Ha sido uno de los tratados sobre derechos humanos que más rápidamente ha sido ratificado y a la que más países se han adherido. Uno de los Estados que aún no ha ratificado la Convención, pero que ha expresado su intención de hacerlo, es Estados Unidos. Para hacer visible este problema, desde Good Neighbors Chile hemos preparado una recopilación de datos alarmantes sobre la desigualdad educativa y la pobreza en Chile.
Es un sitio cuyo objetivo es publicar recursos, artículos y materiales que sean útiles para profesores, estudiantes y apoderados. Esta actividad busca que los y las estudiantes reflexionen sobre los estereotipos de género presentes en nuestra vida cotidiana, para visibilizar -a través de un fanzine- las situaciones que debemos… Sin duda, se puede argumentar que la desigualdad es inmoral e injusta, pero eso depende de lo que creamos qué es justo y moral, algo que recae en la esfera de la filosofía o la política o, incluso, la Religión. Mi intención, mucho más modesta, es presentar algunos elementos de juicio a partir de lo que el análisis económico ha dicho sobre este fenómeno. La encuesta Casen 2013 indica que, como sea que la midamos, la pobreza ha disminuido sistemáticamente desde 1990 a la fecha.
A nivel universitario, una carrera en Chile puede costar entre 20 a 50 millones de pesos en whole, empujando a muchos estudiantes que no tienen recursos económicos suficientes o que no obtuvieron becas, o no cumplen con los requisitos para acceder a la gratuidad, a tomar préstamos o créditos de consumo con altas tasas de interés, llevando a muchos de ellos a endeudarse por largos años. Las grandes brechas y desigualdades sociales son una parte integral de la cultura actual, pero no son imposibles de reducir y desarticular. El tipo de educación que recibimos tampoco es un ejemplo, es simplemente cumplir con el programa que entrega el Ministerio de Educación y preparar a los alumnos para las pruebas estandarizadas y, así, conseguir más alumnos a través de buenos resultados. Resumiendo, la desigualdad, en teoría, atenta contra la productividad y, en consecuencia, debería tener un efecto negativo en el crecimiento económico.
Si bien los 193 países resolvieron en conjunto los objetivos que esta Agenda 2030 contemplaría, aún así hay quienes abogaron por no incluir un apartado especialmente dedicado a las desigualdades al momento de las negociaciones, principalmente debido a que este implica, de una forma u otra, un problema redistributivo ( Donald, 2017; Oestreich, 2018 ). Por lo tanto, haber aprobado la Agenda 2030 indica voluntad, pero aún así objetivos como el 10, tendrán que superar barreras y resistencias políticas a nivel internacional y nacional para poder ser implementado y realmente exitoso (Donald & Lusiani, 2016). Finalmente, el tercer fundamento que propone Atkinson (2015) es que la desigualdad de resultados afecta directamente la igualdad de oportunidades para la próxima generación, ya que condicionará el punto de par-tida para ellos, para bien o para mal. En este sentido, el nivel de resultados obtenido por un sujeto influirá en la distribución acquainted futura y limitará nuevamente el nivel de resultados para esta nueva generación de individuos dentro de una economía, generando un círculo vicioso que irá incrementando las brechas económicas, como ya ha ocurrido en el mundo ( United Nations, 2020b). Aquí, Sen (2000) propone que las variaciones en el entorno condicionan la libertad de los individuos para alcanzar ciertos objetivos. Por ejemplo, el cambio climático es un problema que está afectando, por una parte, los recursos a los que puede acceder la gente, su calidad de vida y está afectando, por otro lado, las temperaturas de las diferentes zonas alrededor del mundo y, así, el medio ambiente.
Desde esta perspectiva, habría una tendencia hacia sociedades meritocráticas donde existiría poco o nulo efecto del OS a nivel de la educación superior, ya que esta rompería el vínculo entre origen y destino, promoviendo así la movilidad social. Datos de Banco Mundial (2016) muestran que los países que presentan una mayor diferencia en los ingresos tienden a presentar un menor grado de movilidad intergeneracional. Esto significa que hay una correlación clara entre la disparidad de los resultados y la de oportunidades –que determina la movilidad social–. Es muy probable que la causalidad opere en ambas direcciones, puesto que una alta desigualdad de ingresos dificulta la igualación de oportunidades en ámbitos como el desarrollo infantil temprano y el sistema educacional, por las grandes divergencias que existen en el capital económico, social y cultural de los hogares de origen.
