Simulaciones de una muestra de 34 MEED con datos suficientes indican que la desigualdad de ingresos, medida por el índice de Gini, ha aumentado en 0,3 puntos en 2020, lo que revierte la continua disminución de la desigualdad de ingresos observada en los MEED desde la década de 2000. Sin embargo, la magnitud del aumento es relativamente pequeña, comparable a una disminución media anual de la desigualdad dentro de los países en las dos décadas anteriores a esta muestra. El aumento de la desigualdad dentro de los países reflejó graves pérdidas de empleo y de ingresos entre los trabajadores pandemia y desigualdad poco calificados, los hogares de bajos ingresos, los trabajadores informales y las mujeres. Las evidencias nos indican que, para avanzar en la reducción de las desigualdades en salud, pensar en estrategias estrictamente sanitarias es necesario, pero no suficiente. Como ya mencionamos, los diferentes sistemas de salud, con sus entramados institucionales y organización de los servicios, pueden o no contribuir al acceso de la población a la salud cuando la necesita. Sin embargo, pensar que solo desde la óptica del sistema de salud se podrían reducir las desigualdades resulta muy limitado.
Además de contribuir al aumento de la pobreza extrema, el cambio climático también puede actuar como un poderoso issue de la migración interna. En el último informe Groundswell se señala que, para 2050, el cambio climático podría obligar a 216 millones de personas a desplazarse dentro de sus países. Sin embargo, en la segunda mitad de 2021, los precios de los productos básicos alimenticios comenzaron a estabilizarse (i) en respuesta a las perspectivas favorables de la oferta mundial, pero siguen estando por encima de los niveles anteriores a la pandemia. Además, la inflación interna de los precios de los alimentos está aumentando en la mayoría de los países, lo que reduce la capacidad de los pobres para costear alimentos saludables. En common, el Grupo Banco Mundial asiste a más de 100 países para ayudarles a abordar la emergencia sanitaria, mejorar los sistemas de salud y la preparación para casos de pandemia, proteger a las personas pobres y vulnerables, apoyar a las empresas, crear empleos y poner en marcha una recuperación verde, resiliente e inclusiva. La agencia de la ONU encargada de velar por la salud mundial denuncia que muchos países ahora están vacunando a personas más jóvenes y sanas con bajo riesgo frente a la enfermedad a costa de la vida de los trabajadores de la salud, las personas mayores y otros grupos de riesgo en otros países.
A poco más de un año de que la oms declarase la pandemia, ya se han publicado varios trabajos que estiman sus impactos en los planos social, económico y sanitario. Según sea el modelo de sistema de salud, se podrán producir diferentes desigualdades en el acceso. Los sistemas de tipo universal, cuando no cuentan con suficiente presupuesto o cuando la enorme demanda produce largas listas de espera, tienden a «expulsar» a quienes tienen la posibilidad de pagar por mejores servicios.
Con estrategias indirectas me refiero a aquellas que trascienden al sector exclusivo de la salud, pero cuyas consecuencias acaban impactando en los indicadores de salud y bienestar de la población. Un claro ejemplo es el fortalecimiento common de la protección social, cuyo objetivo es garantizar el bienestar de las personas y protegerlas de riesgos derivados de su condición particular person, como pueden ser el desempleo o la vejez, pero también estructurales, como la pobreza18. Existen evidencias sobre el impacto de este tipo de estrategias y las consecuencias positivas para la salud de la población, como la reducción de la mortalidad por desnutrición en menores de cinco años19. Sin embargo, mientras los países industrializados tuvieron una caída anual del 16% de su actividad industrial, en los países en desarrollo fue del 22%, mostrando la capacidad de las naciones más ricas del mundo para sostener la actividad en un contexto de pandemia. China fue el único país que creció su actividad industrial en lo que va del año (2%) y los países industrializados de Asia tuvieron una menor caída que los europeos y norteamericanos, mostrando que este continente sigue siendo el motor de crecimiento a nivel mundial. Como contraste, Latinoamérica tuvo el peor desempeño en la actividad industrial con un desplome de 24%.
El informe hace hincapié en que el desarrollo que no tenga en cuenta los riesgos que existen no será sostenible, y presenta la respuesta a la crisis provocada por la pandemia como una oportunidad para restablecer y «preparar los sistemas mundiales para el futuro». La situación en los países más pobres del mundo es profundamente preocupante y podría retrasar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible previstos para 2030 otros 10 años más. En el interés económico de todos es moralmente correcto ayudar a los países en desarrollo a superar esta disaster», añadió. En un nuevo informe anual, la CEPAL estima que el complete de personas pobres ascendió a 209 millones a finales de 2020, 22 millones de personas más que el año anterior. «Aparte de la influenza, ningún otro virus respiratorio ha sido rastreado desde la emergencia hasta la propagación mundial continua. Las últimas pandemias de influenza moderadamente severas fueron en 1957 y 1968; cada una mató a más de un millón de personas en todo el mundo», escribió Frieden. «Aunque estamos mucho más preparados que en el pasado, también estamos mucho más interconectados, y muchas más personas hoy en día tienen problemas de salud crónicos que hacen que las infecciones virales sean particularmente peligrosas».
