De La Benevolencia A La Ciudadanía Compasiva: La Recuperación De Conceptos Claves Para El Cultivo De La Democracia

Se trata de la creencia según la cual las posibilidades de la persona que experimenta la emoción son parecidas a las del que padece el sufrimiento. Es, pues, un constructo que trata de salir al paso a la situación en donde otros (particularmente personas distantes o ajenas a mi entorno) no son considerados como fines en sí mismos, es decir, partes importantes del propio esquema de objetivos y proyectos (Nussbaum, 2008). Para nuestra autora la compasión es un sentimiento que va asociado directamente con la justicia y ocupa un lugar central en sus propósitos educativos y en su perfect de construir una nueva cultura política pública. Con la compasión se garantiza que los sujetos se apropien de la fragi lidad y sufrimiento de los otros lo que hace que sea una emoción ethical elementary o la emoción social básica (Nussbaum, 1996). Por tanto es una emoción que requiere un conjunto complejo de conceptos relacionados con los valores morales, una conciencia de las distinciones morales, de lo correcto o incorrecto, justo o injusto, y una capa cidad adaptativa para interpretar correctamente el estado mental de alguien que puede influir en nuestro bienestar (Izard, 1977; Lewis, 1993; Neblett, 1981).

De esta unión entre compasión y deseo de justicia política surge lo que Nussbaum denomina la noción de ciudadanía compasiva que se desprende de su teoría cognitivo-evaluadora de las emociones. La compasión hace parte de este grupo de virtudes que guardan un estrecho vínculo con la naturaleza de las emociones del agente, sus motivaciones y deseos, de tal forma que es un concepto que hoy en día tiene enorme relevancia normativa tanto para la vida particular person como para la deliberación pública. Lo anterior significó en la reflexión filosófica la aparición de diferentes discursos y formulacio nes conceptuales que reivindicaban el amor a la humanidad y un intento por exaltar la naturaleza buena del ser humano que propende por la justicia en lugar de la tesis del hombre gobernado por el interés egoísta1, o la naturaleza corrompida y caída del ser humano proclamada por la teología calvinista de los siglos XVII y XVIII2. Frente a lo anterior, mucha gente siente el malestar en lo que se vive, pero difícilmente se dan a la tarea de ensayar nuevas experiencias de vida que reconstruyan esos lazos sociales que se han perdido bajo el signo de la apatía.

No en vano, el primer tratado con el que se inicia el tomo I de la Biblioteca Española Económica-Política, realizada a finales de siglo por Sempere y Guarinos, trata concretamente de la Policía de España acerca de los pobres, vagos y malentretenidos[15]. Y, sin ánimo de ser exhaustiva, otros autores que se pronunciaron largamente sobre el tema fueron Bernardino Ward, Feijoo, Ustariz, Foronda, Meléndez Valdés, Aranda, Olavide, Cabarrús, Anzano, Forner, Jovellanos, Campomanes o Floridablanca. Pero al comprobar la interpretación que se hacía de las mismas, se decidió a replicar a Juan de Medina exponiendo cuál era, a su parecer, el verdadero sentido de las normas. En su opinión, el Derecho tradicional a pedir limosna no podía ser coartado de ninguna manera, dejándose la asistencia en manos de organizaciones asistenciales que siempre serían parciales o artificiosas a la hora de prestar los auxilios.

tratado de socorro de los pobres

En 1577 comienza la construcción del primer templo de la ciudad, ubicado frente a la Plaza de Armas, donde se encuentra hoy. Este punto tiene relación con la idea de lograr empatía, así sea imaginaria, con la situación del otro, «ponerse en sus zapatos» y pensar que ese otro podría ser yo en forma real o hipotética atra vesando tal adversidad porque soy un ser humano igual de susceptible y expuesto continuamente a los avatares de la fortuna. Para este filósofo ilustrado, por tanto, el sentimiento ethical es asumido como una facultad de la naturaleza humana que le permite al hombre descubrir el mundo moral. En definitiva su esencia consiste en captar la dimensión buena o mala de los actos o caracteres morales.

Así como los sentimentalistas modernos realizaron importantes esfuerzos por establecer relaciones entre los sentimientos y la vida moral, actualmente encontramos autoras como Martha Nussbaum que defienden un fuerte vínculo entre emociones, moralidad y justicia política. No es que exista un continuum teórico entre los sentimenta listas y la obra de la filósofa norteamericana, pero ciertamente nos encontramos ante dos reflexiones filosóficas que pueden establecer un dialogo al compartir conceptos morales claves como la be nevolencia y la compasión que configuran nuestra textura emocional. Estos principios filosóficos que defienden un papel decisivo de los sentimientos en la vida ethical anteceden a muchas de las discusiones ac tuales sobre la relación entre ethical y emociones, y constituyen las bases para comprender la conexión que hoy en día tiene una filosofía de las emociones con las reflexiones sobre justicia social, derechos humanos y calidad de vida. La idea de Nussbaum tiene cimientos asentados en la filosofía y en la psicología, su orientación es más existencial y enraízada en la noción aristotélica de florecimiento humano que nos invita a una preocupación auténtica por proteger el conjunto de potencialidades fundamentales del ser humano que es necesario desarrollar para que un individuo alcance la plenitud de lo que implica ser persona. De hecho los detractores de la compa sión, como Nietzsche, recurren frecuentemente a la imagen de la piedad cristiana, caracterizada en su sistema de pensamiento como el «sentimiento de los débiles», para criticar y poner bajo sospecha a esta emoción que precisamente Nussbaum quiere rehabilitar al indicarnos un camino para evitar en lo posible cualquier forma de sufrimiento, y para ampliar, educar y estabilizar el interés por los demás. Para explicar cómo opera este sentido ethical, Shaftesbury recurre al mundo de la experiencia para hacer un tipo de comparación analizando cómo obran los sentidos.

