Chile: Estudio Sobre La Familia Y La Pobreza En Tiempo Del #coronavirus Pontificia Universidad Católica De Valparíso

En el año y medio largo de convivencia con la covid-19, la clase media ha perdido la calidad de vida y el bienestar alcanzados con años de sacrificio. Las mujeres se vieron sobrecargadas de trabajo y violentadas en el encierro; la salud psychological se deterioró; los pacientes no covid fueron víctimas de cierres intempestivos y prolongados de servicios sanitarios, y los trabajadores tuvieron que rebuscarse la manera de mantener los ingresos tras los despidos. Este especial colaborativo elaborado por un equipo de periodistas de nueve países y siete medios de comunicación reconstruye historias atravesadas por el sufrimiento a partir de testimonios de los protagonistas y de voces de expertos de las principales ciudades suramericanas. Para Chile, la Cepal destaca el sistema de protección social y el éxito de la atención primaria en salud, políticas de larga information y que han sido importantes precisamente para las familias de menores ingresos o en estado de vulnerabilidad. Meses atrás, la Cepal ya había advertido que la pobreza crecería en los países de América Latina. Miles de familias que viven en campamentos sufren los efectos con mayor dureza que en los barrios más acomodados.

Una de las primeras encuestas longitudinales que se aplicaron en Chile la realizó entre 1996 y 2006 la Fundación Superación de la Pobreza (FSP). Su asesor de políticas públicas, Leonardo Moreno, cuenta que descubrieron que “si bien Chile tiene unas tasas de pobreza por ingreso bajas, la cantidad de personas que vive el fenómeno de esa pobreza es extremadamente elevada. La gente que se mantiene en pobreza por ingresos, explica, no supera el 3 por ciento, pero hay aproximadamente un 30 por ciento de gente que rota.

Por la disaster, del presupuesto se eliminaron las vacaciones, la ropa nueva, los juguetes, el gimnasio y las reparaciones del vehículo. El carrito del mercado también se enflaqueció; ya no tiene golosinas ni productos que no sean indispensables. Pero gracias a la amplitud del terreno, Marco y Carmen, su esposa, montaron la huerta y el gallinero y aunque no les sobra nada, él cube que “al menos comida no falta”. Ahora él está arrancando de nuevo en un trabajo que consiguió después de un año, pero sigue durmiendo mal. Las heridas dejadas por la crisis siguen abiertas y les falta tiempo para cicatrizar.

Más de seven-hundred millones de personas, o el 10 % de la población mundial, aún vive en situación de extrema pobreza a día de hoy, con dificultades para satisfacer las necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso a agua y saneamiento, por nombrar algunas. La mayoría de las personas que viven con menos de 1,90 dólares al día viven en el África subsahariana. En todo el mundo, los índices de pobreza en las áreas rurales son del 17,2%; más del triple de los mismos índices para las áreas urbanas. La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) realizada en plena pandemia (octubre 2020 a febrero 2021) revela que la pobreza asociada a ingresos de los hogares subió de eight,6% de la población en 2017 a ten,8% en 2020.

La pobreza nunca se fue del todo de Chile, pese a que disminuyó en forma muy relevante en las últimas décadas, pasando del 68% de la población en 1990 al eight,6% en la última medición, de 2017, una disminución inédita en la región. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 hizo que nuevamente este fantasma volviera a cobrar protagonismo, con la amenaza de volverse actual para muchas familias. Es muy importante que la “ley corta de descentralización” sea prontamente promulgada y que nuevas y nuevos gobernadores regionales pongan en el centro de sus prioridades enfrentar los impactos sectoriales que está dejando esta pandemia. Los dos momentos que están en boca de la opinión pública (la convención constitucional y los primeros resultados de la Casen) deben avanzar hacia un horizonte de bienestar social, político, económico y medio ambiental; de esta manera, podremos vivir algo inimaginable, que una moneda tenga las mismas caras para todas y todos.

pandemia pobreza

Después todas las enfermedades postergadas van a repercutir en estos terrirotrios y personas”, indica. Todas esas desigualdades tienen que ver con una suma de factores, y principalmente con una segregación territorial muy marcada que concentran a las personas de bajos recursos en ciertos territorios, dice Vives lo que magnifica el nivel socioeconómico acquainted. A más de un año de pandemia cada vez es más claro que Covid-19 agrava las inequidades en salud, explica una de las autoras, Alejandra Vives, investigadora del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus). En el trabajo, los investigadores asociaron años de escolaridad y hacinamiento con la mortalidad en el periodo prepandémico y pandémico, comprobando, cube Vives, que “existen más muertes de Covid-19 en 2020 vinculadas a esos aspectos que son determinantes para la pobreza”. De todas maneras, Bárcena ve espacios para ser optimista, al plantear que “la pandemia es una oportunidad histórica para construir un nuevo pacto social que brinde protección, certidumbre y confianza. Un nuevo contrato social debe avanzar y fortalecer la institucionalidad de los sistemas de protección social y promover que estos sean universales, integrales, sostenibles y resilientes”.

Cabe destacar que por diferencias metodológicas ambos datos son superiores a los consignados por la encuesta Casen, que el año pasada indicó que la pobreza subió 8,6% a ten,8%, mientras que la pobreza extrema lo hizo de 2,3% a four,3%. Entre las regiones, Tarapacá (14%), Ñuble (14,7%), Biobío (13,2%) y La Araucanía (17,4%) presentan tasas de pobreza por sobre el promedio nacional, mientras que en la Región Metropolitana (9,0%), Aysén (6,6%) y Magallanes (5,7%) se observan tasas más bajas. En el resto de las regiones no existen diferencias estadísticamente significativas respecto a la tasa nacional.

