La Cuestión Social Y Los Problemas Contemporáneos De América Latina Facultad De Ciencias Sociales Universidad De Chile

Llama la atención que en ningún período de nuestra historia el coeficiente haya estado en un nivel comparable a los que muestran los países actualmente más desarrollados (figura 1). Esta persistencia en el tiempo contrasta con el avance de otros indicadores sociales y económicos, los que han permitido reducir significativamente la pobreza en el país. Dado que la desigualdad se ha convertido en tema importante en el debate en nuestro país, se multiplican los números al respecto.

Entre los muchos temas que se han hecho un hueco en la agenda se encuentra el de la desigualdad entre hombres y mujeres, problema cotidiano y estructural que sigue afectando nuestras vidas. “La desigualdad de género es una realidad, pero su origen sigue siendo un tema controvertido”. La historiadora española Marta Cintas Peña sondeó el origen de la desigualdad de género en la prehistoria y detectó que en el Neolítico (6.000 – 4.000 A.C.) aparecieron por primera vez diferencias culturales entre hombres y mujeres. Esas diferencias se relacionaban con el uso de una violencia «más vinculada con los hombres», escribe la autora de este artículo publicado originalmente en The Conversation.

Los datos siguientes permiten comprender algunas de las tensiones que se han acumulado en la estructura social en los últimos años. 5Para más información sobre los factores causales de la desigualdad en Chile revisar López & Miller (2008); Castillo (2012); PNUD (2017). Aquí, cube el libro, se manifiesta la segregación de la ciudad, que difícilmente puede concebirse como un espacio público común y de acceso igualitario. Las calles y los barrios desigualdad social pobreza y superpoblación no son neutros, sino «territorios», y todos los grupos evalúan constantemente si pertenecen al lugar, lo que determina si pueden andar tranquilos o no. De este modo, la desigualdad en el país es una de las más elevadas de los países OCDE o si se prefiere comparar con el barrio, está en el lugar medio alto en el contexto latinoamericano. Conocer los derechos de las niñas y niños nos sensibiliza y nos hace responsable de su cumplimiento.

En los últimos 15 años ha habido una reducción de la desigualdad de los ingresos, aunque el coeficiente de Gini de 0.forty eight en la última medición disponible para Chile (2017) está lejos aún del promedio de las economías desarrolladas (figura 2). Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo. Es preciso advertir que incluso los países más igualitarios exhiben algún grado basal de desigualdad vinculado a la división del trabajo, la que requiere pagos diferenciados acorde a la complejidad de las ocupaciones o para el fomento de actividades que están sujetas a un appreciable nivel de riesgo, como la innovación y la labor empresarial. Asimismo, la búsqueda de la igualdad no supone eliminar la

La violencia de género contra las mujeres es una de las expresiones que permite reconocer la existencia de un sistema social patriarcal que organiza la vida pública y privada, afectando negativamente la vida de las mujeres, ya que, condiciona su bienestar y autonomía de manera transversal. La percepción de que los frutos del crecimiento no llegan a todos se acentúa a partir de la década de 2010, cuando las protestas escolares y estudiantiles se intensifican, particularmente en 2011, bajo el primer gobierno de derecha desde la vuelta a la democracia. En términos de prioridad social, la narrativa pasa de la necesidad de superar la pobreza, lo que no implicaba ninguna demanda específica de redistribución hacia la elite, a una nueva pregunta por la repartición de las ventajas y las desventajas en la sociedad. En la medida en que la baja de la pobreza se estanca y que, sin embargo, la riqueza sigue acumulándose en la parte alta de la sociedad, y que las barreras hacia la clase media alta se vuelven más impermeables, una nueva generación plantea la pregunta de la segregación social y la falta de oportunidades. Segundo, 50,6% de los trabajadores gana 585 dólares o menos y sólo 15,3% tiene un salario superior 1.300 dólares (Durán & Kremerman, 2018). Una parte importante de la población chilena vive cerca del umbral de pobreza (ingresos de 250 dólares), considerando la gran cantidad de inactivos en el país.

El sistema escolar, reproductor de la desigualdad, se las arregla para traspasar la culpa del fracaso al estudiante, entendiendo el fracaso escolar como un “cúmulo de resultados negativos que inciden en el desempeño y trayectoria escolar” (Espinoza, 2017). El no haber recibido una escolaridad adecuada incluye ya un estigma de fracaso, analfabeto, sin título, poco educado, repitente, es decir marcas de la identidad para los sujetos que por motivos históricos, políticos, económicos y culturales no han alcanzado los mismos objetivos que las personas que se encuentran, desde que nacen, en situación de privilegio. Bourdieu en Los herederos (2003), plantea que los estudiantes de clases bajas se consideran, un simple producto de lo que son, y el presentimiento de su destino oscuro no hace más que reforzar las posibilidades de fracaso, según la lógica de la profecía que contribuye a su propio cumplimiento. Así mismo Espinoza (2017) destaca que “casi la mitad de los estudiantes de la EPJA hace una reconstrucción o representación del fracaso escolar, asociable a sus acciones individuales, más que a limitaciones y obstáculos de contexto”. Veamos algunos datos que nos proporcionará un panorama global de la desigualdad en algunos países de la Región.