Debido al notable aumento de la población en el sector oeste de la ciudad de Osorno, y la necesidad de atender debidamente la espiritualidad de las nuevas familias de este sector, el 26 de diciembre del año 2007, fue creada la parroquia dedicada al Espíritu Santo, en Rahue Alto. La devoción a la Virgen de la Candelaria llegó a Osorno en 1794 cuando un grupo de personas vino a poblar la ciudad. Ese año se fundó la misión San Juan Capistrano de Coyunco, ubicada al norte de Osorno, donde se comenzó a celebrar la fiesta de la Purificación de Nuestra Señora de la Candelaria. Una de las celebraciones que ha tomado mucha fuerza en los últimos tiempos, es la de San Sebastián. En esos días asisten a misa miles de personas, con lo que es posible apalear un poco los costos pastorales de la parroquial y sus capillas.

La parroquia San Bernardino de Quilacahuín nació del tratado de paz celebrado con los pueblos indígenas de la zona en el año 1793, y correspondió a los padres franciscanos el mérito de su fundación y la cristianización del sector. El 30 de marzo de 2010, la municipalidad de Osorno entregó en comodato el terreno, ubicado en intersección de las calles 12 de octubre, Madrid y Segovia, de la población V Centenario, con una superficie de 2002 metros cuadrados, para la construcción del templo parroquial. El 20 de enero de 1966 se obtuvo la escritura del terreno para la construcción del templo parroquial. Ese mismo año llegó el Padre Remo Pastrín, quien inició un trabajo misionero con los jóvenes fundando los centros juveniles. En el sector de Chuyaca, la capilla Santa Rosa estaba por derrumbarse, y con la autorización del Obispado fue trasladada la imagen de la santa hacia el nuevo templo, donde rápidamente se estableció la devoción a Santa Rosa, y con ello la formación de una entusiasta comunidad y una explosiva labor pastoral.

Pero la asistencia limitada de fieles frustró el deseo de muchas personas ansiosas de participar em el servicio religioso. Durante la última década del siglo pasado, se dio inicio al proyecto de terminación exterior del templo, con íconos en mosaico sobre los muros de la fachada principal. La iniciativa, apoyada por el entonces Obispo de Osorno, Monseñor Alejandro Goic, gracias al esfuerzo y la constancia del ex párroco de parroquia San Mateo Apóstol, padre Bernardo Werth y de toda la Iglesia diocesana, se llevaron a cabo diversas obras de mejoramiento y hermosamiento del templo. Dos años más tarde, el 1 de mayo de 1962, monseñor Francisco Valdés Subercaseaux bendijo la puesta de la primera piedra, que marcó el inicio de la nueva edificación del templo parroquial dedicado a San Mateo Apóstol, y el 24 de noviembre de 1977, aun cuando no contaba con la actual torre, el nuevo templo fue bendecido y consagrado. Cinco años después, ya fallecido el primer Obispo de Osorno, el 3 de septiembre de 1982 se realizó la entrega a la comunidad del templo, en el estado que lo conocemos hoy.

Es en este contexto en donde Nussbaum da cabida a la empatía (o imaginación comprensiva, como suele llamarla en algunas reflexiones) como un tipo de reconocimiento o comunidad entre yo mismo y ese otro que está sufriendo. El reconoci miento de otros como personas semejantes a uno mismo permite la extensión de este interés a las necesidades y deseos de las personas en general o a los de algún individuo specific cuya situación deja de ser indiferente. La imaginación empática acerca de las posibilidades y los obstáculos que están presentes en la vida de otra persona acorta la distancia que muchas veces establecemos con los demás, con su vulnerabilidad, con su dignidad como persona. Sin ese reconocimiento es probable que permanezcamos en la indiferencia al no valorar a la otra persona como parte del propio ámbito de preocupaciones y, por lo mismo, se opaca la extensión del interés por los demás. Hay cosas realmente malas que les pueden suceder a las personas, sin mediar ningún fallo por su parte, o situándose más allá de su fallos.

El 7 de febrero del año 2016, nuevamente el templo queda totalmente dañado, y hay necesidad de una nueva reconstrucción, la cual es asumida rápidamente por los sacerdotes de la preciosa Sangre y los fieles que comienzan a trabajar y a golpear puertas para levantar lo antes posible la parroquia dedicada a San Sebastián. En 1994, asumió el padre Teóforo de Jeu, quien se encontró con una parroquia rural y una población donde se vivía mucha pobreza y cesantía. Con la donación de un predio, y la compra de un retazo de terreno, se construyó el nuevo templo en 1998, bajo la administración parroquial del padre Juan Jansen. La parroquia Cristo Resucitado fue fundada en 1975, y su nacimiento proviene de la Iglesia de la Candelaria en la Misión Rahue. La superficie parroquial de Cuínco es de 50 por 15 kilómetros y su población en un 90% es del pueblo Mapuche Huilliche.

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