La Covid-19 Es La Peor Disaster Para La Infancia En Nuestros Seventy Five Años De Historia, Según Unicef

Previo a la pandemia, la región contaba con una pobreza multidimensional, es decir, que no sólo en los ingresos, sino que también en la calidad de vida, el trabajo, la seguridad social, la vivienda, la educación, la salud, entre otras. Hace four años se presentaba que 7 comunas de La Araucanía tenían a más del 50% de su población inmersa en una pobreza multidimensional. De hecho, el 8% de los trabajadores de todo el mundo, y sus familias, vivían en situación de extrema pobreza en 2018. Garantizar la protección social de todos los niños y otros grupos vulnerables resulta crucial para reducir la pobreza. Los datos nos muestran que los ingresos provenientes del trabajo del 10% más rico fueron 417 veces mayores que los obtenidos por el 10% más pobre (en 2017 fue 39 veces más).

Dipali Roy, que describió las punzadas del hambre mientras estaba embarazada como “la época más dolorosa” de su vida, dijo que “si pienso o recuerdo esos tiempos, mi corazón estalla en lágrimas”. Recientemente, el 1% más rico se ha visto presionado para hacer un aporte en cuestiones humanitarias. La encuesta Casen 2021 reveló el impacto de la pandemia del Covid-19 en la pobreza dentro de Chile.

“Ah, violencia psicológica no más” le respondieron cuando acudió a interponer la denuncia.Como si no bastara, al separarse perdió la custodia de sus hijos menores que la presionan para que regrese con el agresor. 2020 marcó un retroceso histórico en la lucha contra la pobreza mundial, ya que el número de personas más pobres del mundo aumentó por primera vez en más de 20 años, según el Banco Mundial. El Banco Mundial estima que 97 millones de personas en todo el mundo cayeron en la pobreza extrema debido a la pandemia en 2020, viviendo con menos de US$ 2 al día.

Y hemos visto que esta crisis sanitaria golpeó a los hogares de todos los quintiles, pero cuando golpea de una forma tan fuerte y brusca en la caída de empleos, el impacto sobre los hogares más vulnerables es muy difícil de atenuar”. En el año y medio largo de convivencia con la covid-19, la clase media ha perdido la calidad de vida y el bienestar alcanzados con años de sacrificio. Las mujeres se vieron sobrecargadas de trabajo y violentadas en el encierro; la salud psychological se deterioró; los pacientes no covid fueron víctimas de cierres intempestivos y prolongados de servicios sanitarios, y los trabajadores tuvieron que rebuscarse la manera de mantener los ingresos tras los despidos. Este especial colaborativo elaborado por un equipo de periodistas de nueve países y siete medios de comunicación reconstruye historias atravesadas por el sufrimiento a partir de testimonios de los protagonistas y de voces de expertos de las principales ciudades suramericanas.

Es decir, la pandemia ha recrudecido los problemas productivos y sociales de América Latina, como la perversa especialización comercial de la región, la debilidad del tejido productivo y del mercado de trabajo, y los problemas sociales. El informe señala que el efecto adverso de la pandemia sobre los ingresos de las personas afecta principalmente a los estratos de ingresos bajos y medio-bajos. Se estima que en 2020 unos 491 millones de latinoamericanos vivían con ingresos hasta tres veces la línea de pobreza. Alrededor de 59 millones de personas que en 2019 pertenecían a los estratos medios experimentaron un proceso de movilidad económica descendiente. La pandemia de Covid-19 no sólo generó una disaster económica que impactó al mundo, sino que también trajo una disaster social que se expresó en mayores niveles de pobreza, desigualdad y que desnudó una serie de brechas en acceso a tecnologías y a viviendas de calidad, entre otros factores que continúan sin resolverse. A la vez que entrega el diagnóstico, el informe de 247 páginas presenta algunas luces para los países latinoamericanos.

que pasaba más tiempo en cuarentena. En los años previos a la pandemia América Latina había conseguido reducir estos índices. La pobreza había pasado de afectar al forty five,2% de la población en 2001, al 30,3% en 2019. Ahora, con la covid-19, el número de pobres aumentará en 28,7 millones de personas, hasta alcanzar la cifra de 214,four millones de pobres en la región. A su vez, la pobreza extrema afectará a 15,9 millones más, sumando en complete 83,four millones de personas.

