Desigualdad Social, Política Y Económica Fue Abordada En Seminario

Según datos usados por Walter Scheidel, “en Estados Unidos, el 1% que más posee entre el 1% más rico (las personas pertenecientes al 0,01% de ingresos más elevados) casi sextuplicó sus beneficios respecto de la década de 1970, mientras que la décima parte más adinerada de ese grupo (el 0,1% más rico) los cuadruplicaba. El resto tuvo un promedio de ganancias de unas tres cuartas partes, lo cual no es desdeñable, aunque dista mucho de los avances que han experimentado los estratos más altos”. El “capitalismo meritocrático liberal”, por su lado, con su organización basada en la democracia y el imperio de la ley, ha fomentado la innovación, la movilidad social y, en suma, el desarrollo económico. Pero la atenuación de dichos objetivos en las últimas décadas, o derechamente el incumplimiento de ellos, quitó brillo al modelo y no sería raro que en un futuro pierda influencia.

generar conocimiento crítico y acciones para potenciar las luchas sociales y sindicales. La afirmación de Friedrich List, citado por Chang, «patear la escalera» por donde subir es lo que ocurre según estos autores con los TLC las normas de la OMC. Los actuales países más desarrollados lograron ese estatus con el apoyo fuerte del estado. Sin embargo, en los TLC y TTP se induce a respetar la libre competencia, lo que inhibe al estado y a proyectos que estarían en una posición monopólica y/o con predominio de la participación o control del estado en países emergentes. Como lo afirma economista Ha-Joon Chang, el conocimiento particular person no conduce al desarrollo, sí lo hace, el conocimiento colectivo.

Entiendo que don Gabriel Valdés se propuso esa tarea, tomando en cuenta que el año ‘ninety, al retornar la democracia, el país corría el severo riesgo de volver a polarizarse. La democracia llegaba con mucha fuerza, pero también, hay que decirlo, los restos de la dictadura estaban aún vivos y presentes. La desigualdad crea incentivos al emprendimiento, en un sentido desigualdad social america latina amplio, más allá del mercado; y la riqueza es un tipo de ahorro que financia inversiones que luego permiten acumular crecimiento; finalmente, un Estado grande y activo, pero muchas veces institucionalmente precario, puede acabar dilapidando cuantiosos recursos. Pero no todo lo que interesa a la academia es útil para la política pública, menos de inmediato.

Movimientos ultraconservadores y de derecha reconocen la crisis social y en respuesta crean teorías conspirativas e increíblemente oscuras. Y, en vez de localizar las disaster en la economía política capitalista, ellos culpabilizan a diferentes minorías. En el corto plazo, debemos luchar – algunas veces ilegalmente – por la preservación de derechos sociales ya ganados y derechos materiales que están siendo suprimidos día a día.

Tanto la creación de una clase alta empeñada en perpetuarse como la polarización entre la élite y el resto de la sociedad constituyen las principales amenazas a la paz social y a la viabilidad del sistema a largo plazo. Por esta razón Dalio propone una serie de medidas que -a su juicio- ayudarían a resolver los problemas que actualmente está provocando el capitalismo en Estados Unidos, como lo son la baja movilidad social, y la desigualdad de ingresos y en oportunidades. Derrumbado el comunismo, desde los 90 hasta acá, simplemente ha habido una farra completa. O sea, el capitalismo no se sintió más amenazado y por lo tanto, quienes son sus centros dirigentes, sus centros ideológicos y sus centros financieros, entendieron que había chipe libre, y por lo tanto, del ninety para acá, desde el derrumbe del comunismo, a nivel global, la sociedad ha caminado hacia formas de desigualdad que nunca antes se había conocido en la historia de la humanidad. Para mí lo que parece más importante en todas estas protestas feministas es que logran combinar de manera exitosa la lucha anti neoliberal tanto en los hogares como en los lugares de trabajo. Ya que es una cuestión sobre una serie completa de trabajos y demandas sociales que simultáneamente incluyen la lucha por justicia reproductiva y mejores condiciones de trabajo, es difícil separar la chispa inicial de estas protestas feministas de la lucha de clases.

Durante el siglo XIX, la parte alta de la sociedad (financieros, rentistas y propietarios de grandes explotaciones industriales) debía su riqueza fundamentalmente a la propiedad del capital. Aunque en el pasado la desigualdad alcanzó cifras superiores a las actuales, las brechas no se veían agravadas por este hecho inédito, y esa separación perfecta que existía entre capitalistas y trabajadores hoy se ha desdibujado. “La desigualdad es mayor allí donde es mayor la cuota de capitalistas ricos por la renta del trabajo”, anota Milanovic, “pero ¿acaso no es bueno que las personas puedan hacerse ricas trabajando? ¿No es mejor acaso que se obtengan rentas más altas tanto del trabajo como de la propiedad, y no solo de esta última? La desaceleración del crecimiento y el aumento de la inequidad en varios países, a lo largo y ancho del globo, ponen otra vez al capitalismo ante un cuestionamiento profundo.

