También puede limitar la diversidad de perspectivas y habilidades en la investigación científica, lo que puede limitar los avances y descubrimientos. Los gobiernos tienen la responsabilidad de llevar a cabo políticas que no favorezcan la desigualdad económica y, en caso de que esta exista, tomar las medidas oportunas para mitigarla con el fin de no coartar los derechos de la ciudadanía. La desigualdad económica está asociada a otro tipo de desigualdades, y, juntas, aumentan el peligro de caer en la marginación. No es fácil fijar un momento exacto en que unas comenzaron a ser más ricas y otras más pobres. Sin embargo, podemos encontrar el germen de la desigualdad económica en los inicios de la industrialización. El Diccionario Cambridge de Sociología (p.338) define las oportunidades vitales como «el acceso que tiene un individuo a bienes sociales y económicos valiosos, como la educación, la atención sanitaria o unos ingresos elevados».
La Declaración de los Derechos del Hombre, en 1789, y la aprobación de la Carta de los Derechos Humanos, en 1948, son dos acontecimientos esenciales en este sentido. La desigualdad social es una situación socioeconómica que se presenta cuando una comunidad, grupo social o colectivo desigualdad social por la tecnologia recibe un trato desfavorable con respecto al resto de miembros del entorno al que pertenecen. La desigualdad social es una circunstancia socioeconómica en la que un colectivo o comunidad son tratados de manera diferente por los demás sujetos o grupos de su entorno.
La promoción de la igualdad de género es esencial para lograr una sociedad justa y equitativa donde todas las personas tengan las mismas oportunidades y derechos, independientemente de su género. Imagina que estás en una reunión laboral y notas que las mujeres están subrepresentadas en puestos de liderazgo. A pesar de tener habilidades y cualificaciones similares, la desigualdad de género persiste en el mundo laboral.
Tanto es así, que un estudio del Banco Mundial indica que un tercio del ingreso generado por la economía chilena en 2013 fue captado por el 1% más rico. Por ello, es relevante considerar este aspecto como una verdadera traba al desarrollo, cuando se bloquean las oportunidades y se traduce en un acceso poco equitativo al poder político y económico. Muchas personas y familias españolas no son capaces de repartir sus escasos recursos y poder vivir en condiciones dignas.
CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica. A pesar de que estas cifras pueden ser informativas, siguen escondiendo una heterogeneidad territorial de la que pocas veces se habla. La reflexión respecto a las especificidades de los territorios es fundamental para comprender la profundidad de la centralización en Chile, y asimismo para explorar la relación existente entre conflicto social y concentración de la riqueza.
Estos ejemplos ilustran cómo la desigualdad social puede afectar distintas áreas de la vida de las personas, generando brechas entre aquellos que tienen más recursos y oportunidades y aquellos que tienen menos. Combatir la desigualdad social es un desafío importante para promover sociedades más justas e inclusivas. La desigualdad social se refiere a la existencia de diferencias significativas en el acceso a recursos, oportunidades y derechos entre diferentes grupos en una sociedad.
También en el acceso a medios tecnológicos de última generación, así como a información veraz y de calidad. También se ve reflejado en la representación política, visibilidad religiosa y cultural e inclusive acceso a una alimentación y vivienda digna. Pudiendo ser imperceptibles para clases altas y muy difíciles de cubrir para las clases más desfavorecidas, trayéndoles problemas legales con el estado.
Las personas víctimas de las desigualdades anteriores tienen más posibilidades de encontrarse en una situación de pobreza o de riesgo. Y que, además, salir de esta situación o de que lo hagan sus descendientes se antoja como un hecho bastante complicado. La desigualdad de género tiene un impacto profundo en la vida de las personas, limitando oportunidades, derechos y desigualdad social entre paises el pleno desarrollo de su potencial. Las guerras y los conflictos armados que existen en muchos países del mundo producen el desplazamiento de millones de personas que buscan un lugar seguro en el que vivir y tener un futuro. En algunos países, los refugiados sufren situaciones de rechazo, xenofobia y discriminación, lo que les lleva a una situación de desigualdad.