La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) realizada en plena pandemia (octubre 2020 a febrero 2021) revela que la pobreza asociada a ingresos de los hogares subió de 8,6% de la población en 2017 a 10,8% en 2020. Esto significa que hoy 2,1 millones de personas están en situación de pobreza por ingresos, indicador que suma aquellos generados o recibidos por los hogares (como sueldos, pensiones, arriendos, entre otros) con los subsidios estatales. De ellos, poco más 831 mil están en condición de pobreza extrema, lo que en porcentaje significa que ese indicador empeoró desde 2,3% de los hogares en Chile a four,3% en igual periodo. “Los resultados sugieren que las medidas de protección social han aminorado los peores efectos de la disaster en los ingresos de los hogares”, indica el informe del Fondo. Según el estudio, la medida que mitigó más la caída en pobreza fue el IFE, seguido del Ingreso Mínimo Garantizado y la Ley de Protección del Empleo. Más allá de las propias limitaciones de levantar la información en este contexto sanitario y que, probablemente, los impactos sean más grandes de lo que pueden reflejar los números, es clara la deuda histórica que tiene el Estado chileno con la pobreza en La Araucanía.

Un problema añadido es que estos grupos “se corresponden con familias que no reciben ayuda o poca de parte del Estado”, señala Barozet. Una de las primeras encuestas longitudinales que se aplicaron en Chile la realizó entre 1996 y 2006 la Fundación Superación de la Pobreza (FSP). Su asesor de políticas públicas, Leonardo Moreno, cuenta que descubrieron que “si bien Chile tiene unas tasas de pobreza por ingreso bajas, la cantidad de personas que vive el fenómeno de esa pobreza es extremadamente elevada.

Algunos países han podido aprovechar el impulso de sus exportaciones de productos médicos y los productos agrícolas. La CEPAL señala (p. 6) que Guatemala y Honduras se han beneficiado de las ventas de mascarillas y Costa Rica de las de equipos médicos, destinadas principalmente a Estados Unidos. A fines de 2019, la Plaza Italia de Santiago era el epicentro de un masivo levantamiento social que decía que la dignidad depende de mucho más que de poder llevarse algo de comer a la boca. Unos meses más tarde, el mismo espacio, rebautizado popularmente como Plaza de la Dignidad, es caja de resonancia de la menos ambiciosa pero mucho más desesperada lucha por evitar que el hambre trigger más estragos que el Covid-19.

pandemia y pobreza

Pero las medidas de distanciamiento social y las limitaciones a la movilidad han afectado de forma desigual a las actividades económicas. Resistencia porque se relacionan con las acciones de los movimientos sociales y también organizacionales para hacer frente a esta disaster y emergentes en el sentido de que en este contexto de crisis paises de pobreza extrema surgen iniciativas que apuntan a cambios que afecten los elementos más estructurales que sostienen la desigualdad. Hemos evidenciado cómo el aumento de la pobreza y violencia apuntan a factores estructurales, sociales y económicos.

efectos de la pandemia sobre el desarrollo de niños y niñas dependerán en gran medida de sus cuidadores. Es más probable que aquellos cuidadores que logren apoyar y acompañar a sus niños puedan retomar su funcionamiento socioemocional previo a la disaster sin mayores problemas. Para Chile, la Cepal destaca el sistema de protección social y el éxito de la atención primaria en salud, políticas de larga data para que sirve la organizacion social y que han sido importantes precisamente para las familias de menores ingresos o en estado de vulnerabilidad.

Si analizamos el aumento de la pobreza por tipos de hogares, lejos el mayor crecimiento ocurrió en los hogares monoparentales (donde es más habitual que solo cuenten con un ingreso), que suelen estar encabezados por mujeres. La pobreza también aumentó más en las familias no necesariamente monoparentales con jefas de hogar mujeres y en la población de origen extranjero. La situación también es más dramática porque la pandemia las obligó a encerrarse en las casas y las expuso a mayores niveles de violencia de género que, a veces, terminan en feminicidios. Es más, a menudo las autoridades subestiman las denuncias como le ocurrió a una instructora de zumba paraguaya, víctima de los celos y reclamos de su pareja que llegó al maltrato físico y psicológico.

“Dónde vives determina el dinamismo económico del territorio, cambian las expectativas y mejorar las posibilidades de salud, de educación, empleo, entre otras”, cube la investigadora. El hallazgo de que las inequidades en la mortalidad en 2020 fueron mayores que en períodos anteriores, muestra, dice el trabajo, una relación entre la mortalidad por Covid-19 y pobreza. En Escocia, por ejemplo, una investigación nacional encontró que los pacientes de las áreas económicamente más desfavorecidas tenían una mayor probabilidad de ingreso en cuidados intensivos, y eran más propensos a morir a causa del virus.