Analizando Las Muertes Por Covid En El Contexto De Los Últimos 20 Años: La Pandemia Incrementó La Desigualdad De La Esperanza De Vida En Chile

Estamos en un momento crítico de equilibrios múltiples (uno auspicio al desarrollo, y otro, a una nueva década perdida), las políticas y acuerdos que logremos este año y el próximo serán cruciales para pavimentar cualquiera de los dos caminos. Los más optimistas dirán que en 2020, cuando fueron hechas estas mediciones, estábamos en el punto más duro del efecto económico de la pandemia, y que con un crecimiento del PIB proyectado entre 7-10% estos datos de pobreza y desigualdad serán un shock temporal. Es probable que se corrija en parte, y que en futuras mediciones veamos disminución de pobreza y desigualdad por el efecto del crecimiento económico. Por ejemplo, Boyeco que está a ten kilómetros de Temuco, en ese territorio funcionó por más de 20 años un vertedero, ahí la gente efectivamente no puede cultivar sus verduras porque el agua está contaminada. Hay personas que han sacado proyectos de riego y llevan sus lechugas de Boyeco, ¿quién las va a comprar?

Las desigualdades son la consecuencia directa de una gran “policrisis”, compuesta por factores económicos, sociales pero también climático-ambientales. Si la recaudación de impuestos se vio afectada por el cierre de actividades y por la caída del consumo, también se han incrementado los gastos públicos. El estudio «La desigualdad social frente al COVID-19 en el Área Metropolitana de Santiago«, desarrollado por CEPAL, contradice aquella teoría.

Comparando mujeres y hombres que estaban empleados previo a la pandemia, encontramos que las mujeres han perdido más sus empleos y han experimentado más frecuentemente caídas en su ingreso. En otras palabras, y consistente con la experiencia en otros países, la crisis económica afectó en mayor manera el empleo y el ingreso pandemia y desigualdad de las mujeres. Esto se suma al aumento en la presión por las tareas del hogar, y el cuidado y educación de niños pequeños asociados al cierre de las escuelas. Los datos nos muestran que los ingresos provenientes del trabajo del 10% más rico fueron 417 veces mayores que los obtenidos por el 10% más pobre (en 2017 fue 39 veces más).

En 1895 funcionaba como un dispensario de salud, pero debido a la demanda, en 1927 fue fundadado como hospital por los misioneros de la Iglesia Anglicana y recibe desde el año 1962 una subvención del Ministerio de Salud. En mayo de 2019 se iniciaron las obras del nuevo Hospital Familiar y Comunitario de Makewe de la comuna de Padre Las Casas, novena región, construcción que quedó paralizada ante la emergencia sanitaria. Actualmente atienden mediante un dispositivo de mitigación con container para la atención, pero no existe la hospitalización.

Observamos nuevamente como el trabajo feminizado vinculado al cuidado del resto de la comunidad, nuevamente no es reconocido ni valorado, pese al estratégico rol que ha cumplido en esta emergencia. Mientras no nos comprometamos a generar un modelo de desarrollo económico inclusivo, crisis como la precise pandemia no solo exacerbarán nuestra desigualdad económica y psychological, sino que también crearán un mayor descontento emocional y social. En este contexto, Juan Carlos Arellano, director del departamento de Sociología, Ciencia Política y Administración Pública de la UC Temuco, valoró la ocasión. Esto es consistente con la observación de que el efecto desigual de la pandemia se observó particularmente en los grupos más jóvenes (debido a una mayor letalidad e incidencia en las comunas más pobres) [1]. Una explicación es a través del sesgo de selección; los adultos sobrevivientes tienden a ser más ricos y/o saludables en general, y por tanto es esperable que el gradiente socioeconómico disminuya.

Dentro de ese abandono, según el experto, se encuentran las hortaliceras mapuche, que negocian sus productos desde la fundación de Temuco, y que actualmente «siguen siendo perseguidas y solo intentan sobrevivir en un contexto de pandemia». Lo primero, sin duda, sería garantizar un Ingreso Familiar de Emergencia que permita a las familias suplir sus necesidades mínimas, superando la línea de la pobreza. También, se pudiese pensar en una serie de iniciativas, entre ellas, la de poder generar una Central Nacional de Abastecimiento de Alimentos, que velará por la alimentación y provea de alimentos a las ollas comunes que constantemente piden aporte entre los mismos vecinos. Las iniciativas del gobierno, como el bono COVID, las cajas de alimentos y el ingreso familiar de emergencia, sin duda son insuficientes. Ante esta negligencia, parte de la resistencia territorial se expresa a través de las ollas comunes.