Países como El Salvador y Chile redujeron en el mismo periodo su coeficiente de 0.540 a 0.380 y de 0.572 a 0.466 respectivamente. Todo esto genera desigualdad social a mediano y largo plazo y cut back las oportunidades de vida de las minorías étnicas. La desigualdad social es el resultado de la jerarquía o estratificación social, siendo la clase, el género, la raza, la etnia o la sexualidad parte de la experiencia de la desigualdad social. La desigualdad social puede limitar el acceso a recursos y financiamiento para proyectos científicos. También puede limitar la diversidad de perspectivas y habilidades en la investigación científica. Se tienden a sustentar las políticas públicas mediante las aportaciones de las personas trabajadoras y las familias, mientras que se busca reducir la fiscalidad a las personas pudientes y grandes compañías.
Considerando de manera conjunta estos diez países, 94% de los hogares del último quintil tiene computadora para tareas escolares y 98% conexión a internet, mientras que en los del primer quintil los porcentajes descienden a 29% y 45% respectivamente9. Es decir, es posible observar que las desigualdades digitales y las laborales y educativas se acoplan y se refuerzan mutuamente. El estudio antropológico y arqueológico de las sociedades ha revelado que las sociedades paleolíticas eran bastante igualitarias.
Tanto por la persistencia de instituciones sociales que reproducen estas desigualdades, como el machismo en el mercado laboral, como por los factores que amplifican diferencias que se circunscriben al ámbito cultural y étnico, en el círculo vicioso de la pobreza. La pandemia encontró a los países de América Latina con economías frágiles, disaster políticas, desconfianza en las instituciones y sistemas de salud que debieron enfrentar un nivel de demanda sin precedentes y se vieron obligados a reorganizarse rápidamente para poder dar una respuesta. Sin embargo, en algunos casos han logrado ir sorteando la situación sin llegar a colapsar, aunque de nuevo, dentro de cada país se han evidenciado situaciones muy diferentes entre sí. La desigualdad social se refiere a las diferencias en el acceso a los recursos y oportunidades en diferentes segmentos de la población. Se pueden tomar varias acciones para abordar la desigualdad social, como mejorar el acceso a la educación y la capacitación científica, reducir la brecha digital y mejorar el acceso a los servicios públicos.
En las modernas sociedades postindustriales occidentales, la desigualdad tradicional ha disminuido, en parte debido a factores materiales y organizativos y en parte también debido a las luchas del movimiento feminista. Rousseau, en su obra sobre el origen de las desigualdades, utilizando lo que él llama el estado natural del hombre, deriva la desigualdad del hombre del estado social. El hombre no nace con la desigualdad sino después de que se compara con sus semejantes y ve sus diferencias, es entonces cuando se pierde la igualdad del ser humano. Rousseau cube que la desigualdad debe su fuerza y su aumento al desarrollo de nuestras facultades y a los progresos del espíritu humano y se hace al cabo legítima por la institución de la propiedad y de leyes. En la evaluación de la concentración del ingreso mediante el Coeficiente de Gini, México también entra en el prime de países con mayor desigualdad. Para 2016 el Banco Mundial calculó un coeficiente de 0.483 mientras que en 1990 se encontraba en 0.537, situación que refleja modestos avances en cierre de brechas de desigualdad.
En su discurso, Angel Gurría (Secretario General de la OCDE), declara que la experiencia chilena enriquecerá el acervo de la OCDE en cuestiones clave, siendo un ejemplo al combinar crecimiento económico y mayor bienestar social. Gurría comentó que Chile ocuparía un lugar que le pertenece por mérito propio, cuyo objetivo es que comparta sus buenas prácticas y políticas públicas con los demás países de la OCDE. Además enfatizó que Chile sería parte de este conjunto de países que ayudan a que la economía mundial sea más fuerte, limpia y justa (informa oecd.org, el día eleven de Enero de 2010, a través del titular “Chile, primer país sudamericano miembro de la OCDE”).
Las disparidades socioeconómicas pueden conducir a la exclusión social, la discriminación y la marginalización de ciertos grupos de personas. Esta situación puede generar resentimiento, protestas y descontento social, lo que afecta la cohesión y estabilidad de las comunidades. La desigualdad amenaza el desarrollo social y económico a largo plazo, frena la reducción de la pobreza y destruye el sentido de realización y autoestima de las personas.