La que más rechazo provoca en la población es la disparidad en el trato y dignidad que, por ejemplo, se materializa en la atención de salud. La sociedad se fragmenta en grupos sociales que viven como si habitaran en naciones de nivel de desarrollo opuesto. Así, hay personas que son denigradas y discriminadas, en tanto otras desarrollan una actitud de superioridad fundada en la posesión de cargos o tenencia de dinero. Si se ordenaran las regiones del mundo, cube Contreras, Lationamérica aparece como una región de alta desigualdad. El malestar frente a las desigualdades, sobre todo aquellas que hieren la convivencia humana, han dado curso últimamente a diversas formas de manifestación social en el mundo entero, incluyendo algunas marcadas por la violencia. Sin embargo, ni las desigualdades ni los estallidos sociales son nuevos en la historia de la humanidad.
En V Seminario de Vocación Social se abordarán en la Casa Central los desafíos que impone el precise panorama. Buen análisis de los beneficios de la economía y como las buenas decisiones nos han traído a una época de luz, placer y conocimiento. 11La “crisis de Galilea” ocurriría, según algunos exégetas, luego de la segunda multiplicación de los panes, estaría señalada por la confesión de Pedro, y sería seguida por la primera predicción de la pasión (ver Mc 8 y par.). Asimismo, el Usuario se compromete a cerrar su cuenta al last de cada sesión y a notificar a Bibliometro de manera inmediata cualquier pérdida o acceso no autorizado por parte de terceros a su contraseña. Será de exclusiva responsabilidad del usuario mantener la confidencialidad de su contraseña, asumiendo personalmente cualesquiera actividades que se realicen o que tenga lugar mediante la utilización de los mismos. Constituyan información privilegiada y/o elementos protegidos por derechos de propiedad industrial o intelectual, o información sobre la cual tiene un deber de confidencialidad, and so paises por pobreza forth.
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María Luisa Méndez, académica de la Universidad Católica e investigadora principal de Centro de estudios de Conflicto y Cohesión Social (Coes), señala que el trabajo de PNUD muestra las bases históricas de la desigualdad. Un fenómeno que parte en las haciendas, se dio en el desarrollo de la minería y posteriormente se profundiza con la instalación del modelo neoliberal. «Va mostrando que hay una configuración histórica estructural que involucra distribución de recursos, una institucionalidad, un marco normativo y uno legal que le da forma a esta distribución altamente desigual de ingresos y de representación política». Cabe preguntarse, por último, si el valor de la igualdad no podría ser mejor promovido por parte de la Iglesia católica, en su servicio al mun do, si no se abordan, por ejemplo, las inequidades en la forma de soste ner roles y la distribución del poder al interior de ella (Castillo, 2017). Parece ser esa una de las preocupaciones del papa Francisco (2013), cuando al comenzar su pontificado afirmó que “todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Porque ‘el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral’ y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales” (EG, n° 103).
Sin embargo, una vez comparados los datos de hombres y mujeres en todos los campos considerados, y tras realizar las pruebas de significación estadística, vimos varias cosas que llamaron nuestra atención. Con el objetivo de analizar posibles diferencias entre mujeres y hombres, llevamos a cabo un análisis de 21 yacimientos diferentes distribuidos a lo largo y ancho de la geografía ibérica. Todos ellos pertenecientes al Neolítico, desarrollado en la península entre los milenios VI y IV a.C. En estos 21 yacimientos se habían excavado y estudiado antropológicamente un total de 515 esqueletos, lo que supone una cifra considerable para este período. La sensación de haber mejorado con respecto al pasado está acompañada por la angustia que muchas veces produce el presente, o aún más el futuro, ya sea por la dificultad para mejorar más, lo suficiente para estar tranquilo, o sostener la posición alcanzada.
Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile” contiene datos que cuantifican la desigualdad socioeconómica, una revisión histórica desde los tiempos de la Conquista y un panorama de cómo se vive la desigualdad en el presente. Además ofrece un análisis de los mecanismos que la reproducen y de las transformaciones que estos mecanismos han experimentado en las últimas décadas. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzó el miércoles 14 de junio el libro “Desiguales. Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile”, trabajo realizado por un grupo de investigadores del Programa.
Si bien, desde la recuperación de la democracia Chile ha logrado importantes avances en términos institucionales y en la superación de la pobreza4, a la siga de un crecimiento económico sostenido, poniéndolo en primer lugar en la región; sin embargo, el progreso alcanzado no al canza a todos por igual. La desigualdad en términos de ingreso también lo pone en los primeros lugares del rating latinoamericano5. En este texto abordo esta pregunta tratando de ser riguroso y apegado a los hechos, pero consciente de que, más allá de lo bien que podamos caracterizar tanto la desigualdad como el estallido social, establecer una relación entre ambos fenómenos es un ejercicio eminentemente especulativo. Por el contrario, sí podemos plantear que es en el Neolítico cuando aparecen las primeras evidencias de diferencias culturales entre hombres y mujeres y que estas diferencias están asociadas con la violencia, más vinculada a los hombres. Una condición necesaria para que se produzcan efectos duraderos en el tiempo es el tránsito a una cultura de respeto por la persona, por la igualdad de dignidad y respeto, y por los valores de justicia y solidaridad social. Frente a este escenario, el PNUD propone concentrar el debate respecto de la desigualdad en el país en seis “nudos” que explican su reproducción y donde es posible imaginar cambios.
