Columna De Ignacio Briones: Desigualdad, Es El Estado, No El Mercado

El (Gráfico 1) muestra la relación entre el LN (PIB per cápita) y el índice de Gini. Se observa que el comportamiento no se adecua a la teoría de la U invertida de Kuznets, más bien el comportamiento parece ser el contrario. A mayor nivel de ingreso las desigualdades regionales disminuyen al principio, lo cual es un proceso deseable para un crecimiento económico inclusivo.

El estudio de Flores, Sanhueza, Atria y Mayer encuentra una concentración en torno al 24% usando datos tabulados. Fairfield y Jorrat usan microdatos administrativos de 2005 al 2010 y, ajustando por evasión y elusión, encuentran cifras en torno al 33%. Todos los estudios son relativamente consistentes y sugieren que los individuos en el 1% más rico reciben entre un cuarto y un tercio del ingreso nacional. Este número nos sitúa en el lugar 24 en términos de desigualdad sobre el whole la desigualdad global de 159 países con datos disponibles, y nos corona como el país más desigual de la OCDE. 8Forbes (2000) estudia el efecto de la desigualdad del ingreso sobre el crecimiento, se sigue su metodología de análisis de datos de panel, adaptada a este estudio. Utilizando esta nueva medida de desigualdad existe un mayor ajuste del modelo (siendo el R2 igual a 81% y 82% en los modelos XVIII y XIX respectivamente) y el valor de los coeficientes de los distintos estimadores se incrementa.

En el ámbito sanitario Chile ha presentado gran progreso en las últimas décadas, con cifras comparables con países desarrollados en cuanto a mortalidad infantil y basic. Sin embargo, al igual que con el crecimiento, estos logros no son inclusivos, es decir, no benefician a toda la población de la misma manera, existiendo diferencias a nivel regional. Esta concentración es related a la de América Latina (25%) y está muy por sobre la de países desarrollados, que fluctúa en torno al 12%. El Banco Mundial hizo hace unos años este mismo esfuerzo con el objeto de corregir el Gini, obteniendo que, en 2013, en Chile este no era la desigualdad y pobreza de zero,5, sino que de 0,59. A pesar de las dificultades de medición y de la diversidad de indicadores que se pueden usar, es posible concluir que la desigualdad en Chile es alta y que no ha dejado de serla. Y si bien la ciudadanía está en su gran mayoría de acuerdo con la thought de que las personas que trabajan duro merecen ganar más, prácticamente todos están de acuerdo, zero muy de acuerdo, con que las diferencias de ingresos en el país son muy grandes (un 90%, según reporta el PNUD en su libro Desiguales, del 2017).

“Los datos muestran un efecto izquierda que estamos analizando ahora econométricamente”, puntualizó. De estas incertidumbres sólo se salva un grupo que –dependiendo de la dimensión que se considere– oscila entre el 20% y el 5% de más altos ingresos. “Estamos muy lejos de llegar a niveles aceptables de desigualdad”, aseguró Larrañaga. El autor se refirió a los seis nudos de reproducción de la desigualdad que se identifican en el libro y que son los que debieran atacarse para revertir la brecha socioeconómica.

Afortunadamente, evidencia reciente provista por Bernardo Candia y Eduardo Engel nos permite responder esta pregunta. Los autores muestran que el coeficiente de Gini de mercado calculado con los datos de la encuesta CASEN y registros tributarios es 0,59. Consistente con lo reportado por la OCDE, encuentran que en su conjunto la acción del gobierno es levemente progresiva.[8] El estudio muestra, además, que el sistema tributario es levemente regresivo y el sistema de transferencias es progresivo, especialmente debido a las transferencias en salud y educación.

Los principios subyacentes al desarrollo inmobiliario juegan un papel central en el establecimiento de estas relaciones. La recaudación anual de impuestos a la propiedad sobre el valor del suelo y los edificios son la fuente más significativa de ingresos de los gobiernos locales para el sustento de los servicios públicos(17). En consecuencia, los valores inmobiliarios locales –y no el patrimonio complete de la ciudad, estado o nación– son uno de los indicadores más claros de la calidad de la educación, los servicios y la seguridad en los barrios de Estados Unidos. A su vez, la calidad de dichos servicios públicos es a menudo el indicador más fuerte de los precios de los bienes raíces.