Este organismo publica en su sitio 6 , a su vez, las diferentes acciones públicas que se han realizado para cada uno de los objetivos, describiendo su aporte para estos fines determinados, como también informes sobre los avances en esta materia o diagnósticos previos y las resoluciones del Consejo. Otra crítica que ha recibido este objetivo tiene que ver con que no cuenta con un organismo temático o institución a nivel internacional para dirigir acciones en pro de este mismo, como tampoco para financiarlo ( Donald, 2017). Por lo tanto, se corre el gran riesgo de quedar rezagado al no existir muchas herramientas a nivel internacional para abordarlo (Donald & Lusiani, 2016). Además, esto permite que este ODS quede vulnerable a las interpretaciones u obstaculizaciones de otras instituciones ( Donald, 2017). El conflicto llevado a sus extremos produce violencia y desintegración social, pero cuando no se permite el conflicto que exige una justicia distributiva, lo que se establece es la unanimidad totalitaria y la exclusión social. También, apoyamos a niñas y niños para que crezcan no sólo como sujetos de derechos, sino como ciudadanos/as globales capaces de compartir y empatizar con sus vecinos/as.
En el proceso de aprendizaje de la lección, vale la pena describir la desigualdad de oportunidades que la tecnología de información introduce, a fin de evitar llegar a estos umbrales, desde los que la vuelta atrás es muy costosa. 1Estas dimensiones de la desigualdad hacen referencia a aquello que ocurre, primeramente, con la distribución de la riqueza e ingresos en una economía, es decir, dimensión ex-ante; y ex-post, cuando se alude a la redistribución de estos mismos (The Editors of Encyclopaedia Britannica, 2013). En este sentido, el Estado cumple un rol importante en términos de (des)igualdad, no obstante, esto será descrito más adelante. Las causas de estas inequidades son múltiples, con factores que van desde la gran brecha de oportunidades que existe en el país, a su estructura productiva e incluso el rol del Estado (PNUD, 2017). No obstante, el objetivo de este artículo no es el de determinar los orígenes y fundamentos de la desigualdad en Chile 5 , sino que examinar qué concepto de desigualdad está justificando el plan de acción del país respecto del ODS 10 sobre desigualdad en el país y entre los países.
En esta área se han hecho grandes intentos, pero los resultados no han sido los deseados aunque sí se han hecho avances como lo muestra el progreso en los resultados de pruebas de conocimiento. El propósito de esta columna es referirme a sus consecuencias para la distribución de ingreso, el crecimiento y el desarrollo de largo plazo. El segundo argumento que expone Atkinson (2015) tiene que ver con la igualdad de oportunidades competitiva. Aquí, se garantiza que todos podrán acceder, por ejemplo, a un trabajo o al sistema de educación, entre otros. Sin embargo, existe una amplia gama desigual de recompensas, las cuales son construidas socialmente (Hopkins & Kornienko, 2010). Por ejemplo, dos individuos que pudieron acceder a la misma educación profesional, en igualdad de condiciones ex-ante, obtienen luego el mismo puesto de trabajo, pero en diferentes empresas.
El principal hallazgo de nuestro trabajo es que los que estudiaron en escuelas subvencionadas tienen en promedio 30% más sueldo que los que estudiaron en colegio municipal y los que estudiaron en colegio privado tienen 45% más de salario”, precisó. Efectos de la raza y el sexo en el logro educativo y estatus ocupacional en el primer empleo en la la desigualdad en américa latina ciudad de Cali Colombia. Se observa así la existencia de un imaginario normativo del hombre renacentista, es decir, que ha de ser capaz de desenvolverse en múltiples espacios de la sociedad (conocimiento, las artes, los deportes), pero también con la preparación para manejarse con naturalidad en espacios de privilegio y de gestión del poder.
