Además, es importante mencionar que las desigualdades no se limitan a una sola esfera de la vida, sino que se manifiestan en distintos ámbitos, como lo son el económico, el cultural, el social y el político. Es importante abordar la desigualdad social como un problema estructural, implementando políticas públicas eficientes que promuevan la equidad y la justicia social. Esto implica acciones como la redistribución de la riqueza, la garantía de derechos básicos para todos los ciudadanos y la promoción de igualdad de oportunidades en todos los ámbitos de la sociedad. Además de la distribución de la riqueza, otros factores que contribuyen a una mayor desigualdad social, son las diferencias de género y de origen étnico-racial.
La desigualdad social no tiene una única causa, sino que es una consecuencia del modo en que ha transcurrido nuestra historia como especie. Durante el mismo período, la riqueza acumulada de cerca de 5000 millones de personas a nivel international se ha reducido. Las penurias y el hambre son una realidad cotidiana para muchas personas alrededor del mundo.
Esto es fuente de desigualdades económicas, educativas y legales, naturalmente, como que las mujeres cobren sueldos más bajos por hacer el mismo trabajo que un hombre (la llamada “brecha de género”). Otra de las propuestas para combatir la desigualdad social es reducir las brechas salariales, lo que es una causa directa en la marginación social, el empobrecimiento y la explotación laboral. La reducción de las brechas salariales implicaría cambios en la legislación laboral que contemplen la desigualdad de género y la nivelación general de los salarios de manera que el valor del trabajo realizado sea retribuido equitativamente.
Se da en entornos rurales y de baja industrialización donde hay escasos recursos económicos y tienen un mayor impacto problemas como el cambio climático, el acceso a escuelas, hospitales y agua potable, y las enfermedades atacan con mayor virulencia. Según el Banco Mundial, el 80% de las personas en situación de pobreza extrema y el 75% en situación de pobreza moderada residen en áreas rurales. Es un concepto que se ha desarrollado desde la Sociología, y que hace referencia a la distribución de la renta en una sociedad. Es decir, una persona está en situación de pobreza relativa cuando carece de recursos en comparación con el nivel de vida medio de la sociedad en que vive. Como subraya Luis Ravina, “cuando la desigualdad es muy alta se pone en peligro la paz social y dificulta el crecimiento económico. Para Miguel Bustos, es un indicador más acertado que el de la pobreza absoluta, pues hace ver que en entornos cercanos y en sociedades desarrolladas, pueden darse situaciones de pobreza.
Es importante destacar que la desigualdad social no es inevitable ni pure, sino que es el resultado de decisiones políticas y económicas. Para combatir esta problemática, es necesario impulsar políticas públicas que promuevan la igualdad de oportunidades, redistribuyan la riqueza de manera más justa y garanticen el acceso common a servicios básicos como la educación y la salud. El desempleo y las brechas salariales son dos causas de desigualdad económica que involucran también desigualdad social. En resumen, la desigualdad se evidencia en el día a día a través de la brecha económica, la discriminación social, la disparidad educativa y el acceso desigual a servicios básicos. Estas manifestaciones de desigualdad afectan la calidad de vida de las personas y perpetúan la inequidad en la sociedad. Las desigualdades sociales no solo se manifiestan en la falta de acceso a ciertos bienes y servicios, sino que también abarcan aspectos como la discriminación por factores como el género, la raza, la etnia, la orientación sexual, entre otros.
En la actualidad, este tipo de desigualdad es vista en países subdesarrollados, así como en personas migrantes, que debieron salir de sus países de origen por violencia, y falta de acceso a oportunidades. La desigualdad social se entiende como la disparidad entre personas o sectores sociales en relación a varios aspectos, por ejemplo, el político, económico y educativo. El bienestar físico y psicológico de las personas puede verse afectado cuando se dificulta el acceso a los servicios de sanidad por falta de recursos económicos. Estudios del Journal of Gerontology han indicado que las personas más acaudalas viven con buena salud por un tiempo más prolongado que los pobres.
La pobreza estructural, la violencia, la delincuencia, la pobreza y los conflictos bélicos son factores que disparan los números de las diferentes desigualdades. Son todas aquellas personas obligadas a abandonar sus países o regiones de origen a causa de guerras o conflictos políticos, sufriendo inequidad de acceso a los derechos básicos como salud y educación, convirtiéndose en su mayoría refugiados. Se entiende por desigualdad social a una situación de disparidad o desventaja de alguna porción de la ciudadanía de un país, o entre países de una región, o entre regiones del mundo, respecto a otras que se ven favorecidas injustamente. Según Unicef, “los niños tienen más probabilidades de vivir en la pobreza que los adultos. A pesar de constituir un tercio de la población mundial, representan la mitad de quienes luchan por sobrevivir con menos de 1,90 dólares al día.
La desigualdad social es un fenómeno muy complejo y que se manifiesta de muchas maneras, y en todo caso es un obstáculo para el desarrollo individual de los más desfavorecidos, pero también de la sociedad como un todo. La comprensión de este fenómeno y el de la desigualdad económica, uno de sus factores más importantes, constituye un primer paso para poder solucionar esta problemática y mejorar el nivel de vida de los más perjudicados. A pesar de la variabilidad existente entre nuestras sociedades hoy en día, es posible medir el fenómeno de la desigualdad socioeconómica en cada una de ellas por medio de indicadores que permitan comparar la situación entre países respecto a uno o varios aspectos. Sus capacidades los hacen muy útiles para fines analíticos, algo que agradece todo texto argumentativo sobre la desigualdad social.
Sin embargo, es bueno aclarar que es mucho más seen en aquellos países que más sufren los efectos de la pobreza, la marginación y la exclusión. Por lo common, la guerra no solo es una manifestación de la falta de convivencia, tolerancia y respeto por los distintos grupos sociales que interactúan dentro de un mismo espacio. También se usa como un método para reforzar el poderío de ciertos grupos sociales sobre otros, bien sea por razones religiosas, culturales, ideológicas, étnicas, raciales o de origen. Quienes ganan las guerras, además, son casi siempre los que se apoderan del derecho de acceder a los recursos y las fuentes de ingresos que en principio tienen una naturaleza común. Otra forma de desigualdad social, aunque quizá más sutil que las anteriores, se aprecia cuando las instituciones, entidades y organismos públicos se revelan bajo el dominio de unos pocos grupos. Cuando esto pasa, la intención de dichos grupos es excluir al resto de las personas para que no puedan acceder al Estado como tal y, por tanto, no participen activamente de las decisiones que a todos les incumben.
Reducir la desigualdad en y entre los países es el décimo objetivo entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, lo que da cuenta de la importancia del tema en la agenda world. Uno de sus agravantes es la disminución del poder adquisitivo, que es propio de los contextos de inflación o hiperinflación. La desigualdad salarial es aquella que nace de los pagos desiguales por la realización de un mismo trabajo. Los grupos sociales más afectados son las mujeres, los jóvenes adultos y los inmigrantes ilegales. En algunas sociedades se trata de un tema vinculado exclusivamente con la clase socioeconómica, mientras que en otros lugares implica también consideraciones sobre la raza, la religión, la orientación sexual, and so forth.
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