Algunas Reflexiones Sobre Globalización, Desarrollo Y Desigualdad Universidad De Los Andes

La posibilidad de que una municipalidad pueda influir sobre las políticas nacionales sectoriales que representan inversiones públicas, es casi cero. Las principales decisiones sobre infraestructura e inversiones sociales en Chile recaen en el Gobierno (el Ejecutivo). En algunos casos, puede ejercerse alguna influencia a través del Congreso, en el momento en que se discute el presupuesto nacional anual para su aprobación. Las pocas municipalidades que administran sus propios recursos de inversión (no más de cinco en el país) pueden negociar con mayores posibilidades con los ministerios y otras agencias gubernamentales.

Más en basic, el verdadero monstruo es la desigualdad derivada de la conducta “rentista” (enriquecerse con el sudor ajeno sin contribuir nada de valor a la economía). Algunos ejemplos clásicos son los banqueros que presionan al gobierno para debilitar regulaciones y después, cuando los bancos quiebran, dejan a los contribuyentes un costoso desastre que arreglar. Los programas de rescate derivados de sus errores supusieron la entrega de sumas asombrosas de dinero público a personas que ya eran fabulosamente ricas.

En el caso de Chile su realidad proporciona elementos para entender la magnitud de la explosión social producida. Si bien en el ranking global del IDH con zero,847 se encuentra en el lugar forty two, siendo el país de América Latina con mejor ubicación, al ajustarlo por desigualdad retrocede fuertemente a 0,696. “Cuando miramos la diferencia entre grupos de personas y no solo los promedios -explicó Marcela Ríos, coordinadora del área de gobernabilidad del Programa en el país-, Chile cae catorce puntos en el ranking y es el país más desigual entre los cincuenta países de desarrollo humano alto. (…) las personas –añadió- reconocen desigualdades en el trato y de privilegios que están en la base del malestar social”.

El problema, advirtió el académico, es que la mayoría de los países optó por el modelo de globalización neoliberal implantado en Chile, y éste implica riesgos para las personas, pues en este esquema la capacidad del Estado de proteger a la comunidad y common los intercambios es cada vez menor. La actual pandemia, sostiene Akram, es efecto de la globalización debido a que las enfermedades se propagan a través del contacto humano, y tanto los epidemiólogos la desigualdad en la actualidad como los expertos en materias de salud pública sostienen que el aumento de contacto entre los seres humanos aumenta el riesgo de vivir una pandemia. Es por una razón de lógica y no por supuestas teorías conspirativas que personalidades como Bill Gates o expertos científicos, anticiparan la necesidad de fortalecer los sistemas de salud que amparan a la población mundial y promovieran la necesidad de crear nuevos fármacos y vacunas, señaló.

la desigualdad en la globalizacion

En efecto, aunque ciertamente pueden clasificarse algunas comunas de Santiago como pobres, también es cierto que al inside de estas comunas -al igual que en otras con mejores niveles de ingresos- hay sectores que concentran extrema pobreza. Es el caso de los asentamientos urbanos precarios (campamentos) y de aquellos originados en ocupaciones ilegales de terrenos (tomas), cuyos habitantes viven en las peores condiciones de vida imaginables. También hay pobreza en áreas urbanas consolidadas con buena infraestructura y equipamiento, pero con una población empobrecida, como es el caso del centro de Santiago. Parte del debate público, sin embargo, argumenta que la desigualdad es un producto inevitable del libre mercado, el desarrollo tecnológico, y de la globalización.

Así, el diseño mismo del sistema tributario explicaría por qué la desigualdad antes y después de impuestos y transferencias es particularmente acotada en el caso chileno. Se concluirá que el sistema tributario Chileno responde a un pacto social -impuesto, no acordado- que le asigna un rol acotado al Estado tanto en la recaudación como en la corrección de las desigualdades del mercado. En ese sentido, los altos niveles de desigualdad en Chile no son consecuencia inevitable de la economía internacional. El sistema tributario ha cumplido un rol importante en llevarnos a donde estamos.

Por su parte, el 10% más rico concentraba el 54% de los ingresos tanto en 2004 (primera fecha para la que se tiene registro) como en 2015. Si bien estos indicadores aún no alcanzan la relevancia que tiene el coeficiente de Gini en el debate público, en parte porque su disponibilidad es más reciente, hoy son el estándar en el debate académico sobre desigualdad. En un esfuerzo inédito por acercar la evidencia científica al debate público, un grupo de investigadores crearon una base de datos de acceso abierto que permite un análisis más sistemático de la desigualdad a nivel global. Para Chile, existen diferentes estimaciones de la porción de los ingresos que se lleva el 1% más rico, que varían dependiendo de los datos disponibles, supuestos metodológicos, y correcciones hechas por evasión y elusión.

