaciones directas, ni tampoco es factible aplicar el método de estimación para áreas pequeñas que el Ministerio de Desarrollo Social y Familia utiliza para estimar la tasa de pobreza por ingresos a nivel comunal. Posteriormente, en el año 2015, se conformó un Comité Asesor Ministerial integrado por académicos y representantes de organizaciones de la sociedad civil que estuvo a cargo de elaborar una propuesta para la incorporación de indicadores de entorno y redes. Esta propuesta constituyó la base para la actualización de los indicadores utilizados para la medición de la pobreza multidimensional, iniciando una nueva serie de datos a contar de la publicación de los resultados de la Encuesta Casen 2015. La medición de pobreza multidimensional implementada por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia toma en cuenta un conjunto de 5 dimensiones y 15 indicadores (3 indicadores en cada dimensión) que buscan identificar si los hogares alcanzan o no un determinado umbral de bienestar. La Canasta Básica de Alimentos (CBA) refiere a un conjunto de bienes alimentarios que se utiliza como base para definir el valor de la línea de pobreza y línea de pobreza extrema por ingresos.
Para complementar el análisis basado en el Gini, una forma menos abstracta y más intuitiva de medir la desigualdad consiste en calcular la porción del ingreso complete del país que concentran diferentes grupos de la población. Por ejemplo, la porción del ingreso nacional que se apropian el 1% y el 10% más ricos dan cuenta de qué tan concentrados están los ingresos. La falta de desarrollo en las localidades aisladas es un problema social, puesto que se ve amenazada la dignidad humana y hace que las personas que las habitan vivan en situación de pobreza y vulnerabilidad, con muchas de sus necesidades no satisfechas o satisfechas inadecuada y parcialmente. En Chile, los ingresos públicos y el gasto público son relativamente reducidos si se les compara con países de la OCDE. Los fondos del Estado para financiar estas políticas son limitados, y si queremos expandirlas, probablemente tendremos que depender de un gasto público que sea no sólo más eficiente, sino que mayor.
Pero lo más perturbador de su documentado análisis, que considera miles de años y distintas sociedades y continentes, consiste en que la violencia y algunas desgracias han sido el gran issue que ha contribuido a nivelar las desigualdades emergentes a lo largo de la historia. En efecto, la civilización no se ha prestado para nivelaciones pacíficas en sus años de existencia. Al contrario, en épocas de estabilidad, las desigualdades no han hecho más que aumentar hasta niveles que acaban siendo insostenibles, al punto de desembocar en asaltos igualitaristas abruptos. De este modo, directa o indirectamente, se aplanaban las desigualdades que solían incrementarse en tiempos de paz. De ahí que, para el autor, comprender esas “fuerzas niveladoras” que han surgido en la historia pasada parece crucial para adoptar políticas y medidas concretas que nos permitan combatir pacíficamente la desigualdad en el presente y futuro. Para nuestro propósito, cabe destacar que esta exhaustiva investigación multidisciplinar fue publicada un par de años antes del estallido social en Chile; es decir, las diversas formas de desigualdad que afectan a nuestro país, como a otros países de la región, estaban siendo objeto de atención desde hace un buen tiempo.
Se necesitan reformas específicas para abordar determinados cuellos de botella y poder impulsar el crecimiento de la productividad, que ha disminuido durante décadas. Lo anterior incluye la reducción de las barreras normativas, el fomento de la adopción de tecnologías, la promoción de la competencia, la mejora de las capacidades de gestión, y el aumento de la participación femenina en la fuerza laboral y de la calidad de los empleos. El país debe también impulsar la transición verde a nivel mundial, tanto con la energía renovable como con el plan para expandir la producción de litio a través de alianzas público-privadas, que podrían contribuir a un mayor crecimiento en el futuro. Las sólidas políticas macroeconómicas de Chile permitieron que los desequilibrios provocados por la pandemia de COVID-19, como los altos déficits y la inflación, se controlaran. Las restricciones fiscales y monetarias estabilizaron la economía, pero frenaron el crecimiento en 2023. El país procura lograr un crecimiento más rápido, más ecológico y más inclusivo, y las reformas en los ámbitos de la productividad, la tecnología, la competencia y el desarrollo del capital humano son cruciales para lograr este objetivo.
Expertos provenientes de diversos países de América Latina, convocados por las universidades Academia de Humanismo Cristiano y Alberto Hurtado, debaten sobre la real dimensión de la desigualdad social en nuestro país y el continente. El conocimiento que hemos obtenido trabajando en conjunto con Chile, ha sido compartido con diversos países del mundo que enfrentan desafíos de desarrollo similares. El proyecto para el Fortalecimiento de las Universidades Estatales culminó en junio de 2023, consiguiendo importantes logros en términos de mejoras en la calidad y equidad, pese al difícil contexto como resultado de la pandemia. La deserción en el tercer año entre los estudiantes más vulnerables se redujo en casi 10%, pasando del 36,6 por ciento en 2018 al 26.8 por ciento en 2022. También aumentó la cantidad de proyectos de investigación adjudicados por estas universidades y la cantidad de profesores con doctorado.