Por ello, en la medida que la región logre contar con embalses, el campo podrá mejorar su oferta, un objetivo que se podría lograr si la actual administración abordara sin prejuicios el problema de la escasez hídrica y apostara decididamente por la construcción de obras de almacenamiento. La también agricultora y dirigenta campesina, Amelia Muñoz, con voz quebrada, dijo sentirse reflejada en Otilia y orgullosa de representarla. La también presidenta del Consejo Asesor Regional de INDAP Valparaíso pidió inyectar todos los recursos posibles para reducir la pobreza rural y llamó a los pequeños agricultores a que “se sientan orgullosos de lo que tienen”. Otilia Torres, pequeña criancera caprina en Freirina, describe así su trabajo con las cabras, con las que produce quesos para vivir, y da testimonio también de la imagen propia que muchas y muchos pequeños agricultores y ganaderos tienen desde la pobreza rural. Después del primer ciclo progresista, la restauración neoliberal, ahora con características oligárquicas, instaló gobiernos identificados con el poder privado, lo cual explica su ineficacia para atender los desajustes durante la pandemia, con Estados reducidos al mínimo, incapaces de dar atención a la necesidad de servicios públicos, particularmente en las áreas de educación, salud y seguridad social.
Entre las innovaciones de esta nueva versión se empleó el nuevo marco muestral de viviendas creado por el INE a partir del Censo 2017. Este marco amplió la muestra a 335 comunas e incluyó la dimensión socioeconómica en el proceso de estratificación territorial. Desde la Casa Central de la Universidad de Chile, el ministro de Desarrollo Social y Familia, Giorgio Jackson y la subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete, presentaron los primeros resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica, Casen 2022.
En tal sentido, la variable considerada representa una proxy que corrige e indica que determinados grupos de personas tienen una mayor cercanía al centro urbano que la que sugiere su sola ubicación geográica. Esta es una pregunta clave, especialmente en un mundo “post-pandemia” donde la pobreza, la vulnerabilidad y las desigualdades se han agudizado de manera dramática en Chile, tanto a nivel territorial como también respecto de grupos específicos de niños, niñas y adolescentes. Mientras el promedio nacional de hogares con niños, niñas y adolescentes que viven en pobreza es 15,6%, esta cifra se acrecienta en aquellos pertenecientes a pueblos indígenas (17%); aquellos habitantes de zonas rurales (18%); y en situación migrantes (26%). ¿Políticas de desarrollo económico articuladas con las políticas sociales, entre ellas las de vivienda y urbanización para las áreas rurales?
De esta manera, en cada entrevista se solicitaba la presencia de las tres generaciones y según los estilos familiares, todos participaban activamente. Interesa la mirada cualitativa pues se pretende la comprensión de las complejas interrelaciones que se dan en la realidad, así lo que se espera es una descripción densa, una comprensión experiencial y el mostrar múltiples realidades. Asumiendo que existen diferentes aproximaciones igualmente válidas para conocer la realidad, interesó para esta investigación en particular, una mirada cualitativa al problema, un acercamiento que permite rescatar la lectura de los propios sujetos sobre el tema de investigación.
Los tambos que se han implementado en estos años han estado expuestos a distintas dinámicas (demandas, geografía, recursos, and so on.) que están estrechamente ligados a la cantidad de población y centros poblados que difieren entre el ámbito de influencia de cada tambo. Entonces, para repensar el futuro planteamiento del tambo, no podemos atrevernos a pensar en un diseño, sino que antes debemos indentificar oportunidades proyectuales desde una visión sistemática del territorio. Estas oportunidades proyectuales sistemáticas se clasifican en (1) forma, (2) demanda, (3) localización y (4) programa. En este contexto, los gobiernos han implementado diversos programas sociales y estrategias que tienen como finalidad promover el desarrollo económico y elevar la calidad de vida de la población rural en distintas fases temporales; esto en contraposición al estereotipo en el que el campo y lo rural es comprendido solo como “ocasional”, “bello” y “recreativo”, pero difícil de albergar vida interna o permanente.
En lo demográfico, un declive de su población; en lo económico, las tensiones entre las exigencias del mercado y las gestiones tradicionales del campesinado; en lo institucional se están dando cambios en las articulaciones sociales. De esta manera, se han consolidado estructuras verticales, de sectores agroindustriales y comerciales, que sin duda alcanzan mayor productividad en mejores condiciones de competitividad, que los capitales tradicionales de la agricultura. El autor nos indica, que la modernización de la agricultura ha tendido a hacerla más dependiente del uso de insumos tecnológicos y a propiciar su especialización en función del mercado internacional y los nuevos patrones de consumo; realidad que es posible observar en la Región del Maule. Coexisten en ésta el desarrollo de empresas altamente tecnologizadas que exportan al extranjero, bajo las nuevas condiciones de los tratados comerciales firmados por el país y la pobreza de un sector agrícola al margen de este desarrollo. Uno de los ámbitos humanos donde se representan o reflejan de manera importante todos estos cambios es en la familia, dada su alta vinculación con la economía, la política, la cultura; es así que en cuanto a la economía es productora y receptora de bienes y servicios, así como receptora de beneficios sociales. En relación con la política, es la gran intermediaria entre los individuos y el estado, así como ante otras organizaciones; también en la educación, en cuanto a los procesos de participación ciudadana y los valores y ejercicio de la democracia.
Según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) 2020, la región del Maule fue una de las pocas regiones que registró una disminución en los índices de pobreza. Por ejemplo, en Curicó hay 366 personas en situación de calle, pero nuestra causa solo tiene capacidad para acoger a 35 de ellos. Asegurar el derecho a una salud de calidad y mejorar la eficiencia del gasto público son algunos de los desafíos para el sistema de salud nacional. En este escenario, creemos y trabajamos en un modelo que fomente un adecuado complemento a la salud pública.
Este modelo, luego retomado en las últimas décadas por varios autores, ha sido la base para los actuales modelos de localización ya no solo referidos a actividades agrícolas, sino también a otros tipos de actividades3. En la Figura 1, por ejemplo, solo las actividades más rentables (R1 en el ejemplo) podrían ubicarse a una distancia como D1, y aquellas menos rentables (R3) se ubicarían en lugares más alejados del centro (como D3), puesto que, siendo menor la rentabilidad, los ingresos son menores. Los pilares o principios que deben regir este Piso de Protección Social Sensible a los Derechos de la Niñez, y en general los sistemas integrados de protección smart a los derechos de la niñez, deben considerar el interés superior del niño, la cobertura universal, ser parte del marco institucional y normativo y entregar protección social inclusiva.