Desgraciadamente, debido a la falta de recursos, la calidad de este servicio es muy baja. Por consiguiente, en vez de reducir las diferencias sociales, las mantiene y, a la larga, las refuerza. Afortunadamente, evidencia reciente provista por Bernardo Candia y Eduardo Engel nos permite responder esta pregunta. Los autores muestran que el coeficiente de Gini de mercado calculado con los datos de la encuesta CASEN y registros tributarios es zero,fifty nine. Consistente con lo reportado por la OCDE, encuentran que en su conjunto la acción del gobierno es levemente progresiva.[8] El estudio muestra, además, que el sistema tributario es levemente regresivo y el sistema de transferencias es progresivo, especialmente debido a las transferencias en salud y educación.

Esto es importante, porque las principales inversiones en las áreas urbanas no son de decisión de los gobiernos regionales o locales (municipalidades). Esta situación de pobreza crónica da cuenta de la mayor parte de la pobreza actual en la ciudad, pero no es representativa de todas las situaciones de pobreza. Un fenómeno más reciente es el de las personas que permanecen fuera del mercado laboral durante largos períodos de tiempo, como consecuencia de la reestructuración económica y la innovación tecnológica. Esto puede deberse a una incapacidad para ‘reciclarse’ en el mercado laboral, pero también a los tipos de empleo que ofrece la economía, en especial en el caso de las mujeres, los ancianos, los jóvenes o los trabajadores con bajo nivel escolar. En este sentido, es importante señalar que una parte de las personas pobres e indigentes están empleadas en el sector formal de la economía, lo que implica que el tener un empleo, incluso en el sector formal, no es garantía contra la pobreza. La pobreza no es solo un rasgo que distingue a una comuna frente a las otras comunas de la ciudad; es también un issue de diferenciación al interior de las comunas.

Eso sí, la desigualdad no actúa tan solo en la esfera económica, sino que el poder económico de dichas empresas as empoderan, además, de una inconmensurable potestad política, legal y social. El neoliberalismo, versión radical del liberalismo económico, delimita la grandeza del ser humano a la capacidad de generar ingresos monetarios, exacerba el individualismo y la carrera por ganar y poseer, por ende, coadyuva grandemente a la agudización de la desigualdad. Desata la codicia, la corrupción y la violencia y, al generalizarse en los grupos sociales, destruye socialmente la comunidad. Se impone así un orden de valores y virtudes, donde la libertad individual la desigualdad hoy es entendida únicamente como libertad para producir y consumir.

De esta forma, si bien en Chile el sistema de ciudades no se ha modificado sustancialmente, los procesos de transformación económica y concentración económica han dado origen a cambios importantes al interior de las ciudades, en su configuración espacial. Lo primero que debemos comprender al pensar en la globalización es que benefició a una cantidad inmensa de personas que no forman parte de la élite global. A pesar del incesante crecimiento poblacional, la cantidad de personas pobres en todo el mundo se redujo más de mil millones en los últimos treinta años. Los beneficiarios incluyen a ex pobres en (entre otros países) India, China, Vietnam, Tailandia, Malasia, Corea del Sur y México. En los países ricos, se benefician todos los grupos de ingresos, porque la globalización abarata los bienes (teléfonos inteligentes, ropa, juguetes, and so forth.). Las políticas que buscan revertir la globalización sólo provocarán una pérdida de ingresos reales al encarecer los bienes.

La recuperación de los espacios públicos deberá ser la gran prioridad estratégica del desarrollo urbano de la próxima década. En los años recientes, el único espacio público ganado al rápido desarrollo inmobiliario es aquel destinado a satisfacer las demandas de los vehículos motorizados. De hecho, gran parte de las políticas de transporte urbano han tendido a privilegiar siempre a los medios y sistemas de transporte (licitación de recorridos, plan de modernización de omnibuses, innovación tecnológica de sistemas de combustión, concesiones de vías urbanas), antes que al ciudadano usuario. Este, en su condición esencial de peatón, encuentra cada vez menos espacio, seguridad y tranquilidad en la ciudad.