El intentar surgir, sin tener las posibilidades reales de hacerlo, resulta en frustración, genera violencia, lleva a delinquir para obtener lo que se desea, o al abuso de sustancias como forma de escapar de las emociones negativas. La erosión del capital social y debilitamiento de los lazos sociales, la cual es más frecuente cuando hay mayor desigualdad, genera desconfianza, falta de voluntad para ayudar a otros, baja participación electoral, tasas más altas de crímenes violentos y encarcelamiento. Lamentablemente, la crisis política y social actual está agravando nuestra ya frágil salud mental debido a la violencia, la incertidumbre, el desempleo, mayores dificultades de acceso a la salud, el aumento de la polarización que trae el conflicto a nivel acquainted y social, y la experimentación (y re-experimentación) de situaciones traumáticas. Si bien es muy reciente para cuantificar el impacto de la disaster en la salud mental a nivel país, el Ministerio de Salud ya ha reportado un aumento en 22 % de las licencias médicas por salud psychological, llegando a las 6.000 diarias (Daza & Zuñiga, 2019). También se ha reportado un incremento importante en el número de consultas por trastornos mentales; un aumento, prácticamente al doble, del uso de medicamentos tranquilizantes o antidepresivos, y un incremento alarmante de personas que señalan que desearían poner término a su vida (Mañalich, 2019). Hace un par de años Chile fue aceptado como parte de la OCDE (Organización por la Cooperación para el Desarrollo Económico).
Además, muestran una alta correlación entre los diferentes patrones nacionales de desigualdad de ingresos y la adicción al juego, problemas de comportamiento en la niñez, trastorno bipolar e incluso “sesgo de autoestima”. El concepto alude a diferencias sistemáticas y estructurales en el estado de salud entre y dentro de los grupos sociales. la desigualdad economica Un concepto estrechamente relacionado es el de «inequidades en salud», el cual refiere a las mismas diferencias en el estado de salud entre y dentro de los grupos sociales, pero que se consideran injustas, modificables y prevenibles. La desigualdad, un fenómeno complejo, se manifiesta en disparidades sociales y económicas.
Sin embargo, en muchos ámbitos el mercado y la acción del Estado generan un trato desigual, como ocurre con lo vinculado a la salud. Nos alejamos de los paradigmas lineales y reduccionistas y nos abrimos a enfoques sistémicos, organizacionales, la desigualdad mata pdf tectológicos, determinantes sociales tienen injerencia en la salud y se deben corregir. La Organización Mundial de la Salud ya colocó la mejora de esta brecha como objetivo (número dos) en la estrategia de «Salud para el siglo XXI».
Docenteen trauma en Formación de especialidad de psiquiatría, Universidad de Santiago. Psicóloga clínica UC y Supervisora Clínica Comisión Nacional de Acreditación de Psicólogos Clínicos (CONAPC). Magíster en Psicología Clínica mención Psicología Analítica Junguiana, Universidad Adolfo Ibáñez. En formación como terapeuta Sandplay ISST (International Society of Sandplay Therapy). Nos complace informar que la capacidad máxima para la presente versión del Diplomado en Psicoterapia Infanto Juvenil ha sido alcanzada. Si deseas recibir información sobre futuras ediciones del Diplomado, te invitamos a registrarte para recibir notificaciones.
La salud mental está influida por una miríada de factores individuales, interpersonales y sociales. Por lo tanto, es esencial una comprensión integral de las experiencias de los pacientes y la interseccionalidad de los diversos determinantes sociales de la salud. Debemos hacernos cargo del problema, pues como fue mencionado las inequidades en salud son injustas, modificables y prevenibles. Para hacerlo no sólo necesitamos un marco normativo que consagre igualdad de derechos y acceso universal a salud, sino que también debemos considerar la formación de profesionales del área de la salud, quienes por lo general no son entrenados en competencias socioculturales que favorezcan una interacción de calidad con los pacientes. Por otra parte, es importante también aumentar la literacidad en salud de los pacientes y diseñar dispositivos de entrega y consumo de información en salud que faciliten las conductas en salud de todas las personas, sin importar su condición socioeconómica.
Se observó que la mayor esperanza de vida se concentra desde el centro y hacia el oriente de Santiago, con una expectativa de hasta 17,7 años más en estas zonas favorecidas. Se señala que éste es un factor de desigualdad, lo que queda demostrado por el negativo coeficiente Gini que caracteriza a Chile en comparación con muchos otros países del mundo, según cifras que reporta el Informe de Desarrollo Humano que emite el PNUD (2010) y publicadas por Salud Un Derecho. El representante de la OMS en Chile también se refirió a la grave situación de inequidad sanitaria que se vive en “el continente más desigual del mundo”, proyectando que la pandemia por Covid-19 solo empeoraría la situación actual. Por lo mismo, subrayó la importancia de que las y los participantes del curso adquirieran conocimientos en la materia, debido además a “lo difícil que es encontrar profesionales para medir las desigualdades de un país”. Los contenidos de la capacitación se centraron en la introducción a los conceptos de equidad y desigualdad social en salud, diversas métricas para análisis en la materia y cómo establecer metas nacionales en sanidad con enfoque de reducción de desigualdades.