En la PSU 2014 se mantuvo una tendencia que se venía dando hace ya muchos años, los colegios particulares pagados superaron por un gran margen a los colegios municipales y por otro algo menor a los particulares-subvencionados, lo que simplemente denota las diferencias educativas entre estratos socioeconómicos, además de la desigualdad de oportunidades que la educación chilena se encarga de cosechar. En conclusión, la desigualdad tiene un efecto negativo en variables que afectan al crecimiento económico. Dada la naturaleza no lineal de esta relación, debe existir un nivel óptimo de desigualdad, distinto de cero, que maximice el bienestar social y, aunque desconozcamos la cifra, dista de ser el elevado nivel que se observa en nuestro país. Por lo tanto, sólo desde el punto de vista de la economía, es perentorio hallar la forma de reducir la desigualdad si queremos seguir creciendo y optar al desarrollo económico que tanto anhelamos. Una realidad que no se condice con la del 10% más afluente, cuyo nivel de vida es propio de un país desarrollado.
Conocer los derechos de las niñas y niños nos sensibiliza y nos hace responsable de su cumplimiento. Estos Derechos se crean para buscar el adecuado desarrollo de la infancia, la cooperación internacional en esta materia y que los derechos se apliquen de manera global. Sumado a lo anterior, atendiendo a la digitalización y el contexto actual, realizamos publicaciones que constantemente apoyan la educación en derechos humanos y/o la contención emocional en tiempos de crisis a través de recursos descargables.
No obstante, desde la década del 2000, se ha podido observar un incremento generalizado de movi-mientos sociales que, entre otras causas, dan cuenta del malestar que existe en la población chilena, exigiendo mayor igualdad ( Grez, 2011 ; Segovia & Gamboa, 2012). Estas demostraciones de descontento social detonaron en octubre de 2019 con el “Estallido Social”, donde millones de chilenos y chilenas marcharon y protestaron, entre otras razones, debido a la desigualdad que existe en Chile ( Güell, 2019 ; Jiménez-Yañez, 2020 ). Estudios internacionales como los de Parcel, Dufur y Cornell (2010) coinciden en afirmar que la pobreza material es un issue de riesgo para niñas y niños, ya que implica menor acceso a recursos educativos que apoyen el proceso de aprendizaje, como materiales y actividades educativas. Por su parte, Weiss y otros (2009) establecen que «padres, madres o cuidadores que viven en condiciones de pobreza o estrés económico experimentan más problemas de salud mental, que pueden limitar su habilidad para apoyar los estudios de niñas y niños e incrementar la probabilidad de uso de prácticas punitivas.
Si bien se reconoce la utilidad de este índice, existen críticas al mismo, como las planteadas por Atkinson (1970 ) sobre la proporcionalidad de las transferencias, otorgando más peso a las transferencias en el centro de la dis-tribución que en las colas, lo que no necesariamente refleja los valores sociales tras un indicador de desigualdad. El autor examina también las propiedades de utilizar varianzas y la desviación relativa de la media, encontrando que cada una de ellas tiene sus propias limitaciones. Sin embargo, tomando en consideración las críticas que ha establecido la literatura, el Índice de Gini continúa siendo un indicador ampliamente utilizado para la medición de la desigualdad y la formulación de políticas públicas (Liu & Gastwirth, 2020; Furman, Kye & Su, 2019). En este sentido, al utilizar este índice como una herramienta common la desigualdades sociales para medir las dis-paridades, se podría haber pensado que el foco de las acciones públicas también respondería a este mismo, no obstante, el Índice de Gini solo muestra un promedio de la distancia que existe entre los ingresos de los individuos de una economía ( Medina, 2001 ; Alvaredo et al., 2018). Así, se podría haber inferido que la estrategia chilena para reducir las desigualdades en el contexto de la Agenda 2030 se centraría mayormente en la dimensión ex-post. Existe una distancia inabordable entre las oportunidades educativas que se brinda en instituciones privadas y la realidad de las escuelas públicas.