Además de aprovechar la oportunidad de la incorporación del 5G, se requiere también avanzar en políticas públicas de largo plazo que garanticen el acceso a Internet gratuito para estudiantes que más lo necesitan y sus familias a través de redes públicas, entrega de dispositivos como tabletas o computadores, así como apoyos especiales para la cobertura en zonas rurales. En zonas urbanas, solamente seventy six por ciento de la población ha utilizado Internet y 50 por ciento en zonas rurales. Esto implica que los estudiantes de escuelas rurales tienen menos probabilidades de acceder a la educación a distancia desde sus hogares. En tercer lugar, las desigualdades en capital cultural se asocian también a las disparidades en acceso a Internet. Así, solamente forty one por ciento de la población sin educación formal tiene acceso a la web, lo que contrasta con el ninety eight por ciento de los profesionales con postgrado. Esa promesa debería ser transversal a toda la sociedad y no estar reservada para aquellas personas que puedan costear las mejoras, o que puedan pagar el precio de no tener que someterse a aplicaciones abusivas de la tecnología.
El acceso common a la tecnología de la información y las comunicaciones es clave para superar pobreza, disminuir desigualdades, mejorar la calidad de la educación y la salud, mejorar el desarrollo económico, facilitar la inclusión social y permitir una mejor protección del medio ambiente. De manera que no basta poner todos los servicios empresariales de manera digital; se requiere también la capacitación de las mujeres para el uso de las tecnologías y la infraestructura de telecomunicaciones para llevar estos servicios hasta los territorios rurales más remotos. Por otro lado, la expansión de los teléfonos celulares en América Latina ha sido amplia, ya que para muchas personas proveen más que una forma fácil de comunicarse y obtener información. Una conexión a internet constituye también una herramienta de acceso a servicios esenciales, vinculados a la educación, la salud o al desarrollo económico.
Este tipo de medida puede impactar en el acceso de personas no registradas –como personas sin techo e inmigrantes– al servicio. En una ciudad de las dimensiones de São Paulo, las tarjetas que permiten la integración con descuento a distintos tipos de transporte son fundamentales para la locomoción de gran parte de la población al trabajo, escuela y actividades culturales. El bloqueo o imposibilidad de acceso a medios de transporte puede tener un gran impacto en la vida y el desarrollo de las personas.
Pues bien, con este mismo énfasis la actividad legislativa ha sido clave, desde leyes como la velocidad mínima de web, el roaming automático, las contraprestaciones en la asignación de espectro, la portabilidad total de servicios fijos y móviles y la discusión sobre el acceso a Internet como un derecho y como un servicio público de telecomunicaciones. “Lo que hemos visto en todo el mundo, sobre todo a raíz de la pandemia, es un aumento drástico de las formas en que las personas y los gobiernos dependen de diversas formas de tecnología emergente. Se ha demostrado que muchas de estas tecnologías, especialmente las basadas en un modelo de negocio de extracción de datos, perjudican a los grupos marginados de formas que a menudo perpetúan o exacerban desigualdades estructurales”, ha declarado Eliza Aspen, investigadora sobre tecnología y desigualdad en Amnistía Internacional. Un puente al desarrollo sostenible en tiempos de pandemia”, se encuentra que la población rural de Latinoamérica y el Caribe enfrenta una profunda brecha digital. El estudio señala que Guatemala se encuentra entre los nueve países con con menor conectividad rural y el Censo Nacional de Población y VII de Vivienda 2018, no muestran una mejoría.
En primer lugar, de acuerdo a los datos de País Digital, el porcentaje de usuarios de Internet en Chile es cercano a seventy five por ciento, pero la distribución de este porcentaje no es homogénea entre distintos grupos sociales. Esto, no sólo incrementa la brecha formativa, como evidencian estudios internacionales al respecto, sino que genera una desigualdad social que se expende al acceso, uso y manejo de las nuevas tecnologías, y ahora en el dominio de lo que se puede enseñar a hacer o no con la IA. Por su parte, Chile inició en 2019 la implantación piloto de una herramienta que busca detectar a niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo.
En quinto lugar, cerca de 20 por ciento de los hogares de Chile son monoparentales, lo que implica que los niños y niñas de esos hogares es probable que tengan escasas opciones de apoyo y acompañamiento en casa durante el periodo de educación en línea. El año 2016 el Instituto de Estadísticas de la Unesco elaboró un informe en el que señalaba que a nivel mundial faltarían alrededor de forty four,4 millones de docentes, indicando que en determinadas áreas esta escasez tendría porcentajes muy, pero muy altos. En Chile, este problema ha sido relevado por Elige Educar, que, en su informe de 2021, proyectó un déficit de 33 mil docentes al 2030. El profesor de la PUC detalló que dentro de este enfoque alternativo, uno de los principales hallazgos es la fuerte disminución de los ingresos reales de los trabajadores que cuentan sólo con enseñanza media o inferior, frente al gran aumento en los salarios reales de los trabajadores con pregrados universitarios y postgrado, además del aumento en las horas trabajadas por estos últimos.
“El contexto en el que se desarrollan y despliegan estas tecnologías es crucial porque, especialmente como vemos desde 2020, los resultados sanitarios y económicos están cada vez más ligados a desigualdades raciales, económicas y sociales previamente existentes. Brechas digitales examina cómo una serie de nuevas tecnologías son cada vez más fundamentales para el acceso de las personas al trabajo y a servicios esenciales en todo el mundo, y pueden afectar a la capacidad de las personas para acceder a la atención sanitaria, la vivienda, la educación, la protección social y otros servicios esenciales que son centrales para los derechos humanos. Los derechos laborales y la tecnología son un área de especial atención en Brechas digitales, ya que gobiernos de todo el mundo han lidiado con la explotación laboral humanaque a menudo se encuentra en el centro de muchas herramientas de IA generativa.
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