Serán actores fundamentales en cualquier proceso de cambio que se implemente en esta materia en los establecimientos educativos y en la generación de espacios de participación para los y las estudiantes.

El PNUD es menos optimista y sostiene que se necesitan medidas más profundas ya que no está claro si el sistema productivo puede absorber a todos los profesionales en el mercado, al tiempo que los cambios tecnológicos y la automatización de procesos también son una amenaza para el empleo. Para la efectividad de su cumplimiento, los derechos que no pueden ser cedidos en favor de otro/a, son de carácter common, ya que aplica para todos los niños y niñas, son indivisibles, ya que no puede solo aplicarse unos derechos y otros no, y no hay un derecho que sea más importante que el otro. La Asamblea General de la ONU al aprobar la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 reconoce el derecho a las madres y niños/as a “cuidado y asistencias especiales”, así como “protección social”.

en todo lo que enseñamos. Yo también trabajo como guionista en un programa de radio que trata de llegar a los estudiantes que no tienen web desigualdad social pdf en este contexto, y en el último programa que hice tuve que escribir sobre

Ciertamente hay muchos otros aspectos a considerar, si se tiene en cuenta la devaluación de la institucionalidad política, el empoderamiento de las comunidades y los cambios que trae consigo la automatización del empleo y la revolución digital. Es tarea de todos contribuir a superar los obstáculos y aspirar a un país más justo, próspero y solidario. Una condición necesaria para que se produzcan efectos duraderos en el tiempo es el tránsito a una cultura de respeto por la persona, por la igualdad de dignidad y respeto, y por los valores de justicia y solidaridad social.

desigualdad social ejemplos en la vida cotidiana

De esta forma, se reafirma la multidimensionalidad de la desigualdad económica, presentada anteriormente, la cual no solo está rela-cionada a los ingresos que perciben los individuos de una economía, sino que hay una variedad de particularidades a considerar para eliminar las formas más extremas de esta. Esta implica el punto de partida sobre el cual las circunstancias particulares de una persona o población limitan de una u otra forma la libertad que poseen de elegir o de alcanzar ciertos objetivos ( Roemer, 1998 a; Kanbur & Wagstaff, 2014; Alfonso et al., 2015; Stiglitz & Doyle, 2015). Aquí, las coyunturas individuales definen, en parte, el alcance de lograr ciertos objetivos propuestos, como, por ejemplo, el género, contexto acquainted, acceso a la salud, a la educación, entre otros. Es decir, que si existiera igualdad de oportunidades para todos los individuos o países, el resultado de sus metas dependería únicamente del esfuerzo ejercido para lograrlas ( Roemer, 1998 b; Kanbur & Wagstaff, 2014; Atkinson, 2015). Una de ellas es que la segmentación del sistema escolar en Chile reproduce las desigualdades de los hogares. Como consecuencia, la mayoría de los alumnos de primera generación de los estratos populares estudia en «instituciones de escasa calidad, a lo que se suma que tienen elevadas tasas de deserción».

Esta situación, a su vez, limita las posibilidades de progreso de las sociedades, ya que se pierden capacidades de generación de nuevos negocios y otras instancias de mejora del bienestar de la sociedad. Por último, la desigualdad tiende a causar situaciones de conflicto social que, a su vez, pueden derivar en consecuencias que afectan las posibilidades de desarrollo, ya sea a través de situaciones de inestabilidad política o por el tipo de políticas económicas implementadas. La contrapartida de la concentración en el tope son los bajos sueldos que obtiene la mitad de los asalariados, cuya remuneración es inferior al ingreso que necesita un hogar promedio para cubrir sus necesidades básicas (línea de pobreza). Esto no se traduce en una situación generalizada de

Lamentablemente, como en muchos datos en Chile, la representación estadística de la EPF VIII no se diseña para nivel comunal, por lo que el promedio del gasto no referido a vivienda es igual para Las Condes que para La Pintana. La primera razón que postula Atkinson (2015) tiene que ver con las dificultades que enfrentan las personas en la vida, sin considerar la desigualdad de oportunidades que pueda existir. El autor incluso hace referencia a la “mala suerte” que podrían tener algunos sujetos de la economía. Por ejemplo, dos personas que perciben el mismo ingreso, pero una de ellas se ve forzada por factores fortuitos a generar un gran gasto o endeudarse, mientras que la otra puede ahorrar ese dinero o invertirlo en su desarrollo private, mostrarán disparidades en el uso de sus recursos y, por consiguiente, en la libertad para lograr ciertos resultados. Cuando nos enfrentamos a la tarea de definir el concepto de desigualdad económica, la primera pregunta que surge es ¿desigualdad de qué?

Es más, dentro de las consultas civiles que se realizaron para la definición de la Agenda 2030, uno de los temas que más destacó como una preocupación importante de las personas de diferentes países era el de la desigualdad. Como resultado del informe realizado por el United Nations Development Group (2013), se indicó que las personas percibían la desigualdad como una barrera estructural que no les permitía alcanzar su máximo potencial, creando sentimientos de frustración y exclusión. Además, el informe declara que el asunto de la desigualdad salió a la luz dentro de varios otros tópicos consultados, como el de salud, el medioambiente donde habitan, brechas de género, entre otros.