Es decir, población con más inequidades sociales (menos años de escolaridad y hacinamiento) siempre presentan una mortalidad mayor en comparación a quienes tienen menos de esas inequidades (más años de escolaridad y sin hacinamiento). Sin embargo, en tiempos de pandemia ese impacto es mayor con un 32% más de mortalidad (hacinamiento). “Chile ha mostrado cuán importante son estos pactos sociales fundados en derechos universales y garantías de bienestar. El mundo tiene los ojos puestos en Chile, en el nuevo gobierno y en el proceso constituyente, porque justamente el reclamo social se basó en la ausencia de un Estado de bienestar, common, incluyente y ese es muy importante para la democracia y la cohesión social”. A la hora de ahondar en los detalles por edad, Chile también es un reflejo de la realidad regional, dónde los jóvenes son los que más han padecido. Así, la tasa de pobreza entre niños, niñas y adolescentes de entre 0 y 14 años es de 21%.

En Argentina, el profesor de economía Pedro Dhers y su esposa, Mechi, se sorprendieron al ver cómo la gente requería los servicios de la empresa de decoración de interiores que ella había fundado cuando quedó cesante en 2019. La pandemia llegó cuando tenía seis o siete meses de experimentación y apenas estaban conociendo a los clientes. “En marzo de 2020 teníamos incertidumbre de qué iba a pasar y, contrario a lo que nos imaginábamos por un entorno de desempleo, de pymes pandemia pobreza cerradas, de poco consumo, nos empezó a ir bien —cuenta el docente—. Al estar todo el mundo en sus casas, muchos empezaron a decir ‘ok este va a ser mi lugar de trabajo y de vida durante vaya uno a saber cuánto tiempo’ y decidieron hacer cambios”. La pandemia borró la bonanza de años anteriores con cuyas ganancias compró a crédito la vivienda de sus sueños, que incluye un espacio amplio para que los niños jueguen, un jardín pequeño y árboles frutales al costado.

También detectaron que por cada 5% más de hacinamiento promedio en las comunas, aumenta un 22% y un 32% más de mortalidad en los períodos prepandémico y pandémico,respectivamente. Las personas que viven en las áreas más pobres tienen más probabilidades de verse afectadas por el Covid-19 severo y de morir a causa de la enfermedad que las que viven en zonas más ricas. En tanto, en la lectura respecto a la condición étnica y racial, la población indígena registra en Chile una tasa de pobreza de 17%, bastante superior a la de 12% de la población no indígena. La tendencia se repite en el resto de los países, donde la población afrodescendiente también se distingue por sus niveles superiores de pobreza. Aunque el aumento es severo, e implica retrocesos de 12 años en la materia, no se compara con la realidad que enfrentan otros vecinos. Por ejemplo, la pobreza superó el 30% en México, Argentina, Colombia y Bolivia, mientras que en Perú, con una tasa de 28,4%, la escalada por la pandemia fue de thirteen paises con mas pobreza puntos porcentuales.

Un reciente informe de UNICEF y Save de Children sostiene que las repercusiones económicas de la pandemia podrían provocar que, a nivel mundial, para finales de 2020, 86 millones de niños se sumen a los que ya viven en situación de pobreza. El documento revela que, a menos que se tomen medidas urgentes, el número de niños y niñas que viven en hogares pobres en los países de bajos y medianos ingresos podría aumentar un 15%. El incremento más appreciable, de hasta un 44%, podría registrarse en los países de Europa y Asia Central, mientras que en América Latina y el Caribe podría producirse un aumento de un 22%. A nivel mundial, el número de personas que viven en situación de extrema pobreza disminuyó desde un 36 % en 1990 hasta un 10 % en 2015.

Hasta marzo de 2024, el Banco Mundial tenía una cartera activa compuesta por dos operaciones de préstamo por un monto complete de USD 350 millones, destinadas a apoyar un mecanismo de financiamiento de hidrógeno verde y mejorar la atención primaria universal de la salud. También existe un programa de reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal (REDD+) por valor de USD 26 millones y una donación de USD 5 millones para la implementación de los mercados de carbono. Se han suscrito seis acuerdos de servicios de asesoría reembolsables por un total de USD 8,seventy six millones que abarcan temas como género, salud, protección social, estadísticas nacionales y digitalización del transporte. En los seis años previos a la pandemia, el crecimiento fue, en promedio, de solo el 2 %. Se necesitan reformas específicas para abordar determinados cuellos de botella y poder impulsar el crecimiento de la productividad, que ha disminuido durante décadas.

“En una era en la que nos enfrentamos a una pandemia mundial, conflictos crecientes y una crisis climática que empeora, es más importante que nunca establecer un enfoque en el que se otorgue prioridad a la infancia. A medida que trabajamos con los gobiernos, los donantes y otras organizaciones con el objetivo de comenzar a trazar una ruta común para los próximos 75 años, los niños y las niñas han de ser los primeros a la hora de recibir inversiones y los últimos a la hora de sufrir recortes. La promesa de nuestro futuro depende de las prioridades que establezcamos en el presente”, declaró Fore.