«Los muchos problemas sanitarios y sociales que se relacionan con la desigualdad de ingresos y las tendencias globales actuales respecto a la creciente desigualdad de ingresos llevan a una triste predicción sobre la salud poblacional del futuro. Se deben tomar medidas urgentes para abordar las desigualdades sanitarias en la adolescencia», concluyó Elgar. La organización indica además en su sitio web (/es), que por otra parte, la tecnología digital “está abriendo puertas para el empoderamiento de las mujeres, las niñas y otros grupos marginados en todo el mundo. Desde la formación digital smart al género a los servicios de salud reproductiva y sexual facilitados por la tecnología, la era digital ofrece una oportunidad sin precedentes para acabar con todas las formas de disparidad y desigualdad”. Desiguales destaca el rol que le cabe a la política pública en igualar el acceso a los servicios sociales, reducir la concentración del ingreso en el 1% más alto y romper el vínculo entre el dinero y la influencia en las decisiones públicas. OECD (2012) postula la necesidad de reformas tributarias que combinen ajustes en impuestos (algunos hacia la baja, otros al alza) con políticas de subsidios al trabajo de los sectores de menores ingresos. Desde la tradición liberal, John Rawls afirma que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”.
El proyecto avanza, aunque hay grupos entre los que no ha sido fácil articular el respaldo, por resistencias gremiales y políticas. Por último, el Dr. Mujica agradeció la invitación a la instancia, haciendo referencia a la trayectoria de Chile en “la lucha por la justicia social” y en materia de salud pública, contrastando con que su buen historial no libraba al país de “esta horrible pandemia silente, que es la desigualdad social y en salud”. Finalmente, se mencionan algunas limitaciones teóricas de la investigación tradicional sobre desigualdad en salud y se sugieren potenciales líneas de investigación que pueden orientar los estudios en torno a desigualdades y salud mental.
Se calcula que el 80% de las personas con discapacidad viven en países de ingresos bajos y medios, donde los servicios de salud son limitados, por lo que abordar las desigualdades en materia de salud podría ser un reto. Sin embargo, incluso con recursos limitados, se puede lograr mucho, afirma la agencia de la ONU. Frente a esta situación, urge avanzar y ver el tema de la salud mental desde una perspectiva macro, es decir, como parte de un sistema social y económico. Al mismo tiempo, es importante formar profesionales de la salud mental que defiendan y promuevan el bienestar integral de las personas, que conciban que el trabajo psicológico va más allá de la práctica clínica o individual e incorporen un enfoque comunitario en sus intervenciones. Sin duda la actual disaster social, política y sanitaria en América Latina ha sido analizada desde múltiples aristas relacionadas a la historia, economía, sociología y ciencias políticas. En el caso de Chile y la gran mayoría de los países de la región, la desigualdad es parte de la historia y uno de sus principales desafíos a la hora de construir el presente y el futuro.
El objetivo de este estudio fue estimar la esperanza de vida al nacer, un indicador de salud elementary, y su asociación con la posición socioeconómica native. Según señalan las cifras de la OCDE, el 37% del gasto en salud en Chile es gasto de bolsillo, siendo la media de los países de la OCDE inferior al 20%. Se indica que después de México, Chile tiene el gasto de bolsillo más alto de todos los países de la OCDE. El informe explica que en Chile el gasto en salud se financia por medio de las cotizaciones legales y obligatorias de los trabajadores, equivalente al 7% del sueldo; estas cotizaciones se colocan en fondos de seguros de salud que se diferencian entre uno público (Fondo Nacional de Salud, FONASA) y otros privados (ISAPRE).
Por tanto, la sociedad tiene responsabilidad en que todos tengan una vida digna. La discusión sobre el derecho a la salud ha continuado formando parte del debate público, sobre todo cuando se abordan las deficiencias del sistema público de atención. El informe anual 2016 del Instituto Nacional de Derechos Humanos actualizó las cifras para aportar a este debate y además ofreció una serie de recomendaciones al Estado para mejorar la situación actual.
Las condiciones adversas de vida, relacionadas con la desigualdad, moldean la estructura cerebral. Investigaciones recientes destacan cómo la desigualdad de género influye en la estructura cerebral a nivel global. Comprender estas conexiones entre desigualdad estructural y cerebro es esencial para el desarrollo de políticas y prácticas más efectivas en la búsqueda de una sociedad equitativa. Pero más allá de las implicancias económicas y sociales, también marca a fuego el estatus sanitario de la población implicada. Por lo tanto, las personas más pobres son las más enfermas, ya que la pobreza no tiene implicancias solo a nivel socioeconómico, sino también a nivel sanitario. La desigualdad de ingresos es un problema social acuciante que tiene repercusiones de gran alcance en diversos aspectos de la vida de las personas.