El virus por sí solo no discrimina, pero los humanos con certeza lo haremos, formados y animados como estamos por los poderes entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia y el capitalismo. Una vez hecho el diagnóstico inicial, es imperativo generar herramientas más precisas y profundas que nos permitan complejizar los cuestionamientos que nos hacemos cuando nos referimos a la desigualdad. ¿Es esta una discusión que concierne principalmente a quienes viven en la Región Metropolitana, pero que omite la presencia de otros fenómenos y problemáticas más urgentes a resolver en otras partes del territorio nacional? ¿Puede existir alguna relación entre los niveles de conflicto que se observan en el territorio, la desigualdad y el porcentaje de la desigualdad que explica el 1% más rico?

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Por su parte, el investigador de la Vrim, Hernán Cuevas, explicó que la Vicerrectoría participa de manera activa en la pink desde su creación y que se trata de un esfuerzo encabezado por el Vicerrector, Jorge Rojas. Esta reunión es parte de una serie de citas que se han realizado con grupos de investigación específicos, pero además, la red tiene “reuniones estratégicas y para relacionar a sus ocho socios”. En cuanto al objetivo de este taller, se expuso el trabajo que los investigadores han realizado en la materia y se intercambiaron experiencias con profesores de la Universidad. También, dado que el tema principal de esta visita son los recursos hídricos, se proyectaron encuentros con investigadores del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (Crhiam). El objetivo del taller period discutir los alcances de la teoría del Landnahme, que en palabras de Johanna Sittel, es un concepto que se puede traducir literalmente como “toma de tierra”, pero que en un espectro más amplio habla sobre la expansión capitalista y el efecto que esta tiene sobre los recursos naturales y las personas, entre otros aspectos. “Nuestra intención es aplicar esta thought al sur de Chile, entender cómo la acumulación capitalista está colonizando espacios y esto afecta a la naturaleza y la fuerza laboral.

Según datos de la Encuesta CASEN, la pandemia golpeó duramente a la clase trabajadora en Chile. Si en el año 2017 la pobreza medida por ingresos laborales y pensiones contributivas llegaba a 29,4%; al año 2020 llegó al 39,9% (Fundación SOL, 2021). Recordemos que en nuestro país la mayoría de la población está endeudada, tiene bajos salarios y empleos precarios. El socialismo debe ser la respuesta a la anomia en la que se encuentra la sociedad, prisionera de la ideología que ha sido capaz de crear el sistema capitalista con su penetración en el mundo político. Esta nueva oligarquía, la de la nueva period, está por sobre la democracia, la soberanía de países y del propio mercado. Y está en ese lugar de dominación por el carácter global de su penetración y extensión en el mundo, dado el uso y difusión de las nuevas tecnologías, como por la desregulación que existe en esa industria lo que se facilita por la pobre situación legal en el plano regulatorio y normativo.

A nivel global y regional es claro que también hay un déficit democrático en la forma como actúan las instituciones financieras internacionales como el FMI, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea entre otras. Estas instituciones son dominados por los países ricos, a pesar de que en la actualidad en la actualidad más de la mitad del PIB mundial se genera en economías fuera de la OECD (países en desarrollo y economías emergentes) como lo ha mostrado los mismos estudios de la OECD. Por otra parte, el contenido de la condicionalidad detrás de la concesión de recursos financieros por estas instituciones responde a ajustes asimétricos en que los intereses de los acreedores están muy bien representados y el de los deudores sólo son débilmente considerados, lo que facilita imponer políticas de austeridad a naciones debilitadas por el alto endeudamientos y por la crisis.

También combatió la actitud de la izquierda inglesa, la de la “Tercera Vía” de Tony Blair, que asumió que la desigualdad era el costo inevitable del crecimiento. Para Atkinson, en cambio, “hay pasos que pueden dar los gobiernos, las firmas, los sindicatos y las organizaciones de consumidores para desigualdad mundial 2022 reducir los presentes niveles de desigualdad. Y reclamaba que la “Tercera Vía” y sus seguidores en el mundo no se hayan atrevido a actuar frente a los mercados, en defensa de las familias. Una tercera tendencia, fue la corriente socialista, impulsada por sectores pertenecientes a la clase trabajadora.

De este modo, directa o indirectamente, se aplanaban las desigualdades que solían incrementarse en tiempos de paz. De ahí que, para el autor, comprender esas “fuerzas niveladoras” que han surgido en la historia pasada parece essential para adoptar políticas y medidas concretas que nos permitan combatir pacíficamente la desigualdad en el presente y futuro. Por otra parte, el capitalismo del siglo 21 en su variante neoliberal ha llevado a una alta concentración de riqueza e ingresos en pequeñas elites que distorsionan la representatividad y operación del sistema político y cuestionan la relación entre capitalismo y democracia.

Sin embargo, es cierto que son reacias a renunciar a cual­quiera de las comodidades y facilidades que les ha proporcionado el productivismo. Lo que falta no es el deseo de participar en la vida cívica, sino claridad sobre cómo reconciliar la implacable presión del capi­talismo por el cambio —“todo lo sólido se desvanece en el aire”, como lo expresó Marx— con la necesidad humana de un mínimo de estabilidad y tranquilidad. Capitalismo, nada más nos dice mucho sobre lo prime­ro, pero sobre lo segundo su único consejo —aparte de unas pocas modestas recomendaciones de política pública, como cobrar impuestos a los ricos, financiar generosamente las escuelas públicas y prohibir todo menos un limitado financiamiento gubernamental de las campañas políticas— es la desesperación. El imperativo de aislar coincide con un nuevo reconocimiento de nuestra interdependencia global durante el nuevo tiempo y espacio de la pandemia.