Además, el libro alude a lo que la Comisión Engel describió como «una cultura de financiamiento irregular, y a veces ilegal, de la política», y plantea que eso probablemente contribuyó a una sobrerrepresentación de los segmentos con más recursos en la política. En cuanto a las razones a las que atribuyen el menoscabo, la más mencionada es la clase social (41 por ciento), seguida de otras relacionadas como el lugar en que se vive (28 por ciento), la forma de vestir (27 por ciento) o la ocupación o trabajo (27 por ciento). Para el lanzamiento que se realizará en la UDP se contará con Raimundo Frei, Doctor en Sociología y uno de los de los investigadores que participó en la realización de este estudio. A su vez, comentarán el libro María Luisa Méndez (Directora de la Escuela de Sociología de la UDP e investigadora COES) junto a Carlos Peña (rector de la UDP).
Por último, añadimos un tercer bloque de representaciones, concretamente las del arte rupestre levantino, caracterizadas por su naturalismo y por presentar figuras humanas entre las que a menudo es posible distinguir mujeres de hombres. ¿Fue en el seno de las sociedades cazadoras y recolectoras del Paleolítico Superior cuando se sentaron las bases de la dominación masculina? A pesar de la relevancia que, en nuestra opinión, tiene esta cuestión, aún son escasas las aproximaciones arqueológicas a ella. La Prehistoria comprende el enorme periodo en el que la humanidad se desarrolló con anterioridad al inicio de la escritura, herramienta revolucionaria que cambiaría para siempre el devenir social. Por supuesto, un trabajo de esta índole, sobre un tema controversial, está llamado a crear polémica, por sus métodos, resultados e interpretaciones.
De acuerdo al libro, en 2015 la mitad de los trabajadores chilenos (empleados 32 horas semanales o más) tenían un sueldo bajo, entendido como aquel que no le permite a alguien mantener a una familia promedio sobre la línea de la pobreza, que en ese año correspondía a 343 mil pesos. Los más afectados son los jóvenes de entre 18 y 25, las mujeres y las personas con educación escolar incompleta. De acuerdo con los investigadores, eso implica que si la cifra de pobreza (11,7 %) no es más alta es porque en la mayoría de los hogares tiende a vivir más de una persona que trabaja. La asimetría en la distribución del capital y la influencia existe en este territorio desde antes de que Chile fuera Chile, plantea este trabajo liderado por el economista Osvaldo Larrañaga junto al sociólogo Raimundo Frei y el ingeniero y sociólogo Matías Cociña, investigadores del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El libro, en el que también trabajaron la economista Denise Falk, su par Rodrigo Herrera y el sociólogo Vicente Silva, reúne estudios existentes, presenta otros nuevas e incluye encuestas y entrevistas para explorar el fenómeno de la desigualdad desde distintas perspectivas. Además usa un lenguaje preciso, pero no especializado, porque aspira a ser de consulta basic paises sin pobreza y no sólo para técnicos.
Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile es el título del libro que este miércoles 14 de junio lanzará, en la Biblioteca Nacional, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Fruto de dos años de investigación, el texto ofrece una base sólida a partir de la cual discutir e imaginar un país con mayores grados de igualdad. El libro se funda en el convencimiento que la desigualdad socioeconómica es un problema social que seguirá siendo parte de las discusiones respecto del desarrollo del país en los años por venir, pues sus mecanismos de reproducción tienen raíces profundas en la historia de Chile. Entonces, para las capas medias esto fue muy difícil, y para las capas más pobres lo que ocurre es que fueron saliendo de la extrema pobreza, del 40% de pobres en el año 1990 se pasó a un 8% en el año 2017. En la mayoría de esa serie estamos hablando de pobreza de ingresos, es decir, la capacidad que tiene la gente de consumir alimentación y bienes básicos.
Hay aspectos de la investigación que merecen algunas aclaraciones y en las líneas siguientes se destacan algunos de ellos.
Datos de Banco Mundial (2016) muestran que los países que presentan una mayor diferencia en los ingresos tienden a presentar un menor grado de movilidad intergeneracional. Esto significa que hay una correlación clara entre la disparidad de los resultados y la de oportunidades –que determina la movilidad social–. Es muy possible que la causalidad opere en ambas direcciones, puesto que una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional, por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen. En junio de 2017, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, publicó el libro «Desiguales. Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile», el que dio a conocer las enormes brechas que existen en nuestro país.