Según el estudio Vulnerabilidad y Nuevas Pobrezas, existe una visión pesimista del presente y futuro del país, siendo evaluado con una nota de 2,9. Asimismo, el muestreo realizado por la Fundación Superación de la Pobreza y Feedback reveló que el 53% de los habitantes de Chile tiene una percepción negativa de los extranjeros. Algunos países han podido aprovechar el impulso de sus exportaciones de productos médicos y los productos agrícolas. La CEPAL señala (p. 6) que Guatemala y Honduras se han beneficiado de las ventas de mascarillas y Costa Rica de las de equipos médicos, destinadas principalmente a Estados Unidos. Revista nuestrAmérica publica exclusivamente bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual four.0.

Bajo este panorama, es fundamental desarrollar intervenciones y políticas con enfoque de género que mitiguen el efecto de la pandemia en la situación económica y el bienestar psicológico, y asimismo aumentar el acceso a servicios de salud mental. Norma Silva Sá y Francisca Sofía Pérez Cortés en ‘Involucramiento paterno y cuidados durante la disaster sociosanitaria’ plantean que, si bien los hombres están cada vez más dispuestos a participar en los cuidados de sus hijas e hijos, son mayoritariamente las mujeres las principales responsables de éstos. La vivencia de la cuarentena, medida sanitaria de prevención del COVID-19, dejó a las familias confinadas en sus hogares y visibilizó el tema de los cuidados globalmente. Desde un diseño exploratorio de carácter cualitativo y corte transversal, se entrevistó a cinco parejas heterosexuales durante el primer año de vida de su bebé.

pandemia y desigualdad social

En los años previos a la pandemia América Latina había conseguido reducir estos índices. Ahora, con la covid-19, el número de pobres aumentará en 28,7 millones de personas, hasta alcanzar la cifra de 214,4 millones de pobres en la región. A su vez, la pobreza extrema afectará a 15,9 millones más, sumando en total eighty three,four millones de personas.

“La gente mapuche es la población más empobrecida de la región de la Araucanía y eso lo dicen los datos. La pandemia nos encuentra a los pueblos indígenas con tremendas desigualdades socioeconómicas y territoriales, dada las transgresiones al ecosistema”, dice el doctorando en Ciencias en Salud Colectiva, miembro del departamento de Salud Pública de la UFRO y trabajador del Hospital de Makewe. Tratamos de darle un poco la vuelta a cómo repensar los marcos teóricos, cómo darle vuelta a la metodología y paises con mayor pobreza cómo también un poco motivar a los estudiantes en ir un poco más allá de los simples datos y de los simples promedios que generalmente estamos mirando”. Cuantificamos la desigualdad de la esperanza de vida, considerando la distribución de probabilidad que se genera si cada observación es la esperanza de vida en una comuna. Si medimos la evolución temporal del coeficiente de Gini de estas distribuciones, observamos un aumento abrupto, en el rango 30-40% en 2020, en las áreas urbanas (pero no en las rurales).

En 2020 el cierre de las actividades económicas no esenciales se tradujo en destrucción de empleo, particularmente en los meses de marzo, abril y mayo. Sin embargo, en la gran mayoría de los países se establecieron mecanismos para mantener las relaciones laborales. Aunque también se incrementó el número de personas desanimadas, que son aquellas que dejan de buscar empleo porque saben que no lo van a encontrar. La pandemia habrá ocasionado el cierre del 2,7 millones de empresas latinoamericanas, es decir el 19% del whole de las empresas.

La desigualdad dentro de los países y entre estos es un continuo motivo de preocupación. A pesar de la existencia de algunos indicios positivos hacia la reducción de la desigualdad en algunas dimensiones, como la reducción de la desigualdad de ingresos en algunos países y el estatus comercial preferente que beneficia a los países de bajos ingresos, la desigualdad aún continúa. La desigualdad, la pobreza y las brechas en el acceso a la tecnología son algunos aspectos que se están abordando en el IV Congreso Internacional de Trabajo Social que reúne a profesionales de 23 universidades.

Un punto importante es que efectos similares se observan si en vez de pobreza usamos otra variable como hacinamiento. Análisis estructurales más cuidadosos [7] podrían desentrañar el rol de cada variable, algo que no hacemos acá. Algunos ejemplos son el Ingreso Familiar de Emergencia en Argentina, el Bono COVID-19 de Chile, el Ingreso Solidario de Colombia, el Bono Proteger en Costa Rica o el Bono de Emergencia en Brasil. Las primeras tienen una fuerte presencia en el turismo y restauración y los segundos tienen trabajos más precarios. Además, las mujeres han tenido que redoblar el tiempo de trabajo en el cuidado del hogar y de la familia, con nuevas obligaciones durante el confinamiento domiciliario. Reducir las desigualdades y garantizar que nadie se queda atrás forma parte integral de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.