Chile, por último, se acerca al modelo del seguro privado, ya que cuenta con un sistema de salud fuertemente privatizado compuesto por las llamadas Instituciones de Salud Previsional (Isapres), aunque tiene también un Fondo Nacional de Salud (Fonasa) con prestadores de salud públicos. Además, en Chile se han establecido Garantías Explícitas en Salud (ges), un conjunto de beneficios transversales a usuarios y de los dos subsistemas anteriores que constituye una especie de seguro focalizado para la cobertura de un grupo definido de prestaciones. La importancia del combate contra la desigualdad se basa en que esta afecta a la inmensa mayoría de la población y no solo a aquellos que se encuentran en peor situación2. Las personas que viven en regiones con una elevada desigualdad económica y social están más expuestas a la violencia (traducida en índice de homicidios) y, por lo tanto, a una vida comunitaria más débil, que afecta el desarrollo de los proyectos de vida y el nivel de bienestar basic del conjunto de la población. Existe una vasta cantidad de evidencias que indican la relación entre el nivel de ingresos de una familia, las condiciones de la vivienda, la calidad de la alimentación y otros factores de riesgo que acaban afectando la salud de sus integrantes3. La caída de la actividad económica llevó a un recrudecimiento de las políticas proteccionistas por parte de las principales potencias del mundo, planteando no sólo la protección de la industria y sectores estratégicos, sino también, la relocalización de empresas en sus países.
Pero las medidas de distanciamiento social y las limitaciones a la movilidad han afectado de forma desigual a las actividades económicas. La pandemia de covid-19 se ha saldado con una caída del eight,1% del PIB en América Latina, superando el impacto de la disaster en la Unión Europea y de otras economías emergentes. No obstante, las economías latinoamericanas ya mostraban importantes debilidades antes del inicio de la emergencia sanitaria. Es decir, la pandemia ha recrudecido los problemas productivos y sociales de América Latina, como la perversa especialización comercial de la región, la debilidad del tejido productivo y del mercado de trabajo, y los problemas sociales. Incluso si en última instancia se recuperan, la ausencia de prestaciones de sustitución de los ingresos los expone a una situación de mayor pobreza. Se estima que, cada año, cien millones de personas caen en la pobreza a consecuencia de gastos de salud desmesurados.
Para revertir una mayor diferencia de ingresos en el mundo se necesitan medidas para reducir la desigualdad entre los países y dentro de cada país, con el apoyo de la comunidad mundial. Sin embargo, aun en aquellos países de la región con cobertura amplia de la población y/o con fuerte presencia de servicios públicos de salud, persisten importantes barreras para el acceso, ya que la universalización manifiesta en las normas no necesariamente significa la garantía del derecho a la salud en la práctica. Por otro lado, es seen también la desigualdad en la calidad de los servicios a los que se accede según grupo de población. Para reducir esto, es necesario que los servicios de salud estén disponibles cuando la población los requiere y que esto se produzca de la forma más homogénea posible para que no sean las propias instituciones las que reproducen la desigualdad en el acceso.
Una de las buenas noticias es que es probable que la mayoría de los países de la región reduzcan las subvenciones a combustibles fósiles hasta casi cero en 2030. Las lecciones aprendidas de la crisis actual pueden permitir que se implementen reformas ahora para crear resiliencia en el futuro. Por eso, el informe recomienda encontrar una solución global para la tributación de la economía digital con el fin de combatir la evasión fiscal de las empresas, reducir la competencia fiscal dañina; y utilizar mejor la tecnología para combatir los flujos financieros ilícitos..
Es importante destacar la profundización de las desigualdades por razones de género en el marco de la pandemia. Siguiendo a Batthyány, Sánchez 2020, el impacto de la crisis sanitaria afecta particularmente a las mujeres. “La OIT estima que, de los a hundred thirty millones de trabajadores informales, el 53% son mujeres, por lo que frente a la situación precise enfrentan mayores riesgos (OIT, 2020).
Sin embargo, su supervivencia en la población humana fue corta y el virus desapareció aproximadamente una década después de su llegada. Según los CDC, más soldados estadounidenses murieron a causa de la pandemia de gripe de 1918 que los que murieron en la batalla durante la Primera Guerra Mundial en 1918. En 1919, la pandemia disminuyó pero el virus H1N1 continuó circulando estacionalmente durante 38 años. En general, la OMS evita declarar situaciones de salud pública que no son pandemias de gripe como pandemias. De entre todas los aspectos que la pandemia ha afectado, hay uno que ni tan siquiera ha rozado, el de la evolución del calentamiento world, que precisamente es más mortal que el coronavirus. En una entrevista exclusiva con Noticias ONU en septiembre, Guterres protestó contundentemente contra la falta de solidaridad que han mostrado los países más ricos en la búsqueda de una vacuna.
Yyannú ha trabajado en el Banco Mundial en Washington DC., y en Banxico y en la Secretaría de Hacienda en México. Es autora y coautora de artículos académicos (en journals tales como QJE) y capítulos de libros sobre la efectividad de los programas sociales y desarrollo infantil temprano, entre otros. Su agenda de investigación en la División de Mercados laborales se centra en el futuro del trabajo y en la efectividad de capacitaciones para poblaciones desfavorecidas. Adicionalmente, Yyannú actualmente colabora en el desarrollo de instrumentos de préstamo para países miembros del Banco. Siguen existiendo diferencias salariales importantes entre las mismas mujeres, entre trabajadores de zonas urbanas y zonas rurales, y entre trabajadores jóvenes y adultos. Con respecto a las mujeres, en particular paises africanos mas pobres, en la publicación mostramos que una mujer sin hijos tiene un salario mayor que una madre, y la diferencia es mayor cuando la mujer tiene entre 15 y 39 años.