Asimismo, se contactó con diferentes Instituciones, como el Instituto Nacional de Estadísticas, a quien se solicitaron datos antiguos poblacionales y vitales no disponibles en la web. La principal limitación del estudio, es el bajo número de observaciones, sería ideal poder realizar este análisis a nivel provincial (56 provincias) o comunal (346 comunas), sin embargo, en el país aún no se cuenta con bases de datos robustas a este nivel territorial. Igualmente, en Chile aún es muy difícil encontrar datos a nivel regional de ciertas variables de gran interés en este estudio. Es amplia la literatura que relaciona el crecimiento económico con la desigualdad de un territorio. Comenzando por Kuznets (1955), cuya teoría sostiene que cuando una economía comienza a crecer, también lo hacen las desigualdades, hasta llegar a un cierto punto de desarrollo, donde luego a pesar del mayor crecimiento económico, las desigualdades van disminuyendo, tomando la forma de una U invertida3.

En cada caso se observa que las regiones con mayor nivel educacional tienden a ser menos desiguales. Estos resultados invitan a redoblar los esfuerzos para reducir la desigualdad de oportunidades y fomentar un sistema educativo que logre llegar a los estratos más pobres de la población, sobretodo a la educación superior. Otro resultado relevante, es el referido al factor concentración de población indígena. Se concluye que la desigualdad tiende a empeorar en aquellas regiones con mayor concentración de población indígena, respecto al whole nacional, lo que enfatiza la desventaja económica de este grupo de la población. Igualmente, la esperanza de vida al nacer refleja que en Chile, las diferencias en acceso a salud de calidad, tienen consecuencias en las desigualdades del ingreso.

la desigualdad de ingresos

precariedad, porque hay más fuentes de ingresos. También hay un agravante de género a considerar, por cuanto más de un 70% de las mujeres asalariadas con educación media completa y que trabajan más de 30 horas semanales, obtiene una remuneración por debajo del umbral citado. Chile ha sido un país de muchas diferencias sociales a lo largo de toda su historia. Al igual que otras naciones de América Latina, su origen se remite a la Colonia, cuando se constituyeron las instituciones que la inician, como la concentración en la propiedad de la tierra y la relación jerárquica entre la clase alta y el bajo pueblo. El principal problema es que cuando esa fuerza laboral se vuelva a incorporar, las tasas de desempleo aumentarán.

[3] Los datos tributarios, si bien representan una mejora sustantiva en relación a las encuestas de hogares, tampoco son perfectos. En contextos en donde existe mucha evasión y elusión, éstos también subestiman los ingresos de las personas de más altos ingresos. Por ejemplo, en China e India, las encuestas muestran una concentración de ingresos del 1% más rico cercana a la mitad de la concentración real.

Es esencial, que los profesionales de la psicología entiendan y profundicen en este asunto, ya que es una realidad presente en muchos individuos. Argumentó que “si corregimos el Gini y otros indicadores por lo que pasa en el high 1, el nivel de desigualdad sería mayor y la caída no sería como la observamos si nada más usamos encuestas. Pero persiste una parte de la historia que es sumamente importante y es lo que pasó con la distribución del ingreso laboral, con las transferencias y con las remesas. Con todo, no hay evidencia de que las desigualdades discutidas hayan aumentado en los últimos 30 años.

En sociedades muy desiguales, las personas pueden experimentar una sensación de privación relativa al comparar su situación socioeconómica con la de quienes están en mejor situación. Esta percepción de estar en desventaja (ya presente a los eight años de edad) puede conducir a sentimientos de estrés, baja autoestima y reducción del bienestar psychological general (Marmot, 2004). Sin embargo, este informe no valora lo suficiente los avances que hemos tenido reduciendo desigualdades. En efecto, el cuadro que se reproduce junto a esta columna muestra la evolución de diversas medidas de desigualdad entre 1990 y 2015.

A diferencia de los impuestos al ingreso que se calculan en base a flujos (es decir, a cuánto se gana en un año), estos impuestos se calculan en base a inventory (es decir, a la cantidad acumulada a través de los años). Dentro de esta categoría encontramos, por ejemplo, las contribuciones, el impuesto a la herencia y el impuesto a la riqueza. En easy, éste consiste en que las personas paguen todos los años una proporción determinada de sus ingresos. Considerando que los ingresos totales provienen de distintas fuentes con distintas particularidades (trabajo, empresas, mercado financiero, etc.), su diseño es complejo y varía mucho entre países.